¿Quieres ser mi Prometido?

(Una Ranma ½ Alt Historia)

Autor Lord Kal-el
Idea original de Ammadeau Roy
Formato HTML de Hukarovi Yanoki

Aclaración: Todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi, solo espero que no me demande por usarlos de esta manera.


Kyoko sonreía abiertamente mientras se sentaba cerca de la entrada a la mansión de Kuno, chequeando su cámara por ya sexta vez. Al principio, la petición de su jefa de seguir a Ranma por la noche la había llenado de un tipo extraño de melancolía que ella no podía entender. Ella lamentaba que Nabiki no se hubiera olvidado de Ranma ya, pero ella pareció más conectada a él que antes, quizás aún más cerca a él que Nabiki era con ella.

Fue sólo después de que ella de mala gana había estado de acuerdo a este deber y había colgado el teléfono que comprendió lo que esta oportunidad representaba. Todo lo que ella tenía que hacer era compilar un registro fotográfico de como el chico de la trenza era justo como cualquier otro chico y su jefa lo dejaría en menos tiempo del que le tomaba a Kuno actuar como un idiota.

Kyoko estaba vestida toda de negro, para hacer más difícil ser vista, pero al mismo tiempo no hacerse notar a un transeúnte normal. La cámara que ella sostuvo en realidad era tomada prestada de su tía, que era fotógrafa para un tabloide y era capaz de tomar fotos buenas con muy poca luz. Ella estaba bastante segura que su tía no se había creído la historia de Kyoko sobre desear capturar la naturaleza de la noche, pero le había prestado la cámara de todos modos. Su tía incluso le había dado unos consejos sobre perseguir 'la naturaleza' de noche.

Dando a la cámara un chequeo final, Kyoko sonrió abiertamente mientras vio a su objetivo salir de la mansión de Kuno en los brazos de una mujer. La primera foto de la noche tomada, ella sonrió esperando las más por venir.

Capítulo 8: Una Rosa Negra con Ocho Espinas

La noche parecía demasiado caliente para Ranma. Él quiso culpar al traje que llevaba, pero él se sintió seguro de que era todo debido a la muchacha elegante que ahora con cuidado sostenía firmemente su brazo. Ella había estado dirigiéndolo en dirección a lo que esperaba sea el restaurante al que ellos iban, no habiendo dicho una palabra desde que dejaron su casa. Tampoco Ranma, por la simple razón de que él no tenía idea que decir.

Tampoco él podría relajar su guardia mientras los minutos pasaban sin que pasara algo. Con las palabras de Kuno todavía corriendo por su cabeza, él esperaba el momento cuando Kodachi cambiara al demonio que su hermano le había dicho que era. Normalmente, él ya habría desechado las palabras del kendoista, pero era todo demasiado similar a una vez con otra muchacha hace solo unos años.

>>>>>Flashback<<<<<

Había sido un viaje de su clase a una verdadera granja, y Ranma había corrido a los establos para ver a los caballos, los animales con los que él siempre sentía una conexión profunda, sobre todo debido a su nombre. Su escuela no era la única que tiene su viaje de estudios allí ese día, sin embargo. Una escuela privada exclusiva acababa de terminar su pequeña excursión.

Los caballos saludaron a Ranma como a un largo amigo perdido, al menos así es como le pareció. Cuando él nerviosamente levanto su mano para acariciar sus flancos, ellos no se escaparon, pero aceptaron su toque con miradas curiosas en sus grandes ojos.

"¿Qué haces tu aquí?" dijo una voz suave y femenina detrás de él.

Ranma despacio giro para ver un caballo blanco con cuidado entrando en los establos. Durante solo un momento, el chico de la trenza pensó que ese caballo le había hablado. Entonces él miró arriba para ver a una chica de su edad vestida en un equipo de jinete, sus rizos de oro salían en tropel desde debajo de su gorro. Ella montaba a caballo de una manera elegante, sosteniendo las riendas en una forma que pareció mostrar que ella sabía lo que hacía. Su postura era refinada, casi real, mientras ella lo miraba a él con una mirada inquisitiva con sus suaves ojos azules.

"Um, mi clase está en un viaje de excursión," Explicó Ranma, sintiéndose como si hubiera sido atrapado traspasando lugar prohibido. "Quise ver los caballos."

La muchacha asintió y le dijo, "Mi escuela ha-"

En ese mismo momento el caballo tropezó con una escoba que Ranma inconscientemente había dejado caer antes, haciendo el animal lanzar a su jinete. Actuando únicamente por instinto, el muchacho de la trenza logró cogerla en sus brazos para que no se lastimara o se ensuciara, aunque su propia camisa y pantalones necesitaran un buen lavado después.

"Tú... me salvaste, " le dijo la chica, parpadeando en sorpresa mientras ella se sentó en su regazo.

Ranma no tenía idea que decir. Él no lo había hecho intencionadamente, había sido más un reflejo que algo más. Además, él dudó que ella se hubiera lastimado mucho.

"¡Señorita Saginomiya!" gritó la voz de un hombre anciano en alarma mientras entró precipitadamente a los establos. Él tenía el pelo gris y usaba un smoking negro, pero no tenía el mismo aire de elegancia sobre él como la muchacha.

"Estoy bien, Geoffory," ella dijo al hombre con una pequeña sonrisa mientras se puso de pie y cepilló las arrugas en sus pantalones. "Este joven me salvó."

Geoffory parpadeó a Ranma, pero luego lo saludó a él tan bajo que su cabeza casi toco el piso. "Le agradezco, señor no sé lo que yo habría hecho si la señorita Saginomiya se hubiera lastimado debido a mi propia inatención."

Todavía nervioso, Ranma devolvió la reverencia - aunque no exactamente tan bajo - y dijo, "No tiene que agradecerme por esto. Es el deber de cada artista marcial ayudar a damas en peligro." O al menos eso era lo que su mamá siempre le decía.

"Es por eso que he decidido hacerlo mi nuevo novio," declaró la chica, con delicadeza pasando su brazo alrededor de los hombros de Ranma.

Ranma parpadeó y abrió su boca para protestar, pero Geoffory lo interrumpió. "¡Usted no puede hablar en serio, señorita! Él puede haberla salvado de lastimarse, pero él es obviamente-"

"Silencio, Geoffory," ella le dijo con una sonrisa, aunque había acero debajo de su voz de terciopelo que Ranma no presto atención pero el hombre si. "¿No tienes ningún sentido de romance? Esto es amor a primera vista, un amor tan puro que puede vencer cualquier barrera puesta por las clases sociales. Ahora ve y trae el coche. Me marcharé en unos minutos."

Con renuencia obvia, sobre todo dirigida a Ranma, Geoffory asintió y le dijo, "Sí, señorita Saginomiya."

Después de que él se había marchado, la muchacha se dio vuelta para afrontar a Ranma, mirándolo arriba y abajo mientras caminaba alrededor de él, una pequeña sonrisa en las esquinas de sus labios. "Sí, tu ciertamente servirás. ¿Buen joven, cómo se llama?"

El chico de la trenza parpadeó y logró tartamudear hacia fuera, "Es Ranma, Ranma Saotome."

"¿Ranma? Cuan... apropiado. Pondré ese nombre en mi corazón siempre, el momento cuando descubrí mi primer amor verdadero."

"¿Y tu nombre?" Ranma preguntó después que unos momentos de silencio habían pasado, sus ojos azules lo miraron fijamente haciéndolo sentirse cada vez más nervioso.

Su sonrisa se parecía al tintineo de diminutas campanas de plata. "Soy Asuka, el lirio Blanco."

>>>>>Fin del Flashback<<<<<

"¿Ranma-sama?" Kodachi preguntó, prácticamente susurrando en su oído.

Ranma parpadeó y sacudió su cabeza para aclarar su mente. Él no debería ser tan desconfiado de Kodachi solamente porque le recordaba un desastre pasado. Por lo que él podría decir, había poca semejanza entre ella y Asuka. Además, su cita con Nabiki había ido bien - más o menos - quizás su suerte cambiaba. Aquel último pensamiento lo dolió un poco por motivos que él no podía entender, casi como si hiciera algo mal. Él decidió dejarlo para una consideración posterior. No había tiempo para ello ahora.

"¿Sí, Kodachi...San?" él contestó, todavía sintiéndose nervioso al estar tan cerca de esta muchacha elegante.

Kodachi rió en una manera recatada y señalo con su mano libre al edificio en que habían parado. "Hemos llegado."

Ranma siguió el camino del gesto, sólo para comprender con horror que el restaurante en el que habían parado era la Flor de Jade. "Oh, no," susurró él.

"¿Pasa algo malo, Ranma-sama? Su madre mencionó haber disfrutado cenar aquí antes y pensaron que era un lugar apropiado para comenzar nuestra cita. ¿Erró ella?"

Ranma frunció el ceño, mentalmente dándose patadas a si mismo por no pedir los planes de la cita de antemano. Su mamá haría algo como esto a él. ¿Pero qué podía hacer sobre eso ahora? Si fuera alguien más, él podría haber sido capaz de llevarla a un lugar que no requería reservas, pero era la hija de la mejor amiga de su madre, y obviamente una chica que estaba acostumbrada a lo mejor. Él no quiso decepcionar a su madre, incluso si era su culpa. Además, Min-Lin podría no trabajar esta noche. Él podría estar preocupado por nada.

"No, todo esta bien," explicó Ranma rápidamente mientras Kodachi siguió mirándole curiosamente. "Solo... solo pensaba que había olvidado mi cartera, pero luego me di cuenta que tu mamá paga por todo."

"Sí, su presencia es todo lo que requiero esta noche, Ranma-sama," Ella le dijo en un susurro mientras apoyó su cabeza en su hombro. "¿Vamos adentro?"

"Sí," Ranma logró decir mientras a duras penas puso un pie delante del otro.

* * *

Kyoko saco unas fotos más, asegurándose de sacar el máximo partido al ángulo incriminatorio sobre el par mientras silenciosamente caminaban por la calle, ya tan cómodos en la presencia de cada uno que ellos no tenían que decir una palabra.

Entonces ella vio el restaurante en el que habían parado y tuvo que morder su lengua para impedir reírse a carcajadas. En cambio, ella se dio la vuelta para entrar por detrás.

* * *

Ranma y Kodachi se encontraron en la puerta con el mismo caballero anciano que había saludado al chico de la trenza en su cita con Nabiki. El hombre sonrió a ambos, pero lanzó a Ranma una mirada ligeramente perpleja, a la cual él dobló su cabeza, sintiéndose avergonzado.

"Bienvenidos a la Flor de Jade. ¿Puedo ayudarle?"

"Sí, reservaciones para dos," habló Kodachi antes de que Ranma tuviera posibilidad de hacerlo. "Bajo el nombre Kuno."

"¿Kuno?" El hombre repitió en sorpresa, sin siquiera mirar su lista. "Por favor venga por aquí, hemos estado esperándole."

Ranma escuchó las palabras del hombre con un sentimiento creciente de temor, y se preguntaba que exactamente su madre y la de Kodachi habían arreglado allí.

El anciano los condujo por el restaurante débilmente alumbrado, todo el rato Ranma echo un vistazo alrededor buscando una cabellera rubia, pero por suerte no encontró ninguna. Él los dirigió atrás del restaurante y por una escalera de espiral a un vestíbulo lleno de cuartos de bambú, pareciéndose a algo que parecía a un restaurante más tradicional japonés.

"Estos son nuestros mesas privadas," explicó el hombre con una sonrisa. "Para las parejas que no desean ser molestadas por otros disfrutando de su comida."

"Qué maravillosa idea," Se entusiasmó Kodachi mientras se acurrucó más cerca al chico de la trenza. "Nuestros padres son tan atentos."

"Sí, es agradable," Contestó Ranma nerviosamente, aunque más por el toque de Kodachi y el olor delicado que algo más. Una mesa privada enormemente redujo las posibilidades de que alguien entre y estropee todo. Por una vez, su madre tuvo una buena idea.

El anciano deslizó las puertas y los condujo dentro. El cuarto era sólo de seis esteras de tatami de tamaño, pero era bastante para una mesa baja y cojines para descansar. El incienso ligeramente ardía en una lámpara en una pared, una pared de cristal revelaba la luna afuera, llena y brillante. Combinada con la iluminación débil echa por las gruesas velas colocadas en el cuarto, esto creó un sentido muy íntimo que puso a Ranma muy nervioso.

Mientras terminó de ver el cuarto, Ranma parpadeó al encontrar a Kodachi mirándolo a él, sus labios ligeramente separados y sus ojos brillando a la luz de la vela. Su perfume surtido con incienso para crear un olor que hizo Ranma sentirse aturdido. "¿Sí?" él pregunto a sus ojos de lavanda, resistiéndose a la tentación extraña de inclinarse adelante, para estar más cerca a aquellos labios misteriosamente rojos.

"¿Nos sentamos ya, Ranma-sama?" ella preguntó, sonando apenas perpleja.

Ranma se rió nerviosamente, apoyándose lejos de ella rápidamente mientras recorría su asiento, cuidadoso de no hacer caer ninguna de las velas.

Kodachi despacio tomó asiento en frente, sus ojos tristes y abatidos. "¿He...he hecho algo para ofenderle, Ranma-sama?" ella preguntó, no alzando la vista a él, su voz desbordaba preocupación.

"¡Erk!" Ranma comprendió que Kodachi había tomado su nerviosismo al separarse de ella rápidamente como un rechazo. "¡No! Es solo...," él luchó por explicar, sin tener absoluta idea que decir.

"Sé que usted fácilmente podría salir con mujeres mucho más hermosas que yo," ella le dijo, todavía no mirándolo. "¿Pero realmente me encuentra usted tan horrible que tiene que evitar mi toque tan rápidamente?"

*¡Baka, baka, baka!* Ranma se gritó él. Era obvio desde el principio que Kodachi era una muchacha muy sensible, pero su propio nerviosismo tonto lo había hecho descuidado y la había lastimado. Una de las lecciones de Nodoka que Ranma siempre estaba de acuerdo al cien por ciento era que él nunca debería hacer daño a una chica, física o emocionalmente.

Ranma dobló su cabeza para tocar la mesa, diciéndole. "Lo lamento, Kodachi-san. No creo que seas horrible. En realidad, creo que eres... muy bonita."

"¡Ah, Ranma-sama!" Kodachi declaró mientras él alzó la vista, ruborizado mientras ella le sonrió a él.

