¿Quieres ser mi prometido?

(Una Ranma 1/2 Alt Historia)

Por Lord Kal-el
Idea original de Ammadeu
Formato HTML de Hukarovi Yanoki

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Al día siguiente en la secundaria Furinkan, la mayor parte de los muchachos se habían juntado en el centro del patio de la escuela, armados con sus equipos deportivos. Todos miraban hacia la puerta de la escuela en espera. En otra escuela esto puede haber sido una vista extraña, pero en Furinkan era rutinario.

Lo que había cambiado era solamente a quién esperaban. Kuno había puesto bien claro ayer por la tarde que todos los ataques contra Akane deben cesar inmediatamente. Si ellos persistían, 'el castigo del cielo los golpearía.' Ninguno de los muchachos estaba exactamente seguro de lo que esto quería decir, pero tampoco estaban dispuestos a desafiar al Truenos Azul.

Capítulo 3: Tres Cosas que hacer con una Chica.

Kuno estaba allí también, armado con bokken y una rosa, como se esperaba. Lo que no era esperado era su expresión. Por lo general esta era una de anticipación para ver a su feroz tigresa en batalla, rodeada de sus enemigos, mientras esperaba el día cuando ella vencería su timidez y libremente aceptaría su amor. Hoy sin embargo, su expresión era la de ira unida con desdén, dirigida a la muchedumbre que aguardaba. Su agarre sobre su bokken era tan fuerte que comenzaba a combar la madera. La gente hizo camino mientras él cruzaba entre ellos. Akane y Ranma lo habían vencido muchas veces, pero solo ellos eran los únicos que podían. Alguien más que afrontara al kendoista estaría en peor forma, especialmente cuando su ira era despertada, como obviamente estaba en este momento.

"¡¿Cuál es el significado de esto?!" él gritó a los muchachos juntados. "¿No dije que todo aquel que deseé afrontar ahora a Akane Tendo tendría que afrontarme primero? ¿Desafían las palabras del Trueno Azul?"

"No, no," Uno de los muchachos le dijo. "Lo captaste mal. Esperamos aquí para vencer a Ranma. "

Ahora eso era completamente un asunto diferente para el kendoista. "Muy bien, en vísperas de lo que ocurre, el hombre que lo derrote podrá salir con Akane Tendo. ¡Así dice el Trueno Azul de Furinkan!" Kuno sabía, desde luego, que sólo él podría derrotar a Ranma Saotome, así que no había ningún peligro. Además, esto daría a Kuno la oportunidad de estudiar a Saotome en acción.

Kuno apuñaló el aire con su bokken mientras los muchachos lo aclamaron. En su celebración, ellos habían parecido olvidar que Ranma fácilmente los había vencido durante su primer día en la escuela y Akane nunca jamás escuchaba lo que Kuno decía de lo que ella podía y no podía hacer.

Akane se encogió de hombros cuando los muchachos no salieron precipitadamente para atacarla. Podría ser agradable llegar temprano a clase por una vez.

Ranma estuvo bastante menos contento cuando la muchedumbre salió precipitadamente a atacarlo. Sin embargo, ninguno de ellos era realmente experto y no fue mucho antes de que todos hubieran sido derrotados. Viendo acercarse al familiar kendoista, Ranma preguntó, "¿No has tenido aún bastante, Kuno?"

El Kendoista le hablo directamente. "No estoy aquí para enfrentarte, Saotome."

Ranma casi se cayó por la sorpresa. Él no había esperado que Kuno se rindiera tan fácilmente. Ranma tenía algo de experiencia con rivales persistentes en el pasado y había creído que Kuno era del tipo que nunca se rendía no importa cuantas veces fuera derrotado. "¿No lo estás?"

"Mientras batallar con un oponente como tu sería un ejercicio noble, con pesar debo admitir que es algo en que yo tendría poca posibilidad de ganar."

"¿Huh?" Ranma dijo, perplejo, e inconscientemente repetía los pensamientos de cada uno de los que observaban este acontecimiento. ¿Kuno en realidad admitía que alguien era mejor que él? Tuvo que ser uno de los signos del Apocalipsis.

"Lo que es peor es que al saber que no soy más el mayor artista marcial en el mundo, también debo reconocer la pequeña posibilidad que puede haber otros cuya habilidad es ligeramente mayor que la mía. Si fuera solo yo, yo podría aceptar esta revelación humillante, pero si mi habilidad no es la mejor, ¿Cómo puedo esperar proteger mi amor verdadero Akane Tendo de los males del mundo?"

Mientras Ranma luchaba por entender el discurso para decir algún tipo de respuesta, Kuno de repente lo agarró por los hombros. Normalmente, Ranma lo habría empujado, pero había algo en los ojos del estudiante que lo pararon. Estaban agrandados, casi en pánico, y tenían lágrimas no derramadas de algún complejo sufrimiento. Lo que sea que Kuno estaba tramando, él había trabajado hasta el frenesí en ello.

"Tú debes ayudarme en mi causa. ¡Como un colega samurai, ese es tu deber!"

Ranma decidió no cuestionar ser llamado un samurai e ir al punto. "¿Qué quieres, exactamente?"

"Mucho tiempo he pensado que yo era el maestro perfecto del arte más perfecta, pero tú me ha hecho saber con mucho dolor consciente que hay un defecto leve en mi técnica, alguna falla a la que soy ciego. ¡Tú debes mostrarme cual es!"

"Bien, para empezar kendo no es el -"

Kuno tomó lo que Ranma dijo como un consentimiento. "Muy bien, comenzaremos antes de la escuela mañana."

"¿Comenzar qué?"

"Nuestras sesiones de entrenamiento. Donde tú me ayudarás a corregir el pequeño defecto en mi técnica y a su turno te instruiré sobre las sutilidades del kendo. ¡De modo que nosotros pudiéramos defender mejor a Akane Tendo de todo daño!"

"Mira, no quiero aprender-"

Fue ahí cuando la campana sonó.

Kuno sostuvo su bokken alto en el aire. "¡Ahora que esta pactado, a clase!"

Ranma suspiró y siguió. Como si él no tuviera bastante para preocuparse ya.

* * *

Al mismo tiempo, Kyoko suspiró, pero en alivio. "Estuvo cerca, sempai. Pensé por un minuto que Kuno iba a jurar dejar toda la lucha. Incluso cobrar el doble por las fotos de Akane no habría compensado la pérdida de las apuestas."

Kyoko frunció el ceño cuando Nabiki no respondió. Su fruncido se hizo más profundo cuando comprendió la razón ella no contestó porque miraba la ventana, mirando fijamente a Ranma. "¿Sempai?"

"Pienso que llevaré el vestido rojo esta noche. No lo he usado ya que lo conseguí en lugar de un pago de préstamo," dijo Nabiki, todavía mirando fijamente hacia fuera de la ventana, aunque Ranma ya había entrado.

"¿Huh? ¿Qué dijo?"

Nabiki giró con una risa sobre sus labios y su ojo centelleo que hizo a Kyoko momentáneamente olvidarse lo qué ella había estado pensando. "No creo que otras partes tienen que saber, pero puedo confiar en ti. ¿No es así, Kyoko-chan?"

Kyoko asintió inmediatamente.

La risa de Nabiki se ensanchó un poco. "Tengo una cita esta noche."

