Venganza ½

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Que ha sucedido:
El viaje en el tiempo del Príncipe Diamante y las Inner Scouts en el fin de Sailor Moon R ha causado una paradoja. Ahora las Outers Scouts estan despiertas, los Death Busters están activos, y la Familia Dark Moon esta todavía tratando de conquistar el mundo. En una acción desesperada para parar un Daimon de ganar su Cristal del Corazón, las Outers Scouts son responsables por la muerte de Akane. Ahora Nabiki, Cologne y Genma están siempre ayudando al creciente equipo buscando derrotar los demonios y las Scouts.

Rehusando a reconocer a Sailor Moon como la merecida Princesa del Reino de la Luna por sus acciones contra ellas, las Outers han decidido que el único curso de acción es derrotar a todos sus enemigos en Tokyo y crear un nuevo Reino de la Luna. Desafortunadamente, esto también significa quitar de medio a las "traidoras" Inner Scouts, algo que la fríamente calculadora Sailor Uranus no tiene nauseas en hacer.

Mientras las Inner Scouts parecen plagadas en ambos lados, las cosas se están moviendo de malas a peores. No solo tienen que enfrentarse con dos grupos de malvados y las mortales Outers Scouts, pero ahora humanos anormalmente fuertes parecen estar contra ellas también.

Para Ranma y sus amigos, su intento en exigir venganza para Akane parece condenado al fracaso. En cada batalla ellos han salido como segundos mejores, y ahora Esmeralda, con la ayuda de su mejorado Droids, esta preparada para reducir mas el numero de prometidas vivas.

Por ahora, parecería la única cosa la rápida y arrolladora victoria del mal es la presencia de otro mal. La guerra es terrible, y todo Tokio es el campo de batalla.

Traducido por Kal-el.
Formato HTML de Hukarovi Yanoki


Parte 6: Conciencias Fria

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"No me gusta, Luna."

"No me gusta tampoco, Serena-sama. Algo esta muy mal."

Serena Tsukino mordisqueaba y engullía otro de los bollos de judías rojas de Rei. La forma en que ella mordisqueaba lentamente era testamento de su nivel de preocupación. El hecho que Rei no la reprendía por su forma de comer, menos aun del robo de los alimentos hablaba de la preocupación de la chica. Distinta a Serena, Rei estaba mas que solo pensar en las errantes Outers Scouts y sus victimas. El foco principal para su preocupación estaba sentando en frente comiendo un bollo.

Es duro permanecer objetivo sobre la seguridad de una persona cuando has dado tu vida por ella una vez antes. Muchas personas - Soldados, padres, guardaespaldas - son serviciales para dar su vida por alguien mas. Rei no podía pensar de buena gana en alguien mas que las Sailor Scouts que habían actualmente dado su vida, y luego ser devueltas para servir otra vez. Aunque ella no podía recordar algo entre su muerte y su regreso, era una definitiva experiencia.

Con ojos estrechos en pensamientos, Rei intentaba pensar en una salida de su problema actual. Pensar proyectos complejos y discernir modelos complejos podían ser tradicionalmente al fuerte de Ami, pero todas estaban haciendo su mejor esfuerzo. Serena lo hacia porque su corazón era tan grande que ella no podía vivir con la idea de gente como las Outers actuaban de la forma en que ellas lo hacían. Sencillamente porque Luna y Artemis habían dicho que ellas eran una vez soldados de su madre en el tiempo del Reino de la Luna, ella había asumido responsabilidad por ellas y sus acciones. Las descuidada manera de las Outers por la vida la golpeaba mas de lo que algún demonio podía.

Mientras las otras Inner Scouts estaban determinadas a parar a las Outers de atacar a alguien, y arriesgar su vida para salvar a la gente amenazada por las chicas mas grandes, nadie de ellas era tan determinada o tan cometida como Serena lo era. A Serena, todos y todas merecen ser salvados, desde la pequeña y mortal Sailor Saturn a la enigmática, invisible Pluto. Y si tenia algo que hacer sobre ello, lo harían.

Nadie de las Inners era capaz de convencerla de que ella era mas importante que algún otro hombre en la calle, pero era esa desgana de colocarse encima de alguien mas hacía de la Scout de la Luna tan respetada. Era también la marca de una reina verdadera, alguien que no reina en una suplica por poder o control, pero para servir a la gente y hacer su vida mejor. Ella era un reina que se conduciría dentro de la batalla, mas que sencillamente ordenándoles pelear. Mientras esperaba que alguien haga alga sobre las Outers, Serena no estaba contenta con sentarse y esperar. Ella estaría haciendo todo en su poder para hacer a Tokyo seguro, y si alguien mas venia para ayudar, ellos serian bienvenidos, pero ella siempre tendría sus propias responsabilidades.

Después de varios minutos de silencio Mina finalmente hablo. "Vamos, ¡Tenemos que hacer algo!"

"¿Pero que podemos hacer, Princesa Venus?" Su leal avizor Artemis preguntó. El usar del nombre 'Princesa Venus' gano a él una mirada rápido de todas las chicas reunidas. Una de las primeras cosas que ellas habían puesto un fin era a esos títulos de capricho. Cada una de ellas era una Scout, ninguna de ellas dispuesta a tomar el manto de Princesa por un planeta que ellas gobernaban en nada mas que en nombre. Los gatos todavía insistían en llamarlas a Sailor Moon 'Su Alteza' o 'Serena-sama', pero ellas estaban trabajando en eso también.

"Bien, ¿Por que no tratamos lo que yo solía hacer antes en Inglaterra? Mas que solo esperar que algo pase, nosotras empezamos a buscar problemas."

La piel de la frente de Serena se encogió mientras ella pensaba sobre Venus yendo afuera y buscar una pelea con un puñado de tipos rudos en algún callejón oscuro, pero ella rápidamente dispersaba esa idea. Venus era demasiado agradable para eso. Evidentemente ella quería decir algo ligeramente diferente.

Ami asentía. "Mina podía tener razón. Si nos separamos, con un par de calles entre nosotras, seriamos capaces de encontrar a alguien trabajando para la Familia Dark Moon o estos Death Busters."

"¡Bien!" Rei agrego. "Y si llamamos a todas con nuestro comunicadores la primera vez que divisemos un Daimon, podemos todavía estar todas juntas rápidamente."

Frotando su brazo izquierdo, Lita sonreía. "Suena bien para mi. Yo todavía necesito vengarme de ellos desde la ultima pelea que tuvimos. Además, apuesto a que Mina esta todavía buscando esa podrida chica pequeña que rompió su nariz."

La preocupación tapo la cara de Serena mientras ella capturo las manos de su alta amigo. "¡Prométeme que no saldrás sin el resto de nosotras, Lita! ¡Por favor! Nosotros no podemos permitirnos el pelea algunas de estas cosas una-a-una. Por favor di que esperaras por todas nosotras."

Mirando dentro de los grandes, ojos interesados de su lider, el corazón de Lita se ablandaba como una panque dejado en el horno. También como el panque, ella también era agradable y dulce, y era incapaz para resistir la calidez del sentir de Serena. "Esta bien... esperare, pero si veo a alguien ser herido, tendré que hacer algo."

"Lo se, pero por favor... Se cuidadosa ¿Por mi?"

Una asentida de la cabeza de Lita y las otras tres chicas, y el plan estaba listo. Elegante y simple, era fácil de seguir que incluso Rei no podía encontrar algo para quejarse. Entonces otra vez, era el plan de Mina, y Rei solo cuidaba de molestar a Serena. Para buena medida - y dado que ella había notado finalmente el plato casi vació de bollos dulces - Rei clavo su lengua fuera. Mientras ella lanzaba una frambuesa a la rubia, ella sonreía dentro, contenta de que la preocupación había sido extinguida del corazón de Serena.

Corriendo atraves de las brillantemente iluminadas calles de Tokio, Sailor Venus sabia que esto era para lo que ella había nacido. Pelo rubio fluyendo con las luces detrás de ella como una ola de escarcha dorada, pasaba ligeramente a través de las muchedumbres.

Todos alrededor de la agente rubia de la diosa del amor, la gente 'oohh' y 'aahh'. A su adorado publico, Venus sabia que ella era un regalo, una heroína, una visión de belleza, no solo la persona a la que ellas podían ir en su hora mas oscura y saber que hacer. Aunque era elegante y bella, Sailor Venus era lo suficientemente modesta para darse cuenta que ella era todavía una chica ordinaria, y no completamente tan grandiosa como aparecía a la gente viéndola con asombro. Recordando el deleite que siempre recibía cuando una estrella de cine o alguien mas la reconocía, ella le sonreía a la gente.

Agitando la mano atrás mientras corría, Venus se dio cuenta cuan correcta Serena había sido esa mañana. Esta era la razón por la que ellas luchaban, por la que ellas tenían sus poderes; para ayudar a la gente alrededor. Sin su adorado publico, Venus sabia que ella solo sería otra bella, heroína talentosa. Con ellos, ella tenia propósito y algo para procurar. Para el amor de un vida y una ola amable, Sailor Venus estaba dispuesta a dar una tarde en busca de chico y dejar a un lado el centro de juego. Ella sabia que lo que hacían importaba, y casi tan importante, otra gente lo hacia también.

Con toda su alma busco y pregunto el 'por que' y 'a donde ir' para salvar Tokyo, Venus no era distraída de su verdadero papel. Ella podía haber querido permanecer y agradecer a las muchedumbres, pero tendría abundancia de tiempo mas tarde cuando se volviera un Ídolo. Por ahora, ella estaba en la búsqueda por justo la clase de cosas que vio delante.

Una de las grandes cosas feas que estaban peleando - Venus no podía decir si era un Droid o un Daimon a esta distancia - estaba estrangulando a alguien. Dando un grito a su comunicador, Venus observo corriendo mientras hablaba. Estaba todo bien y fácil el plan de atacar como un equipo, pero cuando uno de sus adorados admiradores - todos amaban a Sailor Venus, no es así - estaba siendo asesinado, ella no podía permitirse esperando.

"¡Todas! he encontrado a los tipos malos. Estoy a una cuadra de la estación, y será mejor que vengan aquí rápido. Esto parece un trabajo para... ¡SAILOR VENUS!"

Si hubiera guardado su comunicador un poco mas tarde, Sailor Venus habría oído a sus compañeras de equipo aconsejarle cautela, pero eso no era algo que ella podía esperar. Ella necesitaba actuar, y necesitaba hacerlo ahora. Esperar quizás solo haría las cosas peores.

* * *

Cuando Ranma se levanto, se dio cuenta que estaba yaciendo en el suelo con su cabeza descansando en algo cómodo y caliente. Al mismo tiempo, una mano bondadosa estaba cepillando su pelo de sus ojos, tranquilizando su frente con un toque blando que parecía llenarla con energía y hacer todo su dolor desaparecer.

La realidad volvía a ella como un golpe, y los ojos de Ranma pestañearon en horrible realización. Mirando arriba, se encontró observando un par de ojos bien abiertos, interesados ojos púrpuras, enmarcados por una tiara dorada a través de la frente de chica.

"H-Hotaru..." Ranma tenía un distinta sentimiento de saber donde su cabeza estaba descansando.

Con una voz que lograba sonar mitigada a pesar del agotamiento, Hotaru sonreía abajo a ella. "Yo... yo estoy contenta... estaba intentando curarte, pero estabas inconsciente y yo..."

Con ese esfuerzo final - y viendo que su ídolo había recobrado la conciencia - los ojos de Hotaru rodaban dentro de su cabeza y ella caía a un lado. Rodando con la velocidad de una serpiente atacando, Ranma cogió a la pequeña chica mágica antes que ella golpeara el suelo y la situaba contra el lado de un edificio a descansar. La última cosa que ella podía recordar claramente era desmayarse mientras ella volaba a través del aire por el golpe del pesado Droid. Lo que significaba que Hotaru deber haberla agarrado y curado. Ambas cosas habrían costado mucho a la pequeña chica, pero Hotaru era determinada, y si ella no podía derrotar al Droid con sus ataques propios, ella había decidido ayudar a Ranma porque podía luchar en lugar de ella.

Rechinando sus dientes y parándose, Ranma tomo un ultimo vistazo a la chica débil y agarraba sus puños. Girando atrás a encarar la batalla en la calle, un incandescencia brillo verde de ira y odio empezo a pasar alrededor de su cuerpo.

Lamentablemente, mientras ella estaba fuera, las cosas habían ido de malas a peores. Sus aliados estaban todos en las cuerdas o incapaces de atacar. Lo Peor de todo, Ukyo estaba en los embragues del Droid, y no parecía que ella seria capaz de seguir luchando mucho mas tiempo. Ya sus golpes de sus pies y la forma ineficaz en que ella garraba al Droid que la sujetaba por la garganta estaba debilitándose. Sin aire, Ukyo seguramente moriría, y Ranma nunca permitiría que suceda. Ella no pudo haber estado ahí para defender a Akane, pero ella estaría para Ukyo, sin importar el costo.

"¡Ryogaaaaa!" Ranma llamo, corriendo a gran velocidad por toda la calle. Si ella atacaba lo suficientemente rápido, ni incluso un Droid seria capaz de atraparla. Ella no lo había logrado antes, pero si estaba distraído luchando a ambos a la vez, podría hacerlo esta vez.

Ryoga estaba ya formando una brillante bola verde para ser capaz de empezar a lanzar el Shi Shi Hokodan. Si el podía convencer al chico de ataque con ese poder al mismo tiempo que el lo hacia, ellos serian capaces de hacer pedazos a la monstruosidad de plástico como a un juguete de Lego.

Cada paso que Ranma tomaba - incluso mientras Ryoga cambiaba su posicion a una para luchar mas que para lanzar Ki - ella se sintió mas confiada que sucedería. Unos pocos momentos mas serian todo lo que tomara. Todavía medio cuadra mas, Ranma de repente oyó palabras que la helaron hasta el hueso.

"¡Droid! ¡Mátala! ¡No vaciles! ¡Tomaremos su energía y creceremos, mas poderosos que nunca!"

Incluso en su mejor velocidad, no había forma de que Ranma podía cruzar esa distancia a tiempo y salvar a su prometida. Todo lo que le tomaba al Droid era apretar su puño, y Ukyo estaría yaciendo en un ataúd frió próximo a Akane, nunca haría Okonomiyaki otra vez. Forzándose para moverse mas rápido aun, Ranma se preparo para un salto, todo mientras sabia que sería demasiado tarde para parar lo inevitable.

Viendo a la chica pelirroja ir hacia el con sorprendente velocidad, el Droid no se sentía preocupado. No había nada que podía hacer. Nada podía salvar a la chica en su mano. Lentamente, el Droid cerraba sus dedos rechonchos alrededor de la pálida y delgada garganta de Ukyo hasta...

Hasta que un rayo dorado atravesó la oscuridad de la calle y al plástico Droido con facilidad igual. Mientras una nube de negro, rosa de humo plástico ardía en el aire, Ukyo callo. La mano de juguete de gran tamaño estaba todavía alrededor de su cuello, pero ella podía respirar otra vez. Rodando al lado, Ukyo intentaba asegurarse que estaba donde la lucha estaba.

"Yo soy la hermosa soldado del bien, Sailor Venus. ¡Por molestar seriamente a chicos apuestos como él, yo voy a tener que castigarte!"

Ukyo tuvo un momento para gemir de irritación mientras rodaba fuera. Ella no hizo esfuerzo consciente de vestir como un chico estos días. Ella tenia cosas mas importantes que hacer que ocultar su sexo mientras buscaba venganza; ella necesitaba cortejar a Ranma. A pesar de eso, los viejos hábitos son difíciles de dejar, y la gente estaba todavía confundiéndolo con un chico, especialmente a distancia.

La decisión de Ukyo de rodar fuera del camino probaba ser increíblemente valiosa, dado que en el momento que ella estaba fuera, un par de artistas marciales muy enojados cerraron ese espacio y empezaban a mostrar al asustado Droid exactamente lo que ellos pensaban de intentar estrangular a uno de sus miembros de equipo.

Si el Droid todavía sujetara a Ukyo, habría conservado un escudo valioso que ellos habrían sido forzados a eludir. En lugar de eso, el había ido de una posición de fuerza a una posición de debilidad en un latido. Sin su defensa y perdiendo una mano desde el doloroso ataque sorpresa, el Droid estaba desorientado, arrollado y excedido en numero.

Ranma estaba sobre el como un sarpullido. Mas que su ataque anterior que dependía en un simple, poderosos golpes para ponerlo abajo, Ranma estaba moviéndose y golpeando como una horda de abejas. Ninguno de sus ataques tenía el mismo poder y furia que Ryoga desencadenada cada vez, pero la mayoría de los suyos golpearon, y ella podía seguir golpeando así por un largo, largo rato.

Mientras Ranma distraía al Droid con golpes que apenas rasgaban la armadura, Ryoga se acerco para su propio combate cercano favorito. Obstaculizado en su eludir por el ágil Ranma, Ryoga era bendecido con una contrario quien era rápido, pero no capaz de evitar sus ataques como eran tan a menudo el caso. Algunos de sus golpes fallaban, pero cada uno que daba era segura causa de sufrimiento.