El anciano tosió, recordando a ambos que él estaba todavía en el cuarto. Ahora teniendo su atención, él le sirvió a cada uno una tradicional taza de té con un menú.

"Por favor tomen su tiempo en escoger," él les dijo con una reverencia. "Solo simplemente tiren del cordón de la campana cuando estén listos para ordenar."

"Gracias, buen señor," Kodachi le dijo, mientras sus ojos señalaron a la puerta.

"Sí, gracias," Ranma replicó, tratando de ocultar su vergüenza enterrando su cara en el menú.

El anciano asintió a Kodachi y dijo a ambos, "Buen provecho," antes de que él finalmente se marchara, cerrando la puerta detrás de él.

* * *

Haciendo todo lo posible para actuar como una camarera que acababa de empezar su turno, Kyoko averiguó que sus objetivos tenían un cuarto privado reservado para su uso, y por suerte el cuarto de al lado no iba a ser usado hasta mucho más tarde esa noche.

Impaciente de no omitir un momento de la infidelidad de Ranma, Kyoko tuvo que refrenarse para saltar por la escalera, en cambio furtivamente entro al cuarto de al lado, cuidando no ser notada. Las paredes eran relativamente delgadas por lo que un pequeño agujero fácilmente fue hecho, dándole una vista clara de Ranma y la espalda de Kodachi.

Chequeando la cámara otra vez, Kyoko esperó su siguiente oportunidad de foto.

* * *

Cuando Kodachi todavía estaba en secundaria, le habían presentado una solicitud para unirse el club de drama, que pensaba que su aptitud para lo dramático y su reputación mejorarían sus fallidas presentaciones. Después de una gran renuencia, ella había consentido en su demanda después de que ellas públicamente le habían presentado unos raros arbustos para añadir a su jardín.

La única condición de Kodachi consistía en que ella tendría el papel principal o no lo haría en absoluto. Lamentablemente, el papel del protagonista femenino en la obra que habían decidido hacer era impropio para Kodachi. Ellos trataron de convencerla de tomar el rol masculino, que era mucho más cerca a su personalidad, pero ella no quería saber de eso. Era más que solo que la encantadora Rosa Negra nunca podría ser un hombre convincente, pero estaba también la insinuación que había algo femenino que ella no sería capaz de hacer.

El papel era él de la esposa de un samurai que pacientemente espera su regreso después de que él se marcha a la guerra. Ella espera y espera oír cualquier noticia, y aunque nada se sabe durante años, ella sigue pacientemente esperando el regreso de su marido. Finalmente, después de que una década ha pasado, ella recibe la noticia de que su marido ha tomado a una nueva esposa en una tierra extranjera. La mujer entonces se suicida, firmemente creyendo que fue su culpa al ser incapaz de mantener el amor de su marido.

Kodachi pensó que eso era basura, y por una vez su madre estuvo de acuerdo con ella, desde luego su retrasado hermano no veía ningún problema con ello. Ella casi rechazó hacer el papel y dejar el club de drama por completo, pero eso habría sido admitir derrota, y era algo que ningún Kuno haría sin pelear.

En cambio Kodachi ardió con la determinación de hacer el mejor papel que alguien alguna vez haya hecho antes. Memorizar las desagradables líneas era la parte fácil, decirlas con el sentimiento y la entonación apropiada era casi imposible. En vez de conceder derrota, Kodachi busco varias obras con papeles similares para estudiar con cuidado, para encontrar un modo de hacerse un ama de casa respetuosa.

La revelación fue tan simple que se sorprendió no haber pensado en ello inmediatamente. El objetivo era todo lo importante; los medios para obtenerlo, no importa cuan desagradable, era solamente un medio para lograrlo. ¿Por qué debería ella preocuparse si otra gente la viera como recatada, mientras ella alcanzara su objetivo? Tal cohibición no era de ella.

Kodachi claramente podía recordar la noche de estreno. Ella no había asistido al ensayo desde hace algún tiempo, practicando sola su papel y sin distracciones. Empujando a su suplente aparte, ella cruzó de un tranco el escenario mientras la llamaban a escena. Su gran paso inmediatamente había cambiado a un paso recatado mientras ella sintió el calor de los proyectores, su cabeza se inclinaba mientras se acercó a su 'marido', una muchacha vestida como un samurai que nerviosamente explicaba sobre la guerra.

La función fue un éxito sin precedentes.

Los aplausos la habían ensordecido mientras ella daba su reverencia, la muchedumbre la ovacionaba y clamaban su nombre. La presidente del club de drama le dio un ramo de rosas rojas, mientras daba incontables alabanzas. Kodachi había sonreído a la chica mayor y le dijo, "Renuncio."

Fue glorioso.

* * *

"¿Algo gracioso, Kodachi-san?" Ranma la preguntó cautelosamente, echando un vistazo por el menú.

La Rosa Negra parpadeó al comprender que había estado soñando despierta y sonrió. "Solo un recuerdo, Ranma-sama, nada más," ella le dijo.

"¿Ha decidido usted aún? Pienso que sé lo que quiero," él le contó, claramente tratando de hacer conversación.

Sintiendo su máscara mental comenzar a fallar, Kodachi hizo todo lo posible para mantenerla en su lugar. Las cosas iban tan bien hasta ahora, no era momento de arruinarlo. El hermano de Hitomi seguramente era guapo, de más modos que uno. Su aspecto era todo lo que podría esperar, sobre todo considerando que su triste vida en una escuela solo para chicas había hecho a los hombres casi inaccesibles. La forma en que era tan cuidadoso para no ofenderla era también encantadora en una forma. Torpe, pero le gustó el sentido de vulnerabilidad que le daba. La dejaba en control. Su única decepción consistía en la falta de problemas que la noche había sido hasta ahora, pero claro la noche aún era joven.

"Sí, he decidido también. Perdóneme por no decirle antes."

"No, no, esta bien," contestó Ranma con una sonrisa nerviosa, mirando alrededor del cuarto. "Entonces creo que solamente tiro esta cuerda aquí..."

"Adivino que si," dijo Kodachi apenas aguantando la risa en su voz. Era tanta diversión mantener al chico de la trenza en guardia con sólo un vistazo o unas palabras. Ella por lo general no tenía mucha razón en ser sutil, encontrando que no era tan eficaz como otros métodos, pero en este caso parecía bien el esfuerzo.

Ranma tiró de la larga soga que colgaba cerca de la pared, estremeciéndose como si esperara que algo horrible pasara por consiguiente, pero ellos sólo oyeron el sonido débil de campanas, resonando y nada más.

* * *

Click, sonó de nuevo la cámara mientras Kyoko estudiaba la cara de Ranma por cambios en su expresión, los signos de enamoramiento de la muchacha que ahora se sentaba en frente de él. Ella se sintió algo mal al mirarlo tanto, pero esto bien lo merecía para liberar a su sempai de sus garras.

La única cosa que lo habría hecho mejor era algún tipo de dispositivo de escucha para poder oír y grabar lo que decían. A veces ellos hablaban claramente, pero por lo general era en tonos demasiado bajos para ser comprensible. Kyoko estuvo segura que sería dos veces más incriminativo si pudiera registrar las palabras de Ranma.

* * *

"¿Ranma-sama, usted es un amigo de mi hermano, no es así?" Kodachi pregunto en un tono escogido para conseguir su atención.

Ranma parpadeó por la pregunta repentina, contestando despacio, "Yo creo..."

Kodachi ocultó su sonrisa en su mano al oír la renuencia del muchacho con la trenza. No era ninguna sorpresa que su iluso hermano haya entendido mal a Ranma. Ella sólo esperó que él hubiera entendido mal su conexión a aquella chica poco femenina... también.

"Bien, mi hermano recientemente se ha enamorado de una muchacha en la escuela. Normalmente, yo no pensaría meterme en asuntos de mi hermano, pero al escuchar todos los regalos que él ha dado a esta muchacha, me preocupa que ella tome ventaja de la ingenuidad de mi hermano. ¿Dime, qué sabes de esta Akane Tendo?"

"Akane no se parece a eso," respondió Ranma inmediatamente, no notando el ceño leve de Kodachi. "Ella podría parecer una clase de matón para la mayoría de la gente, pero las peleas nunca son su culpa. Ella es en realidad es una persona muy agradable. Es tu hermano que no la escucha y sigue dándole cosa aun cuando ella siga diciendo no."

"Ya veo," Contestó Kodachi en un tono helado. "Usted parece conocer a Akane Tendo bastante bien."

"No realmente," Ranma le dijo como si él no había notado su tono. "Solamente la conocí hace unos días. Es solo... mucha gente a veces me observa desde lejos y piensa que soy un alborotador aun cuando las cosas que pasan no siempre sean mi culpa. No me gusta que nadie más sea mal entendido de la misma manera. Además, ella me ha ayudado unas veces por lo que estoy en deuda."

"Es algo que bien puedo entender," Kodachi le dijo con una sonrisa sutil. No era ninguna sorpresa que su hermano haya entendido mal su relación; Ranma simplemente se sentía endeudado con la chica poco femenina, no enamorado de ella. "Tengo una dificultad similar con mi propia reputación. Sin duda has oído algunas cosas terribles que la gente dice sobre mí de tu hermana o mi propio hermano querido."

Kodachi miró a Ranma retorcerse incómodamente en su asiento por unos momentos antes de finalmente admitirlo, "Bien, ellos realmente dijeron algunas cosas sobre ti..., pero nada realmente malo."

La Rosa Negra trajo una servilleta a sus ojos para limpiar lágrimas no derramadas, y al mismo tiempo ella estaba un poco preocupada de lo que él podría estar pensando. Ranma no le parecía estúpido, pero él realmente parecía ingenuo cuando se trataba de mujeres. Ella también hizo una nota mental de averiguar más tarde que exactamente Hitomi y Tatewaki habían dicho sobre ella.

"Las chicas de los colegios rivales están tan celosas de mis habilidades en la gimnasia rítmica - por no mencionar mi belleza y elegancia - que extienden esa mentira asquerosa sobre mí, diciendo que soy una chica vil y cruel que hace trampas para ganar sus batallas."

Kodachi parecía como si estuviera al borde de llorar mientras miraba detenidamente a Ranma por la esquina de su ojo para observar su reacción. Ella tuvo que sofocar una risa al ver una expresión de preocupación sobre su cara. Ella sintió una pequeña punzada de culpa al manipularlo así cuando él obviamente mostró verdadero interés, pero no le hizo caso. Ella no tenía idea cuando ella sería capaz de tener a otro chico prestándole tanta atención, si le daba algo en absoluto.

Ranma se movió para sentarse más cerca a ella, todavía manteniendo su espacio personal. "Kodachi-san, usted es... usted es una persona muy agradable. La gente no debería escuchar lo que otros dicen de usted. Es obvio que usted es muy dulce y amable."

"¿En verdad?" Kodachi preguntó con regocijo en su voz. Esta vez no fingía en absoluto, nadie alguna vez la había llamado 'dulce' o 'amable' antes. A menudo la elogiaban de lo que había hecho, por su madre o compañeras, pero nunca por solamente ser ella. Incluso si ella técnicamente no era ella en este momento, era todavía agradable oírlo.

Mirando fijamente a aquellos ojos púrpura otra vez, ojos que casi parecieron llamarlo, Ranma simplemente asintió.

"¡Ah, Ranma-sama!" Kodachi exclamó, yendo a abrazarlo, descansando su cabeza sobre su pecho mientras sus brazos rodeaban su cintura. "Usted es demasiado amable. Soy indigna de tal alabanza."

Ranma fue de incapaz de hablar o de pensar. Fue en ese momento que la puerta se abrió.

* * *

Kyoko mordió su lengua otra vez, aunque una risita logro salir mientras ella rápidamente tomo fotos de Ranma abrazando con cariño a su cita. Ella había pensado hacer algo para hacer a Ranma lucir mal, quizás retocar las fotos un poco, pero parecía que la verdad proporcionaría todas las municiones para derribar la relación entre su jefa y el muchacho de la trenza.

* * *

"¡Ejem!. Quizás debería darles unos pocos minutos más... para decidir su orden," dijo el camarero discretamente mientras el cerraba la puerta otra vez. Él tenía el aire de alguien que había visto esa escena varias veces antes.

"¡No, espere! ¡No era lo qué parecía!" Ranma protestó inmediatamente, saltando de su asiento, aunque al mismo tiempo siendo cuidadoso al escaparse del abrazo de la chica, no queriendo arriesgarse a ofenderla otra vez. Él realmente se preguntó por qué la gente siempre parecía interrumpirlo exactamente en un mal momento.

"¡Ah, estoy tan avergonzada!" Kodachi chilló, ocultando su cara en sus manos.

"No hay necesidad de estarlo, señorita" Dijo el camarero con una pequeña guiño en su dirección. "Yo no vi nada que podrían haber estado haciendo."

Ranma trató de explicar que ellos no hacían nada, pero su cita habló antes de que él tuviera posibilidad.

"Es muy amable de su parte. Yo no querría que nuestros padres supieran... ¡Estamos solo en nuestra primera cita!" Kodachi confesó con un ligero rubor.

Ranma trató de entender de qué rayos estaba hablando ella, pero no pudo. Aunque ella fuera tan tímida que ella podría pensar en un abrazo inocente como algo valiente y atrevido para ella.

No paso mucho antes de que el camarero hubiera tomado sus órdenes y se hubiera marchado con una pequeña reverencia, aunque a Ranma le parecía que se apuraba para dejarlos solos cuanto antes. Algo que el muchacho de la trenza no se sentía del todo cómodo.

Ranma no era ningún extraño acerca de las hormonas, de hecho él temió lo que pensarían de él si las dejaba libres, las cosas terribles que podrían hacerlo hacer a alguna pobre mujer confiada. Por suerte, todas las mujeres con las que su mamá lo citaba le daban bastante miedo a él para hacer callar las voces de aquellas hormonas - aunque le proporcionaba una multitud entera de otros problemas - pero Kodachi hacía justo lo opuesto, y él estaba cada vez más preocupado que su control podría resbalar.

"Tu prom..." Ranma parpadeó al encontrar que durante su momento introspectivo, la chica había desaparecido de su asiento.

"¿Sí, Ranma-sama?" Kodachi preguntó, volviendo para afrontarlo de su nuevo lugar al lado de la ventana, mirando la luna llena que colgaba en el cielo de la noche.