Kyoko parpadeó mientras su tibio sentimiento desapareció, sólo para ser substituido por algo pesado en la boca de su estómago. "¿Con Ranma?" Ella adivinó.

Nabiki asintió. "Me vino como una verdadera sorpresa. Él es el hermano de una amiga mía. Ella arreglo todo."

"No sé, sempai," Dijo Kyoko cautelosamente, procurando no ofender. "No creo que él es el tipo correcto para usted."

"Tal vez no, pero nunca sabré hasta que lo intente, ¿Verdad? no quiero casarme con él, Kyoko-chan. Todo lo que quiero es una comida agradable en un buen restaurante. Una buena noche sin algo relacionado con negocios, pero sería agradable tener a un novio. ¿No lo crees, Kyoko-chan?"

Kyoko frunció el ceño. "Comienzo a pensar que su hermana tiene razón. Todos los hombres son idiotas."

Nabiki se rió y acarició a su ayudante en el hombro. "No dejes la esperanza aún. Tú encontraras al tipo correcto para ti un día, Kyoko-chan."

Después de que Nabiki se había alejado, Kyoko masculló, "Lo dudo."

* * *

"¿Te importa si me siento contigo?" Akane preguntó a Ranma nerviosamente.

Ranma se preguntó por qué ella preguntaba ahora, cuando ella ya se sentó al lado de él ayer. Recordando lo que paso, él decidió no mencionarlo ahora. "Seguro, con confianza."

Akane asintió y se sentó. Ella sacó su almuerzo y despacio comenzó a comer sin decir una palabra. Ranma decidió hacer lo mismo. Ellos comieron durante unos minutos en silencio, antes de que Akane se detuviera y se quedara sentada, mirando al patio de la escuela. Ella llevaba la misma mirada que había tenido antes de hablarle ayer. Ranma decidió dejar de comer, curioso en cuanto a lo que estuvo a punto de pasar, aunque él realmente esperara que él todavía tuviera bastante tiempo para terminar su almuerzo esta vez.

"Gomen nasai," susurró Akane tan suavemente que Ranma no estaba aún seguro que él lo había oído.

"¿Huh?"

"Lo siento, por el modo que te traté ayer y el día antes. Te traté mal, aun cuando no habías hecho nada para merecerlo. Gomen."

Ranma no estaba seguro sobre como tomar esto. Ninguno de sus rivales alguna vez le había pedido perdón antes, y aun cuando Akane no era técnicamente un rival, era todavía una experiencia a la cual él no estaba acostumbrado. Él estaba más acostumbrado a ser el que diera disculpas en lugar de recibirlas.

"Esta bien," él le dijo.

Por un rato se sentaron en silencio, hasta que Ranma finalmente dijera, "Um, ¿Puedo terminar mi almuerzo ahora?"

Akane se rió de pronto, con tanta fuerza que lágrimas vinieron a sus ojos. "Seguro, seguro," Dijo ella con una sonrisita una vez que recupero su aliento. "Sigue."

Ranma sacudió su cabeza mientras comenzó a comer otra vez. Akane todavía se reía. Él nunca entendería a las mujeres. Nunca.

* * *

Ranma estaba sólo un poco sorprendido de encontrar a su hermana esperándolo en su cuarto después de su segunda sesión de entrenamiento y el baño del día. Ella había puesto su traje negro sobre su cama, al lado de un clavel blanco en una pequeña caja plástica. Ranma revisó los artículos con un poco de miedo, citas y peligro se habían hecho sinónimos en su mente.

"¿Nuestros padres no saben nada de esto, verdad?" Ranma preguntó, preocupado de que esto podría empeorar aún más.

"No te preocupes, tengo todo cubierto. Ellos no tienen una pista de que sales a una cita."

Ranma se estremeció con la palabra 'Cita'. "Bueno", él contestó, pero pareció carecer de toda convicción.

"Realmente aprecio que hagas esto, hermano mayor," Hitomi le dijo con una pequeña risa mientras estiro su brazo, trayéndolo más cerca a la cama.

"No me dejaste ninguna opción."

Hitomi hizo rodar sus ojos. "Sabemos que no hay ningún modo que yo pueda forzarte a hacer esto si tú realmente no quisieras. Puedes ser tan obstinado."

Ranma cruzó sus brazos, y trató de poner mala cara, pero salió más como una risa. "No soy obstinado."

"Sí lo eres, admítelo."

"No, no voy a hacerlo, y no puedes obligarme," Contestó Ranma, sacando su lengua en énfasis.

"¿En verdad?" Hitomi preguntó, sonriendo abiertamente, mientras se movía poco a poco más cerca.

"De verdad".

En un destello, Hitomi de algún modo había tirado a Ranma al piso y le hacía cosquillas con todo lo que tenía. "¡Vamos, admite que eres obstinado!"

"¡No!" Ranma gritó al principio, entre los combates de risa. Poco después, fue demasiado para él, y casi sin aliento, él dijo, "Bien, me doy. Soy obstinado."

Sonriendo con satisfacción, Hitomi paró su ataque y contestó, "Tú no eres tan obstinado. Ahora ponte el traje, quiero ver como te ves."

* * *

Vestido en su smoking y el clavel blanco en la mano, aún Hitomi tuvo que admitir que su hermano hizo una hermosa vista. No, que ella en realidad le iba a decir eso, pese a todo. Ninguna razón de añadir más a su ya enorme ego.

"Bien, repasemos de nuevo lo que te dije otra vez," Ella le dijo.

"¿Qué? ¿Otra vez?" Ranma reclamo.

"¿Estas siendo obstinado?" Hitomi preguntó, estirando sus dedos significativamente.

Ranma retrocedió en fingido miedo, que fue estropeado por su sonrisa. "¿Yo? No, nunca."

"Bien. ¿Ahora dónde encontraras a mi sensei?"

"Bajo el farol cerca de la entrada al parque."

"¿Y como lucirá ella?"

"Una mujer de corto pelo castaño, llevando un vestido rojo, y responde al nombre de Nabiki."

"¡No describas a mi sensei así!" Hitomi gritó, ultrajada. "¡Ella no es un perro!"

"Ella mejor que no lo sea," Refunfuñó Ranma para él.

Su hermana frunció el ceño. "Te dije antes que mi sensei es hermosa. Lamentablemente, vendí las pocas fotos que tenía de ella. ¿Ahora, qué harás cuando la veas?"

"Me presento y le doy el clavel."

Hitomi asintió. "¿Y después de eso?"

"Vamos al restaurante."

"No, no solo 'van al restaurante.' ¡La tomas de su brazo y la escoltas al restaurante!"

Ranma asintió distraídamente. "Bien, correcto. Lo tengo."

Hitomi respiró y decidió dejarlo pasar. "Y te acordarás de comer como un ser humano normal allí y no como una aspiradora como normalmente lo haces. También, harás caso a mi sensei mientras comes, y no ordenes todo en el menú. Aquel lugar es caro, sabes."

"Geez, esta bien. Deja de molestarme," Contestó Ranma irritado.

Hitomi de repente abrazó a Ranma, enterrando su cara en su cuello. "Lo lamento, hermano mayor. Mi sensei realmente significa mucho para mi, por lo que quiero que esta noche sea perfecto."

Ranma rió y acarició a su pequeña hermana en la cabeza. "Lo sé, entiendo. Trataré y haré todo lo posible para hacer de esta una noche para recordar."

