¿Quieres ser mi Prometido?

(Una Ranma ½ Alt Historia)

Por Lord Kal-el
Idea original de Ammadeau Roy
Formato HTML de Hukarovi Yanoki

Aclaración: Ranma ½ y todos sus personajes le pertenecen a Rumikio Takahashi, con suerte no me demandara por esto.


Sintiéndose un poco como una niña otra vez, Kasumi con cuidado cerró la puerta de su cuarto y fue de puntillas a su escritorio. Ella sabía que su padre era el único en la casa y él nunca se metería en la intimidad de su hija, pero esto era solo parte del ritual para ella. Era algo que ella había estado haciendo por tanto tiempo que se sentía incómoda si no lo hacía, venía de un tiempo cuando sus hermanas menores habían sido mucho más curiosas.

Quitando su diario de la estantería - disfrazado por una sobrecubierta como un libro de medicina herbaria taiwanesa - ella lo abrió con la llave que siempre llevaba alrededor de su cuello. Llegando a la primera página en blanco, ella comenzó a escribir la entrada de ayer.

Antes, siempre que Kasumi tenía algo que merecía ser recordado, ella escribiría la entrada al final del día, justo antes de acostarse. Después de que ella había conocido a Ranma, sin embargo, ella había estado pasando tanto tiempo leyendo rápidamente las entradas anteriores que ella nunca tenía tiempo para escribir una nueva. Ella también encontró que pensar en ello al día siguiente trajo que recordaba todos esos pequeños detalles que ella realmente no había notado entonces, haciendo la memoria más viva cuando la leía de nuevo.

Kasumi había estado escribiendo en su diario durante mucho tiempo ahora. El libro había sido un regalo de su madre después de que ella había tenido éxito en una prueba de escritura en la escuela primaria. Entonces, su madre le había dicho que era un libro mágico que podría mantener todas sus preciosas memorias frescas y nuevas. Incluso después de que la creencia infantil de Kasumi en la magia había pasado, el diario que tenía era uno de sus bienes más atesorados, y ella lo usaba sólo para registrar las cosas más especiales que le pasaban.

Después de que ella terminó de grabar cada detalle que podría recordar de su último encuentro con Ranma, Kasumi retrocedió un poco para hojear algunas entradas más recientes. Los dos caracteres kanji que decían el nombre de Ranma parecían estar en cada página. ¿Le había pasado algo interesante últimamente que no implicara a Ranma? Ella no podía pensar en un solo evento.

Ella también notó que había estado escribiendo en su diario mucho más a menudo últimamente. Antes de eso, ella había estado haciendo un promedio de una entrada por mes, pero ahora ella estaría sorprendida si pasara una semana y ella no tuviera nada que escribir. No muchas páginas en blanco permanecían tampoco. Ella tendría que comprar uno nuevo, pero estaba poco dispuesta a hacerlo. No significaría tanto como éste lo hacía, pero era realmente una noción tonta de ella que la vida de una persona podría encajar en un solo libro, aún una tan mundana como la suyo. Para una vida como la de Ranma, probablemente tomaría treinta y ocho volúmenes para un solo año.

Capítulo 7: Siete Exigencias para una Cita ideal

Kyoko temblaba un poco mientras esperaba en el casillero de Nabiki. Ella se había precipitado allí en cuanto la campana sonó, y había esperado llena de ansiedad. Su última clase del día era de matemáticas, que era su mejor tema, pero bastante aburrida para ella ya que sabía más que el profesor sobre el sujeto. Además, él era un nuevo profesor que no le gustaba mucho.

Por simple ocio, Kyoko había echado un vistazo alrededor de la clase, notando que la única otra persona que no ponía mucha atención al tema era Ranma, que tenía una mirada ausente que indicaba a todo el que miraba en su dirección que su mente estaba en otro lado. El profesor falló en notarlo.

Este consiguió que la ayudante número uno de Nabiki pensara en todo lo que había pasado en la escuela en los pocos días desde que el muchacho de la trenza se presento, sobre todo implicando a su jefa.

Pensando en sus tentativas de arruinar su gran cita, Kyoko comenzó a sentirse culpable. Ella todavía aborrecía a Ranma, considerándolo el símbolo de todo el mal de los hombres en todas partes, pero ella deliberadamente había abusado de la confianza de su jefa, una persona que la había tratado con nada más que bondad desde que se encontraron por primera vez.

>>>>>Flashback<<<<<

Era el primer día de escuela y Kyoko siempre era una muchacha bastante tímida para empezar, pero asistir al instituto por primera vez francamente la aterrorizó. Ella había estado agarrando su mochila cerca de ella como protección mientras tomó pequeños pasos para pasar el umbral del patio de la escuela, su madre ya se había ido con un saludo corto y una sonrisa.

En medio del patio, una gran pelea estaba en curso. Un chico parecía enfrentar a todos los otros chicos en la escuela, y lo que era sorprendente era que parecía que ganaba. Kyoko había estado yendo a una escuela de chicas hasta aquel punto y al ser única hija de una familia protectora en exceso, tenía muy poco contacto con personas del género masculino, sobre todo de su propia edad. Como una primera impresión, habría sido difícil hacer una peor.

Entonces ella vio a una muchacha con de cabello corto castaño hacer su camino por la multitud al área donde la lucha ocurría. Kyoko cerró sus ojos en miedo, esperando que esta muchacha valiente sea aporreada, pero cuando ella abrió sus ojos poco después, la muchacha estaba todavía ilesa. De hecho, los chicos se separaron e hicieron camino para ella como si en realidad tuvieran miedo de ella, aun cuando ella no hiciera un gesto de amenaza. Ella simplemente pasó por sus filas con solo el reconocimiento de su presencia.

La muchacha hizo una pausa ante el muchacho que había estado derrotando a todos y Kyoko parpadeaba en sorpresa cuando él inmediatamente dejó de luchar y se dio la vuelta para afrontarla. Él no parecía con miedo, pero Kyoko tenía el presentimiento que de algún modo esta chica era un oponente más formidable para él que todos esos chicos juntos. Ella hablo con él durante unos momentos en una voz demasiado baja para que la chica nueva escuchara, y luego de repente la lucha termino, como por arte de magia.

Kyoko se acercó a la muchacha después, todavía con temor de lo que acababa de pasar. Ella siempre fue una muchacha débil con quién las chicas más fuertes se metían e intimidaban, pero aquí estaba alguien que podría parar una gran pelea con sólo unas palabras. Kyoko tenía que saber como lo había hecho.

"Perdóneme" ella dijo mientras la chica cambiaba sus zapatos.

"¿Sí?" la muchacha preguntó, girando para dar una mirada neutra a Kyoko; no hostil, pero no exactamente amistosa tampoco. "¿Hay algo que quieras?"

Kyoko se ruborizo, mirando a sus pies, y tartamudeo, "Yo era... solo me preguntaba como paró aquella gran pelea, eso es todo."

Nabiki sonrió con satisfacción. "Kuno solo quiso hacer una buena impresión durante el primer día de mi hermana, pero amenazar con cortar su suministro de fotos lo hizo pensar de otra manera."

Kyoko parpadeó en confusión.

"¿Tú debes ser nuevo aquí también, no es así?" Nabiki preguntó con una sonrisa de bienvenida que Kyoko sabía estaba diseñada para poner a la gente a gusto. "Soy Nabiki Tendo, estudiante de segundo año. Gusto de conocerte."

Kyoko tomó la mano ofrecida y la sacudió ligeramente, como si tuviera miedo de que mordiera. "Kyoko Ashida, estudiante de primer año... aunque usted ya sabrá eso," contestó ella con una pequeña sonrisa nerviosa. "Lo lamento, no estoy acostumbrada a tantas personas. Fui a una pequeña escuela solo para chicas antes."

Nabiki asintió como si lo hubiera sabido desde el momento que la había visto. "No te preocupes, Furinkan no es tan malo como parece, pero si alguien te da cualquier problema, solamente diles que estás conmigo, ¿bien?"

Kyoko asintió, sonriendo en gratitud.

>>>>>Fin del Flashback<<<<<

Ella parpadeó cuando una mano suavemente tocaba su hombro, girando para mirar fijamente directamente a los ojos de su sempai, ojos ahora excepcionalmente con matiz de preocupación.

"¿Esta todo bien, Kyoko-chan?" ella preguntó.

"¡Sí, desde luego!" Kyoko contestó rápidamente, sintiéndose un poco nervioso con Nabiki tan cerca de ella. "¿Qué le hace preguntar eso, sempai?"

"Bien, has estado mirando fijamente mi casillero por cinco minutos ya," Nabiki le dijo, su mirada de preocupación se volvía a su sonrisa satisfecha habitual.

Kyoko desesperadamente ideó una excusa. "Yo solo calculaba el beneficio potencial para las ventas de la cinta de la lucha de Ranma y Kuno hoy, basada en las ventas de las del Equipo de la Demolición. Pienso que con el ángulo correcto, nosotros podríamos emparejar aquellas ganancias. "

Nabiki de repente la acarició en la cabeza, haciendo a la muchacha más joven ruborizarse. "Esa es mi Kyoko-chan. ¿Quién necesita una calculadora cuando te tengo alrededor?"

Kyoko ordenó juntos el poco resto de su coraje y dijo vacilantemente, "Um, nosotros podremos hablar de ello, después de que usted termine de editar la cinta." Esta era una forma para ella de compensar su reciente comportamiento, y otra cosa que las muchachas hacían juntas todo el tiempo.