Ranma camino hacía ella, cuidando mantener su distancia de su toque. "Yo solo decía que tu prometido es un tipo afortunado," él le dijo con una sonrisa, sacando fuerza de eso hecho recordado. *No, no puedo tocarla a no ser que yo realmente quiera averiguar cuan filosa es la espada familiar que mamá guarda. Además es prometida de alguien mas* Para Ranma, el miedo siempre era un gran motivador.

"¿Realmente piensa usted eso?" Kodachi preguntó en un tono triste que lo sorprendió.

"Pero... seguro," Ranma comenzó a decir, haciendo una pausa para pensar en algunas cosas positivas para romper el repentino humor sombrío. "Usted es agradable, elegante, dulce, y más. Cualquier tipo estaría loco de no quererte como su prometida."

Kodachi miró a la luna, su voz tan suave que casi era un susurro. "Pero no sé nada sobre él. He vivido mi vida entera con el conocimiento de que era la prometida de alguien; alejada de chicos de mi propia edad, nunca sabiendo del amor. Tengo que... aceptarlo, pero es duro no saber como mi futuro marido luce, duro sostener la esperanza que él será todo lo que espero, y no la pesadilla que temo que sea."

Kodachi de pronto se dio vuelta para afrontar al chico de la trenza, sus ojos luciendo más brillantes bajo la luz de la luna mientras rápidamente acortó la distancia entre ellos, hasta que sus cuerpos estaban sólo a pulgadas aparte. "Si él sólo pudiera parecerse a usted, Ranma-sama, tan noble, amable, y guapo, entonces mi vida no habrá sido en vano. ¿Pero si él no lo es... qué haré entonces?"

Ranma miró fijamente la expresión abatida de Kodachi, sus largas pestañas parecían parpadear lágrimas, y sintió un nudo incómodo en su estómago. ¿Él tuvo que hablar del prometido y hacerla sufrir así, verdad? Su hermana tenía razón, él realmente era un baka.

Vacilante al principio, pero rápidamente ganando la convicción, Ranma ligeramente colocó su mano sobre su hombro, haciendo a Kodachi alzar la vista en sorpresa. "No te cases con él entonces," él le dijo en un tono serio. "Si no te gusta el tipo, entonces no deberías hacerte su esposa, sin importar lo que tu madre diga. Es tu vida, Kodachi, tú deberías solo... seguir tu corazón."

"¡Usted es tan elocuente, Ranma-sama!" ella se entusiasmó, prácticamente radiante con alegría mientras le sonría.

*Vaya, debería mirar las telenovelas de mamá más a menudo,* Ranma pensó, todavía un poco sorprendido que en realidad haya funcionado. *Hay algunas cosas útiles allí.*

Los pensamientos de Ranma fueron interrumpidos cuando Kodachi se puso aún más cerca, poniendo sus brazos alrededor de su cintura mientras puso su cabeza tan cerca que sus labios casi se tocaban.

Kodachi le susurró en una voz baja y bochornosa, "Sin embargo, no sé si yo tengo la fuerza para hacer esto a no ser que..."

"Uh, ¿A no ser que?" Ranma repitió nerviosamente, mirando alrededor para alguna clase de escape, comprendiendo con temor que debido al pequeño tamaño del cuarto, el único lugar que tenía para ir más lejos era una esquina.

"A no ser que..." Kodachi contestó, puntuando la palabra trayéndolas pecho a pecho, haciendo a Ranma ir a un estado de pánico congelado mientras sentía sus pechos contra él, su presencia solo escondida por su kimono oscuro. "A no ser que usted solamente haga una pequeña cosa por mí, y darme la fuerza para oponerme a mi horrible prometido y no condenarme para siempre a una vida de esclavitud."

"¿Qué es... lo que usted quiere que haga?" Ranma logró tartamudear, intentando y fallando de no mirar esos ojos, más y más, pareciendo silenciosamente prometer un placido y consolador calor, aunque Ranma se sintiera bastante caliente ya.

Kodachi cerró sus ojos, hablando tan bajo que aún tan cerca como estaban el uno al otro, Ranma casi tuvo que esforzarse por oírlo. "Bésame."

"¡¿Besarte?!" Ranma inmediatamente gritó, al mismo tiempo tratando de impedir que sus hormonas comenzaran un gran disturbio. "¡Pero, pero... usted esta comprometida!"

"Lo sé," Kodachi le contó, rompiendo su abrazo, apartando la vista al suelo otra vez, mordisqueando su pulgar con una expresión de preocupación. "¿Pero aún si él resulta ser todo lo que yo podría querer, es justo que yo nunca deba conocer el abrazo de otro hombre? ¿Es justo que estos labios nunca deban besar a otros, sino él? Si no tengo esta pequeña experiencia, siempre me preguntaré lo que he omitido, lamentare el tiempo cuando yo pude compartir este simple placer con otro mientras yo todavía podía."

Kodachi alzó la vista a él otra vez, sus ojos brillando con gran determinación. "Sí, estoy comprometida para casarme con otro, pero no estoy casada aún. ¿Por favor, Ranma-sama, puede usted concederme ésta pequeña petición?"

*Yo no quiero hacer esto, no quiero hacer esto, es una mala idea, es una mala idea...* Corrió una y otra vez por la cabeza de Ranma, pero mientras examinó los ojos suplicantes de Kodachi, su resistencia rápidamente cayo. "Umm, bien. Creo que eso no podría hacer ningún daño."

"Gracias, Ranma-sama" Ella le dijo con una sonrisa, antes de cerrar sus ojos e inclinar su cabeza mostrando sus oscuros labios rojos.

Ranma se encontró paralizado, incapaz de moverse, con miedo de lo que pasaría si él la besara, y también que si él no lo hacía. Cuando él era joven y trató de besar a chicas como su madre quería, él siempre terminaba con mucho dolor después, pero Kodachi quería - casi clamaba - que lo hiciera, y su madre siempre era tan insistente que él contestara el ruego de una dama. ¿Realmente podría él rechazarla?

La indecisión corrió por todas partes de su cabeza como un perro que persigue su cola, pero logró calmarse cuando él vio un ceño formarse sobre los labios de Kodachi. *Es ahora o nunca* él pensó mientras se inclinó adelante, cerrando sus ojos.

* * *

Kyoko estaba tan sobresaltado con lo que ella veía que casi olvidó tomar la foto. Por suerte, el momento duró bastante tiempo para que se recuperara y tomara unas cuantas, asegurándose que este momento en particular sería recordado para siempre. Su único pesar era que con su ángulo ella en realidad no podía ver sus labios encontrarse, pero lo que tenía bastara. Ella estaba segura que sería suficiente para hacer a Nabiki desistir de Ranma por siempre.

* * *

"¡Su cena está lista!" gritó una voz femenina, puntuada por el fuerte ruido de la puerta abriéndose rápidamente, casi saltando de su marco. "El cocinero hizo la comida extra rápido y... ¡Ah! ¡¿Ranma, qué estás haciendo?!"

No teniendo ningún otro lugar para ir, Ranma instintivamente saltó directamente arriba, agarrando firmemente el techo mientras inspeccionó la nueva interrupción, sólo para encontrar sus peores miedos hechos realidad. Min-Lin, la amiga de su niñez de cabello dorado y de ojos verdes que él casi había olvidado hasta hace unos días, estaba parada en la entrada, mirando fijamente a él con una expresión atontada.

Ranma hábilmente bajo del techo, aterrizando en un punto libre en el pequeño cuarto y se puso entre Min-Lin y Kodachi, tratando de ser demasiado obvio sobre ello. Él no tenía como Min-Lin reaccionaría ahora, pero sabía que ella era una seria artista marcial que podría terminar por hacer daño a la inexperta y recatada Kodachi. Él no pensó que podría en realidad pelear con una chica, pero era confidente de que él encontraría algún modo de pararla, incluso si eso requería recibir todos los golpes él mismo.

Él falló en notar que Kodachi usaba toda la fuerza de su mirada sobre la camarera por su inoportuna interrupción, que de manera decepcionante no tenía ningún efecto mientras la chica miraba fijamente a Ranma y no hacía caso de ella en absoluto. Su vida triste de nunca conocer el beso apacible de un hombre habría acabado si esa...tonta no hubiera entrado sin permiso.

Poniendo abajo el plato rápidamente, Min-Lin corrió para correctamente saludar a Ranma, sólo para encontrar su camino bloqueado por una chica que la miraba con un ceño fruncido del mismo modo que Shampoo lo hacía justo antes de que comenzara a gritarle por alguna cosa tonta. Tales malentendidos le habían pasado a Min-Lin mucho en el pueblo Amazona, y la mayor parte de ellos implicaban a Shampoo de algún modo u otro. Las explicaciones eran aliento mal gastado, aún las veces cuando Min-Lin pensó que sabía sobre qué era todo. Una lucha era inevitable.

Ranma parpadeó al ver la imagen de Kodachi moverse frente a él, bloqueando el avance de Min-Lin. Él también no podía menos de notar que ella se llevaba de manera diferente ahora; su debilidad substituida por una fuerza sorprendente. Recordando como Nabiki había tratado con la Reina Karate, Ranma se puso a punto para salvarla de lastimarse ya que él dudó que una táctica similar funcionara con Min-Lin.

"Tú has servido nuestra comida. Sugiero que te marches así podemos cenar, solos," Kodachi dijo a la camarera con frialdad, sus brazos cruzados. Esta muchacha tenía 'oponente potencial' escrito por todas partes y la Rosa Negra quiso sacarla del camino cuanto antes de modo que ella y Ranma pudieran seguir donde habían acabado. Ella realmente no estaba de humor para tratar de ser amable sobre ello tampoco.

"¿Por qué comer chica con Ranma?" Min-Lin preguntó mientras se movió poco a poco adelante, tratando de esquivar a la otra chica para ir donde el chico de la trenza.

"¿Por qué es tu problema con quién Ranma-sama cena?" Kodachi contestó, bloqueando la estratagema obvia de la chica.

"¡Min-Lin mejor amiga de Ranma en niñez!" Ella exclamó como si esto explicara todo.

"Sin importar que conexión previa con él pueda haber sido, Ranma-sama y yo estamos en una cita, que iba muy bien hasta que tú interrumpiste."

"¿Ranma salir... contigo?" Min-Lin preguntó, señalando de un lado al otro parpadeando en confusión.

Kodachi echó humo. "¿Intentas sugerir que yo soy de algún modo indigna de sus afectos? Creo que es de Ranma-sama para decidir, y no a una... plebeya como tú."

"¿Qué quieres decir con 'plebeya'?" Min-Lin frunció el seño, adivinando por el tono que eso era un insulto, pero se sentía demasiado desconcertada en este momento para ser insultado por ello. En la tribu Amazona, una guerrera sólo pedía una cita cuando él o ella querían otro a una lucha, y esta chica no parecía ser mucho desafío para Ranma. Min-Lin había estado en muchas citas en su pueblo, pero todas terminaron muy rápidamente. Muchos hombres trataron de salir con ella, pero ninguno de ellos duro mucho tiempo.

Kodachi sonrió con desdén. "Se ha hecho claro para mí que una plebeya como tú sólo entenderá acciones, no palabras. Pienso que tendré que enseñarte una lección."

"¿Me desafía?" Min-Lin preguntó, aliviada. El japonés tenía tales modos extraños de desafiar a la gente, perdiendo el tiempo en conversación que mejor puede ser usado en entrenar o pelear.

Kodachi dio una sonrisa fría. "Sí, aunque yo piense que tu apenas serás un desafío para alguien como yo."

Antes de que Ranma pudiera pronunciar una palabra de protesta sobre este duelo próximo, Kodachi giró para afrontarlo, su expresión se suavizo mientras sonrió con recato a él. "¿Puedes hacerme un pequeño favor, Ranma-sama?" ella preguntó dulcemente.

"Um, seguro," Accedió él, sintiendo totalmente desequilibrado en este momento.

"¡Sostenme esto!" Kodachi rugió mientras empezó a girar, su kimono fue volando por el aire hasta caer con cuidado en los brazos de Ranma. La Rosa Negra ahora estaba vestida en un leotardo púrpura con diseños de rosas, girando una cinta larga en una de sus manos libres. Con la otra mano terminó de atar su largo pelo negro en una cola de caballo desproporcionada. Con un último tirón, ella volvió para mirar fijamente a Min-Lin, sus ojos estrechados. "¿Lista?"

Min-Lin saco una larga vara de madera aparentemente del aire y asintió con una expresión seria. "Yo lista."

"¡La Rosa Negra verá cuan lista estás, niña! ¡Ohohohoho!" Kodachi se burló mientras saltó en el aire, su cinta se dirigió a sacar la vara de las manos de Amazonas, pero el agarre de Min-Lin era firme. Ella trató de contestar usando esta conexión para tirar a Kodachi al suelo, pero la gimnasta simplemente soltó más cinta y salto sobre su cabeza.

Kodachi ataco desde arriba, lanzando una patada poderosa a la espalda de Min-Lin, pero la Amazonas giro rápidamente y salto atrás lejos de ella, poniéndose sobre la mesa baja, a sólo pulgadas de plantar sus pies en la cena que ella recientemente había servido.

"Parece que tienes algo de habilidad," Kodachi observó mientras cogió algo de aire.

"Usted no mala tampoco," Min-Lin contestó, estudiando a la otra chica con cuidado por una apertura.

"¿Realmente tienen que pelear?" Ranma preguntó nerviosamente mientras miró hacia atrás y adelante entre las dos chicas, que estaban de pie otra vez. Min-Lin era una vieja amiga incluso si él exactamente no estaba emocionado con sus apariciones últimamente, y este otro lado de Kodachi que sale tan de repente era un poco inquietante para él. "¿No podemos sentarnos y hablar de esto calmadamente?"

"¿Ranma?" ambas chicas preguntaron simultáneamente mientras miraron en su dirección.

"¿Umm, sí?" él preguntó, sintiéndose aún más nervioso bajo su intensa mirada fija.

"¡No interfieras!" Ambas gritaron y usaron tanto la cinta como la vara para ponerlo en la esquina, donde él se sentaba aturdido mientras una chibi Kodachi y Min-Lin dieron vueltas alrededor de su cabeza en un pequeño y lindo combate.

Kodachi y Min-Lin asintieron la una a la otra, atacando al mismo tiempo con mudos gritos de batalla. Una cinta fue usada para levantar a la Rosa Negra en el último momento para que ella pudiera plantar sus pies en la cara de su oponente, pero la Amazona se agacho para tumbar a la otra chica por lo que ambos ataques fallaron.