Mas lejos atrás del Droid, Sailor Venus maldecía su suerte. Ella no estaba segura si era mala o buena por haber salvado al chico bonito del Droid, dado que ella inmediatamente vio a las dos personas que la habían atacado a ellas y golpeado tan mala anteriormente. Ahora que ella tenia mas tiempo para comparar y comprobar sus recuerdos, Venus se dio cuenta que la persona que ella había salvado no era realmente un desconocido lindo quien seria arrollado por su presencia y podía ser convencido de ser su novio. En lugar de eso, era una de esas chicas sucias que las habían atacado la ultima vez.

Mirando alrededor en que ella había tropezado, Venus involuntariamente retrocedió un paso. Ella no era cobarde, pero la perspectiva de pelear con casi todos sus enemigos de una vez era demasiado, incluso para ella. No solo era el par que ellas habían asumido ser generales del Dark Kingdom aquí,sino también a sus seguidores. Por la apariencia, ellos estaban enfrentándose contra Esmeralda y uno de los Droids. Ellos podían haber estado perdiendo antes, pero gracia a la apariencia y contribución de Venus, ellos estaban seguramente ganando. Todo lo que ella necesitaba ahora para completar su colección de enemigos eran los Death Busters para empeorar. Sin embargo, si ellos hacían eso, Venus decidió que podía ser tiempo para empezar a buscar una forma mas seguro para gastar sus tardes.

Esmeralda -habiéndose defendido del humano atacándola- estaba colocada atrás con una expresión en su cara que ella tenia al morder una manzana y encontrar en medio un gusano. Sailor Scouts a un lado, y estos... Estos inhumanamente poderosos humanos al otro. Ahí podía estar solo una Scouts en el momento, pero ella había luchado a menudo lo suficiente para saber que podías encontrar a menudo otras cerca. Ella había estado ganando hace un momento, pero ahora esta... Su victoria era reducida a cenizas.

Esa frase se volvía incluso mas apropiada cuando un río de fuego llego desde una calle lateral, incrustándose en el Droid al lado y enviando ambos atacantes volando por la explosión. El Mars Soul Fire no habría sido suficientemente poderoso para matar un Droid, pero este había sido debilitado por la batalla. Herido por esa sucia Sailor Venus, y brutalizado por esos incomprensible humanos, el Droid empezó a arder y chillar de dolor.

Dando un golpe a su muñeca, Esmeralda abrió su abanico y miro sobre los chicos colocados en la carretera viéndola a ella. Era una deshonra dejar el campo de batalla, especialmente dado que había evidentemente odio entre las Scouts y los humanos, pero ella no quería estar entre los dos grupos cuando ellos pelearan. Peor aun, ambos podían decidir atacarla, y eso podía ser incluso peligroso.

Dando una ultima, gran risa, Esmeralda se tele transporto. No había necesidad de permanecer. Esta batalla estaba perdida, pero ella ganaría la próxima vez. Ella se aseguraría de eso.

Mientras Sailor Mars se acerco a la izquierda de Venus, otras heroínas de falda corta aparecieron de la nada, hasta que la calle estaba llena de ellas. Venus, Mars, Moon, Jupiter y Mercury. Las fuerzas del bien colocadas lado a lado, pelo y faldas amablemente moviéndose en la brisa de la tarde. Desde otro lado, la vacilante luz del rezagado fuego plástico que una vez había sido el Droid las bañaba a ellas en una incandescencia rubicunda, sumando color y misterio a su ya aturdidor semblante.

Formado ya en su propio equipo estaba la otra fuerza del bien. Conducido desde el centro por un par de chicos quienes se apoyaban en su compañera chica, ellos eran bordeados por mas chicas y un chico de pelo largo en el lado lejano, el opuesto de Sailor Mercury. Donde las Scouts se colocaban orgullosas y alto, luciendo nobles en sus excelentes ropas, los artistas marciales estaban todos apretados y enroscados, listo a pelear, sus ropas no mejor que esas que encuentras en un adolescente común.

Sorprendentemente suficiente, un aura verde débil vacilada alrededor de la chica pequeña en el centro, y el grande, voluminoso chico colocado junto a ella. El fuego casi etéreo danzaba y vacilaba alrededor de su piel, y parecía moverse en compás con las miradas de cólera que retorcían sus caras.

"¡C-Chica Pelirroja! ¡Dime que no es así!"

El chico alto cogió la atención de todos alrededor de ella, momentáneamente distrayendo a la pelirroja, porque las llamas verdes que la rodeaban empezaban a bajar. "¿Que cosa?"

"Estos... Estos excelentes ejemplares... Estas... Estas aturdidoras y bellas soldados... Chica pelirroja decidme, ¡Decidme que ellas no son nuestras temidas enemigas!"

Ranma se dio un momento para mirar a sus enemigos como gente, mas que escoria asesina, y decidía que quizás Kuno tenga razón. Las Sailor Scouts no eran mal de mirar. Algunas de ellas podían dar incluso a Shampoo batalla en un concurso de belleza. Pero aun así, eso no hacia alguna diferencia. Mientras por fuera podían ser tan bellas como las azucenas tapando un estanque, debajo de ese estanque estaba lleno con oscuridad, corrupción y escoria listas a matar a su prometida.

"Ellas son chicas malas. Cuando las mires, solo recuerda que son las responsables de matar Akane. Si no fuera por ellas, tú podías estar en una cita con ella justo ahora." Ese pensamiento hizo sentir a Ranma mal, y sabia que la probabilidad de que eso pasara era tanto como la de que ella aprendiera a volar, pero ella necesitaba ver a Kuno enfocado en ganar la batalla.

Por un momento la líder de las Scouts parecía que iba a decir algo, pero Kuno dio su puñetazo. Moviéndose con una velocidad que el solo mostraba cuando perseguía a las chicas que profesaba amor, Kuno cruzo el espacio separando los equipos mas rápido de lo que Sailor Moon podía pronunciar una simple palabra.

En un instante, el Gran Trueno Azul, Cabeza de la Casa Kuno, y heredero a su gran fortuna abrazaba a las dos mas bellas de las hermosas sailor en su pecho. Mientras hablaba, el podía sentir a sus amores empezar a frotarse contra el, superadas por sus palabras de amor, si no por su simple proximidad a su magnificencia.

"¡Tú eres mi Venus! ¡Tú eres mi fuego! ¿Que desean?"

Ranma y Ryoga quedaron con las bocas abiertas en asombro. Ellos habían sido apenas capaces de tocar a las Scouts en una pelea, pero Kuno había solo logrado agarrar a dos de ellas, y parecían incapaces de escapar de su abrazo de pulpo. Ranma podía atestiguar solo cuan difícil eso podía ser, pero estaba sorprendida todavía de como funcionaba con las Scouts.

Apretando sus dientes y poniendo un feroz ceño fruncido que parecía casi cómicamente lindo, Ranma grito. "¡Por ellas!"

Actuando como una pistola de juez de salida para ambos lados, las dos fuerzas corrían al mismo tiempo, proyectiles volando entre ellos. Ki, espatulas y cadenas cruzaban contra relámpago y hielo, mientras Sailor Moon atacaba a la chica pequeña, contenta de que por una vez ella había encontrado un enemigo que no era mas alta que ella.

Significativamente, como las Inner Scouts atacaban en combate glorioso contra sus enemigos, Mars y Venus luchaban contra el hombre que las sujetaba en su abrazo. "¡Déjame ir, pervertido! ¡Déjame ir!"

"¡Ah, pero realmente, esta debe ser una pareja hecha en los cielos! Yo, el hijo noble y grande de una orgullosa línea samurai, abre venido para conducirlas de la oscuridad y corrupción que te ha conducido dentro del error. Para sin duda, caer con un hombre tal como yo que tiene un corazón suficientemente grande para bañarlas en el amor que necesitan."

Descansando dramáticamente mientras choques y explosiones tocaban una campana sobre ellas, Kuno miro al cielo y lloraba. "¡Oh, pero la prueba, las tribulaciones, las tragedias que me sitian! ¿Como puede ser que yo he encontrado no una, sino dos bellezas tales, merecedoras de mi amor y necesitadas de mi guía y orientación brillante? ¡Abrazada dentro de mi brazo derecha, veo a nadie mas que mi diosa rubia, seguramente mas bella que la diosa Venus! Y a su vez, puesta amablemente contra mi otro lado, otra pretendiente. ¡Una poseedora de fuego y espíritu, energía y vitalidad!"

"Aunque ustedes vienen a mi, tan silenciosas y tímidas como doncellas, anónima y modesta, yo, el Fuerte Trueno Azul las confortara y protegerá. Yo cuidare de ustedes por el resto de sus días, mientras vivamos en dicha divina juntos. Pero aun... ¡Sin nombres, nosotros somos nada mas que sombras huyendo en el lienzo del mundo! ¡Así permítanme! Desde este día en adelante, dejen que sea conocido por todo que ustedes son mis pretendientes, llamadas por mi mismo."

"A usted, señora de fino pelo, ídolo a todo quien puede mirarla, a usted yo llamare Venus, en honor de la Diosa Venus. Para quien mientras Afrodita puede haberme conducido a la misma tentación que usted hacen, ¡Todos reconocen a Venus como la mas bella en los cielos!"

"Y usted, a quien así tímidamente pretende luchar, mi belleza de pelo negro, saber que yo puedo ver su verdadero corazón, y siento su latido de deseo en compás con el mío propio. ¡A usted Yo llamare Espíritu De Fuego! ¡Para que pueda sentir el calor, cálido, poder en su espíritu!"

"Oh, mis queridas, desde este momento en adelante, permitamos que nadie nos separe desde nuestro--- ¡Urk!"

El alto adolescente se hundió en el suelo, finalmente soltando a Sailor Venus y Mars de su abrazo. Estremeciéndose ligeramente en alivio de ser liberadas, las chicas miraban arriba a Tuxedo Mask y sonreían agradecidamente. "Gracias, Tuxedo Mask. No creo haber podido aguantar por mucho tiempo."

Bajando su bastón desde donde el había golpeado a Kuno en el cabeza, el héroe mencionado se inclinaba gratamente y sonreía.

"Un placer, Sailor Mars. Pero tengo que preguntar... ¿Por que no lo golpeaste como yo lo hice?"

"No puede parecerlo, pero ese tipo es realmente fuerte." Venus se sonrojaba ligeramente. "Además, es difícil disparar a alguien con una Crescent Beam cuando esta abrazándote y declarando que te ama."

De mala gana, Mars asentía. "Ella tiene razón. Y no es que el sea tan malo como la mitad de los tipos malos que encontramos. No se si sentirme insultada o aliviada de que nos sujetara así y no trato de manosearnos. Aliviada, Yo creo... Pero..."

"No hay tiempo para pensar en eso, Sailor Mars. Temo que Mercury esta sufriendo en manos de ese chico con la espátula grande, y Sailor Jupiter no esta mucho mejor. ¡Tu ve y ayúdales, y yo salvare a Sailor Moon!"

"¡Bien!" las chicas dijeron antes de encaminarse y ayudar a sus compañeras de equipo. El hombre enmascarado apenas logro dar un paso en su propia búsqueda antes de que una tos cogiera su atención. Girando atrás, el vio al hombre que había golpeado antes. Tal golpe de su bastón habría puesto a alguien inconsciente; la única razón por la que Tuxedo Mask no temía matar al hombre era el hecho de que estaba asociado con sus enemigos, y por lo tanto probablemente alineado con el mal.

"Eso no dolió."

Tras su mascara, los ojos de Tuxedo Mask se agrandaron. ¿Es este hombre humano? ¿Que clase de persona podía tomar tal golpe y no recibir daño? El había peleado con Youma antes, y no había sido necesitado mas fuerza entonces.

Levantando su cabeza orgullosamente, Kuno saco su bokken de repuesto y trazo un circulo en frente de él, acabando con una mano arriba, apuntando al cielo. "¿Tú osas separarme de las mujeres que amo? ¡Así sea! ¡Dejen que la venganza del cielo desciende sobre ti! ¡Sabe ahora a quien tu encaras es invicto en toda batalla! ¡Cada oponente que yo encaro, surjo victorioso! ¡Nunca he sido vencido en batalla o juego! yo soy... ¡El Trueno Azul De Tokyo!"

En un choque titánico, relámpagos encrespados en frente y tras el kendoista, dibujando su silueta. Al mismo tiempo que Sailor Jupiter enviaba un Supreme Thunder a uno de sus enemigos, relámpagos azul competían desde el cielo para destellar contra el fondo de la ciudad. Todos contra todos, era un aterrorizante vista, y mientras la cuchilla de madera bajada para apuntar a Tuxedo Mask, el se dio cuenta que ahora debe estar encarando al verdadero líder de las fuerzas del enemigo. Alguien suficientemente poderoso para comandar los elementos como Sailor Jupiter, la fuerza de la Reina Beryl, con el carisma y presencia de Príncipe Diamante todo en uno.

Levantando su bastón para que estuviera apuntada al hombre de la espada con clásica vestimenta de lucha, Tuxedo Mask esperaba que no estuviera cometiendo un grave error. Si este hombre verdaderamente era su líder como sospechaba, Tuxedo Mask no tendría mucha esperanza de derrotarlo sin ayuda de Sailor Moon. Sin embargo, era cierto que seria capaz de mantenerlo ocupado lo suficiente para que las Scouts sean capaces de reorganizarse y empezar a pelea correctamente.

Viendo sobre su bokken, el Trueno Azul reía a su oponente. "¿Tú buscas vencerme a mi en el arte de la espada? ¿Yo, quien no tiene maestro? Muy bien, plebeyo. Por ahora seguramente aprenderás tu lugar en el mundo."

Con su bokken devuelto en una posición de corte transversal, Kuno sabia que esto era por lo que el había nacido. Todas sus victorias sobre el hechicero Saotome era solo entrenamiento para este día. Seguramente ninguna rosa tan bella y preciosa como sus amores podían ser posiblemente tan malas como la Chica Pelirroja había hablado. Eso solo dejaba una opción... ¡Esta serpiente infame en frente de él estaba esclavizando sus amores para sus propios propósitos!

"¡Conoce esto sucia escoria! Derrotándote, liberare a esas a quien has esclavizado con tu mente torcida y mala!. ¡Cuando te derrote, mi querida Venus y Espíritu de Fuego serán libres para salir conmigo!"

Atacando adelante Kuno azotaba con una velocidad nacida de años de costumbre. Luchando con Ranma por tantos meses no puede haber traído las victorias que el creía, pero le daba la ventaja de ir contra uno de los mejores artistas marciales en Japon. Una vez, dos veces o tres veces en un día, Kuno iría con todo, intentando liberar a esas que el creía que Ranma sujetaba cautivas. Mientras el no puede haber ganado la batalla, el había luchado y mejorado constantemente.

Contra alguien tan ágil e impredecible como Ranma, Kuno era incapaz de ganar. Contra alguien luchando dentro de las estructuras impuestas por técnicas de espada ortodoxa, la habilidad de Kuno y su velocidad propia era suficiente para vencer la ventaja mágica de Tuxedo Mask. Con fuerza, tenacidad y una habilidad de idiota insensato para ignorar el dolor, el Trueno Azul tenía a Tuxedo Mask en las cuerdas.

El resto de la batalla no estaba haciendo bien, para ambos lado. Superadas en numero y habilidad inicialmente, las Scouts habían recibido una sucia golpiza. Sailor Moon estaba en gran parte ilesa gracias a una improbable combinación de suerte increíble y maravillosa torpeza que la movía fuera del camino de casi cada ataque mayor. Ryoga había hecho un esfuerzo especial para destruir a la chica por lo que ella había hecho, pero su habilidad extraña para estar en otra parte en vez de donde el ataque, rápidamente acababa con su paciencia. Mientras el era mas capaz de lanzar ataques Ki de frustración, su incapacidad para poner sus manos en la chica estaba comenzando a degradar su habilidad.

Sailor Mercury no fue tan afortunada. Mientras ella lograba mantener ocupadas a las dos chicas mas grandes - la armada con espátulas y la armada con eso que parecía sonajeros de bebe - ella lo había hecho con un costo. Magullada, golpeado y casi rota mas allá de reparación, Sailor Mercury estaba preparada para la cortina final. Mientras ella sentía su rodilla izquierda fuera por un brutal golpe de la chica de pelo marrón, Mercury daba un grito de dolor y cerraba sus ojos.

Ella sabia que este seria el fin, y solo lamentaba que no podría ayudar a Sailor Moon la próxima vez que lucharan. Entonces, antes que ambas de sus atacantes pudiera dar el golpe mortal, ríos gemelos de energía pasaron sobre su cabeza. Tomadas por sorpresa, ambas Shampoo y Ukyo eran llevadas hacia atrás, fuera de la Scouts de pelo azul quien pronto colapso inconsciente.

Mientras las Scouts no tenían los niveles de habilidad de los artistas marciales, sus mágicos ataques les daban mas poder. Una Scouts o un artista marcial que era golpeado por un golpe normal seria enviado tambaleando, pero ellos podían seguir luchando. Cuando una persona ordinaria era golpeada por las furiosas energías contenidas en uno de los ataques mágicos de las Scouts, podía ser mortal. Sin embargo, ninguna de las chicas que golpearon podían ser consideradas ordinaria por ninguna medida.

Así, mas que tener un par de cadáveres freídos ensuciando la calle, todo lo que Venus y Mars lograron fue dejarlas fuera de combate. Mercury estaba abajo y fuera, pero así estaban las dos peleadoras.

Mientras Ranma tomaba a Sailor Jupiter, Mousse estaba también ocupado. Privado de sus anteojos antes de la pelea - antes que la Scouts incluso llegaran - Mousse estaba puesto solo en una dirección, sin eficacia. Así, usando cada arma en su arsenal, Mousse enseñaba a un maniquí de almacén una lección que el nunca olvidaría.