"Tendré que decepcionarte esta vez, Kyoko-chan. Hitomi viene hoy después de la escuela. Tenemos algunas cosas... de que hablar. Confío en Naoko para corregir la cinta esta vez. Ella estaba realmente impaciente para hacerlo, y ella sabe su oficio. Probablemente haga un mejor trabajo que yo."

"Hai, sempai," contestó Kyoko, su cabeza abajo, antes de alejarse.

* * *

Nabiki todavía se preguntaba que pasaba con Kyoko últimamente. Ella en realidad no conocía mucho a la muchacha, pero había pensado que tenía una bonita sensación de ella, eso fue hasta hace una semana. *Hmm, todo comenzó cuando Ranma se presento* Nabiki recordó cuando ella primero había preguntado a su ayudante sobre el muchacho de la trenza, la indiferencia con que había contestado, pero después de reflexionarlo era una indiferencia que parecía forzada.

Ahora correlacionando todas las menciones de Ranma alrededor de Kyoko mientras cruzaba las puertas de la casa Tendo, Nabiki comenzó a desarrollar una imagen extraña. Kyoko parecía un poco furtiva siempre que Ranma era mencionado, e incluso cuando ella declaró su aversión, había algo que no sonaba bastante verdadero. Sonaba un poco demasiado como las negaciones de su hermana Akane.

Kyoko era una de las pocas personas que sabían de su cita con Ranma, y su cólera con él pareció haber comenzado después de eso. ¿Era posible que su ayudante se hubiera enamorado de Ranma? Era algo que requería estudio. Si resultaba ser verdad, ella tendría que asegurarse que Ranma deje a la muchacha con cuidado. Era lo menos que podía hacer por su dedicada ayudante. Incluso si Nabiki no hubiera estado desarrollando una relación con el muchacho de la trenza, ella sabía que Kyoko no era su tipo en absoluto.

Nabiki casi chocó con Akane que de modo similar estaba perdida en sus pensamientos. Su hermana parpadeó a ella, todavía pareciendo perdida. La chica traviesa en Nabiki se elevó con una sonrisa mientras le dijo, "Dame tu mano y cierre tus ojos porque tengo una gran sorpresa para ti."

Luciendo más confundida que antes, Akane hizo lo que le dijeron. "Si es una serpiente de goma, Nabiki, no va a asustarme esta vez. No tengo más cinco años."

"Tu carencia de fe me lastima, hermanita." Nabiki le dijo en un tono burlón mientras buscaba en su bolso y con cuidado puso un mechón de cabello asegurado por una cinta blanca en la mano de Akane. "Bien, puedes abrir tus ojos ahora."

Akane cautelosamente abrió sus ojos, sólo para parpadear sorprendida de lo que ahora sostenía en su mano. "¿Qué es esto?" ella preguntó a su hermana, desconcertada.

"Un mechón de pelo. ¿No te das cuenta?"

"¡Sé que es un mechón de pelo, Nabiki!" Akane le gritó en cólera. Con todo lo qué le había pasado últimamente, la última cosa que necesitaba era entender los pequeños juegos de su hermana. "¿Para qué me lo das?"

Nabiki abrió su boca para decir la verdad a Akane, o más bien algo muy cerca de la verdad, cuando ella se paró y sonrió con satisfacción, sintiendo una oportunidad rara.

"Es de Ranma. Pensé que te podría gustar viendo como has estado babeando por él desde que llego a Furinkan" Ella dijo a su hermana, sorprendida por el matiz de amargura que comenzó a mostrar en su tono. De Min-Lin lo considero comprensible por la forma en que la tonta rubia había actuado, ¿Pero celosa de su propia hermana? Ranma debe gustarle más de lo que ella había pensado.

"¡No tú también!" Akane gritó, aunque su tono fuera más de una petición esta vez. "¿Por qué piensan todos en la escuela que estoy interesada en Ranma?"

"Tal vez porque has estado almorzando con él, y le has echado una mano en dos ocasiones separadas, cuando todos sabes que normalmente no levantarías un dedo para ayudar a un chico. Incluso oí un rumor de que cosiste su uniforme para él," Nabiki contesto con una sonrisa satisfecha, sintiéndose confiada de que por el modo que su hermana reaccionaba su interés por Ranma era lejos de ser romántico, pero un poco preocupada por el mechón de pelo ahora agarrado tan firmemente en su mano.

Akane se ruborizó y tartamudeó, "Eso es... eso no es lo que crees. Todos solamente saltan a conclusiones. Solo quiero que Ranma me ayude con mis artes marciales, eso es todo."

"¿Estas segura?" Nabiki preguntó de forma significativa.

"Desde luego," Akane contestó con más confianza que antes. "Él puede ser un buen peleador, pero él es todavía un chico."

Riéndose de la cantidad de veneno que su hermana podría embalar en una sola palabra, Nabiki ligeramente acarició su cabeza y le dijo, "Te creo, Akane."

"Gracias, Nabiki," Akane le dijo con sólo un rastro de confusión.

Despidiéndose como si no fuera nada, Nabiki se retiró a su cuarto, una sonrisa extraña en su cara. Inseguro de que había sido todo eso, la hermana más joven de las Tendo entró a su propio cuarto.

Akane miró fijamente al mechón de pelo que ahora yacía en su escritorio y se preguntó que hacer con el. Ella no podía devolverlo a Ranma sin crear una mala impresión con él y sus compañeros de clase, pero ella no sintió correcto el solo tirarlo tampoco. Encontrando una caja de zapatos vacía dejada de los zapatos que ella había comprado para el instituto, ella dejó caer el mechón de pelo dentro, cerro la tapa, y la empujó bajo su cama. Ella pensaría en algo que hacer con ella más tarde.

* * *

"Ah, Kuno-sempai" Suspiró Naoko mientras miraba los cortes de la pelea con el Equipo de Demolición y la sesión de entrenamiento de Kendo con Ranma por la que sería la doceava vez.

Ella ya había terminado de editar la sesión de entrenamiento para Nabiki-sempai, siguiendo sus instrucciones al pie de la letra la cinta final quedo con 3/5 de Ranma y Kuno 2/5. Ella comprendió sólo después que ella probablemente sólo lo había querido decir en un contorno general y no algo que tenía que ser medido al segundo, pero Naoko disfrutó el esfuerzo de todos modos, aun cuando hubiera tardado mucho en hacerlo.

Naoko era muy tímida y apacible, por lo general prefería sentarse atrás del aula y ocultarse tras sus grandes lentes, haciendo todo lo posible para que nunca el profesor la llamara. No, que ella no supiera la respuesta - ella siempre hacía su tarea y adelantaba sus lecciones - pero ella tenía un miedo horrible de hablar en público. Siempre que ella lo hacía, su voz se quebraba y ella se sentiría sumamente avergonzada.

Leyendo sobre su problema, Naoko había descubierto que ella carecía del sentido de seguridad en sí misma. No encontrando ninguna respuesta clara en sus libros sobre como ganar uno, ella en cambio miró alrededor a la verdadera vida por un ejemplo bueno de ello. Ella no tuvo que buscar mucho.

Al principio ella había sólo comenzado a mirar a Kuno para descubrir el secreto de su confianza, pero mientras más lo miró, más ella se hizo intima de sus otras capacidades; la forma refinada en que hablaba, su dominio de kendo, su conocimiento de poesía, su belleza. Lo último había pegado a Naoko como un rayo; Kuno era guapo, no había ninguna discusión para ella. La prueba estaba allí en cada mirar de sus ojos serios, la inclinación de sus bien formados rasgos, su cuerpo que se ondula con sus músculos....

Naoko rápidamente agarró un pañuelo para parar una hemorragia nasal repentina, ahora que miraba fijamente la cinta del kendoista que se paraba allí con el pecho desnudo mientras respiraba fuertemente, luciendo fuerte y vulnerable al mismo tiempo. Esto era otra cosa que la sorprendió. Ella nunca había tenido hemorragias nasales antes, era solo que a veces cuando ella miraba fijamente a Kuno-sempai, sintió como si toda la sangre se precipitaba a su cabeza. Esto, ella razonó, era otra cosa no cubierta en sus libros.

Naoko se había unido el club A/V por la razón exclusiva de grabar al kendoista en la acción, con la esperanza de mejor entenderlo y sus reacciones. Ella se había unido a la organización de Nabiki-sempai por la misma razón, ya que la mayor parte de su negocio pareció estar sobre o alrededor de Kuno.

Cuando Ranma entró en escena con el kendoista, Naoko parpadeó y estudió al chico de la trenza durante un momento. Casi toda la escuela, y sobre todo las chicas, se habían fascinado con el nuevo estudiante a partir del momento que había llegado, pero Naoko realmente no podía entenderlo. Incluso si él podría ser un mejor artista marcial que Kuno-sempai, él seguramente no era tan confiado, culto, o tan hermoso, al menos en su opinión.

Ella parpadeó otra vez cuando Akane entró en escena. Esta chica era un misterio aún más grande a Naoko. Kuno con frecuencia hacía todo tipo de cosas románticas para Akane, pero ella solamente no estaba interesada. ¿Cómo era posible no estar interesado en Kuno-sempai?