Ahora apoyada en la mesa, Kodachi notó las dos comidas que yacían allí, el vapor se eleva de los platos todavía calientes, y comenzó a girar su cinta con una risa. "Aquí tienes, mi querido Ranma-sama," declaró ella mientras su cinta levantaba uno de los platos para enviarlo con cuidado al regazo de Ranma, no derramando un solo grano. "Tú puedes cenar mientras el duelo sigue. ¡El gusto dulce de la victoria será mi sustento!"

*Ella no es como Asuka en absoluto,* Ranma pensó tristemente. *Ella es peor* Él no era la clase que miraba un caballo regalado en la boca tampoco, encogiéndose de hombros, él comenzó a comer manteniendo sus ojos sobre las dos chicas. Ambas lucían más que capaces de cuidarse solas, por lo que no tenía ningún derecho a interferir. Había también el hecho que probablemente se unieran contra él otra vez si lo intentara. Esto no significaba que no le gustaba que pelearan tampoco.

"¡Min-Lin segunda mejo luchadora de su generación en pueblo!" la muchacha rubia declaró con orgullo. "Sólo perder desafío con dos personas en vida entera; haciendo muchos, muchas personas desafiarme muchas veces. Nosotros Amazonas muy pobres perdedoras."

"Lo mismo puede ser dicho de la Casa Kuno," contestó Kodachi con una sonrisa mientras giró su cinta en preparación para otro ataque. "¡Pero no será algo por lo que tendrás que preocuparte!"

La cinta se dirigió a la estera de Tatami en la que Min-Lin estaba parada, levantándola en el aire, mientras la Rosa Negra ataco con su hombro, golpeando la estera en la pared. Sólo entonces ella comprendió su error ya que Min-Lin no estaba detrás de ella como había planeado, pero en cambio estaba en el techo, bajando ahora para atacarla con su vara la que Kodachi fue capaz de esquivar girando rápidamente, la estera tatami la en su mano.

La Rosa Negra entonces usó esto como apoyo para un salto mortal, torciendo en el aire para aterrizar directamente detrás de Min-Lin, lista para su siguiente ataque. O ella lo habría estado si la Amazona permaneciera ahí en aquellos momentos, pero en cambio ella había rodado en el suelo, poniendo la estera tatami en su lugar, y había aparecido para afrontar a Kodachi.

* * *

Kyoko maldijo a la amazona por su interferencia esta vez, reflexionando que de haber recordado ella podría haber hecho algo antes para prevenir esto. Mientras era sumamente provechosa la interrupción de la cita con su jefa, esta era una cita con la cual ella no quiso que Min-Lin interfiriera.

Notando como la pared ahora tenía un agujero más grande debido al último asalto, y pensando sobre lo que su tía podría hacerle si dañara su preciosa cámara, Kyoko decidió esperar fuera por Ranma, dudando que habría algo que merecía ser grabado hasta que los dueños lo sacaran a patadas del lugar.

* * *

Kodachi y Min-Lin se miraron fijamente y en silencio, midiendo a su oponente una vez más mientras recuperaban su aliento. Los oponentes habituales de Kodachi hasta ahora estaban tan debajo de su habilidad en artes marciales que apenas eran un desafío en absoluto, esta era la primera vez que tenía que luchar con tal intensidad. La mayor parte de los retadores habituales de Min-Lin eran luchadores muy honestos, raras veces usando algún tipo de engaño o treta. Ella sabía ahora que tenía que ser muy despierta si no quería perder esta batalla.

"¿Um, disculpen?" cautelosamente dijo un joven del otro lado del agujero que el último ataque de Kodachi había hecho. Él llevaba un kimono azul y una expresión perpleja.

Con una sonrisa, la cinta de la Rosa Negra fue hacia él y lo envolvió completamente, y con un tirón violento, le envió volando hacia la Amazona. Poco sabía ella que Min-Lin estaba acostumbrado con hombres arrojados a ella. Sin darse vuelta, ella le dio le un codazo en el estomago, le pegó en la cara, y le envió volando de vuelta a su cuarto sin siquiera parpadear.

"Mi Bisabuela entrenar a Min-Lin en defensa anti-hentai. Es muy útil en y fuera del pueblo Amazona," explicó ella mientras levanto la mesa y la envió volando a Kodachi, junto con su cena.

La Rosa Negra esquivó el mueble lanzado y logró rescatar su comida con su cinta. Palillos en mano, ella probó el plato con una sonrisa. "Delicioso. Quizás lo comeré después de todo, una vez que terminé contigo claro esta. Sostenme esto por mí mientras tanto, Ranma-sama."

Ranma aceptó el plato que la cinta de Kodachi pasó a sus manos, rápidamente dejando su propia comida terminada a lado, y resistió a la tentación de probarlo él mismo.

"¡Escuela de Gimnasia Rítmica Kuno Ataque Especial, Rueda de Fuego!" Kodachi declaró mientras su cinta agarro unas velas y comenzó a girarlas en un círculo, más rápido y más rápido, hasta que era un círculo de fuego que se acercó a Min-Lin.

"¡¿Pero que pasa aquí!?" Gritó una mujer que salió del mismo agujero del cual el hombre antes había surgido. Su kimono también pareció haber sido puesto a toda prisa.

Min-Lin no hizo caso de la señora enfadada mientras lanzo una tetera a la gimnasta en un esfuerzo para acabar con el fuego, pero la Rosa Negra simplemente salió de su camino, riendo todo el tiempo, y el té caliente terminó por salpicar a la furiosa mujer en la cara.

"Mí turno," Min-Lin anunció con una sonrisa. "¡Técnica especial Amazona, Ataque de torbellino!" Ella despacio comenzó a girar su vara en sus manos, la velocidad aumentaba exponencialmente con cada revolución, hasta que no fue más que una visión borrosa, enviando una ráfaga de viento como un ventilador industrial.

Kodachi y Min-Lin comenzaron despacio a rodearser la una a la otra, las armas de calor y frío se acercaban más y más, cada una buscando un momento para atacar.

La mujer ahora miraba enojada a ambos, limpiando lo último de té de su cara con su kimono. Ajustándose su cinturón fuerte, ella se levanto y marchó hacia ellas. Pero no fue en el mejor momento ya que fue ese momento el que escogieron ambas para atacar, colocándola justo entre ellas cuando se acercaron. Quemada de un lado, congelada del otro, ella volvió a su cuarto y tiró la cuerda de la campana hasta que esta se desprendió en su mano.

* * *

Kodachi y Min-Lin lucían lista para seguir luchando, pero los gritos y quejas de los clientes y empleados de la Flor de Jade eran demasiado molestos, y no se hable del campo de batalla.

Ranma inspeccionó el camino de destrucción con pena; paredes arruinadas, muebles rotos, y comidas derramadas que había parecer que dos tifones en miniatura habían golpeado el lugar. Él no podía menos que preguntarse si de algún modo él era culpable de todo esto.

"Parece que tendremos que seguir con esto después" Anunció Kodachi a su oponente mientras guardó en su sitio su cinta.

Min-Lin asintió y con un movimiento rápido de la muñeca, su arma desapareció. "Yo no ir tan fácil contigo próxima vez, chica de la rosa."

"Hasta que nos encontremos otra vez, rubia," contestó Kodachi, aunque había una nota de respeto en la palabra final. "Vamos, Ranma-sama."

Ranma la miró fijamente, pesando la situación entera en su mente antes de muy vacilantemente, seguirla. Después de lo que él acababa de ver, la última cosa que él quería hacer era seguir esta cita, pero ahora él tenía que preocuparse de no sólo la ira de su madre, sino su cita también.

Min-lin se despidió de él con la mano. "Vernos después Ranma, sentir lo que pasar."

"Esta bien Min-lin." Le respondió él. "Fue parte nuestra culpa después de todo."

Con esto, Ranma siguió a Kodachi fuera del restaurante.

* * *

El aire de la noche estaba fresco sobre la piel de Kodachi mientras el calor de combate comenzaba a quitarse. Tomando su kimono de las manos de Ranma, ella no podía menos que notar, con un sorprendente sentido de tristeza, el modo que se aparto de ella, como si ella fuera algún tipo de animal salvaje. El miedo en sus ojos era normalmente una vista que la llenaba de la alegría para causar en otros, pero este caso le trajo solo pena.

Con un giro, ella otra vez estaba formalmente vestida, y continuada despacio en dirección de su siguiente destino. Ranma estaba a su derecha y justo detrás, bastante cerca para hacer obvio que estaban juntos, pero bien fuera de la distancia para un fácil toque entre ellos.

Kodachi frunció el ceño al ver cuánto el revés que su pequeña pelea con Min-Lin había causado. Ella había estado a momentos de su primer beso, pero ahora él actuaba como si estuviera asustado a muerte de ella. Ella se preguntó que fuerza le impedía no abandonarla totalmente, pero estaba seguro que si importar lo que era, tenía poco que ver con sus encantos.

"¿Ranma-sama?" ella dijo de repente después de que ellos habían estado andando por unos minutos, rompiendo el silencio entre ellos.

"¿Um, sí?" él contestó nerviosamente.

"¿Tenía usted alguna mascota cuándo era más joven?"

Al no ir más el sonido de los pasos de Ranma, Kodachi se paró también, pero permaneció de espaldas a él, solo viendo la larga calle, su destino eventual apenas lucia no más que una colección de luces.

"No realmente," Ranma finalmente contestó después de que un minuto o mas pasaron. "Mi mamá no tenía tiempo para cuidar de Hitomi y una mascota al mismo tiempo entonces ella no me dejo tener una. Una vez encontré un animal herido y lo cuidé hasta que sano en secreto una vez, pero fue sólo por aproximadamente una semana. Por alguna razón no puedo recordar que animal era..."

"La cosa que quise más en todo el mundo cuando yo era más joven era una pequeña tortuga verde," dijo Kodachi con sonrisa risa mientras finalmente giró para mirarlo, su voz con matiz de un regocijo infantil. "Después de verlas en un acuario durante un viaje escolar, como ellas nadaban en su pequeño fondo con un tipo cómico de gracia, yo solo tenía que tener una para mi. Entonces pedí a mi padre que me consiguiera una, pero él era... extraño y distante, y no más el hombre en el que yo había una vez pensé como la persona más importante en el mundo."

Kodachi se dio vuelta lejos de Ranma otra vez, mirando a la luna en lo alto ella habló en una voz suave, no aún notando cuando el chico de la trenza dio un paso más cerca para escuchar.

"Desde que puedo recordar, yo siempre tuve miedo de mi madre. Realmente no puedo explicar por qué, ella nunca fue nada más que amable y generosa conmigo; pero aun había algo que temblaba solamente al estar en su presencia. Sin embargo, quería una pequeña tortuga verde tanto que recogí todo mi coraje y la pregunté si yo por favor pudiera tener una.

"Mi madre estuvo de acuerdo fácilmente - demasiado fácilmente puedo comprender ahora - pero siendo la niña ingenua que era, felizmente esperé una pequeña tortuga verde que llegara. Sin embargo, los niños nunca son pacientes y yo era la peor que en eso. Durante todo el día siguiente pregunté a mi madre donde estaba mi tortuga. Ella me dijo que requería tiempo comprar una tortuga. Esto acepté con una pequeña asentida y esperé hasta el día siguiente, preguntándole otra vez, y con lo que pensé era un modo sutil, le indique que una tienda de animales no lejos de nuestra casa tenía pequeñas tortugas en venta. Ella simplemente contestó con una sonrisa que sólo una tortuga muy especial serviría para su hija.

"Entonces el ritual fue repetido día tras día hasta que al final de la semana había un nuevo adorno en la oficina de mi madre: un acuario grande. Y nadando dentro estaba algo que ella dijo que era una tortuga. 'Pero mamá, no tiene caparazón,' indiqué. 'Es una tortuga especial sin caparazón,' explicó ella con una sonrisa. Aunque yo hubiera preferido una con un caparazón, guardé silencio y felizmente acepté mi nueva mascota, a quién nombre con creatividad infantil, Sr. Green Turtle.

"El tanque fue movido a mi cuarto y procuré alimentar a mi nueva mascota cada día como mi madre me instruyó, aunque yo todavía pensaba que era extraño que una tortuga comiera tanto. La mayor parte de mi tiempo libre lo pasaba jugando con mi nueva mascota, lo que me gustó en particular porque nosotros podríamos aprovecharnos de la tierra o en el agua, por lo que incluso podía ir conmigo al baño. Él realmente tenía un hábito de tratar de sacarle los dedos a mi hermano siempre que él se pusiera muy cerca, pero esto era porque, como mi madre pacientemente me informó, era una tortuga mordedora.

"Mi nueva mascota era tan divertida como me imaginé que sería, y comencé a quitarme los sentimientos de temor en presencia de mi madre, pensando cuánto ella tuvo que amarme para conseguirme esta, tortuga especial sin caparazón. Mi juego favorito rápidamente se hizo defenderlo de mi hermano que a menudo trataba de golpearlo con sus dedos vendados, reclamando que era un demonio de Hades enviado para interferir con su práctica kendo."

Kodachi rió ligeramente con esta última admisión, suavemente y sin el mal tono de su risa de antes. Este era un sonido sorprendentemente agradable a los oídos de Ranma. "Aunque mi madre expresamente me lo había prohibido, lleve a Sr. Green Turtle a la escuela un día, para mostrar mi asombrosa mascota a la clase, y hacer a todos verdes de envidia. Ellos estaban intimidados por mi tortuga especial sin caparazón, al menos hasta que nuestro profesor, con algo de miedo, indicó que lo que yo había pensado era una tortuga durante semanas ahora era de hecho un cocodrilo.

"Todavía puedo recordar correr a casa en lágrimas de los insultos y burlas de las otras chicas mientras sostuve a mi mascota cerca de mi pecho, negando con fuerza que era nada más que la pequeña tortuga verde que yo siempre quise.

"Volviendo a casa, me encontré con mi padre, que estaba vestido de una manera tan extraña que apenas lo reconocí. '¡Eh!, kekki, ¿Qué pasa?' él me dijo con un acento tan extraño, apenas la voz apacible que recordaba, que dejé de gritar en sorpresa. 'Bonito cocodrilo el que tienes ahí, kekki,' él me dijo, acariciando a mi mascota en la cabeza. '¡No es un cocodrilo, es una tortuga!' Le grité a él, echando humo en cólera.