Ranma, contrario a lo que ella había supuesto, estado teniendo la pelea de su vida y amándola.

Sabiendo que Sailor Mercury era la mas débil, Ranma había enviado a sus amigas por ella, saltando por una arrolladora victoria. No había salido de esa forma, pero mientras el daba un vistazo, Shampoo y Ukyo lograron derrotar a la chica sin ser excesivamente golpeadas. O así parecía justo hasta el fin.

Con Ryoga y Mousse ocupados, Ranma había atacado a la chica de falda verde. Distinta al resto de las Scouts, esta chica sabia como pelear. Ella podía pasar el tiempo tratando de golpear a Ranma con su relámpago, pero cuando Ranma se acerco; la habilidad de la chica hizo una pelea de pesadilla. Sailor Jupiter era rápida, deportista y ágil. Ella era hábil en pelear, y practicaba en repartir daño a todo aquel que quisiera tomarlo; como una Scouts o no. Pero la diferencia entre la habilidad de Ranma y Lita Kino era enorme. Lita era buena. Ranma era el mejor. La diferencia entre la habilidad de Ranma y Sailor Jupiter era marginal. Era también marginalmente a favor de la Scouts.

Desde que Ranma había sido un niño, el había peleado a opnentes que eran a menudo mejor que el. Era solo recientemente que Ranma había alcanzado su nivel actual y había sido capaz de tomar a todo el que venga. Ella podía recordar tantas veces cuando ella había peleado con su padre como un niño. Esas eran las peleas que ella recordaba y amaba mas. No una donde ella ganaba fácilmente - como con su actual entrenamiento - pero atrás en los días cuando ella perdía. Ranma no le gustaba perder, pero ella amaba mejorar, procurando, y empujando justo ese poco mas para derrotar a un oponente superior.

Sailor Jupiter era tal oponente. No importaba lo que Ranma hiciera, ella volvía por mas. Patadas, puñetazos, lanzamientos y barridas. Todos conectaron, pero la chica grande volvería otra vez después de cada uno de ellos. En exactamente la misma manera, cuando Jupiter mostraba la ventaja de su alcance superior o velocidad mágica, Ranma seria lanzado a una pared o golpeaba al suelo, pero se levantaría otra vez.

Mientras los minutos pasaban y Mercurio estaba abajo junto a ellas, Sailor Jupiter y Ranma empezaban a preguntase quien se rendiría de la batalla entre ambas. Ambas mostraban cortes y arañazos que tú obtienes en lucha libre con un rallador de queso eléctrico. El ojo derecha de Ranma estaba hinchado y medio cerrado debido a un buen golpe dado en su cara, pero eso era contraatacado por la forma en que Jupiter agarraba su lado, cortesía del contraataque de Ranma.

Dando una mueca que era mas molesta y fingida que energía real, Ranma señalaba a donde Shampoo y Ukyo estaba a punto de dar los toques finales a Sailor Mercury. "Parece que nosotros las tenemos ahora."

Hablando demasiado pronto, las Aliadas de Ranma volaban hacia atrás en una pirotecnia de 4 de Julio. "Heh... ¡Ustedes nunca vencerán a las Sailor Scouts!"

"¡Maldición!" Otra Scouts, la rubia que le disparo en la espalda la última vez, estaba viniendo a unirsele.

"Una, dos o diez. Yo las venceré a todas." Escupiendo un poco de sangre de su boca, Ranma fijo su postura, tomo una respiración profunda y se preparo para eludir. Tras sus enemigos, ella podía ver a Ryoga comenzar a tener un duro trabaja con Sailor Mars. Afortunadamente Sailor Moon no estaba haciendo mucho, o el chico perdido habría estaría en problemas.

La rubia se paro ante a Ranma y corría una mano a través del lado de su cara. "¡Yo todavía no he tenido oportunidad para devolverte lo que hiciste a mi nariz! Esa es una cosa horrible hacer eso a una cara tan bonita como la mía. ¡VENUS CRESCENT BEAM SMASH!"

Ahí. Eso era lo que Ranma había estado esperando. Con el brazo levantado, Ranma sabia que ella quizás solo tenga una oportunidad en esto. Si podía pasar la guardia de la chica suficientemente rápido, seria capaz de hacer una repetición de la ultima vez que ellas lucharon. Ya moviéndose mientras la chica empezaba a hablar, Ranma curvaba bajo mientras ella corría y guardada un ojo cuidadosamente a la Scouts de verde.

Sailor Jupiter no podía moverse lo suficientemente rápido para parar el ataque de Ranma, pero con lo que la pelirrojo contaba era cuanto sus lesiones propias hacían mas lentos sus movimientos. Venus no podía ser una luchadora como Jupiter y capaz de leer las acciones del artista marcial para estar mas avisada, pero su mágico encantamiento era justo tan potente. Ella traía su codo abajo hacia Ranma, justo cuando la chica de pelo rojo estaba viniendo a golpear su estomago.

Abajo como un saco de patatas, Ranma se encontró mirando la suela de un zapato naranja mientras ella luchaba para dar aire dentro de sus pulmones. Su espalda se sentía como si hubiera sido roto en cinco lugares a la ves, pero experiencia pasada decía que todo ese dolor era bueno. Si ella había recibido un golpe tan duro y no sentir nada... Eso habría sido algo de real preocupación.

Mientras los sonidos de dos espadachines en duelo con armas de maderas pasaban a través del campo de batalla como una ametralladora, Ranma intentaba pararse. Ella intentaba, ella honestamente lo hacia, pero sintió sus músculos débiles y lentos. Ella había alcanzado apenas sus rodillas cuando miraba arriba y veía las caras de dos muy, muy enojadas chicas.

"Esta va a ser la última vez que tu o tus amigos nos ataquen."

"Tienes razón en eso."

Cabezas giraron alrededor sobre el campo de batalla al sonido de la nueva voz. Joven, pero fuerte. Asustada, pero firme y dedicada. La voz tenía todas las marca de la legendaria y aterrorizante Sailor Saturn, incluyendo - pero no limitada - una chica pequeña en posesión de un traje de marino de obscura falda y en un brazo un arma enorme.

"Aprendí esto del padre de Ranma... Y si nosotros no podemos ganar de otra forma, ¡Lo usare para acabar esta batalla para bien! Utilizando todo el poder de La Técnica Secreta de Combate Libre, prepárense ustedes para..."

Mientras Hotaru habló, todos pararon para escuchar, incluso la batalla de Tuxedo Mask y Kuno. En sus palabras, muchas de las caras de los artistas marciales de Nerima empezaban a brillar al recordad. La Técnica Secreta Saotome no podía ser sutil, pero ciertamente funcionaba. Cuando las Scouts vieron el efecto moral del ataque en los aliados de las chica mientras ella se preparaba para ello, ellas podían solo creer que el poder del Silence Glaive seria multiplicado enormemente

Kuno desafortunadamente era la única persona de su lado que desconocía el poder irresistible de la técnica, pero en esto, era ayudado por Tuxedo Mask. El enmascarado defensor estaba bien informado del poder de Sailor Saturn, y Serena le había dicho anteriormente sobre su naturaleza peligrosa. Si la chica estaba yendo a desencadenar algún ataque terrible, la única cosa que podía hacer era tratar y salvar a su amor de todos los efectos horribles que podía tener.

Mientras la cuchilla del Silence Glaive se columpiaba abajo y Sailor Saturn llamaba a su ataque, Tuxedo Mask abandonaba su pelea con el cerebro enemigo y fue hacía Sailor Moon. Moviéndose en una carrera que incluso el raramente mostraba, la ponía en sus brazos e inmediatamente invirtió el orden.

"¡ANYTHING GOES SILENCE GLAIVE SECRET TECHNIQUE!"

Como una, las Scouts taparon sus caras y se abrazaron. Ellas no podían sobrevivir al ataque, pero morirían intentando.

Un viento bondadoso soplaba por la calle.

A la distancia, un pájaro graznaba.

El trafico en Yasukuni dori retumbaba cerca.

Sailor Mars lentamente bajo sus brazos. "¿Q-Que fue eso?"

Venus dijo "Yo... no lo se... no me siento diferente..."

Desde donde ella había tropezado y aterrizado, Sailor Jupiter miro arriba. "No lo entiendo... no creo que hiciera algo en absoluto."

Arriba en un edificio, donde Tuxedo Mask la había llevado por su seguridad, la líder de las Scouts miro abajo a sus camaradas. "¡¡¡WAAH!!! ¡Ellos se escaparon!"

Naturalmente, un Kuno no escaparía de alguna batalla, no importaba cuan grandes las posibilidades puedan ser. Por otro lado, cuando el se vio solo en la calle mientras todos se retiraban y lo dejaban encarando a todos los enemigos, el grande Kuno Tatewaki sintió un impulso repentino de irse y reprochar a sus camaradas por tan cobarde acción.

Así, mientras Kuno no escapaba de las absortas Scouts, el se deslizaba silenciosamente dentro de las sombras y tomaba ventaja de la confusión para irse.

* * *

La semana pasaba con gran rapidez y seguridad. El mas grande enemigo de todos, el tiempo, presionaba con menos cuidado por los deseos de una mortal que una Scouts y mas poder que un ejercito entero de Daimons. Tiempo era el enemigo de Ranma tan seguramente como cualquier otro en Tokyo, desde que cada día era una tortura mientras Akane esta sin vengar y Tokyo era dejada como para los homicidas seres que caminaban por sus calles.

Tanto como Ranma pueda haber deseado estar en desacuerdo con su padre y las palabras de cologne en el tema, él no podía. Después de la reciente derrota de sus amigos contra las Scouts el no podía negar que ellos no eran capaces para ganar una posición arriba en la batalla por el momento. Pensando en lo que había visto, el no podía rebatirlo, pero también no aceptaría el concepto de la derrota. Era un revés, y que era todo.

Ese revés fue precisamente por lo que tiempo pasaba tan rápidamente. Si todos fueran tan grandes como Ranma Saotome, ellos habrían sido capaces de derrotar a las Scouts. Naturalmente, quien podía ser posiblemente tan grande como Ranma Saotome, ¿Qué otro hombre (o mujer) en si?

Yendo a través de su Kata, Ranma respondió y sonreía a su propia pregunta: todos. Todos en este lugar serian tan buenos como Ranma Saotome era... Ellos serian tan bueno como el cuando ellos pelearan contra las Scouts, pero nunca lo igualarían. Por cada hora que sus amigos entrenaban, el entrenaría dos. Por cada batalla que ellos pelearan, el pelearia dos. Por toda pelea que ellos perdieran, el ganaría una. Ese era el camino verdadero al éxito. Olvida lo que su padre dijo, lo que importaba era quien lo quería mas. Para Ukyo o Shampoo, esto era una cuestión de orgullo, pero si el no estaba ahí, ellas pronto lo dejarían ir, y esperar que alguien mas se encargue de las cosas. Mousse era lo mismo, solo dedicado a Shampoo. Ryoga se aproximaba a su convicción, pero Ranma sabia en el fondo de su corazón que Ryoga no seria el que ganara esta guerra.

Habiendo visto la pelea, Ranma no estaba mas seguro si entendía las motivaciones de Kuno. Siempre desde que lo conoció , Kuno había sido solo un fastidio. Cuando el fue contra el grupo de las Scouts, había demostrado ser mas que eso. Por primera vez en su vida, Ranma presenciado justo cuan peligroso el fanatismo de Kuno podía ser cuando era dirigido contra alguien de habilidad menor que el.

Si solo ellos pudieran convencerlo para que se deshaga de las fotos de Sailor Venus y Sailo Mars que el insistía en llevar alrededor ahora.

Golpeado por magia o por puños, todos en la pequeña compañía de Ranma se habían estado sintiendo peor que antes. Incluso Kuno - el hombre que definía la frase "sin cerebro, sino dolor" - era un naufragio después. Tomándolo fácil estaba fuera de discusión dado que habia vidas en juego, pero Nabiki señalo que ellos no tenían necesariamente que enfrentarse a todo de cabeza. El sonrió mientras el recordaba como ella los había conducido a todos por la nariz a la conclusión que ella había querido.

"Vamos, Ranma. Tú no tienes que enfrentarte con cada tipo malo que encuentres, ¿No es así?"

"Si." Fue la respuesta de cada artista marcial en la habitación, incluyendo Genma.

"No, no, no. Ustedes tienen que mantener su ojo en el blanco. Siempre recuerden lo que iban a hacer. Es justo lo mismo que en los negocios. Ahora, ¿Cuales eran sus objetivos cuando ustedes empezaban esto?"

"Para obtener venganza para Akane." Gruñía Ryoga lleno de emoción, y no era duro adivinar que emoción.

"¿Y?..." Nabiki sugería.

"Para asegurarnos que nadie mas sufra lo que ella."

"Exactamente. Ahora... Solo digamos que ustedes gastan las próximas semanas salvando gente, mas que luchar a las Scouts y los death Busters. Una semana desde ahora, usted se harán mejores peleadores, y nadie habrá sufrido como Akane..."

"Gente todavía sería herida, Nabiki. No podemos salvar a todos."

"Tienes razón, Ukyo. ¿Pero que sucede si Sailor Moon te ataca con su Moon Mindless Medication o lo que sea? ¿Quien va a salvar al mundo entonces?"

Así fue dicho, así será hecho. Como Nabiki había apuntado, separándose en varios grupos, ellos podían cada uno cubrir mas territorio. También, dado que ellos no tenían oportunidad de ganar, tomaban riesgos menores. Rápido entraban y salían, salvaban a la damisela en desgracia y volvían para un refrigerio nocturno.

Mientras sus heridas se habían curado, los peleadores habían seguido empujándose, procurando ser mejores. Ellos no podían ser capaces de vencer a Esmeralda y los Droids, uno de los Death Busters, o un grupo de Sailor Scouts, pero podían hacer ciertamente un hoyo en sus planes. Como Ranma era servicial para testificar, pellizcando a alguien en la nariz para hacerlo enojar era casi tan divertido como luchar seriamente.

Eso era como ellos habían llegado a su estado actual. Menos de una semana había pasado desde la batalla, pero ahora todos los vigilantes estaban completamente curados y listos para los problemas. Bajo la no-muy-bondadosa-guía de Genma, los adolescentes habían encontradas esos problemas en casa, mas que ir afuera y buscarlos.

Ranma estaba trabajando su camino a través de un relajante kata que muchos cinturones negros habrían envidiado cuando el grito de alegría de Ryoga lo distrajo, y a todos los otros en el área, para donde el chico perdido estaba practicando. Algo que podía hacer a Ryoga feliz era algo que valia la pena descubrir.

* * *

Mirando dentro del fuego que era su eterno enemigo, Ryoga agarro sus puños y se concentraba incluso mas duro. Ya era dos semanas desde que Ryoga había empezado a aprender el Kachuu Tenshin Amaguriken, y cada vez que se acercaba a la victoria, ese diabólico, cruel Saotome lo haría mas difícil para el. En alguna forma le sorprendía lo que el mayor Saotome podía ser tan cruel como su peor Némesis, pero Ryoga adivinaba que Ranma debe haberlo aprendido de el en alguna parte, y Genma era un gran profesor en ese tema.

Justo cuando Ryoga era casi capaz de agarrar las castañas del fuego y probar que su velocidad era tan buena como la de Ranma, Genma apilaría mas leña en el fuego. Naturalmente, este lo hacía mas caliente, y mucho mas caliente en el centro donde los castañas estaban entre los carbones. Ryoga sabia que Ranma nunca lo había hecho tan duro cuando el estaba intentando aprender, pero eso solo probaba cuan mucho mejor Ryoga era. Sus brazos habían sido quemados mas veces de lo que el podía contar, y había perdido sus cejas en mas de una ocasión, pero Ryoga no se daría. Algo que Ranma podía dominar, él podía también.

Así era que Ryoga estaba en frente de una hoguera pequeña. Llamas se alzaban encima de su cabeza, y el padre de Ranma se colocaba varios metros atrás para evitar el calor, pero Ryoga sencillamente lo ignoro, concentrándose en su objetivo. ¡El tomar esas castañas! ¡El las tomaria todas!

Doblando sus manos una vez mas, Ryoga se inclinaba adelante ligeramente, entonces golpeó. Manos moviéndose en velocidades que empezaban a ser borrosas, Ryoga alcanzo, agarro las chispeantes castañas y las apilo en el suelo junto a el. Forzándose para ir solo un poco mas rápido, para ignorar el calor solo un poco mas, Ryoga finalmente alcanzo y arrastro fuera la ultima castaña, soltándola también en el suelo junto a el.

Por un momento el estaba ahí, asombrado por su éxito. Lo había hecho... lo había hecho realmente... "¡¡¡¡¡LO HICE!!!!!"

Sonriendo de oreja a oreja, y mostrando un conjunto de colmillos que el vampiro promedio envidiaría, Ryoga se coloco con un puño levantado al cielo mientras Genma lentamente miro y asintio. Uno-por-uno el resto de la casa llego, hablando alrededor de la hoguera, preguntando por que era el disturbio.

"¡Lo hice! ¡Finalmente domine el Kachuu Tenshin Amaguriken!"

Las chicas - las chicas reales en alguna forma - empezaban a aplaudir, pero Ranma sencillamente se quedo ahí. Lanzando una mala cara, Ranma apunto a el y intento robar su gloria. "Vamos, Ryoga. Tú nunca serás suficientemente rápido para hacer el Truco de las Castañas Calientes."