"Contigo hermano, eso es seguro de que pasa," contestó Hitomi con una sonrisa satisfecha. "¿Solamente cuida el traje, si? Si lo arruinas, tu vas a pagar por ello."

* * *

Nabiki entró precipitadamente al cuarto de Kasumi. Ella tendría que prepararse apurada para estar en el lugar de encuentro a tiempo. Otras muchachas podrían pensar que llegar tarde es la moda, pero a Nabiki le gustaba ser puntual para todo. Ella podría haber hecho que Ranma la recogiera en casa, pero decidió que sería una mala idea con Akane bajo el mismo techo. Nabiki no sabía como su pequeña hermana reaccionaría, pero seguramente arruinaría la cita.

"¿Puedo tomar prestado tus pendientes de oro, hermanita?"

Sentada en su escritorio, cepillando su cabello, Kasumi se dio la vuelta para ver a su hermana en un vestido rojo algo atrevido. No era muy revelador, pero era todavía algo que ella no habría sido capaz de llevar. "Oh dios, Nabiki. ¿Vas a salir a una cita?"

Nabiki se ruborizó un poco. "Sí, pero no quiero que papá se entere o hará un gran alboroto. ¿Así que no se lo digas, esta bien?"

"Bien, entiendo." Kasumi sonrió y comenzó a buscar los pendientes. "¿Es alguien que conociste en la escuela?"

Nabiki rió en silencio un poco por eso. Ellos iban a la misma escuela, pero aún en realidad no sé encontraron allí. "No, él es el hermano mayor de esa muchacha que he estado echando una mano. Ella lo planeo todo."

"Tú pareces terriblemente impaciente para una cita a ciegas," Notó Kasumi.

"Bien, nos encontramos antes, brevemente, pero dudo que él me recuerde."

Kasumi dio a Nabiki sus pendientes. "Que te vaya bien."

Nabiki sonrió abiertamente. "Espero que si. Gracias, hermana."

* * *

Ranma estaba a la espera muy incómodo bajo un farol de la calle. El traje alquilado era más apretado que la ropa a la que estaba acostumbrado, aunque el clavel blanco olía bien. Su promesa de no luchar esa noche le parecía como una mano atada a su espalda. Eso también lo hizo doblemente cauteloso y había solo demasiados escondrijos de los cuales un atacante podía venir. Había también el hecho que Hitomi iba a hacerlo pagar por el traje si era arruinado, y no le gustó la idea de perder su mesada de un año.

Ranma se concentro en tantas cosas a la vez que la muchacha pareció aparecer ante él como arte de magia. Ella usaba un vestido rojo y tenía pelo corto castaño, entonces él adivinó que era la persona que esperaba. "¿Nabiki, no es así?"

Nabiki asintió. "Ranma Saotome, supongo."

"Sí, ese soy yo. Esto es para ti" él le dijo, dándole el clavel.

"Gracias," Nabiki contesto mientras fijaba la flor a su vestido. "Huele bien."

"Sí", él contestó un poco nervioso. Entonces él estudió su cara de cerca por un minuto. "¡Eh!, ¿No te he visto en algún sitio antes?"

Nabiki sonrió con satisfacción. "Tú debes decir eso a todas las chicas, no es así Saotome?"

"No es eso. Juro que te he visto antes, y soy bastante bueno con las caras. Son los nombres los que me cuesta recordar."

Nabiki en realidad estaba adulada de que Ranma pueda haberla notado cuando ella se había quedado a distancia de él hasta ahora. "Bien, realmente vamos a la misma escuela. Has hecho bastante impresión para un nuevo estudiante. Estoy sorprendido de que me notaras, aunque yo estoy en un curso superior."

"¡Eh!, no quería hacer tal alboroto, cosas como esa solamente me pasan," Respondió Ranma defensivamente. "Probablemente te note porque eres distintiva."

"¿Distintiva?" Nabiki preguntó, aclarando que ella no sabía si tomar eso como un elogio o un insulto.

Ranma estudió su cara otra vez, tratando de entender lo que quería decir. "No sé, tal vez es tu pelo o algo. Muchas chicas llevan su pelo muy largo."

Nabiki toco uno de sus mechones. "¿Y cómo te sientes sobre las chicas que tienen el pelo corto?"

Ranma se sentía un poco incómodo por sus preguntas. Sus instintos, afilados de su vigilia reciente, le decían que la respuesta incorrecta podría conducir al desastre, y él sabía cuan importante esa fecha era para su hermana.

"No sé, es solamente cabello digo, no importa mucho. Más fácil luchar con pelo más corto..."

Ranma vio a Nabiki comenzar a mirar con ceño fruncido a sus palabras, entonces él soltó, "Me gusta eso, ¡Te sienta bien!"

"¿Cómo me sienta bien?" Nabiki empujó.

"Te hace parecer mayor, más maduro." El sintió que él estaba sobre tierra inestable, Ranma rápidamente cambió el tema. "¿Podemos ir al restaurante ahora? No queremos llegar tarde a nuestras reservaciones."

"Bien."

Ranma se dio la vuelta para irse, pero notó que Nabiki no se había movido de su punto. "¿Algo anda mal?"

"¿No olvidas algo?"

Ranma hizo una lista mental rápida. El traje, listo. El dinero, listo. Sensei de Hitomi, listo. Todo estaba contado. "¿Qué?"

"Es sólo apropiado tomar el brazo de una dama escoltándola a la cena." Al ver la cara confusa de Ranma, Nabiki liberó un pequeño suspiro de frustración y puso su brazo a través del suyo. "¿Mira? Así."

"Ah, bien," dijo Ranma mientras comenzó ir hacia el restaurante, Nabiki ahora a su lado. "Lo siento."

"No te preocupes, Ranma," Nabiki le dijo, pero dentro de ella encontró que sus altas esperanzas para esta cita se habían hundido.

* * *

Ranma suspiró en alivio cuando ellos finalmente habían llegado al restaurante. El viaje corto allí había sido un poco tenso para él. Él totalmente olvidó de preocuparse de algún ataque, dado que había cuestiones más apremiantes, como Nabiki que se apoyaba a su lado. No era un problema tan grande como el hecho de que siempre que él revisaba, terminaba por mirar sin rodeos su vestido. Esto trajo asociaciones dolorosas de mujeres lanzando cubos y pastillas de jabón, de cuando su madre había fingido que él era una muchacha y lo metió al lado de mujeres de un baño público.

Nabiki, que se apoyaba a su brazo, podía sentir la tensión de Ranma, y no podía menos que preguntarse sobre la causa de ello. Hitomi le había dicho que él realmente no había estado en una cita antes, pero él no debería estar así de nervioso, sobre todo después del hecho que él confrontó a su hermana tan fácilmente. Nabiki estaba algo acostumbrada a que la gente se sienta incómoda alrededor de ella, pero era sólo después de que ellos habían averiguado sobre su reputación en el negocio.

Ellos fueron saludados en la puerta del restaurante por un hombre anciano en un kimono formal. Él rió calurosamente a ambos y dijo, "Bienvenidos a La Flor de Jade. ¿Puedo ayudarles?"

Después de un minuto o más, Ranma comprendió que Nabiki no iba a decir nada, entonces él trato de recordar y dijo el hombre, "Sí, tenemos una reservación."