"Ella debe ser una lesbiana," concluyo Naoko lógicamente mientras rebobinaba las cintas y finalmente se fue a su casa. Ella obviamente tenía más investigaciones que hacer.

* * *

Ranma temió llegar a casa, aún más que de costumbre. Él sabía que su madre afanosamente planificaría hasta el último detalle de su cita. Era bastante malo que tuviera que ir, enterado sobre ello de antemano sólo lo haría preocuparse más.

Usando su habilidad de artes marciales, él silenciosamente subió la valla y cayó en el patio Saotome, inclinándose para mantenerse fuera de vista mientras él procuró no hacer un sonido. Escalar un lado de la casa para entrar por la ventana de su cuarto en el segundo piso era un poco difícil, pero por alguna razón el arte de su padre tenía situaciones como estas cubiertas.

Él no estaba en todo listo cuando su madre de pronto abrió la ventana y le dijo, "Aquí estas, hijo. He estado buscándote."

"¿En verdad?" Ranma preguntó con temor mientras se adhirió al lado de la casa.

Nodaka asintió y puso una nota de papel en el bolsillo de su camisa. "Aika y yo estábamos tan ocupadas planeando tu pequeña cita esta noche, que olvide por completo hacer mis compras del día. ¿Puedes ir por algunas cosas?"

"Seguro", Ranma contestó, sintiéndose un poco confuso mientras comenzó a irse.

"Gracias, hijo. No te preocupes por tu cita, va a ser tan divertido que lamento que yo no vaya contigo."

Ranma no tenía la posibilidad de decirle lo que él pensó de aquella idea porque perdió por completo el equilibrio y cayó al suelo, lo que lo dejo sin aliento.

* * *

Hitomi era por naturaleza una persona muy curiosa. Cuando ella se sentía curiosa por algo, ella no podía descansar hasta que lo supiera de dentro hacia fuera. Así es como ella se había hecho estudiante de Nabiki en primer lugar, y la razón por la que ella se dirigía a la casa Tendo inmediatamente después de su juku en vez de irse a casa primero. Ella no podía descansar hasta que ella oyera el lado de Nabiki de la cita.

También le gustó el éxito, e inversamente aborrecía el fracaso. Esto era una razón por la qué ella continuó su negocio en la escuela aún después de un principio áspero, y uno de los motivos por la qué ella estaba tan determinada de asegurarse que Nabiki y su hermano terminaran juntos. Este éxito sería más dulce que todos los otros combinados. El hecho que ella quería a ambos también ayudaba.

Soun Tendo abrió la puerta, causando que Hitomi se quedara estática. Él era un hombre agradable, si un poco... emocional a veces, pero ella exactamente no estaba emocionada con el modo en que él la percibió.

"¡Hola!, pequeña" él le habló en un tono alegre de una manera extraña en que la mayor parte de los padres solían dirigirse a pequeños niños. "Vaya, ha pasado mucho tiempo desde que nos visitaste. ¿Quisieras algún caramelo? Creo que tengo algunos ricos bombones en la cocina."

"Um, no gracias, Sr. Tendo," Hitomi le dijo en un tono tan cortés como podía, aun cuando en el interior ella gritaba, *¡No soy una niña!* "Estoy aquí para ver a Nabiki-san."

"Nabiki-oneechan esta en su cuarto ahora mismo, y estoy seguro que ella estará encantada de verle," dijo Soun en el mismo tono que antes mientras se movió para permitirle entrar.

Hitomi rápidamente se saco sus zapatos con un murmuro de gracias en un esfuerzo para apresurarse arriba antes de que él pudiera decirle algo más. Ella casi lo hizo.

"¡Divierte jugando ahora, pequeña!" él le gritó.

Hitomi sólo sacudió su cabeza mientras pisó muy fuerte la escalera, ociosamente preguntándose como su sensei se sentiría si su estudiante convenciera a su padre de dar una paliza al de Nabiki.

Soun no pensó a mucho más en ella, viendo a Kasumi marcharse a su viaje habitual de compras, el recuperó algo del ático y furtivamente la siguió.

* * *

Al volver a casa directamente de la escuela, Kodachi estuvo sorprendida de no encontrar a su madre allí esperándola para emboscarla esta cita. Aika raras veces se contenía con el consentimiento verbal de su hija; su clase particular de estímulo por lo general duraba inmediatamente hasta el acontecimiento real que había estado forzando sobre Kodachi. La ausencia de su madre era sorprendente para decir menos, y decepcionante ya que ella quiso ver su expresión cuando ella casualmente estuviera de acuerdo a todas sus demandas, con una sonrisa no menos.

Sabiendo que la hermana de su cita anticipada no era la mejor fuente para una opinión imparcial, Kodachi había hecho un sondeo sutil para más información sobre Ranma. Usa el acceso de su padre a registros educativos había sido en particular provechoso. Parecía que su cita no podía quedarse en una escuela por mucho tiempo, y este problema sólo había empeorado cuando él se acercó al final de la escuela secundaria y a la enseñanza superior.

Ranma había sido marcado como un alborotador a temprana edad y esto parecía justificado dado que siempre que hubiera un problema en una escuela, él siempre estaba en medio. Unas escuelas lo habían transferido solo para contener el daño a la propiedad. Él no tendría el mismo problema en Furinkan al menos, si ellos podían soportar a Tatewaki...

Kodachi parpadeó cuando comprendió que Ranma ahora iba a la misma escuela que su hermano.

La Rosa Negra vacilantemente golpeo la puerta al cuarto de entrenamiento de su hermano. Profundamente en su corazón donde ella casi nunca miraba, Kodachi amaba a su hermano, ella sólo prefirió no tratar con él si ella tuviera opción. Claro que, su opinión de Ranma podría demostrar ser útil.

"Puedes entrar," Kuno dijo de alguna manera más allá de su tono normalmente arrogante, aunque hubiera una indirecta de algo más que ella no podía recordar.

Kodachi cautelosamente entró, aliviada al ver que había menos fotos de esa chica Akane que en su cuarto. Que una chica tan violenta, y poco femenina pueda existir era una gran sorpresa para ella, pero el hecho que su tonto hermano prácticamente adoraba cada respiro de ella hizo a la Rosa Negra sentirse enferma.

Kuno practicaba su kendo sobre un maniquí de entrenamiento indefenso, una práctica que Kodachi nunca había entendido ya que ella prefirió mejor a un oponente vivo. Cuando un retador no podía enfrentarla era apenas un desafío en absoluto, en su opinión. Había algo diferente en su práctica habitual; él parecía lento, pero al mismo tiempo más exacto, como si esta fuera su primera vez usando un bokken.

"¿Sabes el paradero de nuestra estimada madre, querido hermano?" Kodachi preguntó en su tono más cortés, hablando un poco más formalmente de lo que ella estaba acostumbrada para poner a su hermano a gusto.

Kuno se dio vuelta lejos del maniquí de práctica y le dijo, "Creo que ella actualmente visita a su confidente, Nodoka Saotome."

"¡¿Saotome?!" Kodachi dijo en sorpresa, oyendo el apellido del chico al que ella planeaba conducir la conversación. Ella sabía de la amiga de su madre vagamente, pero no recordó su nombre hasta aquel momento.

"¡¿Saotome?!" Kuno resonó poco después, haciendo la conexión él mismo de pronto, aunque por una razón diferente.

"¡Ella debe ser la madre de Ranma!" Ambos dijeron simultáneamente, y luego se miraron el uno al otro.

Kuno fue el primero en recuperar la energía para hablar. "¿Hermana querida, cómo es que conoces de Ranma Saotome?" él preguntó, sonando muy perplejo.

Kodachi no estaba en todo segura que decir a su hermano ya que ella no podía decir nada de su actitud hacia Ranma por su tono. Podrían ser feroces enemigos o mejores amigos, pero de una u otra forma probablemente traerían la interferencia de su hermano en la próxima cita, lo cual sería molesto.

"Su hermana menor asiste a la escuela secundaria de San Hebereke, y tengo negocios con ella de vez en cuando," Dijo Kodachi casualmente. "¿Cómo sabes tú de él?"

Kuno se preparó y relato a su hermana todo lo que sabía de Ranma, de su primer encuentro que los puso como grandes rivales, hasta que el chico de la trenza se había hecho su estudiante en la magnífica arte de kendo. Kodachi sabía que su hermano lo decía todo de un punto de vista muy sesgado, que era la única clase que Tatewaki tenía, pero esto todavía llenaba unos espacios en blanco más en la esperar de Ranma.

"¿Y está él tan obsesionado con esta chica... común como tu, querido hermano?" Kodachi preguntó con una mirada penetrante sobre una de las fotos de Akane, casi podía quemarla con la mirada.

"¿Por qué siempre debes referirte a ella en tal manera? Akane es un modelo de virtud femenina, un ángel que ningún otro podría esperar sobrepasar. Si tu estuvieras en su presencia solo un momento verías eso."

"Si tú lo dices, hermano," Contestó Kodachi con un saludo de su mano, no creyéndole un minuto. Ella estaba segura que la exposición real a esta muchacha rechoncha sólo la haría aborrecerla más. "¿Siente Ranma lo mismo que tú?"

"Aunque él quizás no sea tan dedicado como yo," Declaró Kuno con arrogancia,"él realmente también se esfuerza de protegerla de los bajos criminales del mundo. Él aún la protege durante el almuerzo, que siendo de otro grado, tristemente no puedo hacer."