Ryoga dio un bufido. "Admítelo, Ranma, solo estas celoso que yo soy mejor que tú. ¡Tú nunca lo has hecho en un fuego tan grande! Te apuesto que no puedes incluso sacarlas fuera."

"¡Ja! Pruébame. No es cuan grande el fuego es lo que importa, es cuan rápido tú las agarres."

"¡Excelente entonces! ¡Saca estas fuera!"

Ryoga tiraba un paquete fresco de nueces sobre el fuego y cruzaba sus brazos sobre su pecho. Actuando justo como una chica, a pesar de su forma presente, Ranma estaba colocado tan lejos como los otros, evidentemente asustado del fuego. De repente la confianza de Ryoga era destruida. Ante sus ojos, Ranma parecía una mancha. Un momento el estaba colocado junto a Kasumi, el próximo el estaba justo cerca del fuego, sus brazos incluso invisibles. Así de rápido que un observador habría perdido si ellos parpadeaban, Ranma volvía donde el había estado, ofreciendo a Kasumi una castaño recién asado.

"Gracias, Ranma."

"Ves, Ryoga. Asi es como se hace. No me digas que tú puedes hacer eso."

"¡Humph! ¡Solo mírame!." Gruñendo, Ryoga lanzo otro paquete de nueces sobre el fuego. Sonriendo a Ranma a través de la neblina de calor, Ryoga se movió.

Segundos mas tarde, Ryoga se había retiro de lo peor del calor del fuego y orgullosamente sujetaba su propia atrapada. Naturalmente, todos estaban viéndolo con expresiones aturdidas, muchos de ellos estaban demasiado asombrados para hablar, menos moverse. Evidentemente Ryoga les había mostrado solo cuan mucho mas rápido realmente era, y ellos habían perdido su actuación.

Sorprendentemente, la primera persona en moverse era la pequeña Hotaru. Esquivando el fuego, ella se acerco y tomaba una de las manos de Ryoga, poniéndola sobre la suya. Su mano - mucho mas grande que la suya- estaba húmeda y marcada. Era gruesa, poderosa y callosa. Estaba, sin embargo, completamente ilesa.

"Yo... Yo no entiendo..."

En el silencio aturdidor, finalmente Ranma encontró su voz. "E-Eso no era el Amaguriken... no se lo que era, pero seguro no era el Truco de las Castañas."

"¡Cállate, Ranma! Tú solo estas celoso porque he mostrado finalmente a todos que soy mejor que tu."

Por un momento, Ryoga era tentado de ir sobre el y mostrarle a Ranma que realmente era el mas rápido ahora, cuando el cogió la vista de las caras de los otros. Nadie de ellos estaba en desacuerdo con Ranma. Incluso Cologne estaba sentada ahí, sorprendida, pero asentía a lo que Ranma dijo.

Silenciosamente, tan suavemente que podía ser apenas oído sobre el fuego, una tos era oída. "Quizás no fui lo suficientemente claro cuando empecé este entrenamiento."

Ahora Genma tenía la atención de todos, y le gustaba. "Yo nunca dije que te iba a enseñar el Truco de las Castañas... Bien, quizá lo hice, pero eso fue solo un pequeño malentendido. Lo que realmente quería enseñarle era lo suficiente para sacar sus nueces fuera del fuego... Por así decirlo."

Si ellos habían estado confundido por la carencia de velocidad de Ryoga antes, ellos estaban desconcertados ahora. Cual era el uso del entrenamiento si no para la velocidad. Genma disfrutaba su confusión por unos pocos momentos, bebiéndola como un vino excelente, hasta que el vio la luz aparecer en el semblante de la marchitada Cologne. Entendiendo y tomando una medida de respecto.

"Ryoga, da un paso a tu izquierda... No, tu otra izquierda. Bueno. Ahora otro paso."

Asombro y comprensión pasaban a través de las caras de todos ahora. Cuando confrontados con hechos tan evidentes, incluso la gente mas lenta podía entender. "¿Que? ¿Que cosa?" Bueno, Ryoga era un caso excepcional.

"Mirar donde estas parado chico."

Mirando abajo, Ryoga noto que el tenia un pie en el fuego, pero ni siquiera dolía. Sin embargo, el dio un gemido de sorpresa y salto fuera. Cologne hablo, salvando a todos de tener que espera toda la noche antes que Genma decidiera hablar claramente.

"En mucho la misma forma que el Bakusai Tenketsu le daba increíble tolerancia a los golpes físicos, el entrenamiento de este hombre le ha dado la mismo tolerancia para el calor. Si... Con toda su velocidad, mi yerno nunca necesitaba esta capacidad de adaptación o recuperación. Mientras tú no puedes tener su velocidad, puedo ver que esto será de gran beneficio para ti."

"¡¿Que?! ¿Quieres decir que he estado malgastando mi tiempo? ¿De que me va a servir ser capaz de pararme en el fuego?"

"Chico insensato," La voz de Genma toco fuera. Ryoga no podía ser su hijo, pero el abuso de el justo como en su entrenamiento. "¿Acaso no una de las Scouts depende del fuego para sus ataques? ¿Que necesidad tienes de temerle ahora?"

Genma tomaba un respiro profundo y continuo "Respóndeme chico de verdad... ¿Que necesidad tienes de temerle a ella ahora que su arma principal es impotente contra ti?"

Lentamente, la comprensión paso a través del grueso cráneo de Ryoga. Lentamente Ryoga empezó a reír, que rápidamente ascendió en una completa, risa maligna de barriga que resonaba contra las paredes. La perspectiva de pelear con la Scouts otra vez y ser inmune a sus ataques mientras ellas sentían su velocidad y poder insalvable golpeaban al chico perdido como inmensamente divertido.

* * *

Kodachi Kuno, la Rosa Negra de la Secundaria San Hebereke, andaba a través de las habitaciones de su mansión y amablemente corría los dedos de una mano sobre la superficie de una mesa. No había polvo aquí, eso nunca seria permitido. Este podía ser una de las habitaciones restringidas que su hermano había dicho estaba fuera de limita a ella, pero eso no pararía al personal de limpieza de hacer su trabajo.

Pisando elegantemente a la izquierda, Kodachi evitaba una descendiente hacha de batalla mientras se columpiaba a través de donde ella estuvo justamente parada. Ellos podían perder un poco de limpiadores cada año que no ponían suficiente atención por donde las trampas se situaban, pero eso no era un tema del que ella estaba preocupada. Mientras la casa permaneciera limpia, eso era lo principal.

Ella había estado mirando a través de la casa toda la tarde porque estaba segura que había oído voces y sonidos de un intruso. Nadie, como sabia, era o lo suficientemente impertinente o estúpido para intentar y irrumpir dentro de la mansión Kuno. Nadie aparte de esa entrometida pelirroja, pero su hermano estaba fuera cortejándola.

Por un momento Kodachi temblo con la idea de tener a alguien tan despreciable como esa chica pelirroja en su familia, pero ella rápidamente paro. Mientras su hermano podía desearla ahora, ella sabia que sus deseos serian fácilmente satisfechos cuando el finalmente la agarrara. Su hermano era tan inocentón, era un maravilla que el tuviera el poder cerebrar para perseguir dos chicas a la vez... Seguramente eso era por lo que el fallaba en atrapar a ambas, dado que algún campesino normal hubiera inmediatamente caído por el encanto Kuno, justo de la misma manera que su querido Ranma había sido.

Kodachi no tenia nada contra la chica pelirroja personalmente. Naturalmente, dado que la chica estaba en una clase social completamente diferente a la familia Kuno, no sería propio para Kodachi tener algún rencor. El hecho de que la chica tomaba el querido nombre de su Ranma, ridiculizando sus varoniles maneras vistiendo lo mismo, y continuamente timando cada esfuerzo para tenerla a ella y a su querido Ranma separados; estas cosas estaban todas debajo de la atención de Kodachi. Ella sencillamente veía a la chica como un fastidioso insecto, nada mas.

Aunque, si un terrible, horrendo y excepcionalmente doloroso "accidente" le ocurria a la chica pelirroja, Kodachi se prometió que ella no celebraría mas de una semana. Tú no puedes ser mas magnánimo y generoso que eso, seguramente.

Caminando a través de la casa en una toga negra hasta el suelo - sobre su uniforme de gimnasia - Kodachi lucía como un ejemplo de libro de texto de un miembro bien criado de las clases superiores. Su andar era elegante y suave. Su aire recogido y perfecto. Su risa alta, demente y agradable, pero cortésmente ocultada tras una mano levantada. Imagen, como alguien podía decirlo, era todo.

Ella había solo paso el complejo del tercer baño en la Ala Oeste de la mansión Kuno cuando noto que algo faltar. Mientras los constructores habían sido muy cuidadosos, ella sabia de experiencias anteriores que ahí había estado una trampa en el área que ella justo anduvo a través. Ella no estaba segura si era el vial del gas somnífero, o si era la puerta trampa que soltada el ejercito de hormigas Brasileñas, pero sabia que este pasaje se supone tenia una trampa. Si los constructores habían arreglado aquí recientemente, entonces debe significar que el disturbio que ella había oído vino desde esta área.

Mirando alrededor, Kodachi intento encontrar que faltaba en su casa. Esta podía ser la sección de la casa que su hermano mayor había dicho que nunca viniera, bajo pena de excomunión completa y perdida de la fortuna de la familia, pero ella podía recordarla bien de sus visitas semanales. Irónicamente, ella conocía esta área de la casa mejor que ninguna otra, sencillamente a causa de que le habían dicho que no podía venir aquí.

Revisando alrededor, ella catalogo las cosas mentalmente, comprobándolas contra una lista en su mente. Foso fuera de la ventana, lleno con pirañas... Comprobado. Trece mosaicos de mármol de un siglo, puestos en un modo de tablero de damas, minas de tierra cada primer y tercer mosaico... Comprobado. Mesa hecha a mano de la era Edo con una copia original de las memorias de Musashi... Comprobado. Ornato, estatua negra de una dama hecha en perfecto cristal... Comprobado...

Un ceño cruzo su frente por un momento. Fue solo breve, dado que Kodachi sabia bien que los ceños causaban arrugas, y ella no quería ser algo menos que su perfección actual para su querido Ranma. Esa estatua era nueva. Ella podía haber jurado que eso no aballestado ahí la ultima que había venido.

Andando mas cerca, Kodachi tomo una silla de otro pedazo inapreciable de mobiliario de la historia de Japón y miro la estatua mas estrechamente. No había duda que era un excelente trabajo, y la calidad del cristal oscuro solo la hacía mas valioso, pero ella no podía entender por que estaba aquí. Esta era la sección especial de su hermano de la casa. El no la había contaminado con cuadros de ambas trogloditas, pero por alguna razón el amaba esta ala mas de lo que el estaba dispuesto a decir. Para el traer una estatua nueva como esta era muy extraño.

Ella podía haber entendido si la estatua era de Akane Tendo o esa chica pelirroja, que habría sido sencillamente una debilidad de su voluntad. Pero esta mujer... Esta mujer era alta, madura... No tan elegante como Kodachi, pero la mujer de la estatua se llevaba con un cierto aire de nobleza convenida.

Descansando una mano en el cristal, la Rosa Negro fue sorprendido al encontrarlo ligeramente caliente al toque. "Interesante... ¿De donde llegaste, me pregunto? La mayoría de los ladrones no entran y dejan caras estatuas para los propietarios."

Girando la estatua de una forma y de otra, Kodachi continuaba con sus pensamientos, perdiendo la forma en que un anillo púrpura pequeño empezaba a pulsar en el suelo bajo la estatua. "Creo que recuerdo la ultima vez que un ladrón entró en mi querida casa. Eso fue antes de que me reuniera con mi amado y pudiera contar con el para defenderme todo el tiempo del día y noche. Si... En ese tiempo, estaba tan sola, solo yo y mi hermoso animal de compañía, Midorigame. Creo que estaba completamente asustada esa vez."

Con nada mas que experimentar su tiempo en recuerdos silenciosos, Kodachi recordaba como ella había cebado al ladrón a través de la casa. Inicialmente ella lo condujo a través de un camino seguro, entonces le dio un buen susto con uno de los pozos inferiores cerca del corazón de la casa. Como el pobre hombre corría y corría, intentando escapar, el acciono casi cada trampa que ellos poseían.

Seguramente el ladrón debe haber sido muy hábil en su negocio, aunque el estaba herido pesadamente para el momento en que había llegado al jardín otra vez, el estaba todavía vivo. Eso era, difícilmente solo un poco mas, dado que el desafortunadamente tomo un mal giro y acabado en el estanque de Midorigame. ¿Podía haber posiblemente un nombre mas lindo para un masivo, hambriento cocodrilo que Midorigame?

Su historia terminaba, Kodachi se enfocaba de vuelta en el aquí y ahora. Parpadeando sus ojos, Kodachi intento reconciliar que era lo que ella vio con que ella recordaba. Normalmente no tenia algún problema con eso. Siempre desde que se dio cuenta que era mejor probar tus venenos psicotropicos en tu hermano que en ti misma, ella no había sido victimas de esas fastidiosas alucinaciones. Pero ahora... Ella podía haber jurado que la estatua había crecido mientras ella había estado hablando.

"Interesante..." Situando un dedo en su labio, ella ponderaba las posibilidades. "Me pregunto si disfrutas de los cuentos felices tanto como yo lo hago. Se que mis bellas rosas negras crecen cuando le hablas suavemente. Cuando tú les dices la alegría de luchar con tus enemigos, de vencerles en una bella pelea mientras ellos yacían durmiendo en cama... Mi palabra... pienso que incluso he obtenido una reacción pequeña... debo probar mas esto."

Regresando, los ojos de Kodachi brillaron con entusiasmo. Ella tenia un proyecto de compañía nuevo, y la Rosa Negra de San Hebereke era famosa por hacer a las cosas crecer.

* * *

Suspirando ligeramente, Shampoo inclinaba su bonbori, limpiando el sudor de su cara con su otra mano. "Chica Espátula mucho mejor que antes."

Ukyo hizo un medio gesto facial entre una sonrisa y una mueca. Ella no estaba segura si agradecer a la Amazona, o golpearla por su fastidioso apodo o solo quejarse del dolor después de horas entrenando. "Gracias. Tú no eres mala tampoco, amiga."

"Esta bien. Shampoo gran Amazona. Shampoo entrenar toda vida para ser gran peleadora."

"Luchar contra el océano por un década no es un descanso tampoco."

Hubo un silencio breve entonces. Ambas chicas sabían cuan lejos estaban contra ellas mismos. Ellas lo sabían demasiado bien. Ambos Cologne y Genma acordaron que ambas luchando con Ranma o Ryoga no iba a ganar mucho, así que ellas trataban de pelear contra ellas mismos. Los chicos eran demasiado bondadosos con las chicas para ser realmente eficaces, y aunque Ryoga estaba atrás de Ranma en velocidad, incluso el podía hacer ver a las chicas lentas. Kuno podía haber sido una buena batallar, pero extrañamente el no parecía hacer mucha practica. El gastaba su tiempo en meditación o lentas katas. Que parecían obtener resultados para el, y eso era lo que importaba.

"Es bueno que Chica Espatula pueda pelear. Shampoo piensa Ai- Ranma necesitar toda ayuda que el obtiene."

Cuatro ojos vacilaron alrededor, pero no había seña de Ranma o Ryoga. Recientemente Ranma no había estado reaccionando bien cuando Shampoo lo llamaba su marido. El entraba con un arrebato airado, la herida reciente de la muerte de Akane había una vez mas sido re-abierta por el comentario. Ryoga por otro lado se haría una torre de furia y lo perseguiría alrededor intentando matar a Ranma, demandando que el artista marcial de la trenza seguía profanando la memoria de Akane persiguiendo otras chicas. Podía ser gran entrenamiento, pero era apenas un empujón a la moral de equipo.

"Tienes razón en eso. Todavía no puedo creer cuan fácilmente fuimos vencidas la última vez... Aunque, será diferente la próxima vez, ¿No es así?"

"Shampoo de acuerdo. Shampoo y Chica Espatula ganar cuando peleamos con chicas otra vez, ¿Si?"

La vacilación de Ukyo era solo mas barras. Hace un mes, ella habría aprovechado la oportunidad de sabotear a Shampoo de estar mas cerca de Ranma. Algo que hacía lucir mal a Shampoo habría hecho a Ukyo lucir bien. Ahora, las cosas habían cambiado. En el mundo de hoy, si ella ayudaba a Shampoo a traer el fin a la gente aterrorizando de su ciudad, ambas estarían a un paso mas cerca de liberar a Ranma de la pesadilla que estaba viviendo.

"Puedes apostarlo, amiga. Puedes apostarlo. Con todo el entrenamiento que tu abuelita nos da, apuesto que podemos vencer a cualquiera de ellas."

"Shampoo no tan segura. Shampoo sabe que ella no tan dura como Chico Enojado. Cada vez que Shampoo pelear, Shampoo ser disparada. Shampoo no disfrutarlo. Chica Espatula mejor cuidarse."

Ukyo levantaba una ceja a eso. "¿Yo mejor cuidarme a mi misma? Tú eres la que parece disfrutar hacer de diana."

"Shampoo feliz de que chicas Sailor gustan de llamar a su ataque primero. Salvar vida de Shampoo."