"Desde luego," El hombre contestó, asintiendo. "¿Y cual es el nombre por el que esta la reservación?"

Ranma parpadeó en sorpresa y admitió, "Mi hermana no me dijo eso."

El anciano no dijo nada, aunque sus ojos parecían hacer una pregunta. Nabiki explicó con una pequeña sonrisita, "Su hermana nos ayudó a conseguir las reservas. Trate de mirar bajo Saotome o Tendo."

El hombre asintió y estudió el libro ante él. "Ah, sí, aquí esta. Saotome, mesa para dos." Agarrando dos menús, el hombre señalo a Nabiki y Ranma. "Por aquí por favor."

El anciano hábilmente los condujo por un restaurante débilmente alumbrado a una pequeña mesa para dos por el lado de las altas ventanas que miraban al parque debajo.

Mientras Nabiki comenzó a sentarse, algo pareció pulsar en la mente de Ranma. Él se precipitó a su lado de la mesa y presentó su silla para ella.

"Gracias, Ranma," Ella le dijo con una sonrisa.

Ranma sonrió abiertamente mientras tomó su asiento, feliz de haber finalmente hecho algo bien. Quizás algunas sugerencias de su madre no eran tan inútiles después de todo.

El anciano le dio a cada uno su menú. "Una camarera estará dentro de poco para tomar sus órdenes. Por favor disfrute la comida."

Ranma y Nabiki le agradecieron, que él aceptó con un una reverencia, y luego dejó a los dos solos, con la luz de las velas como su única fuente de iluminación.

* * *

No lejos de su mesa, Kyoko frunció el ceño. Ella había usado las habilidades que Nabiki le había enseñado para saber el restaurante al que ellos irían, pero ella no pudo conseguir una reservación. Lo mejor que ella podía hacer era convencer a una de las camareras de hacerse pasar enferma y conseguir un trabajo como una trabajadora interina por la noche. Ella tuvo suerte de que Nabiki y Ranma no estaban en una de sus mesas. Ella no sabía como podría explicar esto a su jefe, que de seguro sospecharía que su asistente acabara de comenzar el trabajo durante la misma noche que Nabiki tenía una cita.

Y su jefe lucía solo demasiada contenta para el gusto de Kyoko. Ella había pensado que Nabiki sería inmune al encanto de ese patán, pero parecía que aún ella tenía una debilidad o dos. Kyoko sabía que era su deber salvarla de Ranma. No había ningún modo de que él fuera lo suficientemente bueno para ella.

"¡Kyoko, ve a la mesa 16!"

"¡Hai!" ella contestó inmediatamente, tratando de parecer alegre, frunciendo el ceño al mismo tiempo. Lamentablemente, el trabajo la mantenía demasiado ocupada para que haga algo. Ella tendría que ser inteligente y encontrar un modo de exponer que tipo de hombre Ranma realmente era. ¿Pero cómo hacerlo?

* * *

Por un rato, Ranma y Nabiki simplemente estudiaron los menús en silencio. No le había tomado al muchacho con la trenza mucho tiempo para encontrar lo que él quiso ordenar, entonces él comenzó a impacientarse. Él trató de mantenerse enfocado al menú, para decidir que platos él podría tratar de preparar y probar algún día, pero él solamente no podía hacerlo.

Ranma nunca había estado en una cita antes, pero no era porque nadie alguna vez lo haya invitado. Solo su madre había tratado de ponerlo con a una muchacha casi una vez al mes desde que cumplió seis, aunque ella parecía haber parado recientemente por alguna razón. Y ser el hijo bueno que Ranma al menos a veces trataba de ser, él saldría con esas muchachas, sólo para hacer a su madre feliz.

Al principio, el problema era con el 'consejo' que su madre le había dado. Siguiendo las instrucciones de su madre sobre como los hombres debían ser le había dado a Ranma su parte de golpes y rasguños en el pasado, sin decir que terminaba cualquier cita antes de que esta hubiera comenzado. Despacio aprendió que no era una tan gran idea seguir el consejo de su madre, y puntualmente comenzó a no hacer caso de ello.

A veces el problema era con la chica misma. Su mamá tenía algunas ideas extrañas de quien sería la compañera perfecta de su hijo. Ellas tendían a ser un poco demasiado... agresivas para Ranma, que estaba bastante incómodo alrededor de chicas para empezar. Su madre parecía pensar que mientras más asertivo la chica, más oportunidades Ranma tendría de ser varonil con ella. La peor de todas había sido una que actuaba todo dulce y recatada cuando primero se encontraron, pero resultó ser una dominatrix aficionada. Ranma aún no sabía que S*M era entonces, pero él si sabía que cualquier mujer con un látigo era malas noticias.

Aunque mucho más a menudo, no tenía nada que ver con la cita misma. Como una vez que él en realidad había invitado a una chica agradable, y normal al cine, después de la incitación constante de su madre. Ranma por casualidad choco con este tipo, que golpeó su cabeza y de repente pensó que él era Jackie Chan. Y naturalmente Ranma era su enemigo. Tener cosas siendo lanzadas a ti era más molesto que peligroso, pero eso mató la cita antes de que hubiera comenzado.

Ellos habían llegado al restaurante bien. Ellos se sentaron, esperando a la camarera mientras estudiaron sus menús. Todo había ido bien. Que hizo a Ranma más tenso aun. Él sabía que era sólo una cuestión de tiempo antes de que todo viniera cayendo sobre él, y mientras más tomaba, peor sería.

* * *

"¿Pasa algo mal, Ranma?" Nabiki preguntó.

Los ojos de Ranma de repente se levantan hasta ver a Nabiki mirar fijamente a él. "No, nada," Dijo él nerviosamente. "¿Por qué preguntas?"

"Como has estado mirando fijamente el mismo punto en el menú durante aproximadamente diez minutos."

"¿En verdad?" Ranma preguntó, frotando su nuca en vergüenza. "Debo haber estado pensando en algo."

"Debe ser," Dijo Nabiki, dando a Ranma una mirada con algo de desaprobación.

Ranma estaba agradecido cuando su camarera tomó este momento para aparecer, usando esa distracción para alejarse de la mirada fija de Nabiki ocultándose detrás del menú.

La muchacha parecía ser china, pero tenía el pelo dorado amarrado en dos bollos y brillantes ojos verdes. Ella llevaba una flor roja modelo chisogam con una verdadera flor pálida verde detrás de un oído. Ella parecía joven a primera vista, pero una segunda mirada le dijo a Nabiki que ella era probable de su edad. Ella era un poco demasiado dotada en la parte superior para ser solamente una niña.

"¡Nihao!" Ella les dijo en una voz alegre. "Bienvenidos a la Flor de Jade. ¿Quisiera oír nuestras especialidades?"

Nabiki sacudió su cabeza. Ella no se preocupó por especialidades cuando alguien más pagaba. "Ya he decidido. ¿Qué hay de ti, Ranma?"

"¿Ranma?" la camarera repitió, sus ojos se ancharon cuando ella se dio vuelta para afrontar a la persona todavía ocultada detrás del menú.

"¿Sí?" Ranma contestó, dejando el menú. Nabiki no parecía enojada, lo que era un alivio. Tal vez él estaba preocupado por nada. Era posible que él pudiera salir en una fecha y no entrar corriendo en cualquier problema.