La mirada de Kodachi se hizo más profunda. Ella hizo una nota mental de averiguar la verdad de lo que dijo al principio de la cita. Ella no pasaría nada de su tiempo precioso con alguien fiel a esa... chica.

* * *

Nabiki apresuradamente ocultó las fotos de Ranma que ella había estado revisando cuando tocaron a la puerta, luego se ruborizó al comprender que actuaba como una niña otra vez. Ella se preguntó que tipo de poder tenia Ranma para poner así a todas las chicas con las que tenía contacto, incluyéndola a ella.

"Me alegra que pudieras venir, Hitomi-chan," Nabiki dijo a la chica con una sonrisa y una pequeña reverencia.

"Gracias por invitarme, sensei," Hitomi contestó, devolviendo la reverencia y la sonrisa.

Impulsivamente, Nabiki extendió la mano y jugo con el pelo de la muchacha más joven, ganando una risa corta de su estudiante. Era realmente bueno ver a Hitomi en persona otra vez. La comunicación por correo electrónico solamente no era lo misma.

Hitomi dejo caer su mochila sobre el escritorio de Nabiki, las dos chicas se sentaron en la cama y hablaron de varias pequeñas cosas, aunque a diferencia de muchos otros adolescentes, su conversación estaba centrada más en finanzas que otra cosa. Ninguna de ellas jugaba a la bolsa, pero les gustaba mantener un ojo en ella y hacer predicciones de su futuro, un juego que ellas jugaron para ver cuales acciones fantasma se harían más valiosas.

"Gano esta vez, sensei," declara Hitomi con una sonrisa mientras sumó sus cifras en los papeles que Nabiki había sacado. "Mi única parte de S.A. Tokemeki. pone mi valor neto justo encima de la suyo."

Nabiki sonrió con satisfacción mientras mentalmente reviso sus cifras otra vez. "Si, me venciste esta vez, Hitomi-chan, pero he estado un poco distraída últimamente para darle toda mi atención. De hecho, me preguntaba..." Nabiki comenzó a preguntar, mirando el lugar donde había ocultado sus fotos de Ranma, tomadas ese día después de que él había perdido su camisa... en la lucha con Kuno.

"Primero, tengo un regalo para usted, sensei," Hitomi interrumpió con una sonrisa mientras abrió su mochila, solo para sacar lo que lucía como un álbum de fotos, que ella dejó caer directamente en el regazo de su sensei.

Con vacilación leve, Nabiki lo abrió y despacio comenzó a hojearlo, mirando fijamente todas las tarjetas que contenía, cada uno con una imagen de Ranma al frente, y algo escrito atrás. Ellas no eran de calidad profesional, pero era bastante impresionante.

Lo más asombroso era la variedad de imágenes. Algunas hacían a Ranma parecer una máquina invencible de artes marciales, mientras otras lo hacían parecer débil y vulnerable. Unos cuantos, sobre todo la serie de comida, eran muy graciosas, aunque fue en las que estaba con el pecho desnudo las que Nabiki miro más. Había incluso unas pocas de él como un niño, una cara linda con una sonrisa tan inocente que Nabiki no podía menos de reírse tontamente.

"¿Hiciste todo esto para mí?" Nabiki preguntó en sorpresa mientras siguió hojeándolas. "¿Cómo las hiciste tan rápido?"

Hitomi se ruborizó un poco antes de explicarle, "En realidad, comencé esto hace unos meses, aunque sólo termine el juego recientemente. Obtuve la idea de usted al vender fotos de su hermana, aunque yo estuve sorprendida como las tarjetas de Ranma se hicieron populares en mi escuela."

"En realidad, pienso que es brillante. ¿Por qué no mencionaste esto antes?" Nabiki se preguntó si ella pudiera hacer lo mismo con las fotos de Akane.

Hitomi se ruborizó más por la alabanza de su sensei. "Bien, es algo embarazoso, realmente. Amo a mi hermano, pero realmente no pensé que mucha gente estaría interesada en fotos de él. No le dije porque yo estaba casi segura de que fallaría y estaba un poco preocupada de lo que usted podría decir sobre ello. Después de que salió... No quise parecer que le diga como manejar su negocio, sensei. Además, no pensé que estaría interesada en fotos de Ranma."

Nabiki puso un brazo alrededor de los hombros de su estudiante, poniéndola en un medio abrazo. "No tenías ninguna razón de preocuparte por lo que pueda decir. Incluso si era una mala idea, como tu profesora es mi responsabilidad ayudarte a mejorar. Debes confiar en tus propios instintos de todos modos, no tratar de copiarme. La opinión más importante de una mujer de negocio es la suya. Y no pienses que soy tan perfecta que no pueda usar una sugerencia o dos también."

"¡Hai, sensei!" Hitomi contestó con una sonrisa.

"En cuanto al resto..." La voz de Nabiki cayó mientras volvía sus ojos al álbum de tarjetas ilustradas de Ranma en su regazo. Sus mejillas mostraron un rubor ligero. "Es tu culpa que este interesada en Ranma en primer lugar."

Hitomi sacó una caja de galletas de su bolso y los compartió con Nabiki, poniendo cómodas a ambas para el muy largo cuento por venir. La chica más joven evitó caramelos por lo general, pero una estudiante de primaria había ofrecido esto en cambio por un juego de tarjetas de Ranma y Hitomi no tuvo corazón para decir no.

Ella tomó un mordisco de la galleta cubierta de chocolate y dijo, "Bien, dígame todo desde que encontró a mi hermano, y solamente no pare en la cita como él lo hizo."

Nabiki sonrió mientras comió un poco de su propia galleta y comenzó, "Yo me sentaba por la ventana, mirando las peleas de mi hermana como siempre, pero tu correo de como yo debería encontrar algo fuera del negocio me mantuvo distraída. Quise encontrar algo que realmente sea divertido y excitante. Quise tener una cita agradable con alguien que yo al menos tenga la mitad de posibilidad de encontrar interesante, eso inmediatamente excluía a cada uno en la escuela.

"Tal vez fue el destino que Ranma decidiera luego hacer su entrada dramática, cogiendo mi vista en un instante. Tal vez no lo creas, Hitomi, pero tu hermano es guapo, especialmente cuando él está en movimiento por alguna razón. Él probablemente lamentaría oírlo, pero él realmente esta lleno de gracia cuando él lucha, casi como un bailarín. Él era claramente un alborotador, pero decidí que él podría valer el riesgo y pensé invitarle a salir, pero sin ningún plan claro de cómo hacerlo."

"Wow, ¿Aún antes de que los hice salir juntos?" Hitomi preguntó en sorpresa. "Tal vez es el destino."

"Tal vez," Nabiki contestó con una pequeña sonrisa mientras siguió. "Entonces vine a casa y conseguí tu respuesta. Una cita a ciegas era la última cosa que esperé, o quise, pero cuando vi que tu hermano era el mismo chico yo había estado mirando fijamente aquella mañana, casi salte en sorpresa. Con todo eso, yo no podía rehusar esa oferta.

"Al día siguiente me sentí impaciente, casi vertiginosa, por lo que iba a pasar esa noche. Soy normalmente bastante pragmática, a veces incluso pesimista, pero por alguna razón tuve muchas esperanzas esta vez que todo saldría bien. Ranma podría resultar ser menos que perfecto, pero estaba determinada a pasarla bien."

"¿Y lo hizo?" Hitomi preguntó con una mirada astuta.

"Paciencia, ya llego a eso," contestó Nabiki con una sonrisa satisfecha. "Me precipité para vestirme, viendo cada detalle excesivamente, aunque más para mí que para tu hermano. Quise lucir lo mejor entonces yo me sentiría lo mejor, supongo. De todos modos, llegué un poco tarde para encontrar a Ranma ya esperando bajo el farol, el lugar de encuentro que tú escogiste...

"¿Qué?" Hitomi dijo finalmente después de que su sensei la había mirado con desconfianza durante unos momentos.

"Ah, solamente me preguntaba que si yo estuviera en tus zapatos y tratando de comprometer a mi sensei con mi hermano, que lejos iría para asegurarme que la cita fuera perfecta, como elegir un punto de encuentra con apropiado ambiente romántico. Escogiendo un farol lejos de los demás de modo que la única vista de mi sensei sea su cita, esperando, clavel en mano."

"¿En verdad? Debe haber sido una coincidencia," dijo Hitomi nerviosamente y cambió el tema. "¿No es ese el clavel de la ventana?"

Nabiki con cuidado deja de lado el álbum de tarjetas, dejándolo abierto y donde ella fácilmente podría echar un vistazo a las fotos de Ranma, fue a la ventana y saco el clavel de su taza. Ella sonrió un poco triste al ver cuanto más se había marchitado desde la vez pasada que lo había visto. Oliendo los restos de su una vez olor vibrante, Nabiki se sentó de nuevo en la cama, poniéndolo en su regazo.

"Sí, nos saludamos el uno al otro y él me dio este clavel que obviamente tu le previste, llevando el tuxido que obviamente lo habías hecho llevar. Yo habría sido capaz de ignorar todo eso si no fuera la manera nervioso y socialmente torpe en que actuaba. Las cosas fueron bastante regulares hasta el restaurante. Yo no estaba seguro si fui yo o algo más, pero tu hermano estaba definitivamente inquieto por algo."