"Eso va doble para mi. Distinto a otras personas, Yo no he sido beneficiada de las ventajas de tener el entrenamiento del Bakusai Tenketsu."

Sonriendo, Shampoo frotaba su brazo, intentando alisar un grande, morada magulladura. "Bisabuela dura entrenadora. Doler mucho aprender. Muchas chicas bonitas... Ellos no bonitas después que aprenden Bakusai Tenketsu."

Silenciosa por un momento, Ukyo estudiaba la superficie plana de su espátula de batalla, preguntándose como su cara luciría después de tantos devastadores choques con una roca grande. "Bien, estas tomando un poco de riesgo si me lo preguntas. ¿Que piensas que sucedería si eres todo un revoltijo después y yo soy todavía bonita? Suena a mi como que Ranchan seria mío."

Shampoo reía, cordial y atrevida. "Shampoo no en peligro. Primer día que Shampoo perseguir a Ranma, ella dice 'Este cuerpo es tuyo'. Ranma no importar. Ranma no mirar cara. Ranma no mirar piel. Ranma mirar dentro. A Shampoo no le importa si ella bonita o fea. A Shampoo no le importa... Porque a Ranma no le importa."

Silenciosa, Ukyo contemplaba lo que su compañera dijo. No había duda que Ranma estaba rodeado por chicas bellas. Ella, Shampoo, Kodachi, Kasumi o incluso la profesora Hinako. A pesar de eso, el había escogido a Akane. Ella podía haber sido bonita - en su marimacha manera - pero no era tan linda como sus hermanas, y Ukyo no pensaba que ganaría algunos competición contra el resto de las prometidas de Ranma y pretendientes.

"Tú podías tener razón... Pero olvidando sobre eso, ¿Cuanto crees que tome aprender el Truco de la Explosión?"

"Shampoo no segura. Chico enojado aprender en semana. Pero el gastar todo el tiempo entrenando. Shampoo necesita practicar otras cosas. Deber ser mas rápida. Deber ser mas fuerte. Puede ser tiempo largo antes de que yo aprenda."

"¿No estaba Ranchan aprendiendo el Bakusai Tenketsu, También? yo podía haber jurado que lo vi a él en algo misterioso en el patio de atrás."

"Ranma aprender en forma de chica... Quizá... Shampoo piensa que Ranma solo dejar que roca lo golpee."

La boca de ukyo se abrió y sus ojos salieron fuera. "¡¿Que?! ¿Por que el esta haciendo eso?"

"A Ranma no le importar Truco de la Explosión. Ranma solo querer ser duro. ¿Por que el necesita hacer cosas explotar?"

"Bien, si, pero..." Ukyo tropezó a un alto. ¿Podía tener razón? Ranma estaba solo yendo a través del entrenamiento, pero no realmente intentando aprender el Bakusai Tenketsu. Apenas parecía probable, pero tenía sentido la explicación de Shampoo. Ella había solo visto a su prometido un par de veces mientras el emprendía los penosos entrenamientos pero seguramente no hizo movimiento para intentar y destruir la roca. Hundiendo los hombros en derrota, Ukyo concedió el punto a la Amazona. "Puedes tener razón... odiaría pensar ir a través de todo eso sin aprender una técnica nueva, pero tras oír algunas de las historias de Genma, creo que todo es posible."

Shampoo asentía. Ella también había oído las historias del viejo Saotome de como había entrenado a su hijo. Siempre que Shampoo o Ukyo flojeara en su entrenamiento bajo Genma, el se exhortaría con otra anécdota de cuanto mas duro su hijo había entrenado. Flameantes pozos, animales hambrientos, marzos largos a través de inviernos árticos; esto era solo una muestra de la clase de cosas que Genma había hecho a su hijo. Mientras ninguna chica podía disputar el hecho que los resultados hablaban por si mismos, ambas tenían un tiempo difícil de aceptando que el fin había justificado el medio usado.

Silenciosa por un tiempo, las chicas miraron alrededor del patio, viendo a los otros que entrenaban ahí. Era extraño en muchas maneras; fue solo después que el Tendo Dojo fuera destruido que realmente se volvió un centro de entrenamiento para artistas marciales. Sin exagerar, las chicas podían decir orgullosamente que ellas eran parte de lo que era probablemente el mas altamente hábil grupo de peladores en todo Japón. Podía haber otros peleadores fuera que podían vencerlos - Ukyo no había oído de ellos, pero podían existir - sin embargo no había ciertamente equipos tan fuertes como el suyo.

Desde donde ellas estaba, Ukyo y Shampoo podían ver a Ranma rodando alrededor de su padre. El chico estaba haciendo entrenamiento de velocidad tomando a su padre y a Ryoga al mismo tiempo. Mientras ambos luchadores se metían en el camino del otro, Ranma estaba evidentemente aprendiendo como podía tomar a mas que una Scouts a la vez. A Ryoga no le importaba estar en esa embarazosa posición mucho, esa mañana el había sido el centro de atención, con todos tomando turnos golpeándolo con el arma de su selección... Casi como un curso avanzado para usuarios del Bakusai Tenketsu.

Ukyo puso sus ojos en Kuno por un rato. El chico alto estaba sentado atrás del porche, una almohadilla de papel de arroz y un cepillo junto a el. Toda la mañana el había estado componiendo poesía a sus nuevos amores, entonces en el almuerzo él se había dignado a pelea con Mousse para dar al chico Chino algún entrenamiento. Sorprendentemente, aunque Mousse gano, no había sido una pelea fácil. Kuno era todavía rígidamente clavado en las formas de su querido Kendo, pero el era muy, muy bueno en Kendo. Ukyo odiaba admitir que si ella no tenia una bolsa de "trucos sucios" en su repertorio oscilando desde bombas de harina hasta masa explosiva, ella podía perder contra el. Afortunadamente, ella reconocía el valor de tener mas de una forma de ataque. Ahora Kuno volvía a su meditación; el decía que "Levantaba su voluntad al mundo, y hecho lo superior en todos los caminos solo unos Kuno pueden ser".

Eso contaba para todos en su compañía de artistas marciales, desde que Cologne - para asombro de todos - estaba actualmente enseñando a Mousse algo. Ella había mascullado entre dientes bruscamente algo sobre hacerle menos de una carga para Shampoo y Ranma, pero ella estaba seguramente ayudando. Si esa era la clase de milagros que ellos podían venir a suponer, Ukyo sabía que ganarían sin falta.

Una cabezada de Shampoo en la dirección de la casa hizo a Ukyo darse cuenta que ella habia perdido a uno de su equipo. Mientras Hotaru no era un artista marcial en la imaginación de nadie, ella era parte del equipo. "¿Que Chica Espátula piensa de Chica Pequeña?"

La pregunta de Shampoo cogió a Ukyo por sorpresa, pero ella respondió fácilmente. "Rayos, amiga, si no fuera por Hotaru, yo no estaría aquí ahora. Supongo que le debo una."

"Shampoo no piensa que Chica Pequeña apropiada peleadora. Toda defensa... No es forma de pelea. Shampoo piensa que Chica Pequeña iría casa. Dejar lucha a nosotros."

"Yo no puedo disentir contigo en eso. Mírala, ella es solo una niña. Ella no debería estar implicada en cosas como esta."

"Shampoo piensa que necesitar mas hombres como Chico Perdido."

Ukyo la observo en shock. "¿Tú estas diciéndome que necesitar mas hombres? Yo pensaba que las Amazonas odiaban la idea de hombres capaces de pelear."

"Si mas Amazona aquí, Shampoo sentirse mas feliz en batalla. Shampoo siente muy asustada cuando no lucha. Todas las Amazonas quieren a Ranma mucho. Si hay mas como Ryoga, Shampoo feliz en pelea, feliz fuera de pelea."

"A veces me sorprendes, amiga. Yo no había pensado de ese modo. Creo que cada chica que el conoce cae por el, ¿No es así?"

Sintiéndose fastidiada, Shampoo permaneció en silencio por un rato. Solo porque ella no podía hablar su lenguaje bien, todos asumían que era una idiota. Ella iba a ser la próxima Matriarca de las Amazonas algún día. Ella sabia que tenia un largo camino para ir hasta que fuera tan buena como Cologne, pero estaba a un largo camino de ser tan tanto como ella sentía que estos Japoneses le acreditaban. "Única chica que Ranma nota ahora es Chica Pequeña. Cuando Ranma ver mujeres otra vez, Shampoo esta aquí para él."

Riendo, Ukyo miraba donde Hotaru estaba sentada con Kasumi. "Sabes, tienes razón. Ella vive aquí, pasa la mayor parte del día con él, y ella es la única persona que le he visto poner atención. Si fuera unos pocos años mayor, estaría preocupada."

"Shampoo no preocupada. Ranma necesitar mujer real para esposa. Ranma mucho mas viejo que Chica Pequeña. Shampoo esta aquí por Ranma. Llevarlo a casa en China."

"Oh, ¿En verdad?... ¿Y tú piensas ser lo suficientemente buena para ser capaz de pasar sobre mi?" Ukyo levanto su espátula de batalla en amenaza.

Sonriendo para emparejar a su oponente, Shampoo levanto sus propias armas. "Shampoo muestra a Chica Espátula cuan buena Amazona es."

Con un choque y un sonido, el entrenamiento se reasumió, y el control de violencia recobrado donde por unos pocos momentos ahí había sido paz. En la casa, el tema mas reciente de conversación de chicas estaba teniendo una charla su propia.

Siempre desde que ella había sido muy joven, Hotaru se había preguntado como seria tener un hermano o hermana. En al escuela, se había imaginado siempre tener una hermana mayor. Alguien que velaría por ella en el patio o terreno de juego cuando los otros niños la molestaban. Alguien con quien podía hablar de todas las cosas pequeñas que le preocupaban. Alguien con quien podía compartir sus esperanzas y sueños. Cuando estaba solo en la noche y las tormentas eran rabiosas, ella a veces imaginada tener un hermano mayor. El seria fuerte y bravo, siempre ahí para protegerla cuando este asustada, y siempre servicial para ayudarla cuando este demasiado cansada o enfermo para caminar a casa.

Cuando ella se encontró con Ranma, Hotaru pensó que todos sus sueños se habían vuelto realidad de una vez. Ranma parecía ser todo lo que ella había siempre esperado. El era amable y afectivo, pero al mismo tiempo el podía ser bravo y fuerte. Por aquí, Ranma era un caballero brillante y una dulce princesa todo en uno.

No importaba cuan grande Ranma era, Hotaru no daría a su hermana mayor Kasumi. Ranma podía haber sido la hermana mayor que la cuidaría en el patio o terreno de juegos en la escuela, pero Kasumi era la hermana a la que ella iría para cuando este sola y triste. De algún modo, Kasumi parecía siempre saber las respuestas correctas. Ella siempre tenía una olla de té caliente fresco o un conjunto caliente de brazos perfectos para abrazar, justo cuando lo necesitabas.

Justo ahora, Hotaru necesitaba un abrazo. Había sido una semana desde que había visto a su padre, y ver a Ranma saltar alrededor y reír con su padre hizo a la pequeña chica sentirse incluso mas perdida. Quizá eso era por lo que quería a Kasumi tanto, Hotaru penso. Ella era mas que solo una hermana mayor, ella era como la madre que nunca había conocido.

Kasumi la había encontrado sentada en la habitación de la casa, viendo a Ranma batallar con su padre mientras un páramo de lagrimas silenciosas bajaban por su rostro. Instintivamente conocía que este dolor era algo mas que solo los arañazos y magulladuras que sus invitados parecían atraer, Kasumi se había puesto próxima a la pequeña chica y situaba un brazo alrededor de sus hombros. Antes que Kasumi sabia que estaba sucediendo, Hotaru estaba inclinándose contra ella, lagrimas saliendo por sus ojos.

Cuando la chica finalmente paro de llorar lo suficiente para que Kasumi pueda ser oída, ella arrastro fuera un pañuelo y limpio la cara de Hotaru. "¿Que ocurre, Hotaru?"

Ella sollozo, pero no hacia intento de llorar otra vez. "Yo extraño a mi Papi."

"Oh, querida. Se que debe ser duro."

"¿En verdad, Kasumi? Anoche, cuando salimos fuera, Ranma nos llevo cerca de donde yo vivía... Pa--- El había hecho nuestra casa otra vez, justo como solía ser. Yo lo mire, y pensaba que todo tenía que ser solo algún sueño horrible. Yo esperaba que pudiera entrar ahí y ver que Papa estaba bien, y el podía llevarme a casa otra vez..."

"¿Pero el no era?..." Era medio una pregunta, medio una declaración. Kasumi sabia que si todo verdaderamente estuviera bien, ella no estaría cuidando a la chica ahora.

"El lucía igual por fuera, pero yo podía sentir todavía el mal a través de el. La casa era justo lo mismo que mi papá la ultima vez que lo vi. Por fuera, era todo cálido y amable y amado, pero dentro..." Hotaru sollozo otra vez y miraba arriba a la chica de pelo marrón quien amablemente cepillaba su propio negro cabello.

"Cuando yo era pequeña," Kasumi empezo. "Solo un poco mas joven que tú ahora, mi Mama se puso muy, muy enferma. Akane y Nabiki eran mas jóvenes, y ellas no entendían que estaba sucediendo. Así que yo era la única que al principio miraba por las cosas alrededor. Yo cocinaría, y limpiaría, y cada día después de la escuela iría y visitaría a mi madre en el hospital."

Por un momento, Kasumi miraba dentro de la distancia, recordando como su madre lucía. Su piel era tan pálida como las sabanas blancas que la tapaban, y al final parecía tener mas tubos y alambres yendo dentro de ella que ya no había espacio para ellas en sus brazos.

"Cada día, ella se ponía solo un poco mas enferma. No es lo mismo como tu Papá, pero cuando nuestra madre estaba ahí, yo me sentí mal porque no había nada que pudiera hacer. Yo podía ver por la casa, y podía asegurarme que mis hermanas estén saludables, pero no podía hacer nada por mi madre. Yo amaba a mi madre tanto como tú amas a tu Papá, Hotaru. Tú solo tienes que recordar que incluso si alguien que ama esta enfermo, a veces la mejor cosa que puedes hacer por ellos es tratar y estar bien tú misma."

"¿E-En verdad?"

Kasumi sonreía. "Naturalmente. Si tu Papá pudiera hablarte, ¿Qiensas que el querria que estés en casa ahora, enferma o atacada por lo mismo que lo ataco; o piensas que el te querría aquí? Sana y salva con Ranma, Nabiki y todos nosotros juntos?"

"El... El me querría aquí..."

"¿Ves? nunca lo conocí, pero estoy segura de que tu Papá es una persona muy especial para criar a una chica tan dulce por si mismo. Yo estoy seguro que él estaría muy triste al verte llorando ahora."

"Pero... Pero yo he obtenido todos estos poderes, y no puedo ayudar incluso a él..."

Kasumi estaba en silencio por un momento. "¿Ves a Ranma ahí afuera? ¿Piensas que él es suficientemente bueno para luchar con toda esa gente mala que lastimo a tu Papa?"

"No... No aun, ¡Pero se que el lo será!" la Fe de Hotaru era inquebrantable e imparable.

"Ves.. ¿Por que piensas que necesitas ser capaz de hacerlo todo bien ahora? Tú tienes un regalo muy precioso, Hotaru. No digo ser una chica mágica, me refiero a ser capaz de curar a alguien. Oh... El numero de veces que desee poder haber sido capaz de curar a Akane justo como curaste a Ranma. Tú nunca conociste a mi hermana pequeña, pero ella estaba siempre teniendo arañazos y magulladuras. Si no era una cosa, era otra... ¿Ves como Ranma esta entrenando? Bien, el prometió ayudarte a entrenar también, ¿No es así? Ranma siempre cumple sus promesas, es un chico muy bueno. Estoy segura que te ayudara a ponerte mas fuerte también."

"Tú quieres decir que puedo ser capaz de..."

Dando a la chica otro abrazo fuerte, Kasumi hablo suavemente. "Yo no puedo prometer, luciérnaga. Yo deseo poder. Yo deseo poder traer a mi madre de vuelta, pero no puedo hacerlo tampoco. Todo lo que puedo decir es que tienes unos amigos muy buenos aquí, quienes te quieren mucho. Si ustedes trabajan juntos, estoy segura que pueden salvar a tu Papá."

Amortiguada desde donde ella agarraba a la chica mas grande, la voz de Hotaru salía. Baja, pero fuerte, llenada con esperanza renovada, y una determinación que había sido perdida recientemente. "Gracias, Kasumi. Muchas gracias. Yo... Yo siempre me pregunte como seria tener una madre o una hermana mayor, y ahora... Y ahora lo se. Gracias, Kasumi-oneechan."

Mirando abajo al liso, pelo oscuro, Kasumi brevemente cerraba sus ojos y recordaba un tiempo en el pasado cuando ella había acunado a Akane en exactamente la misma manera, explicando por que ellas no irían mas al hospital a visitar a su madre. A veces una buena lagrima y una charla ayudaban; incluso si tu estaba intentando ser la fuerte. "De nada, Hotaru. De nada."

* * *

Se estaba poniendo fresco a las diez de la noche cuando Ranma y Hotaru estaban terminando su patrulla con Ukyo. Por acuerdo general, Shampoo y Ukyo se turnaban cada noche para patrullar con Ranma, la otra iba con Ryoga para mantenerlo en la dirección correcta. Mousse y Kuno iban patrullando juntos, a pesar de sus protestas.