Con un grito de "¡Ranma!", el muchacho con la trenza se encontró de pronto enterrado en un abrazo de oso por la camarera, mejilla a mejilla, que estaba también balbuceando a él en un japonés ahora roto.

"¡Argh! ¡¿Qué haces?!" él gritó en el pánico.

La camarera no parecía notarlo. "¡Es genial! ¡No haber visto tan mucho tiempo! ¿Recuerdas a la vieja amiga Min-Lin? ¿Sí? ¿Sí?"

De algún modo Ranma logró soltarse de Min-Lin. Él la miró y parpadeado unas veces. "¿Min-Lin, eres tú?" él preguntó con algo de incredulidad, tratando de corresponder la imagen de la mujer ante de él con la niña que él recordó.

"¡Hai!" Ella gritó, riendo tonta y felizmente.

"¿Es una amiga tuya, Ranma?" Nabiki preguntó con un tono sarcástico que no fue notado por Ranma en ese momento.

Min-Lin inmediatamente se dio la vuelta para afrontar a Nabiki, una amplia risa sobre su cara. "¡El bisabuelo entrenar al padre de Ranma en artes marciales! ¡Mí se quedan en la casa de Ranma muchas, muchas veces cuándo joven! ¡Yo y Ranma tuvimos mucha diversión juntos! ¡Buenas Memorias!"

"Si, claro," Nabiki dijo, mirando con ceño fruncido al sobre entusiasmo de la muchacha. "¿Lamento estar en el camino de esta encantadora reunión, pero creo que puedas tomar nuestras órdenes ahora así al menos podremos comer mientras tú recuerdas?"

Min-Lin asintió seriamente, soltándose de Ranma y se levanto directamente otra vez. "¿Qué desea, señorita?"

Nabiki le dijo su orden y añadió, "y el nombre es Tendo, Nabiki Tendo."

Min-Lin asintió rápidamente y se dio la vuelta para afrontar a Ranma. "¿Y para ti, Ranma?" ella preguntó, inclinándose con una sonrisa, entonces sus caras estaban sólo pulgadas aparte.

Ranma nerviosamente sostuvo un poco el menú e indicó lo que él quiso sobre el.

"¡Bien!" Min-Lin declaró y recogió los menús. "¡Vuelvo pronto, Ranma!"

"Ah, bien." Min-Lin asintió, aun sonriendo, y prácticamente saltó en dirección a la cocina.

* * *

Kyoko tuvo que sofocar una risa tonta o dos cuando ella vio lo que acababa de pasar en la mesa de su jefe. Nabiki era bastante buena en ocultar sus emociones cuando quería, pero Kyoko podía decir que ella estaba seriamente enojada con la camarera que se puso demasiado amistosa con su cita.

*Ahora usted vera que él es solo como cualquier otro hombre, sempai,* ella pensó. *Listo para lanzarse sobre una muchacha linda cuando se presenta.*

De todos modos la irritación no era bastante para Kyoko. Ella quería que Nabiki se fuera del restaurante, olvidando a Ranma. Le tomaría mucho a su jefe dejar una comida gratis, ahí fue que se dio cuenta que ellos acababan de pedir sus órdenes.

*Tal vez yo debería echar una mano en la cocina,* Kyoko pensó con una sonrisa maquiavélica.

* * *

Una vez que Min-Lin se fue, Ranma suspiró y puso su cabeza en sus manos. *¿Porque tenía que aparecer ella ahora?* él se preguntó. *Justo cuando todo iba tan bien* Bien, Ranma podía admitir que las cosas eran apenas perfectas antes de que ella hubiera aparecido, pero eran seguramente peores ahora.

Ejemplo, Nabiki definitivamente lo miraba con ceño fruncido del otro lado de la mesa. "¿Qué fue todo eso?" ella preguntó, no sonando del todo contenta.

Ranma respiró y explicó, "Su bisabuelo es el fundador de las Artes Marciales de Combate libre, la escuela que mi padre y yo practicamos. Supuestamente, él había terminado de entrenar a mi padre antes de que yo naciera, pero cuando tuve unos tres años, él vino para quedarse con nosotros un tiempo. Él había añadido algunas mejoras a la escuela y estaba dando clases a todos sus antiguos estudiantes. Min-Lin y sus padres viajaban con él, probablemente porque su padre era también uno de sus estudiantes.

"Ya que no había ningún niño en la vecindad de mi edad, terminé por pasar mucho tiempo jugando con Min-Lin. De hecho, debido a la casa que estaba tan llena, tuvimos que compartir un futon." Cuando vio la mirada de Nabiki hacerse más profunda, Ranma comprendió que debió haber mantenido aquel detalle para él.

"Suena como si ustedes dos eran muy cercanos" Notó Nabiki casi por accidente, pero había un tono penetrante en su voz.

"No, no, no realmente," Contestó Ranma, agitando su mano en negación. "Ella lo hace sonar más de lo que era. Nosotros no éramos tan cercanos."

"Ranma es demasiado modesto," Min-Lin añadió mientras ponía una silla al lado de él y se sentó. "Nosotros éramos inseparables cuando pequeños. Siempre hacer todo juntos; juego, comida, sueño. Aún tomamos baños juntos."

"¿Ah, en verdad?" Nabiki dijo con un rastro perceptible de cólera en su voz.

"¡Fue todo absolutamente inocente!" Ranma explicó, tratando de prevenir ese desastre. "¡Nosotros éramos sólo niños!"

Min-Lin continuó como si ella no había notado el tono de Nabiki o lo que Ranma había dicho. "Sí, nosotros llorábamos siempre que separados. Recuerdo cuánto llore cuando nuestros padres nos separaron durante tres días cuando ellos nos cogieron jugando al doctor-"

"Entonces, Min-Lin," interrumpió Ranma rápidamente. "Pensé que estabas en China. ¿Cuándo regresaste a Japón?"

Min-Lin aceptó el cambio de tema sin un parpadeo. "Sólo volví a Japón hace una semana. Vivir con padres una vez más. Ellos me matriculan en la escuela San Heberek para ayudarme a aprender a ser más japonés. Pero la escuela cara, entonces trabajo aquí para ayudar pagar. La bisabuela conoce al propietario así consiga el trabajo fácil. Ella quiere que yo trabaje y no aflojar en el entrenamiento tampoco. "

"¡Eh!, esa es la misma escuela a la que mi hermana va," Dijo Ranma de repente. "Papá trabaja sin descanso para pagar por ella."

Min-Lin parpadeó en sorpresa, recordando a Ranma otra vez cuan cerca ellos se sentaban el uno al otro. "¿Ranma tiene hermana ahora? ¿Cual su nombre?"

"Hitomi," él contestó después de un momento.

"¡Ah, debe encontrarla pronto!" Min-Lin exclamó, "¡Apuesto ella lindo como hermano!"

Nabiki interrumpió tratando de salvar a su estudiante del potencial afecto de Min-Lin "¿Entonces adivino que la razón que no pudiste quedarte con Ranma aquí era tener que ir a China, no es así?"