"Mi padre entró a nuestra biblioteca y volvió con dos libros, abriendo uno de tortugas y otro de cocodrilos. Puso ambos libros en una mesa y con cuidado tomo a mi mascota y la puso entre ellos, él preguntó, '¿Ahora a quien crees que se parece más, kekki?'"

"Estudié las fotos y a mi mascota por unos minutos sin hacer un sonido, apenas respirando. Yo había notado lo que mi padre quiso decir inmediatamente, pero no quise que fuera verdad tanto que seguí comprobando y comprobando de nuevo, esperando que en el siguiente vistazo, mi mascota de pronto se pareciera a la imagen de la tortuga y no al cocodrilo.

"Sacudiendo mis brazos, muy despacio recogí mi preciosa mascota y la mire fijamente a los ojos. 'Tú eres... un cocodrilo.' Sr. Green Turtle sólo me miró fijamente con curiosidad mientras mi padre asintió y guardó en su sitio las enciclopedias. Asintiendo, intenté enfrentar a mi madre.

"Ella estaba en su oficina como siempre, llenando formas de las que yo no tenía ningún entendimiento. Tan profundamente ella estaba en su trabajo que no me notó entran hasta que yo cerré de golpe la puerta. '¿Deseas algo, Dachi?' ella me preguntó con una sonrisa. Coloqué a mi mascota sobre su escritorio, otra cosa que ella me había dicho nunca hacer, y fue recompensada con un fruncido leve. 'El es un cocodrilo,' le dije despacio, apenas no gritando.

"Mi madre sólo sonrió y dijo, 'No, Dachi, es una tortuga, justo como tú querías.' '¡Él es un cocodrilo!' Le grité en ella, pisando muy fuerte mis pies. Ella sólo siguió sonriendo. 'No, es una tortuga que resulta que se parece a un cocodrilo.' 'Mi profesor en la escuela dice que es un cocodrilo,' indiqué cuando mi rabieta efímera obviamente no tuvo ningún efecto. 'Yo apenas consideraría al Sr. Yokonaka un zoólogo, Dachi. El esta equivocado.' '¡Papá dice que es un cocodrilo también!' Grité otra vez mientras las lágrimas comenzaron a juntarse en mis ojos otra vez. 'Tu padre... no ha estado bien últimamente,' ella me dijo mientras una mirada afligida cruzó su cara.

"Fue la gota que derramo el vaso para mí. Agarré rápidamente mi mascota, y le grite a ella, '¡Es todo tu culpa! ¡Te odio!' antes de salir de su oficina, cerrando de golpe la puerta detrás de mí. Entré corriendo a mi cuarto y salté a mi cama, sosteniendo a Sr. Green Turtle fuertemente a mi pecho mientras lloraba y lloraba.

La voz de Kodachi se desvaneció en la nada mientras miró a la luna, una leve, mueca de burla sobre su cara. Ranma se paraba sólo a pulgadas de ella ahora, sintiéndose atontado por esta admisión repentina y obviamente personal. El silencio pareció ponerse pesado sobre él, después de unos momentos él preguntó con cuidado de modo que pudiera ser ignorado si lo consideraba ofensivo, "¿Y entonces qué pasó?"

Kodachi giró para afrontarlo, su sonrisa se convirtió en una genuina. "Bien, después de unos minutos de llorar todo lo que pude, seque las lágrimas restantes y miré fijamente a mi mascota, preguntándome que debería hacer ahora. En ese mismo momento mi hermano irrumpió en mi cuarto y grito, '¡Sucio demonio! ¡Por roer mi bokken favorito, te golpeare!' Y antes de darme cuenta, yo me reía mientras mi hermano se iba furioso, protegiendo a mi preciosa mascota de su ira porque al final no me importó si era una tortuga o un cocodrilo. Lo amaba de igual manera."

Ranma la miró fijamente durante unos momentos, luchando por encontrar algo, algo que decir después de esto. "¿Um, entonces todavía lo tienes? Al Sr. Tortuga, digo."

"Ah, sí, aunque poco después tuve que hacer que construyeran un estanque para él ya que él se había hecho grande para su pequeño tanque. Creo que incluso mi madre está sorprendida por cuanto ha crecido en su pequeño ambiente, pero él sólo realmente causa problemas para los extraños que son bastante tontos para molestarlo. Mi hermano aprendió su lección y permanece muy lejos."

Kodachi y Ranma ambos se rieron un poco de la idea que podría haber algo que incluso Kuno le podía tener miedo, no que él lo admitiera.

"Gracias por una tarde espléndida, Ranma-sama," dijo Kodachi de pronto, saludándolo y luego girando para alejarse.

"Espere, ¿Dónde vas?" Ranma la preguntó en confusión. "Pensé que nuestros padres todavía tenían cosas para nosotros."

"Sí, puedo dejar toda la información que me dieron con usted, si lo desea, porque sé que después de ese pequeño... incidente en el restaurante, usted no tiene el remoto deseo de permanecer en mi compañía. No se preocupe, le aseguro que daré un gran informe a nuestros padres. "

Ranma instintivamente la tomo de la mano para impedir que se vaya. Comprendiendo lo que había hecho, él se ruborizó, pero no la soltó. "¿Cuál era lo siguiente en la lista?"

"Baile de salón," ella le dijo, no girando, pero no tratando de evitarlo tampoco.

"Soy un maestro en baile de salón," Ranma le dijo con firmeza, sin mencionar que era artes Marciales de baile de salón en lo que era un maestro. "Pero necesitaré a una compañera para esto. ¿Así que... puedo tener este baile?"

Kodachi dio una pirueta, poniendo sus caras muy cerca, un rubor de luz sobre sus mejillas mientras sus ojos brillaron. "Usted puede," contestó ella con una sonrisa recatada.

* * *

"Vaya, qué humor tan romántico," Kyoko murmuro mientras miraba al par viéndose a los ojos fijamente, mientras ella tomaba unas fotos más y los siguió, cambiando el rollo en el camino. Había todavía unas fotos en los que guardaba, pero ella tenía el presentimiento que no tendría tiempo de cambiarlo más tarde.

* * *

Asuka Saginomiya era la imagen misma de la elegancia y gracia con largo cabello dorado y el vestido de seda blanco que parecía ser más esculpido que costurado. Para lo que sus padres habían pagado, una escultura pudo haber sido más barato.

Ella se sentó remilgadamente en una silla mientras miraba fijamente a otras parejas del salón de baile, la mayor parte de ellas bailando a música lenta, sus movimientos todos imperfectos después de un estudio cercano, como pedazos de mecanismo de un reloj montados por un aprendiz que todavía tenía mucho que aprender de su arte.

Un observador externo podría haber pensado que pacientemente esperaba el regreso de su cita, que se limpiaba después de que ella 'por accidente' se había derramado un poco de champaña sobre él. En realidad, ella trataba de encontrar un modo de terminar esta cita cuanto antes que fuera apropiado para alguien de su categoría social.

Otras chicas seguramente habrían estado impresionadas al saber que la cita de Asuka había cogido la atención de todas la mujeres en el salón con su belleza increíble. Se murmuraron especulaciones de que él era un ídolo, modelo, o estrella de TV. Que era la misma razón por la que Asuka lo había seleccionado como su novio actual.

Asuka el Lirio Blanco, como a veces se llamaba a si misma, odiaba una cosa en todo el mundo más allá de todo lo demás: perder. Ella se había esforzado de ser la mejor en cada modo posible, y normalmente lograda superar a sus rivales en tales cosas como educación, cultura, y aún las artes; superaba al punto que estaban más intimidados, o envidiosos, de sus capacidades.

Hubo un incidente, sin embargo, que estaba grabado en su memoria, que la molestaba desde que paso. Fue en su primer año de primaria - habiendo sido criada por tutores casi desde su nacimiento - cuando ella se encontró con la chica que se haría la gran rival de su vida: Kodachi Kuno.

Asuka bien sabía desde que empezó la escuela que la chica Kuno era su única oponente verdadera. Mientras que era una escuela privada llena de los niños de la gente más rica en Japón, ninguno de los demás se acercaba al refinamiento que ella y Kodachi tenían.

La otra chica debe haber sentido eso también - que Asuka era tanto una amenaza para ella como ella era a Asuka - porque su primera competencia fue al presentarse a la clase y escribir sus nombres. Desde allí, la escuela se había hecho una batalla para las dos chicas.

Asuka estaba impresionada al encontrar cuan igualadas ellas estaban. En cada lucha, cada acto de competencia, ellas siempre iban por más. Fue hasta que los chicos se implicaron.

Tanto Asuka como Kodachi habían hecho una gran impresión sobre el resto de la clase, sobre todo en los gemelos llamados A-kun y B-kun. A-kun obedeció el capricho más leve de Kodachi mientras que B-kun adoraba el suelo por el cual Asuka caminaba.

Asuka no pensaba mucho en B-kun, él era solo simplemente alguien que realizaba tareas normalmente reservadas para criados. Fue hasta que Kodachi de repente declaró que su A-kun era mucho más hermoso que el B-kun de Asuka. Asuka aceptó el reto, declarando que era obvio que B-kun era el más perfecto.

Asuka sabía perfectamente que los gemelos eran completamente idénticos y si ellos no se hubieran vestido de manera diferente ella nunca habría sido capaz de diferenciarlos. Entonces el único modo de hacer uno más hermoso que el otro era hacer al otro feo. Kodachi era también bien consciente de esto y pronto fue una batalla entre ellas para ver quien podría mutilar más al otro chico.

A diferencia de todas sus competencias antes, al final Kodachi había sido la clara ganadora cuando A-kun permaneció consciente. Asuka había gritado al cielo que ella volvería a la escuela mañana y derrotaría a su rival, demostrando ser la mejor chica, y dejó la escuela temprano, solo para ser capaz de ocultar sus lágrimas de vergüenza.

Lamentablemente, los padres de Asuka tenían una sorpresa esperándola cuando ella volvió a casa. Ellos habían encontrado la mansión perfecta para sustituir su pequeña casa actual, localizada al otro lado de Japón. Asuka rabió contra esta injusticia repentina, pero fue inútil. Al final, su desafío permaneció incumplido.

Asuka, sin embargo, no había olvidado esta pérdida y había dedicado la mayor parte de su tiempo a encontrar el novio más perfecto que ella podía mostrar ante su vieja rival en triunfo. Hubo muchos fracasos durante los años, algunos se acercaban, sobre todo uno en el cual ella normalmente evitaba pensar. Su opción corriente tenía bellas facciones - él era posiblemente el más hermoso hombre que ella alguna vez había visto - sólo estropeado por una pequeña cicatriz sobre su mejilla derecha que era sólo visible desde bien cerca.

*El puede ser magnífico,* Asuka pensó con un pequeño suspiro, *Pero es realmente aburrido* las dos únicas cosas con las que él tenía algún interés eran las artes marciales y el baile de salón, entonces ella había pensado que si lo sacara para bailar, su salida no sería tan aburrida. Sin embargo, era un poco difícil para ella decir que bailarín perfecto era él cuando prácticamente se dormía en sus brazos.

Asuka sofocó un bostezo mientras se puso de pie, pensando que tomar aire fresco de la noche podría reforzarla bastante para aguantar el resto de la velada, también evitando su cita por unos momentos más.

* * *

El hombre que saludó a Ranma y Kodachi en el siguiente lugar de la noche era considerablemente más grande que el anciano hombre de la Flor de Jade, y bien musculoso. Ranma inmediatamente lo evaluó como un rufián con un poco de verdadera habilidad en artes marciales y por consiguiente alguien que podría vencer sin mucho problema, aunque esperado no tener que hacerlo.

"Es un club exclusivo," el hombre declaró mientras miró a Ranma un poco desagradablemente. "Solo miembros."

"Desde luego," Kodachi contestó, sonriendo ligeramente mientras le presentó dos tarjetas. "Estas son nuestras reservaciones."

Después de leer las reservaciones, la actitud del hombre cambio mientras saludó a ambos y les permitió entrar. Ranma respiró un suspiro de alivio mientras una lucha fue evitada de algún modo.

El salón al que entraron brillaba con el mármol pulido del piso; las columnas que sostenían el techo, y las esculturas de bailarines elegantes congelados en el tiempo que ocupaban pequeños lugares a lo largo de las paredes. Las paredes mismas estaban pintadas de un pálido amarillo y el techo de cristal abovedado sobre sus cabezas, mas allá las cuales sólo las estrellas más brillantes podrían ser vistas.

El muchacho de la trenza revisó el vestíbulo en temor, nunca había pensado que este lugar luciría así, mientras Kodachi un poco se rió tontamente por su reacción. Ella supuso que era impresionante para alguien que no estuviera acostumbrado, pero la Rosa Negra había estado en sitios mucho más impresionantes.

Echando un vistazo sobre algunas de las mujeres vestidas en trajes de noche, Kodachi dijo a Ranma, "Debo cambiarme mi vestido ahora, Ranma-sama. Por favor espéreme aquí, sólo será un momento."

Ranma asintió distraídamente y encontró un lugar seguro para descansar contra una de las paredes, tratando de evitar los ojos de los demás en el salón. Por suerte, había sólo unas personas allí, pero parecía que todas lo miraban fijamente a él de una manera extraña, como si estuviera fuera de lugar aun cuando su traje era igual al que algunos otros hombres llevaban.

Oyendo las notas lentas de la música del salón de baile, Ranma no podía menos que pensar en un retador de hace un mes: Takuya Kitahayashi, maestro de las Artes marciales de Baile de salón.

Ranma estaba caminando por ahí haciendo ejercicio cuando él por casualidad se tropezó con este tipo y el chico de la trenza se encontró desafiado a una batalla. Entonces, Ranma no tenía ni idea de lo que eran las artes marciales de Baile de salón podría, por lo que él hizo todo lo posible para aprender a bailar y solamente poner su propia arte marcial en ello. Lamentablemente, él necesitaba una compañera de baile y esto había causado una multitud de otros problemas en los cuales él definitivamente no quería pensar.

No había sido la más extraña batalla que Ranma alguna vez haya tenido, pero se acercaba. Aunque al final, él había ganado y Takuya había caído lejos en derrota, para nunca ser visto otra vez.

* * *

Asuka dio un paseo por el vestíbulo y caminaba hasta la puerta cuando algo en la esquina de su ojo la detuvo. Ella se dio vuelta despacio y se encontró parpadeando varias veces en sorpresa al encontrar a un chico familiar allí, que no la noto porque él miraba al techo.