Una cosa que los chicos no negaban era que tenían una cosa por las chicas. Kuno no podía ser capaz de golpear a las Scouts o un demonio, pero había demostrado mas de una vez en la ultima semana que el podía misteriosamente ser salvado por las acciones fortuitas de un bien oculto ninja de la familia Kuno. Entre las armas de Mousse y la capacidad de Kuno para la distracción, ellos eran mas que capaces de distraer al enemigo lo suficiente para efectuar alguna clase de rescate.

Ellos no podían ganar, pero parecían un equipo capaz cuando se refería a obstrucción. Eso no significaba que les gustaba. Mousse prefería estar con Shampoo que con Kuno, y Kuno tomado a mal la forma en que Mousse hablaba de las dos chicas que el amaba. Aunque el no decía a su socio, Kuno silenciosamente juraba que el salvaría a sus amores y probaría al mundo que ellas habían sido esclavizadas por el sucio hechicero que iba con el nombre de Tuxedo Mask.

Con los artistas marciales divididos en equipos mas pequeños, ellos no forzaban batalla con sus enemigos, pero en su lugar sencillamente buscaban distraer a sus enemigos hasta que sus victimas escapaban o uno de los otros grupos de esa guerra llegara. Era divertido en muchas formas, viendo dos grupos de enemigos horrorosos atacándose mientras tú podías sentar atrás y vigilar.

Un poco mas temprano Ranma, Ukyo y Hotaru habían sido suficientemente afortunadas para llegar y salvar a una estrella de piano de la muerte. De lo que reunio la inteligencia de Nabiki que estaba alerta día y noche, ellos podían identificar al atacante como la Bruja Mimete, uno de los Death Busters. Hasta ahora las fuentes de Nabiki habían fallado en dar alguna explicación acerca de los que los Death Busters buscaban, otro mas que el hecho que requería sacar alguna clase de brillante estrella del pecho de una persona, y eso ocasionaba su muerte.

Ellos habían llegado justo a tiempo para ver a Mimete disparar a la persona y llamar un Daimon. Actuando sin interesarse por su propio bienestar, Ranma y Ukyo habían atacado al agresor con Hotaru por detrás, aunque rápidamente perdiendo distancia. Sin intentar seriamente atacarla, Ranma se acerco a la Bruja, y Ukyo había luchado para agarrar la estrella antes que el Daimon la obtuviera.

Distraída por Ranma, Mimete había sido incapaz de parar Ukyo de devolver la estrella a su propietario legitimo. Las cosas se habrían puesto muy feas entonces, dado que no había forma que los tres pudieran derrotar a la Bruja y su Daimon por si mismos. En batallas anteriores, Ranma había visto al equipo entero de las cinco Scouts derrotadas por esa misma Bruja, así ella estaba bien y verdaderamente feliz cuando la distracción que quería apareció.

Dado que Ukyo era un blanco fácil - fácil agachada sobre un cuerpo inmóvil - tenía sentido que las Outers Scouts la atacaran primero. El Daimon era demasiado resistente para ser puesto abajo por una descarga simple de su ataque, pero Neptune y Uranus sabia que un humano ordinario - o incluso extraordinario como Ukyo y Ranma - seria condenado por el Deep Sumerge y World Shaking. Tal cosa habría sido verdad si la magia dorada y agua mágica alcanzaban a la chica, pero la defensa de Hotaru probaba estar a tiempo e impenetrable.

Mientras Ukyo agarraba al pianista inconsciente y Ranma giro para correr, metiendo a Hotaru bajo un brazo como una bolsa de arroz, Mimete espiaba a las Scouts, y colocaba su vista en extraer una libra de carne de un mas merecedor blanco.

El resultado neto era que ellos habían salvado un hombre inocente con ningún daño real a ellos mismos. Habían sido también privilegiados de ver una batalla furiosa y rápida, que acababa desintegrándose en una retirada mutua con no ganadores reales. Las Outers Scouts pueden haber derrotado al Daimon, pero ahí parecía no haber fin de esos alrededor.

En el camino a casa, Hotaru era llevada en los hombros de Ukyo. Ella estaba cansada de todo el esfuerzo de correr alrededor, incluso si estaba en su forma mágica, mas poderosa forma en el momento. Descansando su cabeza en un hombro, Hotaru mirado a los lados y veía la confiada forma en que Ranma daba saltos por la calle. La pelirroja no era mucho mas alta que Hotaru, pero ella tenia un aire de confianza y habilidad que Hotaru sabia que ella nunca vendría cerca a emular.

Permitiendo su mente vagar con el relajado bote del andar de Ukyo, Hotaru pensaba cuan afortunado Ranma era. Aunque ella había oído algo de Ukyo, Shampoo, Ryoga... Bien, aunque ella había oído a todos aparte de Kasumi diciendo cosas feas sobre el padre de Ranma, ella todavía pensaba que era afortunado al ser capaz de vivir con su padre.

No solo eso, sino que la madre de Ranma estaba viva también. En eso, el parecía honestamente único de todos sus amigos. En un destello, los ojos de Hotaru se abrieron y recordaba varias cosas a la vez. No hace mucho, Ranma le había dicho a todos que el no había visto a su madre desde que tenía seis años. Justo tan importante, ella podía recordar a Kasumi abrazándola, y diciendo cuanto ella deseaba que pudiera traer a su madre de vuelta.

Profundamente, Hotaru sabia que aunque Ranma estaba bravamente trabajando a través de esta difícil y horrible cruzada, el debe realmente querer ver a su madre. Ahora, mientras Ranma no podía prescindir de algún tiempo para ir y buscarla dado que el estaba tan ocupado entrenando para poder derrotar todo el mal en Tokyo, no había razón que un amigo de Ranma no podía ir a buscar a su madre por él.

Una sonrisa pequeña aparecía en el rostro cansado de Hotaru mientras ella pensaba cuanta razón tenía. El estaba trabajando cada día para volverse mas fuerte para ayudar a su padre y lograr librarse de su mal. Si el estaba haciendo tanto por ella, ella haría esto por él. Silenciosamente Hotaru juro a si misma: ella encontraría a su madre y traería a la familia de Ranma de vuelta juntos.

* * *

Michiru Kaiou aparecía en la calle mientras la elegante Sailor Neptune soltaba sus poderes y volvía a su estado mundano. Alrededor, tiendas yacían en ruinas, y agua de una cañería principal salía a chorro por el aire. Desde la distancia venían sirenas, pero sabia que ella y su compañera tendrían tiempo para dejar la vecindad antes que fueran identificadas.

"Esta bien ahora, Haruka. Tú puedes cambiarte ahora."

La alta Scouts en la oscuridad daba una asentida ligera, la única seña que ella había oído. "Death Busters otra vez."

Michiru asentía y empezaba a caminar a través de los escombros. La pelea había sido larga y violenta, pero habían ganado. Como Sailor Uranus siempre decía, eso era lo principal. Pisando sobre los restos de un ladrillo que tambaleaba peligrosamente bajo sus pies, Michiru se preguntaba si su socia tenía una buena idea al permanecer como una Scouts por mas tiempo. Mientras las botas de Sailor Uranus tenían tacones, ella tenia menos problemas pasando a través de los escombros que Michiru, y la chica de pelo verde estaba usando zapatos.

Esperando en el otro lado de la devastación, Sailor Uranus miraba en donde había luchado sin alguna seña de pena. Michiru sabia que siempre que miraba el daño que hacían, ella sentía una mezcla terrible de temor y repulsión. Ella sabia que lo que estaban haciendo era correcto, pero no ayudaba ver sus esfuerzos marcados como "sobre-entusiastas vigilantes" en las noticias de la tarde.

Una de las claves que mantenían a Michiru sana y yendo en la batalla era la fuerza constante y determinación de su amiga mas grande. Mientras ellas tenían ambos poderes heredados mas allá de comprensión cuando ellas se volvían Scouts, Haruka había ganado algo mas. De algún modo, a través del tiempo, la alma de la muerta Scouts había viajado con los poderes. Esto llenaba a Sailor Uranus con un fuego, una conducción, una determinación constante para hacer lo que necesitaba ser hecho. Llenaba a la rubia con un reconocimiento de destino y una habilidad para decir lo correcto de lo incorrecto con certeza tal que Michiru se encontraba siguiéndola, incluso cuando ella era Sailor Neptune.

"Daimons otra vez. Ellos son los peores enemigos."

Alcanzando a su amiga, Michiru andaba junto a ella. "Bien... Ellos son ciertamente fuertes. No se si se diría los peores. Black Lady o las Inner Scouts pueden ser mas fuertes."

Uranus era fría y calculadora. Era mejor para ganar batallas si tu vivías de esa forma. "Black Lady, si, aunque el resto de la Familia Dark Moon no es mucho problema. Las Inners... No. A pesar de su interés repentino en trabajar en equipo, ellas no presentan amenaza real a nosotros."

"Pero aun, si Sailor Moon es la Princesa Lunar---"

"¡No!" Uranus la corto fuera con un barrido de su mano. "No hay mas princesa, recuerda eso. Todo por lo que luchamos, todo por lo que morimos, se ha ido. Siempre recuerda eso. Quienquiera que esta Sailor Moon sea, ella no es la Princesa. Ella no tiene su poder, y ella no actúa como la Princesa del Moon Kingdom. Cuando yo vivía antes, servia a alguien sabio, alguien mayor que todas nosotras. Me rehúso a inclinarme ante una niña estúpida que se asocia con nuestros enemigos."

"Tienes razón. Yo solo..."

Parándose aparte en un callejón, Sailor Uranus giro y miro a su amiga. Alta ya, en talones ella pasaba a Michiru pulcramente, incluso aunque la chica no era pequeña en ninguna forma. Situando una mano en ambos hombros de Michiru, Sailor Uranus miraba dentro de sus ojos.

"Todas nosotras queremos que las cosas sean de la forma que eran. Estoy segura que incluso Sailor Pluto y Sailor Saturn las quieren de vuelta a lo normal. Pluto puede estar todavía en coma, y Saturn puede preferir una filosofía de 'muerte y renacimiento', pero queremos la misma cosa. Solo desearlo no hara que eso suceda, sin embargo. Para traerlo sobre este nuevo futuro requiere esfuerzo, determinación y sacrificio. Siempre sacrificio."

Por un momento, tristeza parecían cruzar los ojos de la rubia, pero era desterrado por el control duro que Sailor Uranus rutinariamente mantenía. Continuando en eso aunque ella nunca había sido atrapada por sus propias palabras, Uranus giro y continuo andando. Ella podía amar a Sailor Neptune/Michiru mas que su vida misma, pero como Sailor Uranus, ella sabia que necesitaba poner el sistema primero, para poner el deber antes del amor.

Andando rápidamente para mantenerse con ella, Michiru miro al semblante severo junto a ella. "¿Tienes alguna idea de porque los Death Busters están intentando recolectar Cristales del Corazón?"

"No... A menos que ellos sepan sobre los Talismanes."

"¿Los Talismanes?..."

Los ojos de Uranus chasquearon al lado brevemente para ver si Michiru entendía, o si ella estaba confundida. Esto no era raro para ellas, y era una de las razones por que hacían tan buen equipo. Mientras ambas reconocían que el re despertar que había ocurrido había sido maravilloso, había sido tristemente falto en detalles. Así a menudo, Michiru podía recordar algo del Moon Kingdom que Haruka no podía, o viceversa.

"Los Talismanes eran objetos de grandes poderes, armas para las Outers Scouts. Sailor Saturno tenía su Silence Glaive del que ella no se separaría, pero el resto de nosotros tenía otros objetos poderosos, conocidos como los Talismanes. La Garnet Rod, la Space Sword y el Deep Aqua mirror. Estos tres objetos podían sostener nuestra fuerza en batalla, haciéndonos mas temidas para esos quienes dañaran a nuestro amado Reino.

"Según el Comando Real, los tres Talismanes eran almacenados en los Cristales del Corazón de esos seres suficientemente puros. Esto aseguraría que las armas no caigan dentro de las manos de nuestros enemigos, ni podían ser encontrados o robados fácilmente."

Ellas estaban cerca del fin del callejón ahora, el automóvil de Haruka solo a una distancia corta a través de la carretera. "¿Cuales son las oportunidades de encontrarlos nosotras?"

Uranus sonreía fríamente. "Excelentes. Otro que el valor de energía de los Cristales del Corazón, yo no puedo pensar por que los Death Busters estén tras ellos, a menos que sepan sobre los Talismanes. Mientras nosotras siempre lleguemos a la batalla primero y nunca dejemos que nuestra determinación se extravié, seremos las vencedoras."

Sailor Uranus tomo un paso adelante fuera de las sombras del callejón y ella de repente sintió la mano de Michiru conteniéndola. "Creo que seria mejor si te transformaras. La gente podía empezar a preguntarse si ven a la gran Sailor Uranus conduciendo el auto de Haruka Tenou."

Uranus abrió su boca para objetar, entonces la cerro otra vez. Michiru tenía razón, y este no era un argumento que podía ganar. Tomando un poco mas de pasos atrás al callejón, Sailor Uranus tomo una respiración profunda, entonces solto su magia, transformándose de vuelta a una chica de escuela ordinaria.

Mientras el brillo de la magia caía, Haruka cayo de rodillas, una mano contra el ladrillo duro frió del edificio, la otra apenas logrando guardar su cara de yacer en el suelo. Sacudiendo y temblando, ella empezaba a respirar violentamente. Una después de otra, escenas de su pelea reciente barrían su mente. La violencia, la destrucción, y lo peor de todo; la sangre. No mas capaz de retener su control, Haruka perdió dominio de su estomago, y los contenidos devueltos yacían bajo ella mientras vomitaba una y otra vez.

Arrodillándose ahí en el frió y la oscuridad, Haruka no podía sentir la tranquilizante presencia de su amiga. Todo lo que ella podía entender era las imágenes horrendas de lo que habían solo ocurrido. Dolor, sufrimiento y perdida, toda por una guerra que el residente promedio de Tokyo no sabia que incluso existía. Toda por una guerra en que ella era un autor clave del dolor. Llena por una culpa y angustia tan fuerte que era física, Haruka dejo salir un sonido bajo de dolor y rodó a un lado, jadeando desesperadamente.

Cuando ella había luchado con el Daimon y su ama, la batalla había solo durado minutos. Mientras el shock de la batalla realmente solo durada un tiempo similar, el efecto era mucho mas impactante. Cuando Haruka recobraba sus sentidos, ella encontró que todavía yacía en el callejón, pero ahora su cabeza estaba descansando en la pierna de Michiru mientras su novia cepillaba el pelo rubia de su frente. Calmando su respiración, Haruka una vez mas se estremecía y miraba hasta reunirse con los ojos interesados de su improvisada enfermera.

Michiru sono interesada, naturalmente lo suficiente. "¿Estas bien? ¿Que fue eso?"

Escupiendo para quitar algo del mal sabor de su boca, Haruka miro. "Solo... un Shock o algo... Creo. He notado que sucede mas a menudo estos días. Una vez que vuelvo a ser Sailor Uranus ya no mas... creo que puedo recordar lo sucedido y... Yo solo..."

"Shhh... Hey, esta bien." Continua tranquilizando a su amiga, Michiru estaba mas preocupado que de costumbre. Por los sonidos de eso, esta no era la primera vez que Haruka se sentía de esa forma, pero no le había dicho antes. Reflexionando, era solo después un correría en que ellas no acababan luchando que Haruka estaba todavía con ella cuando se transformaban. Normalmente la rubia se iría, reuniéndose otra vez después de una hora o mas tarde, una vez que ella tenia una oportunidad de refrescarse.

Michiru podía entender el stress de Haruka; ella se sentía mas siempre que ellas tenían que lastimar a alguien para salvar al mundo. El nivel de stress de Haruka, era algo mas que todo juntos. Era casi como si todo lo que Sailor Uranus experimentaba, ella lo embotellaba y lo ponía aparte, esperando hasta que algún tiempo después de la batalla para que le afecte. Tan pronto como la Sailor se transformaba, ese control autoritario era perdido, y Haruka Tenou - estudiante ordinaria - era sujeta a la fuerza completa de emociones y horror que haría a un guerrero experimentado agacharse y acobardarse.

Ayudando a su amiga dentro del automóvil, Michiru tomaban sus llaves con solo la protesta de la ex-corredora. Normalmente Haruka rehusaría estar en el automóvil si alguien mas estaba conduciendo, pero actualmente ella no estaba en condiciones de protestar. Sus manos se sacudían, y su cara estaba fría y pálida. Mientras el auto se movía, Michiru esperaba en silencio, un oído servicial para los problemas de su amiga.

"C-Cuando soy Sailor Uranus, es todo tan claro. Puedo entender lo que necesita ser hecho, y puedo hacerlo. Es... Es fácil. Todo es blanco y negro. Bueno, malo. Nosotros, ellos. Pero cuando me deja... Oh, Michiru, no se como lo haces. Es suficientemente malo ir a través de ello después de la batalla, pero como logras luchar cuando todo te esta golpeando así."

"Yo dependo de mi socia. Ella me ayuda a pasar a través de eso." No había recriminación en su voz, pero no lo necesitaba. Haruka sabia que ella no habría intentado guardar esto a Michiru. Ellas eran compañeras, amantes y mas. La clave en una buena relación era la comunicación, y su sufrimiento en silencio era la peor clase de acción. Le dolía, y eso iba hacía la mujer que amaba.