Min-Lin asintió. "Sí, fue un día triste, triste cuando tuve que ir a China. No querer abandonar a padres, y sobre todo Ranma, pero no tener ninguna opción. La bisabuela decidió que yo debería ser heredera de su escuela de artes marciales y el entrenamiento tuvo que comenzar inmediatamente. Entonces cosas pasar en el pueblo que hacer bisabuela - decidir suspender el entrenamiento un tiempo entonces ella puede ir y buscar al bisabuelo. "

Min-Lin casi saltó de su silla por ninguna razón evidente. Ella saco una pequeña, caja negra de su cinturón y explicó, "Es beeper. No pensar que alguna vez me acostumbraré a esta cosa. Su comida debe estar lista."

Ella se levantó y arreglo su vestido. "Volveré pronto Ranma, Sra. Tendo," Ella dijo y se marchó.

* * *

Ranma sostuvo su cabeza en sus manos otra vez en cuanto el Min-Lin se marchó. "¿Por qué siempre me pasa esto?" él refunfuñó. "Debo estar maldito o algo."

"¿Qué fue eso?" Nabiki preguntó, aunque parecía más confusa que enfadada ahora.

Ranma alzó la vista a Nabiki como si hubiera olvidado que ella estaba allí. "Realmente lamento todo esto," él le dijo sinceramente.

El filo era notable en la voz de Nabiki cuando ella habló. "No, yo lamento estar en el camino de una reunión tan conmovedora. Quien sabe cuánto más cerca los dos podrían estar si yo no estuviera aquí. ¿Quizás yo debería marcharme ahora? "

Ranma suspiró. "Tal vez sería mejor si realmente te marcharas."

"¿Qué dijiste?" Esa no era la respuesta que Nabiki había estado esperando. Ella había esperado que él suplicara - o al menos pidiera - que se quedara. No decirle que se fuera, especialmente cuando había una pequeña hermana vengativa implicada.

Ranma pensó por un momento antes de contestar. "¿Cuáles son las probabilidades de que encuentra a una amiga así, a quién pensé que estaba en otro país, sobre todo en el peor de los casos y momento posible?"

Nabiki consideró esto. El ajuste de probabilidades era una de sus especialidades. "Depende cuantas novias en la niñez has tenido, Saotome."

"Solamente una, ella, y nosotros nunca fuimos más que amigos."

"¡Um!, yo diría que esas serían probabilidades bastante bajas. Tú debes ser un tipo afortunado."

"¡Pero eso es justamente!" Ranma gritó de pronto, levantándose. "¡Estas cosas me pasan todo el tiempo! ¡Debo tener la peor suerte en el mundo!"

Nabiki sonrió con satisfacción. "Tu suerte sólo va a empeorar si sigues gritando."

Ranma se sentó de vuelta rápidamente, avergonzado. Él tomó un sorbo de su té, tratando de no hacer caso a las miradas de las personas en las mesas cercanas, aunque sus manos, Nabiki noto, temblaban ligeramente.

"¡Eh!, relájate," Ella le dijo. "No soy enojada contigo o nada."

"¿No lo estas?" Ranma preguntó, sorpresa clara en su voz.

Nabiki sonrió y sacudió su cabeza. "Bien, tal vez un poco al principio, pero fue más la sorpresa y sacada de balance así. Yo realmente no debería culparte por algo que realmente no es tu culpa."

Ranma suspiró en alivio. "Gracias por ser tan comprensiva sobre esto."

"Al menos las cosas no serán aburridas contigo alrededor, Ranma-kun."

* * *

Kyoko accidentalmente rompió un palillo en medio de su irritación. Su jefe sonreía, riéndose con Ranma. Él, de toda la gente, no merecía una de sus risas. Esto no estaba bien. Lo que Kyoko había hecho a su comida no podía ser bastante. Ella tendría que encontrar algún otro modo de separarlos.

* * *

En la superficie, Nabiki estaba tranquila y sonriendo, pero debajo ella hervía. ¡Ella había venido a un restaurante conocido con lo que era obviamente su cita y la camarera abiertamente coqueteó con él no una vez, pero dos veces! ¡Y lo qué era peor, Nabiki se había sentado y no había hecho nada!

Ellos siendo viejos amigos reunidos otra vez permitía algo de afecto entre ellos, pero Min-Lin había sobrepasado esos límites. Si la muchacha era ignorante de estas reglas o sólo fingía ser, Nabiki no sabía. El resultado era el mismo. Sus sentimientos por Ranma eran también irrelevantes. Esto era una competencia entre ella y Min-Lin, y era obvio para Nabiki que perdía. Y si había una cosa que Nabiki odiaba, era perder.

El problema era que Min-Lin tenía un número de ventajas. Ella conocía a Ranma mejor, no le importaba ser demasiado cariñosa en público, y tenía eso de ser superlinda con ella. La única verdadera ventaja que Nabiki tenía era su intelecto superior. De todos modos ella no se iba a rendir sin una pelea.

Entonces fue con una sonrisa algo frágil que Nabiki saludó el regreso de Min-Lin, ahora llevando un plato pesado cargando su comida y la de Ranma casualmente en una mano. Nabiki notó que los años de entrenamiento en artes marciales habían hecho a la muchacha china fuerte, posiblemente más fuerte que Akane.

Min-Lin con cuidado deja las comidas ante Ranma y Nabiki, aunque todo el tiempo la mayor parte de su atención era dirigida al primero. Ella también rellenó sus tazas de té casi vacías.

"Por favor disfruten la comida," Ella les dijo. "Tengo que atender otros clientes, pero volveré pronto."

Nabiki respiró un pequeño suspiro de alivio al irse la camarera y distraídamente comenzó su comida. Sus ojos inmediatamente se agrandaron.

"¿Nabiki, está todo bien?" Ranma preguntó con preocupación mientras comenzó con su cena, recordando comer despacio.

"Picante" Ella explicó rápidamente mientras tomaba su té, sólo para escupirlo.

"¿Qué pasa aquí?" Nabiki casi gritó en cólera. "Esta comida esta cargada de especias y el té sabe a polvo."

Ranma se encogió de hombros. "Tal vez confundieron tu orden, la mía sabe bien..."

Ranma de repente salto de su asiento y estaba empezando a marcharse.

"¿Dónde vas?" Nabiki preguntó, desconcertado, levantándose ella misma.

Ranma estuvo a punto de explicar cuando él se tropezó con el pie de una camarera que pasaba y chocó con Nabiki, cayendo ambos al piso.

"¡Bájate de mí!" Nabiki gritó a Ranma, dándole en la cabeza con su pesado monedero pesado.

Ranma masculló disculpas mientras se paraba y corría en dirección a los baños.

* * *

Kyoko suprimió más risa mientras veía las caras de Ranma y Nabiki, aunque ella realmente compadecía hacer eso a su jefe. Ella sabía cuanto Nabiki odiaba el alimento picante o la gente que invade su espacio personal. De todos modos ningún precio era demasiado alto para salvar a su jefe de aquel demonio.

* * *

Nabiki sabía ahora que las comidas saboteadas no eran ningún accidente. Su comida arruinada por equivocación era creíble, pero no la suya, Ranma, y el té. Alguien deliberadamente trataba de arruinar su cita y Nabiki tenía sólo una sospechosa posible: Min-Lin. Al parecer, la rutina de muchacha alegre e inocente era solamente un acto. Ella debe haber visto a Nabiki entrar con su viejo amigo y decidió que quería tener a Ranma para ella. Era aún posible que Min-Lin de algún modo hubiera averiguo sobre la cita de antemano y conseguido un trabajo aquí por el solo objetivo de arruinar esta noche. Era un poco más creíble que la mala suerte constante de Ranma.