Con una risa que amenazaba con florecer en una sonrisa, Asuka el Lirio Blanco se acercó a su primer amor verdadero.

* * *

Kyoko casi se ahogaba en sorpresa cuando ella vio una nueva muchacha acercarse a Ranma. No había ningún modo de que ella podría entrar en ese lugar vestida como estaba, pero por suerte tenía ventanas grandes para mirar detenidamente dentro, rodeado por arbustos que proporcionaron una cubierta excelente.

*¿Qué rayos tiene él?* Kyoko se preguntó mientras tomaba unas fotos de la nueva conquista de Ranma. Entonces ella se encogió de hombros; no importaba que fuera, con esto de seguro su jefa lo olvida.

* * *

"Ranma-san, qué gran placer verte otra vez," Asuka le dijo, ahora parada a sólo pulgadas de él mientras todavía miraba al techo, no reconociendo su presencia. "Seguramente las estrellas mismas te han dirigido hasta aquí."

Ranma muy despacio giró su cabeza, no queriendo mirar, pero sabiendo que realmente no tenía opción. "¡¿Asuka?!"

"Soy yo, mi amor," Ella le dijo con una pequeña reverencia. "Mi corazón casi explota al oírte decir mi nombre con tal emoción."

*Esto es malo, muy malo,* Ranma pensó y teniendo un mal presentimiento mientras él echó un vistazo alrededor por algo que lo ayude en este predicamento. Kodachi volvería pronto y la última cosa que él quiso era una repetición de lo que había pasado con Min-Lin.

"¿Y... qué haces aquí?" él preguntó nerviosamente, esperando alguna pista para alejarse de ella.

"Lamentablemente, me han forzado a continuar una cita con el chico más terrible," Ella le dijo con un ceño, pero entonces ella de repente se mejoró con una sonrisa. "Pero ahora que estás aquí, mi querido Ranma-san, puedes ahuyentar al sinvergüenza y podemos pasar la noche abrazados."

Asuka agarró su brazo y lo tiró hacia el salón de baile con una fuerza sorprendente, mientras Ranma hizo todo lo posible para resistirse sin ofender.

Fue cuándo ambos oyeron a una mujer decir, "¿Ranma-sama?"

"Conozco esa voz," Refunfuñó Asuka amargamente. "Incluso después de una década, yo todavía no olvidaba su horrible sonido."

Asuka, el lirio Blanco, liberó a Ranma y cruzó de un tranco inmediatamente a la mujer que hacía su bajada la escalera, su rival de toda la vida, Kodachi Kuno. "Así que, nos encontramos otra vez, Kodachi-chan," le dijo Asuka con ojos estrechados, su voz amistosa, pero con un filo obvio.

Kodachi parpadeó. "¿Eres tú, Asuka-chan? Ha pasado tanto tiempo que apenas te recuerdo. Tú en verdad pareces... más vieja. ¿Qué acontecimiento ha causado esta feliz reunión?"

"Solamente he sido reunida con mi amor verdadero," Asuka confesó mientras agarró firmemente el brazo izquierdo de Ranma antes de que él pudiera escapar, apoyando su cabeza sobre su hombro. Sus ojos nunca dejaron a Kodachi, sin embargo, mientras sonrió a su rival en una manera provocadora.

"Debe haber algún error. Ranma-sama es mi escolta esta noche," Kodachi contestó mientras agarraba con firmeza el brazo derecho de Ranma, todavía mirando fijamente a Asuka.

"Convengo que hay un error, pero parece estar contigo, Kodachi-chan. ¡Ranma-San y yo estamos destinados a estar juntos! ¡Ohohohoho!" Asuka declaró mientras se acerco más a Ranma, presionando su brazo contra su vestido blanco.

"Tú debes haber confundido a Ranma-sama con alguien más, Asuka-chan. Él y yo hemos estado teniendo una noche espléndida ¡De hecho, hemos... oh pero una dama nunca cuenta! ¡Ohohohohoho!" Kodachi contestó, jalando el otro brazo de Ranma y acercándolo más, apoyándolo de modo tal que su vestido negro rozaba contra su lado.

Su conversación fue bien escuchada por Ranma, principalmente porque él estaba tratando de no pensar en su cercanía y al mismo tiempo evitando ser partido en dos como un hueso de pollo. ¿Por qué estaba maldecido a ser un imán para chicas violentas? "Tal vez nosotros deberíamos hablar de esto tomando té o algo," suplicó él a ambas.

Asuka y Kodachi no parecieron oír sus palabras; sus ojos se cernían sobre la otra mientras trataban de acercar a Ranma más a ellas.

"Tú no eres más la misma niña débil que conocí, Asuka-chan."

"Gracias por notarlo, Kodachi-chan. Los recuerdos de ti cruelmente intimidándome fueron un maravilloso motivador."

"Y la memoria de ti untando la mermelada por todas partes del escritorio del profesor y culpándome de ello fue un maravilloso incentivo para hacerme más cautelosa, sin embargo... ¡Ranma-sama es todavía mío!" *tug*

"¡Mío!" *pull*

"¡Mío!" *yank*

"¡Aarrgghh!"

* * *

Kyoko sonrió tontamente mientras tomaba las fotos de la improvisada guerra sobre Ranma, agradándole que sus propios hábitos playboy fueran los que lo hacían sufrir. Desde luego, ella se aseguró de tomar las fotos que no mostraron cuando él estaba obviamente en dolor en ese momento. Él no merecía un fragmento de compasión de Nabiki.

* * *

"Saginomiya-san, allí estas... ¿Qué haces?"

"Ah nada, Kitahayashi-san," Explicó Asuka rápidamente a su cita que acababa de entrar al salón, mirándola en confusión. Ella no abandonó su agarre de Ranma, pese a todo "Solamente me encontré con un viejo amigo. ¿Por qué no vuelves a la pista de baile y me esperas? Yo me encontrare contigo dentro de poco."

"No, no, en verdad no deberías hacer esperar a tu cita, Asuka-chan," Kodachi le dijo con una sonrisa y con un último tirón, ella liberó a Ranma del agarre de su vieja rival y directamente a sus propios brazos, tomándolo de manera protectora. "Podemos renovar nuestra amistad... en algún otro lugar. Ranma y yo vinimos aquí a bailar después de todo, y yo no quiero decepcionarlo."

"¿Ranma?" La cita de Asuka preguntaba mientras sus ojos se estrecharon, distraídamente tocando su mejilla. "¿Eres tú, Ranma Saotome?"

Ranma a veces se preguntaba sobre la reencarnación, expresamente que tipo de horrible persona él había sido en una vida pasada para haber ganado tan mal karma en esta. Ahora sin embargo no era tiempo para tal filosofía. "Sí, soy yo. ¿Takuya, no es así? ¿Ningún resentimiento por perder, verdad? Digo, te vencí de manera justa."

"No soy tan ególatra para buscar venganza por una derrota que fue mi culpa al ser presumido," Explicó Takuya, pero antes de que Ranma pudiera dar un suspiro de alivio, añadió, "Sin embargo, por esta desfiguración horrible con la cual cruelmente me marcaste, ¡Yo veré que tú seas derrotado esta misma noche!"

Ranma parpadeó y lo miró detenidamente estrechamente a él. "¿Huh? ¿De qué hablas?"

"¡De esto, esto!" Takuya gritó mientras indicaba el pequeño punto en su mejilla. "¡Mi cara era perfecta, sin un solo defecto o marca hasta ese día, hasta que tú le hicieras esto!"

Ranma examinó el punto indicado a sólo pulgadas lejos por unos minutos, antes de sacudir finalmente su cabeza. "Aún no puedo verlo."

"Debo admitir que él es... guapo, Asuka-chan," Kodachi murmuro a su vieja rival, aunque lo bastante fuerte para que todo el lugar fácilmente pueda escucharla. "¿Pero no pudiste haber hecho algo sobre su personalidad? Lanza unas rabietas como un niño mimado es tan... incivilizado."

"Tienes suerte, Kodachi-chan, no tuviste que verlo comer," Asuka le contestó aparte.

"¿Sin modales? Lo sospeché. Me sorprende que lograra mantener su smoking limpio."

"Él llevó un babero por toda la cena. Dudo que yo alguna vez sea capaz de comer allí otra vez después de la forma en que nos miraban. Mi caballo come con más dignidad."

Takuya asombrado con cada golpe a su orgullo. Él gritó a Ranma, "Ahora tú no solo me insultas al no tomar responsabilidad de la injusticia que me has hecho, sino que también me humillas ¡No hay ninguna opción, pero arreglar esto como hombres, con una batalla de artes marciales de Baile de salón!"

Ranma echó un vistazo rápidamente a las dos chicas que hablaban de los defectos de su oponente, y comenzó a sentirse un poco consciente sobre las suyas. Él era vagamente consciente de que no tenía mucho en cuestiones de modales de mesa, pero su mamá nunca había estado preocupada con ello, pensando que un buen apetito era de hombres. Había también el hecho que la última cosa que él quiso era que su pequeña guerra comenzara otra vez.

"Muy bien, como artista marcial, no tengo ninguna otra opción, sólo aceptar tu desafío," Ranma contestó, esperando que él podría usar esta batalla como una excusa para acabar esta cita tan pronto como sea posible. Kodachi estaba... bien, él supuso, aunque el modo en que podía cambiar de humor en un instante lo asustara un poco. No le habría importado ver la cita acabar en su conclusión natural si Asuka no se hubiera presentado.

Kodachi dio un paso adelante, poniendo su brazo alrededor del codo de Ranma, no tirando en él, pero era dando un apretón firme. "Entonces seré la compañera de baile de Ranma-sama para el desafío. Vinimos aquí para bailar juntos después de todo."

"No, soy yo la que debería ser la compañera de Ranma-san," Asuka contestó mientras puso su brazo alrededor del otro codo del chico de la trenza. "Finalmente reunidos después de años separados, sería demasiado cruel separarnos ahora."

"Pero Kitahayashi-san es tu cita," Indicó Kodachi con una sonrisa satisfecha. "Es sólo justo que tú seas su compañera de baile."

"Pero ya he bailado con él esta noche," Contestó Asuka. "Tú deberías ser la que lo haga."

"Soy más cerca en altura de Ranma-sama."

"Ranma-san y mi ropa hacen mejor juego."

"¡Mío!"

"¡Mío!"

Takuya tosió ruidosamente, finalmente consiguiendo su atención, como la de todos los demás en el salón. "No me preocupa quien baila con quien. Sólo busco venganza contra Saotome por mi cicatriz. ¡Esto es un duelo entre hombres! Todo lo demás no tiene importancia para mi."

Ranma podría inmediatamente estar de acuerdo con él si no hubiera dos fuertes damas tirando de él en diferentes direcciones. Él se dio vuelta para afrontar a la chica rubia a su derecha y le dijo, "Asuka-san, estoy seguro de que tú serías una gran compañera de baile y todo, pero vine aquí con Kodachi. Lo lamento." Aunque la verdad del asunto fue que él consideró a cada muchacha con cuidado y decidió que en este momento, Kodachi le asustaba menos que Asuka.

Asuka dobló su cabeza, dejando su brazo mientras se movió al lado de Takuya. "Ranma-san, eres tan noble al permanecerle fiel, a pesar de sus defectos obvios, que puedo hacer más que cumplir con tu petición y dejar a Kodachi tener el primer baile."

"Um, es muy amable de tu parte," Le contestó Ranma, luego habló a Takuya. "Vamos a comenzar la batalla entonces."

Kodachi descansó su cabeza sobre el hombro de Ranma con una sonrisa mientras él la condujo por el salón de baile, pero manteniendo sus ojos sobre Asuka que caminaba en frente de ella. Su cita puede haber sido engañada, pero ella sabía que Asuka nunca dejaba nada tan fácilmente, y por lo que podía ver, su vieja 'amiga' sólo se había hecho más ladina como también más vieja. La Rosa Negra estaba segura que el Lirio Blanco tenía algo en sus voluminosas mangas.

* * *

Kyoko encontró un nuevo escondrijo que le dio vista plena del salón de baile, impaciente por capturar más del mujeriego de Ranma, y quizás verlo recibir unos cuantos golpes, pero ella pensaba que eso era esperar demasiado.

* * *

El piso había sido despejado de bailarines una vez que el desafío había sido anunciado, y las cosas rápidamente fueron instaladas para la batalla. Takuya se aseguró que nada frágil estaba al alcance de la mano frotando su mejilla con un ceño.

Los dos retadores ocuparon cada extremo de la pista de baile, sus compañeras a su lado. En el centro del salón se paraba el propietario; un pequeño hombre elegante con una voz sorprendentemente poderosa que resonaba alrededor del salón cuando él hablaba.

"Damas y caballeros, tenemos un extraño show para nosotros esta noche; una batalla doble de Artes marciales de baile de salón. ¡A mi izquierda, tenemos a Takuya Kitahayashi y Asuka Saginomiya como los Lirios Blancos!"

Takuya saludó de manera cortante a los aplausos repentinos de la audiencia improvisada, mientras Asuka respondió con una reverencia.

"Y a mi derecha," siguió el propietario, "¡Ranma Saotome y Kodachi Kuno como las Rosas Negras!"

Ranma parpadeó un poco cuando él oyó su nombre de equipo. "¿Err, no pudiste haber escogido algo... un poco menos femenino?" él preguntó, encontrando ser llamado como una flor más que un poco embarazoso.

"Pero una rosa es un símbolo de amor, Ranma-sama," ella le dijo con una sonrisa, todavía adhiriéndose a su brazo.

Ranma suspiró un poco y esperó que la batalla terminara rápidamente, pensando con cariño en su cama y la comodidad del sueño.

El propietario explicó, "Los hombres luchan por una herida sostenida en una batalla anterior, su honor como caballeros en la línea, mientras las damas luchan por el corazón del mismo hombre, nada mas y nada menos que Ranma Saotome, uno de nuestros luchadores. Para una, él es un amor de niñez, al otro una aventura amorosa reciente pero profunda en su corazón. ¡Es realmente trágico que el amor ponga a dos mejores amigas una contra la otra, pero debería servir para hacer una batalla muy interesante!"

Su profundo sentido de honor y orgullo aplastante eran las únicas cosas que impedían a Ranma largarse en este momento, y apenas lo mantenían en control. Él podía sentir cada ojo del salón sobre él, mientras la gente hablaba en voces lo bastantes altas que él de vez en cuando podría escuchar algunas palabras, que tendían a ser alguna especulación bastante franca sobre él y sus relaciones pasadas con Kodachi y Asuka.