"Lo siento. Yo no quería que pensaras menos de mi. Quería ser un soldado real. Se como miras a Uranus - incluso yo lo hago. Yo solo no quería parecer algo menos a tus ojos."

"Oh, Haruka. Nunca pensaría mal de ti, no importa que suceda."

Lo que seguía del viaje de vuelta a casa de Michiru era hecho en silencio, y por el tiempo que Haruka daba un paso fuera del automóvil, su pena mas temprana podía ser apenas vista. Andando dentro de la casa, Michiru tomo la mano de su amiga y miro sus ojos verdes. "Ahora... ¿Hay algo mas que necesitas decirme?"

"No... No realmente. A veces tengo un poco de problemas obteniendo el sueño en la noche, pero eso es todo."

Situando una brazo alrededor de la cintura de Haruka, Michiru la arrastraba a la dirección de la habitación de huéspedes. "Que tal si vemos a nuestra visitante, luego te daré un masaje. Quizás estas solo trabajando demasiado duro y necesitas ayuda para relajarte."

"Si, quizás." Haruka no sonaba convencida, pero permitía a Michiru conducirla por el camino. La razón real por la que ella no podía conciliar el sueño era la forma en que seguía recordando las caras de toda la gente que habido sido herida o muerta en sus manos. Mientras ella era Sailor Uranus, no tenia problema, dado que sabia que el fin justificaba los medios que estaban usando. Sin embargo, ese frió conforté mientras estaba sola en su cama, solo su conciencia culpable le daba compañía.

La "visitante" en el cuarto de huéspedes estaba ahí tan silenciosa y todavía como el día en que ella había llegado. Pelo verde oscuro largo desamarrado sobre la almohada y a través las excelentes sabanas, agrupando las características bien curtidas de la Guardián Del Tiempo. En otro ejemplo de la forma en que sus faltantes memorias funcionaban, había sido Michiru la que había recordado que Sailor Pluto tenía tan buena piel. Mientras ella había sido una chica mas pálida cuando primero tomo el manto de Sailor Pluto, exposición constante a las radiaciones en el Río del Tiempo curtía a través de incluso la protección del traje de Sailor.

Labios de color rosa delicados, pendientes en forma de escudo rojo y un negro, collar de estilo de marino era todo lo que podía ser visto de la mujer para revelar su mágica herencia. Incluso su tiara era tapada por el borde de su lustroso pelo. La respiración de Sailor Pluto era lenta pero regular y profunda, mucho como una persona normal durmiendo. Pero mientras ella podía estar durmiendo, nada parecía ser capaz de despertarla.

Cada día Michiru y Haruka compartirían los deberes de asearla y tomar cuidado de ella. Ella no necesitaba bañarse, como el traje de Sailor la mantenía en su presente condición, pero ellas no tomaban riesgos. Dado que no podían quitarle el blanco traje de su cuerpo, limpiaban lo que podían, y peinaban su largo pelo. Varios veces al día la alimentarían con una simple dieta de liquido alto en proteínas y energía. Mientras la Scout bebería lo que pasaba por sus labios, ella no mostraba otras señas de notar el cuidado al que era tomada.

El fracaso de su paciente en responder no hacía efecto en las dos chicas cuidándola. Ellas velarían por ella mientras vivieran, y si ellas no sobrevivía - lo que parecía probable durante algunas batallas - habían dejado instrucciones detalladas para su cuidado. Su lealtad a la comatosa Scout no hacia mella en su sentido de solidaridad. En su lugar, recordaban la cercanía que las tres Outers una vez habían compartido, y sujetaban la esperanza que un día pueda volver. Mientras tanto, cuidarían de Sailor Pluto en su hogar y defenderían las virtudes y el futuro que ellas querían.

Aunque su esperanza era infalible, no podían hacer mas que sentir una desesperación ligera constante. ¿Cuando Sailor Pluto despertara?

* * *

Tap. Tap.

Tap. Tap. Tap.

"¡Hey! ¡Hotaru! ¡Despierta!"

"Que..." Lentamente, con ojos cansados, Hotaru Tomoe se levanto de su cama e intento entender de donde el ruido estaba viniendo. Mirando alrededor de la habitación, ella no podía ver a nadie. En el momento, ella estaba compartiendo una habitación con su nueva hermana, Kasumi. Por un tiempo, había estado usando la habitación de huéspedes de los Tendo, pero cuando había averiguado que eso significada que Ranma y su padre estaban durmiendo en el dojo, le había preguntado a Kasumi si podía moverse con ella. Naturalmente la mayor Tendo estaba feliz, y Ranma una vez más había ganado el uso de su habitación.

Normalmente Kasumi era temprana al levantarse, algo que Hotaru no era capaz de igualar, especialmente con las trasnoches que ella a menudo tenía estos días. Por consideración a su compañera de cuarto, Kasumi dejaría las persianas abajo, vestirse y entonces ir y empezar su día, todo sin despertar la forma pequeña durmiendo en el futon cerca de su cama. Kasumi había ofrecido compartir la cama, dado que ella sabia que la chica pequeña estaba sola y asustada, pero Hotaru no quería imponerse mas de lo que necesitaba.

Ahora ella estaba despierta - al menos ligeramente - y un ligero sonido de golpeteo estaba todavía viniendo. Girando su cabeza, Hotaru miro la puerta y parpadeo. Normalmente cuando alguien golpea, el sonido viene de la puerta, pero ella podía jurar que...

Lanzando sus sabanas, Hotaru ando a la ventana y arrastro la persiana. Parpadeando ligeramente al brillante sol de la mañana, Hotaru suspiraba ligeramente. Sonriéndole a través de la ventana cerrada estaba Ranma. El estaba colgando de arriba, y lucía muy despierto para esa hora del día.

"Buenos días, Hotaru. Tiempo para vestirse y alistarse."

Hotaru parpadeaba unos pocas veces mas. "Eh... ¿Alistarme para que?"

"¡Entrenamiento! Si. Hoy, Voy a empezar a entrenarte. No puedo dejarte ser la única atrás, ¿O si?"

Asombrada, Hotaru respiro varias veces, entonces dejo cerrarse las persianas otra vez. Segura en la oscuridad, Hotaru se saco su camisón y empezaba a buscar su ropa para vestirse. "¡Enseguida bajo, Ranma!"

Arrastrando su vestido escolar, Hotaru podía apenas creerlo. ¡Ranma había dicho que la entrenaría, y ahora el iba realmente a hacerlo! Ella solo sabia en su corazón que algún día a partir de ahora ella seria tan buena como Ukyo o Shampoo. Todas irían a pelear contra las malvadas Brujas o la Familia Dark Moon juntas. Lado a lado, ella y todas las otras hermosas chicas soldados del equipo de Ranma.

Estallando de excitación, Hotaru se lanzo al vestíbulo, sus calcetines resbalándose ligeramente en el suelo de madera suave. Bajando por las escaleras, ella miro de esa forma y eso, antes de ver a Ranma sentado en la mesa del almuerzo. Sus brazos estaban cruzados, y el llevaba una expresión muy seria en su cara.

"Buenos días, Hotaru. Hoy empezare a enseñarte los primeros preceptos de ser un artista marcial."

Intentando no mostrar su excitación, Hotaru dio un saludo. "Si, Sensei."

"Primero... Siéntate... Bien... Ahora, Kasumi, ¿Podrías traer por favor el primer objeto?"

Kasumi, quien había evidentemente estado esperando en la cocina venia con una bandeja tapada, que coloco en la mesa entre ellos. Dando una sonrisa rápida a Ranma y una tranquilizante cabezada a Hotaru, ella otra vez se retiraba a la cocina.

"Mi padre, aunque el es un gordo, desconsiderado, flojo, es también un profesor muy bueno en artes marciales, Hotaru. Dado que él me enseño lo que es importante, ahora yo te lo voy a enseñar a ti. ¿Estas lista para tu primera lección?"

La pequeña chica dio una cabezada nerviosa. Ella había visto la clase de entrenamiento que Ranma, su padre, y sus amigos hacían. Aunque sabia que ella podía transformarse en forma de chica mágica, ella no sabia si podía mantenerse con esa clase de trabajo.

"Bien." Con ostentación, Ranma levanto la tapa de la bandeja, revelando una bandeja completa de la mas alta cocina de Kasumi. Un desayuno Japones cordial, tenia huevos y algo de carne para proteína, arroz para energía, y vegetales para... Bien, vegetales se supone eran buenos para ti en alguna forma, así que tenían algo de todo. "Tu primera tarea, es comer esto. Papá siempre me enseñaba que tú no puedes luchar con el estomago vació. Así que... Antes de que hagamos algo mas, tienes que comer todo esto."

La comida no era mucha, pero era mas de lo que ella acostumbraba comer. "Es... ¿Es en serio, Ranma? ¿Pensaba que me iba a entrenar a mi?"

"¡Lo estoy!" Ranma casi sonaba herido. "Papá me enseñaba a comer todo lo que podía obtener robando algo de lo que yo tenia. Intentaremos algo un poco mas fácil, tu sabes, siendo mas grande que yo lo era y todo. Así, vamos, a comer. El Cuerpo necesita combustible para crecer."

"Si." Ella decía silenciosamente y empezaba a comer. Hotaru empezaba a sentirse llena a medio camino, pero bajo la mirada vigilante de Ranma ella persistía. Apuntando que las cosas verdes y el arroz se supones ser buenas para la piel, Ranma incitaba a Hotaru a terminar la comida con la esperanza que ella empezaría a recobrar el color y vitalidad que todavía le faltaba.

Con la comida hecha, ellos llevaron los platos a la cocina. Hotaru quería ayudar a limpiarlos, pero Kasumi la alejo fuera, diciendo que todo ya estaba arreglado. Siguiendo a Ranma, ellos se pusieron sus zapatos, entonces procedieron a fuera de la casa y el jardín. Ellos estaban a medio camino de la cuadra cuando Hotaru miro arriba y finalmente preguntó. "Ranma, ¿Donde vamos a ir?"

"Ese camino."

Ella atisbaba por la calle. "Yo no veo nada... ¿Vamos a ir a alguna parte en especial? ¿Por que no hacemos entrenamiento con los otros?"

Susurrando ligeramente, Ranma paro y encaro a la pequeña chica. En su forma de chico el era sustancialmente mas alto, y lucía fuerte y valiente, justo como Hotaru había imaginado que los héroes siempre lucen. "Esta bien, Hotaru. Quieres ser capaz de hacer esto?"

Con eso, Ranma saltaba al aire y realizaba uno de sus difíciles katas. Brazos y piernas atacaban, golpeaban y barrían contrarios imaginarios, mientras parecía revolotear en el aire mas que una persona bajo las leyes de la física de Newton tenía derecho a hacer. Tocando abajo, él la miro por una respuesta.

Los ojos reluciendo con esperanza de Hotaru que asentían. Si eso era lo que le iba a enseñar hoy, ella no podía esperar. ¡Con su habilidad de vuelo, ella podía permanecer arriba incluso mas tiempo que el!

"Bien. Pero para hacer eso, tienes que saber lo básico. Mas que eso, tú debes de estar en gran forma. Los chicos... Ellos podían llamar a esto duro entrenamiento, pero ninguno de ellos ni incluso Akane - ninguno de ellos entrenaría por menos de dos o tres horas al día normalmente."

Arrodillándose, Ranma la miraba directamente a los ojos. "Eso es lo que toma ser tan bueno, Hotaru. Tienes que vivir el arte. Y tienes que vivirlo toda tu vida. Ahora no estoy diciéndote que no puedes ser un artista marcial. Lo que estoy diciendo es que tienes que empezar desde el comienzo. ¿Esta bien?"

Entristecida ligeramente, Hotaru asentía. Quizás ella era una insensata al pensar que ella seria capaz de pelea al lado de su ídolo. "Si, Ranma."

"Bueno, por que una vez que sepas lo básico bien, entonces nosotros podemos empezarle otras cosas mas. Tiempo y esfuerzo, eso es todo lo que toma. Si tienes las agallas y la determinación, el resto viene naturalmente. Así... ¿De verdad quieres hacerlo, o quizás deberíamos regresar ahora?"

Ella sabia que este era el punto. Ranma no la forzaría a entrenar si ella no quería. El no la forzaría a hacer nada. Pero... Pero si ella decía que estaba asustada. Si decía que estaba preocupada de fallar en esto como en cada otro vez que ella había hecho deporte en la escuela, el la llevaría de vuelta, y eso seria el fin. Para Ranma, ella todavía seria una chica mágica, pero eso seria todo. Ella sabia cuanto el amaba las artes marciales, y había visto su respeto por los otros. Si decía si, si ella seguía intentando, entonces sabia que con ayuda de Ranma, algún día ella tendría su respecto también.

"Vamos."

"Buena chica."

Ranma la condujo fuera otra vez, pero ellos solo caminaron otros cientos de metros antes que Hotaru se encontró preguntando otra vez. "Um... ¿Donde vamos nosotros a ir?."

"Ese camino."

"¿Pero donde de ese camino? ¿Donde vamos a ir?"

Ranma rasco su cabeza un rato. "No estoy muy seguro de como decir este, así que dame un segundo para pensar... Esta bien, aquí esta tu próxima lección: no es adonde estas yendo, es como tú llegas ahí."

"¿Como llego ahí? no entiendo."

La frente de Ranma se anudaba mientras el intentaba poner las palabras que su padre le había enseñado. La mayoría de las lecciones de su padre eran por ejemplos, y normalmente eran un ejemplo que el no hacía. "Bien... Digamos que eres una gimnasta. Ahora, sería mejor ganar el primer lugar, si tienes que ir alrededor y golpear a todos antes de la competencia. O sería mejor si sales segunda, pero haciéndolo honestamente."

"Segunda." No había vacilación en nada.

"Así es. Eso es lo que quiero decir. Lo mismo con salvar Tokyo. Las Scouts van alrededor lastimando gente, pero ellos se dicen estar salvando Tokyo. Nosotros vamos alrededor ayudando gente, y decimos la misma cosa. ¿Ves la diferencia?"

"Si."

"Bueno. Así... ¿Entiendes donde nosotros vamos ahora?"

Hotaru sacudía su cabeza. "En los absoluto."

Ranma susurro y colgaba su cabeza. "Nosotros solo vamos a ir a caminar, ¿OK? Caminar todo lo que puedas hacer ahora, Así caminaremos hasta que tengas que parar. Y vamos a hacerlo cada día, hasta que puedas empezar a correr por un rato. ¿Ves a donde estoy llegando? Vamos a hacerte un artista marcial. Bien, para llegar ahí, vamos a ponerte en forma. ¿Todo tiene sentido ahora?"

"Si." Desafortunadamente ella había perdido la mayor parte del mensaje después que el dijo que solo los dos irían a caminar. Rosas parecían brotar alrededor del semblante apuesto de Ranma, y ella podía oír música suave tocando en el fondo. Susurrando, Hotaru sintió como si pudiera andar por siempre, siempre que Ranma estuviera con ella. Por una vez, el golpeteo de su corazón nada tenía que ver con el ejercicio.

Trabajando en el principio que es mas fácil ejercitarte tu mismo cuando estas distraído, Ranma intentaba una alternativa a una de las técnicas de entrenamiento de su padre. Mas que correr a través de un bosque perseguido por una jauría de salvajes, perros hambrientos, Ranma tenía una mejor idea planeada. Tras andar a una cercana estación de subterráneo, ellos tomaban un viaje a otra parte de la ciudad. La idea completa era que andando alrededor de almacenes desconocidos, ayudaría a distraerse a Hotaru y permitir ir mas lejos de lo que ella suponia.

Como una idea que trabajaba silenciosamente bien. Hotaru andaba por las tiendas con el por mas de una hora antes que de repente volver a palidecer y necesitar sentarse. Mas que deshacer todo su duro trabajo construyendo su fuerza comiendo alimento de junco, Ranma les consiguio un par de yakitori a cada uno. Una vez que terminaron con el alimento, Ranma reorganizado sus ideas por un rato, sencillamente luciéndose.

Casi literalmente, una luz se prendió sobre la cabeza de Ranma, y el giro alrededor buscando algo. Después de un momento, el giro a Hotaru y la llamo hacia la tienda que estaba en frente. "Coordinación de ojo mano, Hotaru. Tú tienes siempre que recordar cuan importante eso es a un artista marcial. Solo mantén en tu mente lo que mi papá me dijo: 'Un artista marcial esta siempre en control completo de su cuerpo.' Y esto luce como el lugar perfecto para empezar a desarrollar esa coordinación."

Dudosamente, Hotaru miro arriba al cartel de neón grande. 'Arcadias Corona'. ¿Los artistas marciales realmente entrenaban jugando video juegos? Según Ranma, ellos lo hacían. Como el había explicado en su caminata, todo era entrenamiento, si tú lo miras de la manera correcta. Mucha gente buscaba el camino mas fácil para hacer las cosas. Un artista marcial real buscaría el mas duro, y hacerlo de esa manera solo para ventaja al entrenar. Naturalmente, para deleite de Hotaru, Ranma había demostrado esto caminando junto a una valla con ella en su espalda.

Entrando a las arcadias, Hotaru dejo a sus ojos ajustarse antes de seguir a Ranma hasta atrás. Naturalmente el no iba a escoger algunos de los juegos normales para su entrenamiento. El estaba colocado en frente teniendo un mazo acolchado grande, y muchos pequeños topos que salían del suelo. La idea completa del ejercicio era ser capaz de golpearlos y obtener lo suficientes puntos para seguir jugando.