"Err, yo debí haberle advertido que donde sea que mi hermano va, los problemas lo siguen," explicó Hitomi. "Él probablemente esperaba a un retador en una emboscada o algo así. Estoy segura que no era usted."

"Un poco tarde para esa advertencia," dijo Nabiki con una sonrisa. "De todos modos, él estaba menos nervioso cuando llegamos el restaurante, al nivel que uno esperaría de una primera cita. Él incluso movió mi silla para mí cuando nos sentamos.

"Las cosas fueron... bien, creo mientras revisamos los menús. No hablamos mucho, pero yo podía sentir el nerviosismo que estaba entre nosotros gradualmente disminuía. Yo tenía esperanza de que una vez que nos sintiéramos cómodos entre nosotros, la cita mejoraría. Fue cuando nuestra camarera... llegó."

Hitomi parpadeó y miró fijamente a su sensei con una expresión perpleja. Ella nunca había oído a Nabiki sonar tan enfadada antes, ella prácticamente gruñía.

"Min-Lin... igual a la fantasía de todo hombre y casi inmediatamente ella estaba encima de mi cita porque resulto que se conocían el uno al otro hace más de una década. Ahora yo era una extraña en su conmovedora reunión."

"Así que es eso de los que esa muchacha... estaba balbuceando," dijo Hitomi con una mirada dura.

"¿Tú has encontrado a Min-Lin entonces?" Nabiki preguntó, notando la ira en la voz de su estudiante.

Hitomi asintió. "Casi fui asfixiada por ella. Nunca he encontrado a una muchacha más molesta en mi vida. ¡Ella ni siquiera comprendió que me avergonzaba delante de mis amigas!"

Nabiki levantó una ceja y dijo en una voz de complicidad, "Parece que tenemos una enemiga mutuo."

"Sí," Hitomi contestó con una sonrisa. "Pienso que no tenemos ninguna otra opción, más que hacer algo sobre ella."

"Lección uno, antes de vengarte debes encontrar la debilidad de tu enemigo y explotarla," Nabiki aconsejo.

Hitomi contestó, "Déjemelo a mí, sensei."

* * *

Mientras explicó el resto de su cita y los otros encuentros con Ranma con más honestidad de la que normalmente tendría, la cara de Nabiki se enrojecía hasta antes del final ella claramente estaba roja mientras miraba las tarjetas de Ranma, y empezaba a hojearlas mientras hablaba.

*¡Si!* Hitomi pensó con excitación, las cosas habían salido mucho mejor de lo que pudo haber esperado, sobre todo con la capacidad de su hermano de meterse en problemas. Era claro que su sensei tenía sentimientos fuertes por Ranma. El único problema podría ser sus sentimientos por ella, algo que iba tener que mirar más de cerca. Pero sabía que no habría mucho problema ya que sabía que no había otra chica en la vida de su hermano, y su hermano no era tan buen mentiroso para ocultárselo.

"¿Entonces le has enseñado cómo usar el correo electrónico, Hitomi-chan?" Nabiki preguntó después que unos momentos de silencio pasaran, solo molestados por el crujiente sonido da la última galleta siendo consumida.

"Um, no aún," Admitió Hitomi vacilantemente. "No puedo hoy tampoco porque nuestra mamá lo forzó a tener una cita esta noche."

"¿Una cita?" Nabiki preguntó con sorpresa, pero con un matiz ligeramente amargo. "¿Con quién? ¿Min-Lin?"

"No, en realidad con... Kodachi."

"¿Kodachi?" Nabiki preguntó, sonando dos veces tan sorprendida como antes. "¿La hermana de Kuno, la gimnasta militante, esa Kodachi?"

Hitomi asintió tristemente, se preocupó como su sensei tomaba estas noticias. Nabiki de repente se echo a reír, tanto que lágrimas llegaron a sus ojos.

"Pobre Ranma-kun," Dijo ella con una sonrisa mientras borró las lágrimas formadas. "Él realmente tiene la peor suerte."

"¿Entonces no esta enojada con él?" Hitomi preguntó.

"¿Enojada? ¿Por qué debería estarlo? Su madre lo fuerza a ir a una cita con una chica que no puede conseguir una cita de ningún otra forma, y por buena razón también. Ranma va a tener bastante en su manos sin mí enfadándome con él."

"Eso está bien," Dijo Hitomi con una pequeña sonrisa. "Él estaba un poco preocupado de que usted lo este."

"Eso es dulce de él," contestó Nabiki con su propia sonrisa. "De todos modos estoy curiosa de como esta cita irá. ¿Tal vez nosotras debamos averiguarlo?"

Hitomi había sido estudiante de Nabiki por bastante tiempo para adivinar lo que ella pensaba. "Mi hermano es bastante listo cuando se trata de ser seguido. Él de seguro descubrirá a cualquiera de nosotras."

"Eso es para lo qué sirven los ayudantes," contestó Nabiki con una sonrisa mientras ella recogió el número de teléfono de Kyoko y lo marco.

* * *

"¡Ranma!" Kasumi gritó tanto en sorpresa como en alegría al ver al chico de la trenza esperar en una panadería que era el lugar de encuentros habitual siempre que él era capaz de hacer compras con ella. Ella siempre disfrutaba el olor de pan fresco que llegaba mientras se encontraban, era agradable y algo romántico para ella.

Cuando él se dio vuelta y sonrió a ella, la mayor de las hermana Tendo comenzó a sentirse un poco débil en las rodillas. Después de todo lo que había pasado recientemente con su hermana y ahora su padre, se sintió realmente bien ver la alegría que ella podría traer a su cara, una mirada caída transformada en una sonrisa casi por arte de magia.

Ranma prácticamente salto hacía ella, sus pasos tan ligeros que apenas parecían tocar el suelo. *El es más como un conejo salvaje que caballo a veces* ella pensó con su propia sonrisa.

"Pareces estar de buen humor, Ranma-kun," se aventuró Kasumi, preguntando, esperando, que esto tuvo algo que ver con ella.

"Estoy solo feliz de verte, creo. Es agradable saber que hay al menos una persona normal y sana en mi vida."

Kasumi se ruborizó, mirando abajo al suelo. "Gracias," ella logró decir.

Ranma miró fijamente a ella en perplejidad. "¿Algo anda mal, Kasumi?"

"No, nada, yo... solo tuve un resfrío leve hoy, eso es todo. Estoy sorprendida de ver que decidiste hacer compras otra vez, ¿Tu madre te deja cocinar más a menudo ahora?"

Ranma sacó una lista de su camisa. "No, no cocino esta noche. Ella esta... ocupada con otra cosa, y quiso que yo recogiera algunas cosas para ella."

"Es muy amable de tu parte, Ranma," Kasumi le dijo, notando su expresión y ligeramente caída postura, indicador claro que algo le molestaba otra vez. Ella se preguntaba si había alguna razón para que el mundo disfrutara poner tantos problemas sobre sus anchos hombros. "Pero no te ves demasiado feliz por ello."

Ranma examinó los ojos preocupados de Kasumi, y luego se dio vuelta para mirar el suelo, decidiendo que no habría ningún daño en sacar esto de su pecho. Decir cosas como esta a Kasumi siempre lo hacía sentirse mejor de todos modos. "Bien, la razón por la que esta tan ocupado es que planea mi cita esta noche."

"¿Una cita?" Kasumi preguntó en sorpresa, casi dejando caer el pequeño bolso de comestibles que ella sostenía.

Ranma asintió tristemente. "Con la hija de su mejor amiga. No quiero ir, sobre todo después de lo que mi hermana dijo sobre la chica, pero es difícil para mí decir que no cuando mi madre me pide algo."

Kasumi estaba feliz de que Ranma fuera tan dedicado con su madre, y más feliz todavía que él parecía tan poco dispuesto a continuar esta cita, pero ella no estaba exactamente emocionada con él yendo a una cita en primer lugar, cuando no era con ella claro esta. Ella sabía que no tenía ningún derecho a decir algo sobre ello, sin embargo, no importaba cuanto Kasumi pudiera desear lazos más fuertes entre ellos, todo lo que ellos eran en este momento era amigos.

"Estoy segura que no será tan malo, Ranma-kun," Kasumi le dijo sintiéndose un poco culpable por el hecho que esperaba que fuera peor. "Sus padres probablemente fuerzan a la muchacha y está tan poco dispuesto a esta cita como tu. Mientras está bien obedecer a nuestros padres, ellos realmente no deberían interferir en la felicidad de sus hijos cuando ellos no lo desean."

"¿Huh?" Ranma dijo, parpadeando a ella. "¿Tienes el mismo problema con tu padre?"

"Bien, un problema similar," admitió Kasumi, pensando como su padre se había dirigido a ella sobre conseguir un prometido esa mañana, y luego preguntarse solo lo que él pensaría de Ranma.

"No puedo pensar que alguien estaría poco dispuesto a ir a una cita contigo, Kasumi," Ranma le dijo con una sonrisa.

Kasumi se dio la vuelta, sus mejillas de pronto se sentían como si quemaban. "Gracias, Ranma. Es muy... agradable de ti." Dijo ella vacilantemente, entonces rápidamente cambió el tema. "Hemos pasado mucho tiempo hablando ya, porque no seguimos nuestras compras y conversamos más en el camino, ¿bien?"

Ranma sonrió y contestó, "Como tu digas, Kasumi."