Kodachi y Asuka se comunicaron mudamente. Con un vistazo, Kodachi dijo a su vieja rival que parecía ya tener el premio. Con una risa, Asuka contestó, "Por ahora."

Con un saludo de la mano del propietario en dirección de la banda, la música comenzó a tocar otra vez, sólo lento al principio, pero despacio subiendo en volumen e intensidad.

"La batalla terminara cuando un retador se rinda o quede inconsciente. No se permite salir de la pista de baile y cualquiera que lo haga, como se indico, habrá perdido. También no se permiten ataques directos, los oponentes pueden y deben usar a sus compañeros como armas. ¿Esta entendido esto?"

Takuya asintió inmediatamente, eran reglas estándar para su Arte. Ranma asintió también, impaciente de acabar con esto. Además, él lo había vencido antes, él podría hacerlo otra vez. Una vez que las dos chicas habían asentido, el propietario asintió y bajo de la pista de baile.

"¡Entonces dejemos que la batalla comience!"

Un vals comenzó a tocar. Ranma tomó las manos de Kodachi e hizo todo lo posible para llevar el compás. "Esto probablemente no es lo que nuestros padres tenían en mente cuando nos enviaron a bailar," él le dijo algo excusándose.

"¡No, esto es mucho más divertido! ¡Ohohoho!" La Rosa Negra se rió mientras ella balanceó al muchacho de la trenza físicamente contra la pareja rival, que se deslizó de su camino sin omitir un paso.

"Tal maldad... ella reclama tener afecto por él, pero no vacila en usarlo como un arma," Takuya refunfuñó mientras miraba hacia Kodachi.

"¡Y yo no tengo ningún afecto por ti tampoco!" Asuka contestó mientras giró rápidamente y usó la fuerza de la vuelta para lanzarlo hacia la pareja que bailaba.

Kodachi de mala gana alejo los ojos de Ranma, sólo para encontrarse cara a cara con Takuya. Ella tuvo que agarrarse fuerte de él solo para evitar que ambos cayeran al suelo.

"¡Pienso que él te satisface mucho mejor, Kodachi-chan! ¡Ohohoho!" Asuka comentó mientras se deslizaba con un Ranma aturdido en sus brazos.

Ranma se puso a punto para su primer ataque, sólo para parpadear cuando él encontró que Kodachi no estaba y Asuka tomo su lugar. "¿Um, qué acaba de pasar?"

"Cambiamos de compañeros, Ranma-san," explicó Asuka con una sonrisa, "A Kodachi y Tokuya, ambos son harina del mismo costal, realmente son mejores el uno para el otro. Mientras es claro para todos que hacemos la pareja de baile perfecta y otra clase de pareja también."

Kodachi miró con enojo a su vieja rival y dio a Takuya una patada en el estómago con fuerza, enviándolo en un curso de colisión de vuelta a la cabeza de Asuka. Sintiendo el peligro, el Lirio Blanco trató de salir a tiempo del camino, pero el Tokuya-proyectil impacto su lado, haciéndola girar como trompo hasta el otro lado de la pista de baile.

Kodachi con cuidado se balanceó hacía Ranma y puso sus manos sobre su cadera y hombro. "¿Estas bien, Ranma-sama? Esa Asuka es tan tramposa, ella probablemente intentara algo. Mejor sostenme fuerte de ahora en adelante."

"¿Fuerte?" Ranma repitió nerviosamente.

"Ah, sí," contestó Kodachi mientras ella se inclinó más cerca de su pecho. "Sostenme cerca y esta vez no me dejes ir."

La Rosa Negra se abalanzo para otro beso, sólo para encontrar sus piernas golpeadas de bajo ella por la cabeza de Takuya, que aterriza sobre su espalda y golpeó el aliento de él. De esta posición poco digna, ella miró a Asuka agarrar rápidamente su cita otra vez.

"Kodachi-san, usted es tan... despiadada. Estoy seguro que si trabajamos juntos, nosotros fácilmente podríamos ganar esta batalla," Aseguro Takuya de algún sitio debajo de ella. La Rosa Negra no escucho sus palabras, concentrada sólo en la cara burlona de Asuka y ella estuvo de pie y sacó su cinta.

"Otra vez somos reunidos. Tal es el destino," Asuka dijo a Ranma con un suspiro mientras apoyó su cabeza en su hombro.

"Pero no somos compañeros de baile en esto. Ninguno de nosotros puede ganar la pelea de esta forma."

Asuka sonrió ligeramente como ella usó su baile para dibujar más cerca y más cerca también él. "Quien se preocupa por una tonta pelea... ¡Tengo todo lo que quiero justo aquí -urk!"

Ranma parpadeó en sorpresa cuando Takuya de repente cayó directamente sobre Asuka, dejando a ambos en el piso. Él se inclinó para ver si ambos estaban bien - como también para ver si ya había ganado la batalla sin lanzar un solo ataque - cuando algo lo agarro de su cintura y lo tiró bruscamente, haciéndolo girar alrededor y directamente a los brazos de Kodachi.

"Otra vez te he rescatado de los agarres de aquella mala, y cruel chica. Incluso yo estoy impresionada en su falta de... principios por así decirlo."

"¿Pero cómo es lo que tú haces diferente?" Ranma preguntó mientras automáticamente daba vueltas con la Rosa Negra, no pensando en lo que su cuerpo hacía, pero más bien solamente le dejaba pasar.

La expresión de Kodachi parpadeó, pero sólo durante un instante, mientras su sonrisa volvió con toda su fuerza. "¡Mientras ella lucha por unos pequeños celos, yo lucho por amor! ¡Y hay que estar dispuesta a todo por amor, incluso si esto quiere decir ir en contra de todo lo que uno cree! ¡Si una persona no está dispuesta a sacrificar todo por otra, entonces su amor no puede ser verdadero!"

Ranma dio un paso atrás de Kodachi mientras ella levantaba su puño mientras ella se deshacía en nobles lágrimas, todos en la audiencia aplaudieron cortésmente. El muchacho de la trenza busco las salidas, pero deprimentemente encontró que sólo las altas ventanas eran las únicas no bloqueadas por la muchedumbre.

Él había estado en situaciones antes cuando las chicas habían declarado su amor eterno por él en una manera dramática de modo similar y sabía por experiencia que la única cosa positiva que él podría hacer ahora era escapar. Para él, el amor así no era verdadero amor, era una obsesión malsana que siempre causaba problemas para él. Peor cuando pensó en lo que su madre le haría después que se entere de esto. Ser hombre era una cosa, robar a la novia de otro tipo era otra.

Antes de que Ranma pudiera hacer algo, sin embargo, Asuka cruzó de un salto el lugar, mirando airadamente a la Rosa Negra mientras ella arrastró a su compañero de baile detrás de ella, a pesar de sus protestas de ser capaz de caminar por si mismo. Dejándolo caer al piso, ella despacio se saco uno de sus largos guantes blancos y golpeó a Kodachi en la cara con el.

"¡¿Cómo osas decir tales cosas cuando soy yo quien lucha por amor?!" Asuka declaró y con un dedo señaló acusadoramente a la Rosa Negra, quien ahora tocaba su mejilla magullada. "¡Yo había estado conteniéndome antes debido a la memoria de nuestra amistad, pero no más! ¡Ahora probaras toda la ira de Asuka el Lirio Blanco!"

"¡Muy bien, dejaré de contenerme también, y pronto aprenderás por qué todos temen el nombre de Kodachi la Rosa Negra!"

La dos mujeres arrastraron a sus compañeros de baile a ambos lados de la pista de baile y enfrente del otro, ellos estaban demasiado atontados en ese momento para intentar detenerlas o hacer algo.

El propietario tomó esto como su señal mientras él señaló que el DJ cambiara canciones, tocando una melodía débil pero más intensa ahora, mientras él cruzó de un tranco la pista.

"Damas y caballeros, parece que nuestra pequeña batalla se ha intensificado a otro nivel completamente mientras dos competidoras femeninas han declarado que nada, ni siquiera las reglas que yo pueda tratar de imponer, las detendrá de sacar al hombre que quieren de los brazos de la otra."

El hombre asintió a Kodachi y Asuka a su turno antes de continuar. "No quiero estar en el camino de estas dos decididas mujeres. Por lo tanto, la pelea continuará dentro de poco con esta adición; ¡Ninguna regla será impuesta sobre los luchadores, y cualquier acto tomado por ellos en la búsqueda de sus objetivos es considerado juego limpio! ¡Además, la pelea sólo se considerara terminada cuándo una de las damas se haya rendido o quedado inconsciente! ¡Incluso si ambos hombres estén incapaces de luchar, la batalla todavía seguirá!"

Tanto Ranma como Takuya parpadearon al propietario en sorpresa, ambos sintieron un golpe grande a su orgullo al escuchar que su pelea no tenía importancia. Sus ojos se encontraron y ambos asintieron, acercándose al propietario con miradas decididas.

Las damas mientras tanto lucían como si pacientemente esperaban que la batalla continuara, pero en realidad ellas conspiraban hacia fuera sus fricciones y planes mientras de vez en cuando lanzaban otras miradas furiosas.

"Um, una corrección leve a lo que dije antes," siguió el propietario un poco nervioso mientras los dos artistas marciales terminaron de 'explicarle' las cosas y se alejó. "¡Ahora tenemos dos batallas separadas en vez de una, esto debería doblar el entusiasmo y emociones para todos! ¡Las mismas reglas que se aplican a las damas también se aplican a los hombres, queriendo decir esto que va a ser una batalla sin barreras para ver quién es el mejor artista marcial en bailar una melodía!

"¡Y no solamente su honor esta en la línea esta vez tampoco! ¡Ranma exige que esta sea la lucha para terminar todas las luchas y no habrá ninguna nueva revancha por ninguna razón, mientras Tokuya lucha por el derecho de invitar a la encantadora Kodachi a una cita!"

La muchedumbre murmuró su aprobación. Ellos conseguían mucho más hospitalidad esa noche de lo que ellos alguna vez podrían haber esperado.

"¿Cómo pudiste prometer tal cosa a ese terrible hombre, Ranma-sama?" Kodachi suplicó una vez que su compañero de baile había vuelto. "Él luce tan ordinario y de poca confianza. ¿Cómo seré capaz de protegerme de los gustos de él?"

Ranma deseaba que Kodachi solamente dejara caer el acto. Era obvio que ella era más que capaz de defenderse sola, sobre todo de un tipo que ya había usado como bala de cañón humana varias veces ya. "No le prometí nada. Es qué él insistió y no conseguí convencerlo de lo contrario. Incluso si pierdo, tú puedes solo rechazarlo. No, que eso realmente importe, no hay manera que yo vaya a perder con un tipo como él, especialmente cuando todo se vale."

Ranma le dijo con una sonrisa confiada mientras él hizo unas patadas y puños de práctica. La noche entera había sido tan confusa para él que era un gran alivio ahora hacer algo que él entendió bien.

"Oh, pero estoy seguro de que la maligna de Asuka hará todo lo posible para asegurarse de que él gane de modo que me fuerce a estar en su compañía. ¡Con el honor mismo de mi Ranma-sama en juego, no hay ningún modo que yo pueda rechazarlo!"

* * *

Kyoko parpadeo por el sonido repentino de los arbustos junto a ella, distrayéndola de la interesante vista que había estado observando desde la ventana. Ella había estado ocupada buscando una buena toma de la traición de Ranma para mostrar a su Sempai. Nabiki-san tenía que ver cuan indigno este hombre era de su tiempo y atención.

"¿Quien... quien esta ahí?" Kyoko pregunto casi susurrando, nerviosa de estar sola en la oscuridad. Ella estaba segura de que Ranma no era el único pervertido acechando en la noche y ella solo era una colegiala común, incapaz de defenderse sola.

"Disculpe," dijo una educada voz femenina, seguida de una chica adolescente más o menos de la edad de Kyoto emergiendo de los arbustos.

La chica irradiaba un sentido de fuerza que la hermana menor de Nabiki-san mostraba, incluso más. Su cabello rubio estaba un poco mal peinado, apenas en su lugar por un pañuelo de color amarillo y negro que llevaba. Sus ropas eran masculinas, pero le asentaban bien por los grandes viajes que ella obviamente había padecido, y solo parcialmente ocultaba su significante forma femenina. Sus largos caninos le daban una bonita sonrisa gatuna.

"¿Podrías por favor indicarme donde estoy, no sé bien si estoy Okinawa o Osaka?"

Una chica que estaba obviamente perdida. Con una sorprendida expresión, Kyoko explico, "Err, tú estas en el lado equivocado del país. Esto es Nerima, en Tokio. Osaka esta muy lejos de aquí."

"¡Arrgh!" La chica grito después de ver su sucio y antiguo mapa, notando la distancia que estaba de su verdadero destino. "Ukyo, ¡Todo esto es tu culpa!"

*Algún tipo que debe haberla plantado o algo,* Kyoko razono, sabiendo que a los chicos solo les interesaba chicas que eran todo femeninas y dóciles... Bueno, excepto por Kuno, pero el solo era raro.

Una torcida, y traviesa idea estilo Nabiki apareció de repente en la cabeza de Kyoko. Era algo que ella sabia que realmente no debería hacerlo porque seria un cruel truco para hacerlo a una chica que acababa de conocer, pero ella estaba cansada y esa chica lucía muy fuerte. Parecía la manera perfecta de terminar la noche.

"¿Ukyo?" Kyoko replico a la chica, actuando sorprendida. "Creo que hay alguien con el nombre de Ukyo ahí adentro danzando con todas las mujeres que pueda encontrar."

"¡¿Donde?!" la chica pregunto, agarrando la camisa de Kyoto mientras la levantaba del suelo. Un fuego ardía en los ojos de la chica, aterrando un poco a la ayudante de Nabiki.

"Justo... adentro," Kyoko logro decir, encontrando dificultad para respirar. "Aquel... de la trenza."

La chica de repente la dejo caer, y la mandíbula de Kyoko cayó al suelo cuando la chica atravesó la ventana, pocos momentos después ella empezó a tomar fotos otra vez.