Tomando el juego primero, Ranma demostraba como hacia. El hecho que normalmente peleaba sin una no parecía importar cuando el trabajaba con un arma. Ni lo hacia el hecho de que el normalmente la encaraba y decía un comentario mientras jugaba. Uno después de otro, todos los topos eran golpeados. Incluso en los niveles mas altos, donde varios salían del juego al mismo tiempo, el todavía los golpeaba a todos. Entonces, en el medio de un record de puntos el paraba y dejo a su crédito expirar.

"Aquí tienes. No quiere que vayas a empezar con las cosas difíciles." El podía haber dicho difícil, pero parecía muy fácil para el.

Pisando hasta el juego, Hotaru vacilante sujetaba el mazo y golpeaba al primer topo. Ella le dio a uno, pero mientras se estaba recobrando, el próximo emergió luego bajo otra vez, un punto perdido para ella. Agarrando el mazo mas apretado, ella resolvía seguir intentando.

Innecesario decir, el juego la derrotaba mucho antes ella que ella llegara cerca del nivel de Ranma. A pesar de eso, Ranma le ofrecía unos pocos consejos en como sujetar el arma, y como pararse para que pudiera reaccionar mas fácil. Poniendo otros cien yen dentro de la maquina, ella empezo otra vez, una sonrisa atraveso su cara. Ella no podía ser muy buena, pero con Ranma como profesor, aprendiendo seguro que era divertido.

Cerca de la puerta de las arcadias, un ligero disturbio estaba ocurriendo. Afortunadamente, era suficientemente pequeño para no molestar a los clientes. De hecho, era el deseo de no turbar los clientes que causaba que un miembro del personal en servicio tratara y cerrara el acceso a las arcadias a uno de sus visitantes mas celebres.

"Lo siento, Kino. Tú no puedes estar aquí."

"¿Que? Pero Andrew..."

Andrew cruzo sus brazos y se coloco frente a la chica. El había visto la pelea de Kino la ultima vez que estuvo aquí, y sabia que estaba en problemas si ella quería hacer algo como la ultima ves que los visito. El no estaba en servicio ese tiempo, pero el relato del chico que ella había hospitalizado decía suficiente. Tan lejos como Arcadias Corona estaba intereso, Lita Kino era persona no grata. El podía ser un chico y ligeramente mas alto que la chica de pelo marrón, pero a él no le importaba botarla.

Mirando a través de la ventana del almacén mientras la chica Kino se movía, el vio a Serena Tsukino. Nada como Lita Kino, esta chica era una de sus visitantes regulares. Si el era realmente afortunado, ella tendría a su novio con ella. Serena podía ser demasiado pequeña para pelear, pero el había visto a Chiba tomando algunos borrachos afuera antes, y no era nada para reírse.

"Mira, vamos, Andrew. Se supone que me reuniría con algunas amigas aquí..."

"Amigas tuyas no es la clase de gente que quiero conocer, Kino. Ahora, por favor vete."

Sorprendentemente, la joven parecía como si estaba a punto de irse. Entonces, para sorpresa perpetua de Andrew, Serena venia a través de la puerta y arrastro la cabeza de Kino rápidamente, en conversación silenciosa. "¿Ya olvidaste, Lita? Ami dijo que esta era una de las cosas que había cambiado por el viaje del Príncipe Diamante en el tiempo. No se que paso aquí, pero Andrew no quiere saber de ti mas."

Cabeceando de tristeza, Lita acordo. Ella recordaba lo que Ami había dicho, pero no lo creía realmente. En el tiempo del que ellas habían venido, Andrew era un buen amigo suyo. Antes de que Serena había empezado a salir con Darien, ambas chicas habían compartidas una seria afección por el alto, bien vestido chico que trabajaba en el Arcadias Corona. Innecesario decir, ambas habían sido decepcionadas cuando encontraron que tenia una amable y bella novia. A pesar de pasar su afección, todos habían permanecido buenos amigos.

Incluso aunque ella nunca había sabido que Ami este equivocada, Lita había esperado que ella había estado confundida sobre lo que había oído sobre la reputación de Lita. Siempre una peleadora, en esta línea de tiempo, ella no había tenido la amistad de Serena que mejoro su temperamento. Eso, combinado con luchar al Dark Kingdom, la había dejado mas violenta y amarga de lo que ella había sido siempre. Esto le había hecho ser expulsada de la escuela, restaurantes diversos, y también del Arcadias Corona.

Golpeando la mano de su amigo alto, Serena atrevidamente andaba adelante y sonreía a Andrew. Mientras su llama solo ardía por Darien estos días, ella podía sonreír todavía dulcemente y encantar a los chicos cuando lo necesitaba... Mientras ella no tropezaba sobre algo en ese momento y hacer una tonta de si misma.

"Andrew. Podrías dejar a Lita entrar... ¿Por mi?"

Andrew trabajaba su boca varios veces antes de que algunas palabras salieran, y incluso entonces, sonaba como si no podía creer las palabras que estaba pronunciando. "¿Tú eres la amiga con que ella se iba a reunir?"

"Nnnju. Y Ami y Mina también. Rei esta ocupada en el templo hoy."

"¡No puede ser! ¡No lo creo!" Andrew hizo gestos con sus manos. "¡No hay forma de que Ami Mizuno este en la misma habitación con Lita Kino! Esas dos se odian a muerte!"

Como llamada por su nombre, una chica de pelo azul entraba a las Arcadias, andando lado a lado con una brillante, alegre rubia. "Hola, Lita. ¿Como fue tu día?"

"Excelente, Ami. Pero yo pienso que tendremos que encontrar otra parte donde ir." Gesticulando con su cabeza, Lita indicaba donde Serena estaba hablando con Andrew.

"No te preocupes, Lita. Estoy segura que Serena podrá hacerlo entender. Nosotras somos amigas ahora."

"Si." Los ojos de la chica alta relucían ligeramente. Ella nunca había tenido algunas amigas reales hasta que se junto con las Scouts. La perspectiva de ella habia perdido en esta línea de tiempo la había turbado mucho.

Atrás donde el significativamente sacudido Andrew estaba hablando con Serena, el chico estaba intentando recuperar la postura. Mientras el no había oído lo que las chicas habían dicho, no había duda que Ami Mizuno y Lita Kino habían logrado tener una conversación civil. Incluso mas sorprendente, parecía como si Ami estaba intentando animar a la chica Kino. De lo que Mokoti sabia de ella, Kino tenia menos amigas que una leprosa, pero mereciéndolo mas. Y aun ahora el había visto a las dos mas dulces, mas bondadosas chicas que el conocía ser agradables con ella, y les correspondia.

"¿Por faaaaaavor Andrew? Por favor déjala entrar..."

Mirando a Serena, Andrew se encogió de hombros. "Esta bien, pero solo porque tú y Mina son dos de mis mejores clientes. No se que pasa con ella, pero si empieza a ponerse ruidosa, tendrá que irse."

"¡Yay!" Serena salto y agitado su mano a sus amigas así que ellas podían entrar. "¡No te preocupes sobre Lita. Ella es como una persona diferente ahora, honestamente!"

Mientras Serena se dirigía a jugar los juegos con sus amigas, Andrew se inclinaba y susurraba contra el mostrador. El esperaba que la chica rubia tuviera razón sobre Lita Kino. Serena parecía mas feliz estos días también, y si ella había logrado realmente hacer a la chica Kino una persona decente al mismo tiempo, el mundo seria un lugar mejor. Pero de algún modo el sentía que esperar eso era como esperar un milagro.

Dos horas mas tardes cuando las chicas se fueron tras no causar mas disturbio que Serena derramando su bebida, Andrew suspiraba en alivio. Quizás había tal cosa como un milagro después de todo.

* * *

Daimons...

Sailor Moon no podía decidir que le importara mas. Droids o Daimons. Naturalmente, Youma no eran agradables tampoco, pero ellas no habían enfrentado a uno por un rato. Eso dejaba Droids y Daimons. Droids eran malos, ellos llamaban grandes cantidades de Energía Oscura dentro de un área y entonces hacían toda clase de cosas malas, no menos el que estaban intentando robar la energía de la gente. Daimons en la otra mano intentaban robar Cristales del Corazón de la gente, y eso era gravemente mortal.

En alguna forma ella prefería enfrentar Daimons. Mientras las Brujas que los controlaban eran mas poderosas que Esmeralda, al menos ella no era forzada a pelear con Black Lady. Sailor Moon todavía no podía perdonarse el hecho de que Chibi-Usa había sido convertido en un enemigo por el insidioso y malo Príncipe Diamante.

Como ella se sentía por eso era tenido que dejar a un lado, considerando que ella tenia un trabajo que hacer, y esta noche ese trabajo era derrotar un Daimon y devolver un Cristal del Corazón a una victima inocente.

Ellas habían atrapado al Daimon mientras estaba atacando a una chica en el parque. Aunque ellas habían salvado a la chica, el Daimon estaba todavía dándoles un tiempo dificil, y sabían que tenían que destruirlo, si no el solo se iría y encontraría mas gente como presa. Lo único bueno del encuentro era que había solo dos fuerzas ahí, buena y mala. No Outers Scouts, no casi-super-poderosos humanos, no Familia Dark Moon. Era solo una pelea simple agradable entre la luz y la oscuridad, donde todos sabían donde ellos se colocaban, y quienes sus enemigos eran.

Por los últimos diez minutos, Sailor Moon había estado corriendo alrededor, constantemente acosada por una cadena de ortigas que el Daimon seguía disparando. Por su cuenta, Sailor Mars la había salvado ya tres veces, Jupiter dos veces, y Mercury otro tres o cuatro veces poniendo abajo niebla para ocultarse. El problema que tenían era que cada vez que ella intentaba atacar, el Daimon atacaría primero. Esto la mantenía en carrera, y a las otras ocupadas defendiéndola.

Sailor Venus había intentado atacar al Daimon un par de veces, pero su ataque no parecía preocuparlo demasiado. Su Venus Love Chain lo sujetaría por un rato, pero su ataque de Crescent Beam - normalmente mas eficaz - hacía al planta-Daimon solo crecer incluso mas.

Levantándose desde donde ella se había estado ocultando tras un banco del parque, Sailor Moon miro alrededor. Todas estaban sudando y jadeando, e incluso Tuxedo Mask lucía cansado. El estaba todavía impecablemente y perfectamente vestido - tú no podías suponer menos de un héroe como el - pero su capa parecía ondularse con ostentación ligeramente menor, y de rato en rato el descansaría en su bastón, mas que esgrimiéndolo al enemigo.

"¡Sailor Mercury! ¡Cómpranos algo mas de tiempo! ¡Por favor!"

"¡Esta bien, Sailor Moon! ¡MERCURY... BUBLLES... BLAST!"

Fluyendo desde la mano de la Scout de pelo azul, las burbujas rápidamente se propagaron y se volvían una barrera impenetrable de niebla. Acostumbradas a operar en esas condiciones, las Scouts rápidamente se encontraron y reunieron alrededor.

"Esta bien, todos, esto es lo que vamos a hacer. Mars, Venus, ustedes vayan a la izquierda. Tuxedo Mask, ve con ellas. Si podemos, quiero que el piense que Venus soy yo por un momento y se concentre en ella."

Tuxedo Mask no estaba feliz sobre eso, pero asintió mientras la líder de las Scouts decía el resto de su plan. "Mercury, tu permanece aquí con Jupiter. Si vez a alguien empezar a estar en problemas, pon tu niebla otra vez. Jupiter, Yo te quiero lista para atacar a esas lianas si cogen a alguien. ¿Todas entienden?"

Había cabezadas, pero Mars fue la primera en preguntar el punto perdido en el plan. "¿Y solo que piensas que vas a hacer todo ese tiempo, Cabeza de chorlito? ¿Mientras estas toda sola? ¿Hmmm?"

"Bien... Mientras tu y Venus lo distraen, Yo voy a correr ahí por la estatua. De esa forma podré atacarlo por detrás..."

"Oh, y ¿Que se supone que hagamos si el decide atacarte a ti?"

"Umm..."

"¡Exactamente! Ahora que yo lo que pienso es---"

De repente Mercury grito. "¡Chicas! La niebla empezando a disiparse. Pienso que es mejor hacemos lo que Sailor Moon dice."

Mientras Mars miro y se quejo desdichadamente, el equipo se separaba y Sailor Moon corría dentro de la disipante niebla por si misma. Cuando lo ultimo de la cubierta se levanto, el Daimon era revelado en toda su maligna gloria. Como ellas, el no había estado malgastando su tiempo. La planta-Daimon había crecido raíces dentro del suelo, permitiéndose a si mismo crecer a niveles proporcionalmente mayores. Tan pronto como Venus y Mars eran reveladas, el atacaba.

Docenas de lianas como cuerdas salieron disparadas del suelo, capturando a las dos chicas, atando sus brazos a un lado, e impidiendo el movimiento mas ligero. Cogidas por sorpresa, Sailor Júpiter estaba todavía poniéndose en una posición donde ella pudiera disparar, y era incapaz de ayudar. Todo parecía condenarlas hasta que un par de ramos atravesaron las lianas.

Ramos de rosas.

Con una pista de música dramática tocando en el fondo, todos giraron hasta mirar a un desconocido que estaba colocado imperiosamente en una pared cercana. El era apuesto y alto, con una cara aristocrática y perfecta proporciones. Perfecto, eso si, si piensas que una combinación de un sombrero alto y capa esta bien con pantalones y chaqueta tradicionales samurai.

Poseyendo otro ramo en su mano izquierda, el desconocido misterioso levantaba su bokken al Daimon y hablo en una voz fuerte que repercutía a través del parque. "¡Nunca dejare ser dicho que algún hombre pueda exceder al noble y gran Trueno Azul de Tokyo!"

Relámpagos centellaban y truenos rugían. Como rajantes líneas azules en el cielo, Kuno se colocaba ahí en su gloria.

"Donde este campesino debajo de mi lanza nada mas que una simple rosa, yo lanzare una docena, ¡Pues el amor del Trueno Azul es seguramente una docena de veces mas de la que cualquier hombre normal! ¡Venid, mis amores queridos! ¡Libérense de su control, como yo las he liberado del abrazo sucio de esta criatura!"

Saltando desde la pared, el Trueno Azul llego hasta el suelo, su capa ondulando tras el. Habiendo gastado horas incontables observando la información que su criado había acumulado de las noticias, Kuno había dominado la rutina de Tuxedo Mask. Descansando solo para ponerse en una breve postura, Kuno iba a pelear contra el Daimon, su bokken volando de esa forma y así, obstruyendo los golpes de las lianas.

El había alcanzado apenas al Daimon y empezado a atacar cuando el Daimon dio un escalofrió y un quejido. Entonces, ante las reunidas Scouts, el misterioso Trueno Azul parecía derrotar al Daimon en un simple instante. Brevemente el se volvía de color dorado, luego el Daimon se puso negro y se desvaneció en el suelo.

Con un sonrisa de victoria conviniendo a alguien de su grandeza, Kuno sonreía y giro a sus verdaderos amores. "¡Ahh! ¡Ahora que he derrotado a la bestia sucia, seguramente son libres para salir conmigo!"

Ojos fijados en Venus y Mars, Kuno dio arriba alguna pretensión de ser noble o heroico. Brazos amplios, el atacaba, buscando tomarlas, una en cada brazo. Desafortunadamente, Sailor Mercury estaba lista para esto. Suponiendo tener que salvar la piel de las Scouts del Daimon, ella tenia su ataque preparado, y revestía una vez el lugar en una manta blanca.

Minutos mas tarde, mientras la niebla se levantaba, Kuno miraba alrededor y maldecía a si mismo. Una vez mas el hechicero sucio que hechizo a sus verdaderos amores las había alejado fuera. Las otras chicas - de bajo tipo, apenas llamaban su atención - no cabe duda que también eran peones en sus planes depravados, pero Kuno lloraba en el pensamiento de que sus bellas damas eran cautivas de alguien tan ruin y maligno.

"Ahh", el sollozo. "¡Si solo ellas fueran libres! Ellas serian mías, para tener y abrazar, un amor como ningún otro, y para guardar yo mismo. ¿No soy yo el gran Kuno Tatewaki? ¿No soy yo el mayor luchador en todo el Japón, o, en todo el mundo? ¿Oh, mis amores! ¡Yo las liberare y las haré mías!"

Mientras tanto , a través del parque y en las calles, la pequeña Serena Tsukino estaba intentando convencer a sus amigas que había sido realmente ella la que había dado el golpe fatal al Daimon. Mientras insistía que fue su Moon Sceptre Elimination el que lo destruyo, cada persona en el equipo juraba ver que fue el líder enemigo que había acabado con el Daimon en un simple golpe.

Mientras su novia corría llorando incluso Darien Chiba - el hombre real tras el evasivo Tuxedo Mask - era reacio para admitir su versión. Mientras el había visto a ella docenas de veces derrotar enemigos, lo que paso no podía haber sido coincidencia, ¿O si? De todo lo que el había visto, El Trueno Azul debe ser verdaderamente poderoso, probablemente mas que un reto para el Príncipe Diamante o algunos de los 5 Brujas.

Serena no podía estar realmente en lo correcto, ¿O si? Eso significaría que su oponente no era nada mas que un fraude, alguien solo con una buena postura y buena suerte. Y eso era solo ridículo...

¿No es así?


Fin Del Capitulo.