* * *

Ranma tomaba un atajo por un callejón camino a su casa, cuando su camino de pronto fue bloqueado por un hombre que llevaba puesto una armadura de samurai antigua, completa con la máscara de demonio con bigotes. El muchacho de la trenza murmuró un pequeño rezo a cualquier kami que escuchara que esto no tuviera nada que ver con él antes de tratar de moverse por un lado de la figura. Para su decepción, la persona se movió para bloquear su camino.

"¡Soy el Samurai Enmascarado!" él anunció en un tono que le recordó a Kuno, aunque obviamente no era la voz del kendoista. "¡Tú debes derrotarme para pasar, aunque puedes retirarte como un cobarde si no eres apto para el desafío!"

Ranma con cuidado dejo los comestibles mientras estudió al Samurai Enmascarado por la esquina de su ojo. Este tipo no lucía tan fuerte, y el orgullo de Ranma no le dejaría rechazar un desafío no importa de quien, aunque el factor decisivo era la insinuación de que él podría ser un cobarde. Él pasó a una postura y dijo a la figura, "Vamos, terminemos con esto."

El Samurai Enmascarado comenzó a moverse hacia él, pero de pronto paro. Él pareció confuso por un momento, pero luego bramó, "¡Al ver que obviamente eres mi inferior, tú deberías hacer el primer golpe!"

Ranma se encogió de hombros; de cualquier manera no le importaba. "Bien, si así lo quieres," él dijo y atacó, saltando en el aire por una patada rápida a aquella máscara fea suya, se sorprendió cuando él fue quien termino en el piso, su opositor no se había movido una pulgada.

El Samurai Enmascarado se rió mientras el chico de la trenza lo miraba a él en la confusión. "¿Esperas que una patada tan débil me derribe?"

Ranma frunció el ceño y atacó otra vez con un barrido a la pierna, sólo para agarrar su tobillo en dolor, el salto atrás mientras la figura siguió riéndose de él. El chico de la trenza comprendió que la armadura no era por show; la máscara no era demasiado dura pero las botas eran definitivamente metálicas. Su opinión de su oponente subió un poco. Si el traje era hecho del mismo material que las botas, y parecía serlo, entonces toda la armadura tenía que pesar una tonelada. El hombre tenía que ser súper fuerte solo para moverse en ese atavío.

"Bien," Ranma dijo a la figura, ahora en una postura más seria mientras se paro en su pie bueno, su brazos listos y preparándose para lo peor. "Pienso que es tu turno de atacar ahora."

"Si yo debo, aunque apenas parezca que valga esfuerzo el atacar a un debilucho como tu" dijo el Samurai de la máscara de mala gana, y con un poco de esfuerzo, la figura estaba en movimiento, retrocediendo su puño y luego volando hacia el estomago del muchacho.

Ranma casi se rió. Él estaba seguro que había mucho poder detrás del golpe, pero nunca lo golpearía a esa velocidad. Él tenía mucho tiempo para planear su ataque; utilizar el puño como apoyo para lanzarse en el aire. Un pequeño salto y sus pies estaban apuntados a la espalda de su oponente. La patada combinada con el ímpetu del Samurai Enmascarado envió a la figura armada a caer al suelo con un choque ruidoso.

Estando de pie sobre su espalda, Ranma sonrió con satisfacción y pensó, *Hmm, debe ser realmente fuerte para moverse con esa armadura, y mientras podría ser bastante bueno defensivamente, termina por hacerlo demasiado lento. ¿Por qué se molesta con ella? Podría ser interesante luchar con él sin la armadura, pero tengo que regresar antes de que la comida se estropee. Además, no creo que mamá piense que sea muy varonil que llegue a mi - glup - cita.*

El Samurai Enmascarado luchó para pararse mientras Ranma levantó sus bolsos de comestibles. Él pensó en dar al tipo una mano, pero decidió que él probablemente era demasiado orgulloso para aceptarlo. Además, esto fue su propia culpa de escoger una lucha así.

"Ere un artista marcial realmente impresionante," el Samurai Enmascarado le dijo mientras finalmente logró pararse otra vez. Su voz parecía francamente sorprendida, como si él no tenía ninguna idea previa de las habilidades de Ranma. "Muy bien, tienes mi permiso de salir con mi hija."

Mientras el hombre se alejó, su armadura empezó a sonar como un viejo calentador, Ranma lo miró fijamente confundido, preguntándose si todo había sido un caso de identidad equivocada.

* * *

"Padre, ¿Está usted bien?" Kasumi preguntó preocupada al verlo frotando su espalda con dolor en su cara.

Soun lucio casi con pánico al ver a su hija mayor mirándolo detenidamente. "Yo estaba solamente... moviendo algo pesado en el ático," explicó él rápidamente. "Debo haberme estirado un músculo. Estaré bien en un minuto, no hay necesidad de que te preocupes."

Kasumi asintió, aunque sus ojos estaban todavía llenos de preocupación. "Usted realmente debe ser más cuidadoso, padre, no es tan joven como solía ser. ¿Quisiera que prepare el furo para un buen baño caliente?"

Soun casi comenzó a llorar porque su hija era tan buena con él cuando el dolor de una manera extraña se intensifico por un momento, parando su arrebato emocional. "Gracias, Kasumi. Sería muy agradable," él dijo en cambio, su voz sólo ligeramente estirada.

Su hija mayor asintió con una sonrisa y se marchó para preparar el furo mientras Soun echó un vistazo al cielo y pensó con una sonrisa y una lágrima, *Espero que los dos sean muy felices juntos*

* * *

Aika sonreía abiertamente mientras su coche entraba a la mansión Kuno, el asiento al lado de ella amontonado con pequeños paquetes de las tiendas de moda más elegantes en el área. Después de que ella y Nodoka habían terminado sus planes, Aika había salido y había comprado todo lo que su hija posiblemente podría necesitar para su cita, hacer a Kodachi tan hermosa como ella posiblemente podría ser.

La ahora líder del clan de Kuno estaba siempre preparada para cada contingencia posible, por lo qué ella se había armado así para afrontar a su hija, a quién ella sabía presentaría una resistencia a esta cita aun cuando fuera todo en el mejor interés de la muchacha. Pero había algo más para lo que ella también se preparaba. Recientemente, ella había tenido dudas en cuanto a si el contrato con el chico Hibiki alguna vez sería efectuado, solamente encontrarlo parecía ser un gran problema. Ranma era el hijo de su mejor amiga y no tenía ningún compromiso tampoco...

"¿Dónde debería yo poner esto, señora Kuno?" Sasuke preguntó por el muro de paquetes que él luchó para sostener en sus brazos.

"Colócalos todos en el cuarto de mi hija, Sasuke, y luego no tendré ninguna necesidad de tus servicios. Los paquetes negros son para mi hijo, como gracias por dejarme tomarlo prestado por unas horas. Y el café es para ti."

"Las gracias no son necesarias, ¡Vivo para servir la Casa Kuno!" Sasuke declaró mientras se apresuró a su deber, apenas evitando caer sobre sus propios pies.

"Qué hombrecito tan gracioso," Aika dijo a ella con una sonrisa. Sasuke era un ninja exiliado a quien su hijo había defendido de su ex-clan hace algunos años, y había sido su criado fiel desde entonces. Mientras como un criado él podría usar algunas mejoras en varias áreas, sobre todo su habilidad de conductor, su lealtad no podía ser cuestionada.

Aika inmediatamente fue a su propio dormitorio, donde ella podría descansar unos minutos y prepararse mentalmente para el conflicto próximo con Kodachi, a quien totalmente esperaba se opondría a cada sugerencia. El cuarto era enorme y obviamente era para dos, aunque esto había sido verdad alguna vez ya que había servido a aquella capacidad. Su marido; había tan pocos recordatorios de él que ella a menudo olvidaba que existía. Ella no estaba triste o enfadada con su ausencia; al contrario. Aika se había alegro al verlo ir y temió su eventual retorno.

Ellos habían sido felices una vez, ellos habían una vez estado enamorados. Fue hasta que finalmente se casaron que él cambio, había cambiado tanto que ella apenas lo reconocía, sobre todo con su bronceado y su ropa ridícula que constantemente llevaba ahora. Cuando ellos primero se habían encontrado, Yoichi había sido un tranquilo, y amable hombre que la había idolatrado cada palabra. Ahora sería un milagro si ellos pudieran estar de acuerdo sobre algo.

Pero era un problema para otra ocasión. Ella tenía una hija obstinada que tratar.

Aika esperaba que Kodachi se ocultara en su invernadero, por lo que casi no vio a su hija arrodillada en su estudio, habiendo terminado de verter dos tazas de té. La madura mujer parpadeó en sorpresa, pero inmediatamente ocultó su reacción. Esto tenía que ser otra táctica de su hija para salir de la cita. Aunque cautelosa, Aika al mismo tiempo estaba impresionado por la inteligencia de Kodachi. El conglomerado Kuno estaría en buenas manos durante mucho tiempo por venir.

"Que amable de ti, Dachi querida," Aika dijo mientras se sentaba y tomó la taza de té que su hija le dio, con una sonrisa genuina. Incluso si era solo un acto, era agradable llevarse bien con Kodachi por una vez. Ella también sabía que no tenía que preocuparse por uno de los experimentos de su hija en el té. No, que ella no intentara algo así en su propia madre, pero más porque Aika ya tenía una inmunidad a tales cosas de experimentos similares en su propia juventud.