Nabiki estaba con sus brazos cruzados y una mirada severa cuando Min-Lin volvió a la mesa. "¿Hay algo mal Srta. Tendo?" la camarera preguntó. "¿Dónde está Ranma?"

*Como si no supieras* Nabiki pensó mientras ella medía a su enemiga. Ella había subestimado a Min-Lin antes, pero no cometería ese error otra vez. Cualquier mujer que haría tal cosa al hombre que quería era capaz de hacer cualquier cosa.

"Él se fue sin explicación, aunque yo creo que algo en tu comida discrepó con él."

"¿En verdad?" Min-Lin contestó con ojos amplios, inocentes miraba a la comida de Ranma.

Nabiki asintió. "Pero eso no me viene con ninguna sorpresa, ya que parece que algo esta mal con mi comida también. ¿Aquí, por qué no la pruebas?"

Min-Lin sólo vaciló por un momento antes de comer de la parte que Nabiki le ofreció con sus palillos. "¡Ayiah! ¡Esto demasiado, demasiado picante!"

"¿Por qué no pruebas un poco del té entonces?" Nabiki dijo, ofreciendo su taza a la camarera.

Min-Lin vaciló un poco más antes de tomar un sorbo cauteloso, que ella escupio casi inmediatamente. "¡El té saber horrible también!"

Min-Lin rápidamente recogió las comidas y el té en el plato que llevaba y dijo a Nabiki, "yo mucho, mucho lamento esto. Me asegurare que el cocinero no haga el mismo error dos veces cuando rehaga sus comidas rápido. Incluso probara antes la porción. ¿Por favor pida perdón a Ranma por mí cuándo vuelve, bien?"

Nabiki asintió y la miró irse. Ella había ganado aquella batalla, pero ella estaba lejos de ganar la guerra.

* * *

Ranma no podía menos que notar la expresión de Nabiki cuando volvió. Sus ojos eran planos, su boca una línea delgada. Él comprendió que la mirada de desaprobación de su hermana era una imitación de esto y Hitomi palidecía contra la original. Ranma trató de pedir perdón otra vez, pero las palabras se quedaron en su garganta bajo la mirada de Nabiki.

"Min-Lin me dijo que te diga que lamento lo de la comida," Dijo Nabiki después de un minuto o más de silencio. Su voz era una monotonía.

Ranma se rió incómodamente, tratando en vano de romper el humor serio. "Bien, no es realmente su culpa. Todo lo que ella hizo fue servir el alimento estropeado. Fue uno de los cocineros el que cometió el error."

"¿De verdad?" Nabiki preguntó con una ceja levantada.

No entendiendo lo que Nabiki quiso decir, ni capaz de pensar en algo más que decir, Ranma no contestó.

Ellos se sentaron allí en silencio por un tiempo, hasta que sus comidas fueran colocadas delante de ellos otra vez. Ranma miró encima para ver que no era Min-Lin, pero un hombre chino de unos treinta años vestido en uniforme de cocinero.

Él saludó profundamente a ambos y dijo, "De parte de la dirección y yo, pido perdón por lo que pasó a su comida. Parece que una caja de especias por casualidad cayó en una de las comidas por alguien, y estamos todavía inseguros de lo que pasó al otro y el té. No habrá, desde luego, ninguna cuenta para esta noche."

Él saludó a ambos una vez más. "Otra vez, lo siento," él dijo y los dejó con su comida.

Ranma comió en silencio, despacio sin pensar mucho en ello. Él se sintió casi con miedo de atraer la atención de Nabiki y tener su mirada desaprobadora dirigida a él otra vez. La comida fue tensa e incómoda, pero no le recordaba sus metidas de pata tan a menudo como su mirada fija lo hacía. Nabiki, al menos, parecía contenta de concentrarse en su comida y no decir una palabra.

* * *

Ranma estaba a mitad de camino de su comida cuando Min-Lin volvió. Si era sobre el incidente pasado o ver el humor de la mesa, ella pareció apenada también. Ella camino despacio.

"Lo siento, Ranma," ella le dijo. "No quise servirte un alimento malo."

Ranma no estaba enojado con ella. Él sabía que no fue su culpa, además, él no podía soportar ver a una chica triste. "No fue tu culpa," él contesto. "Tú no hiciste nada. No tienes que pedir perdón por nada."

Min-Lin sonrió con gratitud. "Gracias-"

Ella fue interrumpida por el chasquido repentino de un par de palillos siendo partidos en dos. Min-Lin y Ranma giraron para afrontar a Nabiki, que miraba fijamente los restos de sus palillos con una expresión que era mitad perpleja y mitad divertida.

"¿Ahora cómo pasó esto?" Nabiki se preguntó en voz alta mientras miraba fijamente a Ranma y Min-Lin. "No debo conocer mi propia fuerza."

"Le conseguiré otro par enseguida," Min-Lin dijo y se marchó en busca de ellos.

"¿Um, Nabiki?" Ranma luchó por hablar.

Nabiki lo miró fijamente, aunque había una sonrisa en sus labios ahora, sus ojos eran todavía planos. "¿Sí, Saotome?"

"Nada."

* * *

Kyoko no podía soportarlo más. Ella entró corriendo al baño de damas y comenzó a reírse y reírse hasta que lágrimas llegaron a sus ojos. Las cosas habían ido aún mejor de lo que había esperado, y ella había encontrado algo que no había contado tampoco; era divertido hacer esto. Estar a cargo para variar, haciendo las decisiones ella misma, manipulando la vida de la gente, tener control. Ella tendría que encontrar un modo de hacer este tipo de cosas otra vez.

Aunque esta noche aunque, ella estaba cansada, y decidió que ella no quería esperar por mesas la hora siguiente o más, ella se cambió y se marchó. ¿Y qué si ellos nunca le pagaban? Ella había conseguido todo lo que había querido y más esta noche.

* * *

Min-Lin volvió con un nuevo par de palillos, pero se retiro casi inmediatamente. Parecía que una nueva camarera había desaparecido de repente y ella tuvo que tomar la mayor parte de sus mesas.

Parecía horas para Ranma, pero en realidad no paso mucho antes de que él y Nabiki hubieran terminaran de comer. Frunciendo el ceño, Nabiki puso abajo su servilleta y dijo, "Salgamos de aquí."

"Pero no he tenido oportunidad de despedirme de Min-Lin aún," Protestó Ranma inmediatamente.

El ceño de Nabiki se hizo más profundo, como también su voz. "Me voy ahora. Tú puedes o marcharte conmigo, o esperar hasta que el turno de tu vieja novia termine, depende de ti..."

Nabiki se movió, sin esperar una respuesta.

"¡Espera!" Ranma fue tras ella. "Voy contigo."

Nabiki hizo una pausa solo lo suficiente para que él la alcanzara.

* * *

Ranma y Nabiki dejaron el restaurante juntos, pero no tan estrechamente como habían entrado. Nabiki no hizo ningún movimiento para tomar su brazo, y Ranma no estaba seguro si tomar el suyo. Él podía decir que ella era más distante ahora que cuando primero se habían encontrado, y Ranma no podía culparla. Él sabía que se había puesto en ridículo en el restaurante.