* * *

Había ido mas allá de ser una batalla amistosa. Esto era guerra. Se reflejaba en los ojos de los cuatro combatientes mientras se miraban el uno al otro desde cada lado de la pista, el campo de batalla. La música tocaba una dulce melodía a través de mudas conversaciones, aunque la mayor parte de la audiencia simplemente miraba y esperaba. Sin embargo, algunos estaban empezando a cansarse ya que habían estado así por casi diez minutos ya.

Kodachi sonrió ligeramente para si misma, pensando en el mas perfecto contraataque que ella había planeado cuando su rival de la niñez finalmente hizo su movimiento. Asuka sonrió con astucia en respuesta, sabiendo exactamente que hacer para humillar a su oponente cuando ella finalmente hiciera su ataque. Takuya estaba maldiciendo su amenaza temprana, sabia bien las habilidades que tenía Ranma, y con las restricciones de la pelea removidas, las pequeñas oportunidades que tenia para ganar la mano de la maravillosamente cruel Kodachi.

Ranma estaba completamente enfocado en el contenido del refrigerador de su familia. Todo este esfuerzo lo puso hambriento, y su comida en el restaurante, junto con la parte de Kodachi, simplemente no lo sostendría por mucho. Su padre muchas veces le hablaba de la necesidad de tener el estomago lleno dado de que un artista marcial nunca podría saber cuando tal energía sería necesitada. Ranma era de la opinión de que su padre estaba sobrecargando su batería por demasiado tiempo, pero el tenía que admitir que era mucho mas fácil lidiar con su loca vida son el estomago lleno.

*Mejor acabo esto rápido entonces* Ranma pensó mientras atacaba, planeando saltar sobre Takuya en el último momento y atacar por detrás, lo que de acuerdo a su padre, no era un táctica cobarde ya que el oponente si lo vería venir.

A mitad de su destino, las largas ventanas que ayudaban a bañar al salón en luz de luna de repente explotaron enviando vidrios a todas partes. La gente empezaba a huir por todos lados del cuarto, dejando a una solitaria figura parada ahí, al parecer el vidrio a su alrededor no le molestaba en lo absoluto.

"¡¡Ukyo, prepárate a morir!!" La extraña chica grito en rabia, atacando a Ranma con su sombrilla en lo alto.

Ranma inmediatamente se puso en una postura defensiva después de recobrarse del shock. No fue debido a ese tipo de entrada, dado que su larga lista de rivales tendía a tener un gusto por violentas primeras impresiones, pero más por el hecho de que esta chica quería matarlo más que salir con él. Pero luego la mente de Ranma igualo sus instintos y se di cuenta que ella había dicho, 'Ukyo.' No sería la primera vez que Ranma haya sido atacado debido a un caso de falsa identidad, pero ese nombre su sonaba familiar...

La chica abruptamente paro su ataque, mirando por todo el salón con una mirada amenazante antes de decir, "Maldición, lo perdí, a ella, como sea. Perdón."

Todos parpadearon en sorpresa mientras la chica se inclinaba un poco en disculpa y se fue por el mismo lugar por donde entro.

* * *

"¡Hey! ¡Espera!" Kyoko llamo a la extraña chica que acababa de conocer. Ella no podía describir como se había sentido cuando la chica atravesó la ventana sin un solo rasguño en ella. Ella nunca había tal poder antes. Esta chica era incluso más fuerte que el patán de Ranma. "¿Donde vas?"

"Tengo que encontrarme con mi padre," la chica habló con una voz determinada mientras se daba la vuelta, mirando a Kyoko justo en los ojos. "Es una cuestión de honor."

*Tan fuerte,* Kyoko pensó vividamente, luego empezó a entrar en pánico mientras la chica continuaba alejándose de ella. "¿Te tienes que ir ahora? Digo, ya es muy tarde."

"Eso es verdad," La chica admitió. Entonces ella se saco su mochila y empezó a desdoblar una pequeña tienda de campaña.

"Tú no tienes que dormir afuera, es muy incomodo" Kyoko le dijo a la chica, sonrojándose un poco mientras agregaba, "Puedes quedarte conmigo esta noche. Estoy segura que a mis padres no les importara."

"No... no podría," la chica replico, actuando nerviosa por primera vez mientras miraba a un lado. "Y yo acampo fuera todo el tiempo. No es tan malo. Ya me he acostumbrado."

Kyoko podía ver que al chica necesitaba un poco de convencimiento, así que se agacho sobre la mochila y trato de recogerla, planeando usarla como pieza de convencimiento. Solo que no era tan ligera como Kyoko pensaba, ni siquiera pudo levantarla un centímetro del suelo. *¿Acaso guarda doblones de oro aquí o algo así?*

Fue entonces vio algo sumamente extraño, una extraña y gran sombra moviéndose entre los árboles del parque en que se encontraban, un poco de temor empezó a circular por su cuerpo mientras ella se acercaba a la chica de cabello rubio por protección. "¿Q..qué es eso?"

La chica levanto la mirada y la dirigió hacía donde apuntaba la chica, después de observar por algunos momentos, una sonrisa apareció en su rostro. "¡Es mi papá!"

"¡¿Eh?!" Kyoko exclamo confundida, cuando volvió en si, vio que la chica había vuelto a poner su tienda en la mochila y empezaba a correr hacía la gran figura. Kyoko no sabía que decir cuando de repente recordó que se había olvidado decirle algo, "¡Oye mi nombre es Kyoko Ashida! ¡¿Cuál es el tuyo?!"

La chica se detuvo y la miro "Umm, un gusto conocerte. Mi nombre es Ryoga Hibiki."

Kyoto vio como la chica llamada Ryoga desapareció en al oscuridad junto a la gran figura, y por un instantes se pregunto si todo no había sido un sueño, la cámara en su mano la trajo de vuelta a la realidad al darse cuenta que ella aun tenía trabajo que hacer, su sempai necesitaba de su ayuda ahora en hacerle ver la clase de hombre que en verdad era Ranma Saotome.

* * *

"Bueno... eso fue un poco anticlimatico," Kodachi dijo con una pequeña mirada de decepción a su cita, sosteniendo gentil pero firmemente su brazo. Ella estaba vestida en su kimono una vez mas durante el regreso a su casa, luciendo casi igual a como había empezado su cita.

Ranma asintió, pensando que a pesar de las apariencias, Kodachi lucía como una mujer completamente diferente para él ahora que cuando empezaron su cita y no podía decidir si era algo bueno o no. "Yo pude haber tachado a otro rival de mi lista."

Mientras el dueño había estado a favor de la violencia confinada dentro de la pista, la destrucción de sus grandes y costosos ventanales habían apaciguado su deseo por más carnicería y rápidamente los hecho a los cuatro de su establecimiento. La aparición rápida de la chica había roto el humor de cualquier manera. Ranma no podía concentrarse bien en una pelea ahora y estaba un poco preocupado que lo dejaría distraído y le costaría la pelea. Así que fue pospuesta en algún lugar en el futuro, aunque con esa mirada que Asuka le había dado, el tenía el presentimiento de que no faltaría mucho.

Kodachi sonrió ligeramente mientras se movía más cerca a Ranma, descansando su oscura figura en su hombro. "Fue una excitante noche sin embargo. Ha pasado tanto tiempo desde que he tenido tan energético entretenimiento."

"Puede ser," Ranma replico, tratando de ignorar la suavidad de Kodachi presionada contra él, sintiendo sus hormonas hacer otro asalto a su voluntad de acero. "Es bueno para practicar artes marciales, pero puedo usar un descanso de vez en cuando."

"¿Oh?" Kodachi hablo casi susurrando, quedándose quieta ligeramente mientras doblaban la esquina mientras la mansión de su familia se alzaba ante sus ojos. "Conozco de un maravilloso lugar sonde podremos estar solos. Paso mucho de mi tiempo ahí para encontrar serenidad. Es perfecto para la meditación... o otras relajantes actividades."

"No lo sé. La gente tiene el hábito de salir de los más extraños lugares para poder atacarme. Un tipo inclusive se disfrazo como buzón una vez," Ranma comento para reforzar las paredes de su voluntad mientras las palabras de Kodachi parecían hacerlas temblar como si fuera una maquina demoledora.

"Creedme cuando digo que no seremos molestados," Kodachi le dijo mientras pararon frente a su hogar, donde ella sabía su madre estaría esperando, y lo más probable la estaba viendo es este mismo momento. Ella tomo la mano de Ramna con la suya y lo miro a los ojos, los cuales evitaron ver los suyos. "El Sr. Green Turtle se encargara de eso."

"¿El cocodrilo?" Ranma replico nerviosamente, aunque no era por pensar el gigante reptil cerrando sus fauces sobre el sino por la vista del Kimono de Kodachi revelando algo de ropa intima. "No creo que le guste mucho. Yo no me llevo bien con los animales."

"Oh, estoy segura de que le caerás bien... casi tanto como a mi," Kodachi habló casi susurrando mientras se acercaba a él, lentamente cerrando sus ojos.

Ranma no era completamente ignorante cuando se trataba de etiqueta. Él había visto suficientes telenovelas de su mamá para saber que se supone que pasara después. Ella quería darle un beso de buenas noches, pero él no sabía si debiera. Ella estaba comprometida con otro tipo, pero al mismo tiempo ella había dicho antes que ella no quería casarse sin conocer el beso de otro hombre, algo que realmente no entendía. Un beso era un beso, ¿No es así?

Su cuerpo temblaba, Ranma se forzó a si mismo a agacharse más, descubriendo que tenía que pelear por cada milímetro mientras se acercaba más y más a los labios rojos de Kodachi.

"Ranma Saotome, ¡Finalmente te hemos encontrado!" Grito un grupo de hombres todos vestidos en disfraces de varios animales como los que se ven en los parques de diversiones, "Por destruir nuestra Copa del Pollo, prepárate a probar la venganza de la Asociación de Amantes de Animales, División Especial de Artes marciales!"

*Salvado por la campana,* Ranma pensó con alivio mientras el soltaba a Kodachi y se escapaba, esquivando collares y bozales casi con agilidad infantil.

Kodachi pudo solo suspirar en decepción.

* * *

¡Click!

Kyoko tomaba lo que parecía ser la última foto de la noche, ella hubiera querido darle un final más espectacular con ese último pero al parecer la buena, o mala depende de cómo se vea, suerte de Ranma lo había salvado esta vez. Pero no importaba se dijo a si misma, ya tenía suficientes evidencias para hacer o solo que su sempai se aleje sino también que ella le quiera hacer la vida de cuadritos después. Ranma no sabía lo que le esperaba cuando se trataba de la furia de Nabiki.

Guardando el rollo y la cámara en su mochila, ella se dirigió camino a su casa, aún tenía una larga noche revelando todas las fotos para mostrárselas a Nabiki-Sempai, era tan grande su felicidad que no vio a la anciana que apareció de repente por una esquina.

"¡Ouch!" Kyoko cayó el suelo de espaldas, pero se levanto de inmediato y reviso su mochila para ver si la cámara estaba bien después de comprobarlo, ella se dio la vuelta con la intención de insultar a la persona con quien había chocado, pero se callo al ver que se trataba de una pequeña anciana y que al parecer había caído peor que ella.

"¡Oh, disculpe!" Dijo ella rápidamente mientras dejaba su mochila en el suelo y la ayudaba a ponerse de pie. "No la vi."

"No tienes que disculparte jovencita." Le dijo la amable anciana. "Fue mi culpa, creo que con la edad ya no sé ni por donde voy."

"¿Esta usted bien?" Le pregunto ella preocupada. "¿No se lastimo en ningún lado?"

"Estoy bien, no te preocupes pequeña." Le dijo la anciana con una voz calmada. "No me hice nada."

"¿No quiere que la ayude a llegar a su casa?" Pregunto Kyoko.

"No es necesario pequeña." Le respondió la anciana. "Yo vivo cerca de aquí, mas bien tú deberías apresurarte, ya es algo tarde para que chicas tan guapas y jóvenes como tú anden solas por estas calles."

Kyoto sonrió a la anciana, ella en otro momento se hubiera quedado para ayudarla sin importar lo que dijera, pero en verdad se estaba haciendo tarde y aún tenía mucho trabajo que hacer, por lo que decidió hacerle caso esta vez, además en un vecindario de tal alta reputación como este, ella no creía que hubiera problemas.

Tomando su mochila del suelo, ella dio una adiós respetuosos a la anciana y partió corriendo del lugar. Su mente una vez más con la imagen de su sempai alabándola por haberle hecho ver la perversidad del chico de la trenza, aunque esta ven había una figura rubia en su mente que hizo que ella se ruborizara un poco más

* * *

La 'anciana' veía como la muchacha vestida de negro se perdía de vista después de doblar una esquina. Con una sonrisa en su rostro, 'ella' se dio la vuelta y se dirigió a la mansión Kuno y con gran agilidad salto sus muros, al mismo tiempo que se sacaba sus prendas y dejaba ver su verdadera identidad.

Sasuke posaba sus pies en el jardín de los Kuno con una gran sonrisa de satisfacción en su rostro, él ciertamente podía decir con orgullo que esta noche había defendido bien el honor de la familia que protegía. La señora Kuno le había ordenado que vigilara a su hija en su cita, no por temor de que su pareja le hiciera algún tipo si no todo lo contrario, tampoco era que desconfiara de hija, pero siempre había ese elemento sorpresa que puede arruinar toda una noche.

Como siempre, ella había tenido razón.

No había pasado mucho tiempo de su cita cuando él había divisado la primera y más peligrosa amenaza de la noche, los artistas marciales que le hicieron frente a la pareja no representaban problemas, la señorita Kodachi era más que capaz de cuidarse sola, y su pareja tenía el nivel suficiente para hacerlo también, no, el peligro más grande era esa Paparazzi, una simple foto en un momento inoportuno y la reputación de los Kuno se podría ver muy afectada. Pero ya se había encargado del problema usando sus técnicas ninja de disfraz y hurto, la pobre chica se llevaría una desagradable sorpresa cuando viera lo que hay en realidad en la mochila falsa que le dio.

Sasuke ahora miraba la verdadera mochila en sus manos, por un instante, él pensó en destruirla, pero dejo a un lado esa idea, su señora le había ordenado también que le diera un reporte de lo que había hecho su hija y su cita, y obviamente una imagen valía más que mil palabras.

Su sonrisa se agrando más mientras caminaba a la mansión al mismo tiempo que esquivaba todas las trampas ocultas del jardín, él aún tenía el trabajo de revelar las fotos, pero él estaba feliz y no le importaba hacerlo en lo absoluto. Hoy había sido una buena noche.

Continuara