Kodachi sonrió a cambio. "Es sólo una pequeña muestra de gracias por todo lo qué has hecho por mí, querida madre. Recientemente se me ocurrió que no he sido tan apreciativa como yo debería haber sido en el pasado."

¿La verdad o una treta? Aika no podía decir que era, así que decidió acercarse al tema de la cita y ver la reacción de su hija. "Compré unas cosas agradables para tu cita esta noche, Dachi, y estoy segura que con un poco de mi ayuda podemos tenerte luciendo de lo mejor. De seguro ganaras su corazón a primera vista."

Kodachi sonrió sobre su taza de té, tomando un pequeño sorbo antes de hablar. "¿Pero madre, qué de mi querido prometido?" ella preguntó en un tono obviamente sarcástico.

El control de Aika resbaló solo lo suficiente para revelar una pequeña y dura mirada. Entonces esto era de lo que se trataba. Kodachi usaba esta cita como un modo de plantar a su prometido. Incluso aunque Aika hubiera estado considerando la misma cosa, ella no dejaría que pasara. "Es sólo una cita inocente, Dachi, pero si realmente resulta que te gusta Ranma, yo podría ser capaz de arreglar algo más formal entre ustedes dos."

Kodachi sorprendió a su madre por suspirar en un modo esperanzador y le dijo, "No es una idea tan mala, madre."

Sintiendo el peligro de revelar sus verdaderas intenciones, y más probablemente caer a la voluntad de su hija, Aika cambió el tema. "¿Por qué no comenzamos entonces? ¿Faltan unas horas antes de la cita, pero queremos que luzcas perfecta, verdad?"

Kodachi dejo su taza y asintió, "Sí, tengo que lucir de lo mejor para Ranma."

* * *

Nodoka se sentaba en la sala de estar, con impaciencia mirando al reloj cada cinco minutos, mientras se preguntaba por qué le tomaba a su hijo tanto tiempo recoger unos comestibles. La hora para la cita no estaba muy lejos, y ella tenía que comenzar la cena y alistar al muchacho. Esto normalmente no era tan importante para ella, la virilidad de su hijo por lo general compensaba cualquier defecto en su aspecto, pero esto no era una cita normal, no para ella.

Aika y Kiba eran tan queridas amigas por lo que ella vio esta cita como la clave a la futura felicidad de sus niños. Ya que si su hijo no podía convencer a Kodachi de que le gusten los hombres, sus cuidadosos planes de más de una década perderían significado. Ellas no iban a forzar a una muchacha a casarse con un muchacho cuando ella preferiría a otra muchacha. Pero claro, estaba la hija de Chirochu para considerar...

Nodoka fue distraído de sus pensamientos por el sonido de la puerta al abrirse. Con modesta gracia y dignidad, ella corrió al vestíbulo, respirando un suspiro de alivio al ver a su hijo parado allí, comestibles en la mano mientras empezaba a quitarse sus zapatos.

Ella inmediatamente tomo el bolso y estudió a su hijo atentamente, notando las señales de suciedad y mugre en su ropa y cuerpo. Algunas cosas nunca cambiarían. Incluso de niño, Ranma podía encontrar la suciedad en un cuarto esterilizado de hospital. "Al furo, ahora, y quiero que te restriegues a fondo para que puedas estar listo para tu cita."

"Pero la mamá, falta todavía mucho tiempo. Quise hacer algo de entrenamiento primero," Contestó Ranma un poco molesto.

El rostro normalmente apacible de Nodoka se puso severo, sus manos rozaban la espada familiar, que con agradecimiento para la paz mental de Ranma, todavía colgaba de la sala de estar. "Te quiero vestido y listo para salir para que podamos caminar a su casa. ¡Ahora ve!"

Ranma dócilmente colgó su cabeza y despacio camino hacia el furo, no se atrevía a mirar atrás, y no necesitaba tampoco, ya que él podía sentir los ojos de su madre sobre él.

Nodoka liberó un pequeño suspiro una vez que su hijo salió de su vista, sus rasgos se ablandaban inmediatamente. Ramna podría ser un modelo de virilidad, pero él era apenas perfecto. Justo como su padre, él podía ser obstinado en las cosas más tontas. Él debería saber que con su cariñosa madre planeando esta cita, él tendría una noche maravillosa.

Con cuidado escuchando a los sonidos que venían del furo, Nodoka alisto todo para la cena. Por suerte, la mayor parte de la preparación podía ser hecha antes de tiempo y guardada en su refrigerador, esperando que los últimos toques sean aplicados. Ellos podrían haber comido afuera. Con Aika pagando la cita entera, había bastante en el presupuesto casero para cubrir esto, pero Nodoka sabía que era demasiado tentador ver como Ranma lo hacía, y aún su varonil hijo se sentiría incómodo si una señora con su madre lo espiaban.

Nodoka contó hasta diez, una vez que ella oyó la puerta de su hijo cerrarse ella corrió a su cuarto. Ranma estaba de pie allí en sólo sus boxers, un físico de hombre que cualquier mujer desearía, aumentado por una vida de práctica de artes marciales. Él miraba al smoking blanco que Nodoka había seleccionado - y Aika había pagado - antes de darse la vuelta para afrontarla, pasando a una postura de defensa que ella sabía bien de mirarlo practicar. Al ver que era ella, él se relajó inmediatamente.

"Mamá, ¿Por qué tienes que entrar sin permiso así como así?" Un pequeño rubor de vergüenza punteo sus mejillas, revelando su lado vulnerable.

Con un una lágrima en su ojo y un grito de, "¡Ah, mi varonil hijo!" Nodoka echó dio a Ranma un abrazo sofocante, del cual él logró liberarse después de unos momentos.

"Todavía tengo que cambiarme, Mamá," indicó Ranma, aún más avergonzado que antes.

Nodoka seco una lágrima y se sentó en la orilla de la cama de su hijo. "Lo lamento, Ranma, pero eres realmente el hijo más perfecto que cualquier madre podría esperar."

Ranma sintió el último fragmento restante de su resistencia a esta cita de repente irse por la fuerza de las palabras de su madre. Él con mucho gusto habría cometido seppoku para no decepcionarla en aquel momento. Con sólo un pequeño suspiro, él recogió su smoking blanco y comenzó a vestirse.

Casi inmediatamente, Nodoka estaba a su lado otra vez, ayudándole a vestirse como si fuera todavía un niño, tirando y tirando, sacando arrugas demasiado pequeñas para verse con nada excepto los ojos de una madre, todo el rato tarareando contentamente. Ranma no hizo una nota sola de queja, él sólo aguanto, sabiendo que esto no podía durar mucho tiempo.

Ranma ahora se sentaba como una estatua ante un espejo mientras su madre hizo unos ajustes de último minuto a su aspecto, aplicando una cara - y para Ranma vagamente molesta - colonia sobre su cuello y detrás de sus oídos. Ella terminó con cuidado peinando su pelo.

"Sobre tu trenza, Ranma..." ella dijo mientras daba una reflexión.

"No, ni lo pienses," él le dijo firmemente, cruzando sus brazos mientras una mirada dura comenzó a formarse sobre su cara. Principalmente él se preocupaba poco por su aspecto o guardarropa, pero la trenza no estaba abierta a debate.

"Ranma," Nodoka dijo con un tono severo de repente.

"¿Qué?" él casi se molestaba con ella.

"No cruce tus brazos así, arrugas tus mangas."

"Ah, perdón, perdón," Se disculpo Ranma, avergonzado por su cólera más temprana, mientras descruzó sus brazos, dejándoles colgar sin apretar por sus lados.

"Yo iba a decir, que pienso que deberías comenzar a dejarlo más suelto. A las mujeres les gusta que los hombres tengan el pelo largo y suelto para luego poder pasar sus dedos por el. Su padre solía tener un cabello tan largo. Cuando nosotros todavía estábamos saliendo..."

Nodoka desarrolló un rubor repentino y tartamudeó hacia fuera, "Bien, quizás te diré sobre eso más tarde. Tenemos que irnos ahora de todos modos."

"Hai," Ranma contestó, sintiendo su destino sellado.

* * *

Ranma de reojo echó un vistazo a su madre, al mismo tiempo procurando no picarse con las espinas del ramo de rosas que sostenía. Él pensó que rosas negras podrían ser insultantes, pero su madre había sido insistente sobre ellas. De cualquier manera, sus espinas le sacaron sangre casi inmediatamente. Era casi como si estuvieran ahí solo para picarle. Por suerte, él había evitado sangrar por todas partes de su traje hasta ahora.

Su madre caminaba frente a él, sosteniendo la espada familiar en sus manos. Él no tenía idea por qué había traído eso, y había temido que pudiera usarla si su cita no iba bien. Aunque su madre nunca lo había amenazado con usar aquella hoja sobre él, Ranma había estado aterrorizado de ella desde que él había sido un niño por motivos que no podía explicar, pero pensó mejor mantener ser tan varonil como su madre quería como si su vida dependiera de ello.

Mirando el paisaje para distraerse de tales pensamientos mórbidos, Ranma noto que ellos estaban en un distrito bastante lujoso considerando el tamaño de las casas y los céspedes que estaban con ellas. Él sabía que la amiga de Nodoka era rica, pero no a tal grado. Esto lo intimidó solo un poco.

Dando vuelta para mirar a su madre otra vez, Ranma casi salto en sorpresa al ver a Kuno parado al otro lado de la acera parado en frente de la más elegante - y más grande - casa de la cuadra. Él claramente esperaba a alguien, y cuando sus ojos se encontraron, Ranma comprendió que ese alguien era él.

Con el modo que él había estado actuando últimamente, Ranma no tenía ni idea que esperar del kendoista, pero como sea que fuera, ahora era el peor momento para eso. Ranma corrió por delante de su madre y agarró a Kuno por el brazo con el plan de explicarle que sin importar que fuera lo que tenía en mente, ahora era un muy mal momento.

"¿Ah, él es un amigo tuyo, Ranma?" Nodoka preguntó.

Ranma miró hacia ella nerviosamente. "Sí... creo que puedes decir eso, y tengo que hablar con él por un segundo. ¡No te preocupes, no tomara mucho!" él explicó mientras continuó arrastrando al kendoista lejos.

"¡En verdad, somos los mejores compañeros de armas! Como hermanos, mi querida señora," declaró Kuno con una sonrisa mientras puso un brazo amistoso alrededor de un ahora completamente desconcertado Ranma.

"Ah, eso esta bien," Nodoka dijo con una sonrisa. "Hace todo mucho más fácil."

Ranma no hizo caso de las palabras de su madre y arrastró a Kuno fuera del alcance de su oído, susurrándole. "No se lo que tengas en mente, pero tendrá que esperar hasta mañana. Estoy... muy ocupado esta noche, cosas de artista marcial que hacer, ser noble y todo eso."

Kuno contestó en su tono normal de voz, que para la mayoría de la gente era solo gritos. "Oh, eso lo sé demasiado bien, y yo no soñaría con retrasar tu salida un momento más. Sólo deseé decir que aunque ella sea mala, rencorosa, y cruel; Ranma, por favor cuida de mi pequeña hermana."

"¿Hermana?" Ranma repitió una vez que su shock se había desgastado así él pudo hablar otra vez. "¿Quieres decir que tengo una cita esta noche con tu hermana?"

"Sí, y alegró mi corazón más allá de toda alegría al enterarme de tu cita nocturna, ya que aunque ella este talvez más allá de toda esperanza de rescate, todavía amo y quiero a mi hermana menor, deseando que ella un día encuentre a un hombre que sacrificará su vida para ser su marido. Y también ahora debo admitir que tenía un pequeño grano de miedo que realmente buscabas a la noble Akane Tendo quien yo estaba destinado y solo yo, o que podría haberse enamorado de mis varoniles facetas que son tan magníficas que pocos hombres se le comparan..."

"Tengo que irme, Kuno" Dijo Ranma rápidamente mientras fue donde su madre, ya habiendo excedido su tolerancia de Kuno por un día. "No puede hacer esperar a tu hermana."

"¡Que los dioses te protejan esta noche de mi hermana!" Kuno gritó, saludándolo con su mano mientras se retiraba.

*Tú podrías solo desearme buena suerte* Ranma pensó mientras él siguió a Nodoka por las puertas de la casa Kuno. Fue sólo la vista de la todavía envuelta Katana que le impidió volver.

* * *

Aika se sentaba en un pequeño cuarto de estar cerca de la puerta principal, con impaciencia moviendo su pie mientras miraba el reloj. Incluso aunque faltaba media hora antes del tiempo convenido, ella había esperado a Nodoka hace cinco minutos. Ambas podrían ser sumamente pacientes para algo que estaba días o aún años lejos, pero sólo unas horas podían parecer una eternidad.

Cuando el timbre sonó, ella casi corrió por el vestíbulo, parándose apenas. No sería apropiado y solemne de ella correr por todas partes, y no daría la impresión apropiado a un potencial yerno. Ella había encontrado a Ranma varias veces antes, pero nunca bajo una ocasión tan formal, y nunca antes se había ella preocupado en dejar la impresión correcta. Aika haría todo lo que ella podría para asegurar este trato.

Ella escuchó mientras Sasuke abrió la puerta y saludó formalmente a sus invitados, con gracia galante. Aika había planeado solo abrir la puerta ella misma como siempre hacía, pero Sasuke había insistido en ayudar debido al pequeño regalo que le había dado. Solo había sido una computadora; ella no lo vio como tan gran regalo.

Sasuke entró en el cuarto, Nodoka y Ranma detrás de él. Su vieja amiga estaba vestida en un kimono elegante - que había sido el regalo de Aika en su cumpleaños el año pasado - mientras su hijo llevó el smoking blanco que ambas escogieron. En sus manos él con cuidado sostenía un ramo de rosas negras que Aika había tenía problemas en obtener, pero valía el esfuerzo para el efecto que esto debería tener sobre su hija.

"Sus invitados, señora," El diminutivo ninja dijo formalmente con una pequeña reverencia.

"Gracias, Sasuke," ella contestó con una pequeña cabezada. "Puedes retirarte."

Sasuke asintió y desapareció en un pequeño soplo de humo, dejando a Ranma un poco sorprendido, pero a Nodoka completamente desconcertada.

"Nodoka, mi amiga querida." Aika sonrió ampliamente mientras se paro de su asiento y corrió donde ella y le dio un abrazo amistoso como si no la hubiera visto durante años en vez de hace solo unas horas. Nodoka estaba un poco perpleja por esto, pero acepto este espectáculo de afecto con una gracia tranquila.

Rompiendo el abrazo, Aika entonces estudió a Ranma estrechamente, que pareció desconcertado un poco por su escrutinio cercano. "Y Ranma, luces muy guapo esta noche. El smoking realmente te favorece. Tendré que advertir a mi Dachi de mantener un ojo sobre ti para asegurarme que ninguna otra mujer te robe lejos de ella esta noche."

Ranma, trato de quitarse el horrible sentimiento de presagio que él de pronto sintió, no dijo nada.

"Ah, esto me recuerda, mi hija debería estar lista ya. Ella esperaba con impaciencia esto que ha estado haciendo todo lo posible para estar absolutamente perfecta para ello," confesó Aika con una pequeña sonrisa, antes de continuar, "Ah, Dachi querida, ¿Puedes entrar ahora?"

* * *

Oyendo su llamada, Kodachi dobló su cabeza y entró al cuarto, procurando caminar despacio como una doncella realmente recatada, su elegante kimono negro - que vagamente se parecía al de una boda - se arrastraba tras de ella. Su pelo negro fluía por sus hombros, sin estar atado por la cinta habitual, armonizando con el kimono, brillante como rayos de luna bajo la luz suave. Su piel era pálida como una muñeca de porcelana, el maquillaje aplicado tan hábilmente que parecía natural, eso sólo sirvió para destacar sus labios profundamente rojos, delicados y sólo ligeramente insinuantes.

Kodachi no hizo caso de las dos damas, en cambio camino directamente a Ranma. Aunque ella apenas pudo verlo con su vista hacia abajo, ella podría decir que él se ponía cada vez más y más nervioso con cada paso que tomó, mientras ella lo encontraba cada vez más y más difícil no sonreír abiertamente.

Ranma tragó aire cuando la muchacha se paro directamente delante de él, todavía no haciendo un solo sonido. Entonces ella finalmente levanto su mirada, sus ojos de lavanda suaves miraron fija y directamente sus propios ojos, aquellos labios rojos se separaron para decir en una voz que era tanto suave como lírica, "Ranma-sama".

"Um, sí, soy yo," contestó Ranma nerviosamente, rascando su nuca con vergüenza. Él tenía momentos bastante difíciles tratando con chicas normales, pero él no tenía absolutamente ninguna idea que hacer con una muchacha que era tan... recatada. "¿Y tú eres Kodachi, no es así?"

Kodachi soltó una sonrisita baja y sensual. "Sí, soy Kodachi Kuno, que humildemente desea ser su cita esta noche."

Después de oír sobre Kodachi de su hermana y luego de Kuno, Ranma no estaba exactamente preparado para una muchacha que era tan sumisa. Él echó un vistazo alrededor por algo que rompiera el humor un poco, algo para impedir que aquellos ojos lo miraran tan profundamente a él, como si él era la única cosa en el mundo para ella.

"¡Ah, estas son para ti!" Ranma anunció de pronto, casi empujando el ramo de rosas negras en las manos de la muchacha.

Kodachi los aceptó con una pequeña asentida, mirándolas detenidamente las olió solo un poco y dejo que una sonrisa florezca en su cara. "¿Rosas negras? Son hermosas. Ningún regalo que he recibido a sido mejor que este. Me siento profundamente honrada por su gentileza."

"En realidad, fue-" Ranma comenzó a decir, sólo para ser interrumpido por su madre golpeándoles ligeramente en la cabeza con su todavía envuelta katana.

"Creo que es tiempo de que ambos se vayan," Declaró Aika. "No quieres llegar tarde a tus reservaciones. Kodachi tiene el plan para toda la cita, por lo que no tienes que preocuparte de nada, Ranma."

El muchacho de la trenza luchó por trataba de encontrar algún tipo de respuesta a esto, pero entonces Kodachi le dijo mientras le ofreció su brazo, "¿Vamos, Ranma-sama?"

Ranma automáticamente tomó su brazo, y sintiéndose aturdido por su toque y el olor ligero de su perfume, logró refunfuñar, "Sí, vamos." y al mismo tiempo el pensó, *Esto no puede ser tan malo después de todo*

En la distancia un trueno resonó.

Continuara