A una cuadra del restaurante y el paseo a casa se hacía más incómodo de lo que Ranma podía soportar. Ellos no habían dicho absoluto nada desde la salida, y mientras Ranma luchó para encontrar algo que decir, él no podía pensar en nada. Él solamente deseó que algo, algo rompiera este silencio entre ellos.

"¡Allí estás!" Gritó una mujer a cierta distancia de ellos. "¡Te he encontrado por fin!"

Ranma frunció el ceño al escuchar la voz familiar mientras despacio giraba. La mujer que habló lucía de aproximadamente dieciocho, alta, con el pelo castaño hecho en trenzas, y de la ropa un revelador gi de karate, que ella llenó bien, sobre todo alrededor del pecho. Ella estaba rodeada por más de una docena de muchachos, todos vestidos en gis.

"¿Amigos tuyos?" Nabiki preguntó.

Ranma sacudió su cabeza, su ceño se profundizo. Él debería haber sabido mejor al desear algo. Su eterna mala suerte había atacado otra vez.

La mujer paso sus dedos por su pelo y declaró, "¡Por fin, la noble y hermosa Reina Karate ha sido reunida con su amor verdadero, el Rey Karate!"

"¿Así que adivino que ese eres tú, Sr. artista marcial?" Nabiki preguntó a Ranma con una sonrisa satisfecha.

La Reina Karate pareció notar a Nabiki por primera vez, y habló otra vez antes de que Ranma pudiera decir algo. Su voz estuvo llena de ultraje. "¿Y quién es esta? ¿Qué mujer desafiaría considerarse bastante digna de estar así de cerca con el compañero destinado de la Reina Karate?"

Nabiki se compuso y miró a la Reina Karate directo a los ojos. Ella gritó en respuesta, "¡Nabiki Tendo, y tu rey y yo acabamos de estar en una cita!"

"¡¿Qué?!" RK gritó, su cara roja de rabia.

Nabiki de repente agarro el brazo de Ranma, sosteniéndolo cerca. "¡Y nosotros tuvimos un buen tiempo también! ¿No es así, mi rey?" Nabiki preguntó a Ranma, revoloteando sus pestañas a él.

Ranma tragó aire. Él no podía menos que notar que la sonrisa de Nabiki nunca alcanzaba sus ojos, que estaban llenos de determinación, como si estuviera en medio de una importante batalla de artes marciales. Él tenía un sentimiento que el refutar no sería una buena idea.

"Sí", Ranma contestó algo vacilante. "Nosotros tuvimos un buen tiempo."

La Reina Karate prácticamente escupía en cólera, pero entonces ella se compuso y se calmó inmediatamente. Sus ojos estaban estrechados y una sonrisa jugaba en la esquina de sus labios. "Parece que tú y yo somos rivales, Nabiki Tendo, pero la Reina Karate sabe tratar con rivales."

RK giro a los muchachos alrededor de ella y les dijo. "¡Mis leales lacayos, capturen a la muchacha y a mi amado, y tráiganme a ambos!"

Los muchachos gritaron al unísono. "¡Sí! ¡Vivimos para servir a su Alteza, la Reina Karate!" Entonces ellos se precipitaron hacia Ranma y Nabiki.

Ranma estuvo a punto de lanzar un ataque cuando él recordó sus promesas a su hermana. Él había prometido dar un buen tiempo a Nabiki y ninguna pelea, incluso si alguien lo atacaba. Habiendo metido la pata al principio, él estaba determinado a mantener la segunda.

"¿No vas a hacer algo?" Nabiki preguntó, un rastro de pánico en su voz. Ella estaba muy consciente de su vulnerabilidad.

"Así es," Ranma dijo, asintiendo. Entonces él levantó su mano en el aire y gritó, "¡Técnica Secreta de la Escuela Saotome de Combate Libre de Artes Marciales!"

Los subalternos hicieron una pausa y pasaron a posturas de batalla, poniéndose a punto para cualquier cosa que Ranma les lanzara a ellos.

"¡A correr!" Ranma uso ese momento para cargar a Nabiki y salir tan rápido como pudiera en dirección contraria a los demás.

Los lacayos sólo miraron fijamente en shock, hasta que la Reina Karate gritara, "¡Tras ellos, tontos!"

* * *

Incluso para alguien tan firme como Nabiki, de pronto encontrarse cargada en los brazos de Ranma, sostenida cerca de su pecho, era un verdadero shock. Paso un tiempo antes de que fuera capaz de hablar, "No puedo menos de notar que nos escapamos. ¿Por qué no tratas de pelear? Ellos no lucían tan resistentes."

Ranma, desesperadamente buscaba caminos de fuga, y rápidamente respondió, "No puede. Prometí a Hitomi no pelear."

Nabiki sonrió con satisfacción, sintiendo su vieja confianza comenzar a volver, a pesar de su situación. "Pienso que ella entendería en este caso, Saotome."

Ranma sacudió su cabeza mientras él esquivó en una calle transversal. "No conoces a mi hermana. Ella me haría pagara por 'El incumplimiento de contrato.' La fuga es un pequeño precio a pagar."

*Yo si conozco a tu hermana,* Nabiki pensó, sonriendo. *Yo fui la que le enseñó eso.*

Decidiendo que ser llevada en los brazos de Ranma no era tan malo, especialmente cuando él no parecía listo a cansarse en cualquier momento, Nabiki cambió el tema. "¿Y cuál es la historia entre tú y su Alteza real allí atrás?"

Ranma suspiró. Él sabía que él tendría que explicar tarde o temprano. "Todo comenzó aproximadamente hace un año y medio. Mi padre por lo general me lleva a viajes de entrenamiento en artes marciales por todas partes de Japón durante las vacaciones de la escuela. El último verano me llevo a una pequeña ciudad conocida por sus maestros de karate."

Resulta que llegamos en la semana en que tenían el festival anual de la ciudad. El acto principal era dos torneos de karate, uno para hombres y otro para mujeres. Los ganadores de cada uno serían coronados Rey y Reina karate durante un año. Cuando mi papá averiguó que los ganadores serían los invitados de honor en un banquete más tarde, él me inscribió inmediatamente. Parecía divertido, y no me importaba mucho el torneo, entonces lo acompañé."

"¿Dejame averiguar, gran error, no es así?" Nabiki dijo.

Ranma asintió. "Lo que yo no sabía en aquel tiempo era que las mismas personas había estado ganando año tras año, de modo que la gente solamente les llamaba Reina Karate y Rey Karate, más que sus verdaderos nombres. Ambos tienen legiones de admiradores, que también son entrenados en karate y constituyen la mayor parte de los competidores restantes."

Pasé por casi todos los retadores como si no fueran nada. Ellos eran buenos artistas marciales, pero solamente no estaban a mi nivel."

"La modestia es una virtud," Dijo Nabiki con una sonrisa satisfecha.

Ranma se ruborizó apenas en vergüenza. "Sí, pues la batalla final fue entre el Rey Karate y yo. La Reina Karate ya había ganado su título otra vez y la mayoría de la gente solamente quiso que mi batalla se terminara. Era extraño. Todos vieron cuan bueno fui contra los otros competidores, pero ellos todavía esperaban que yo perdiera, incluyendo al Rey Karate."

"¿Qué tan bueno era este Rey de todos modos?"

Ranma se encogió de hombros. "Bien, creo. Igual a Kuno, pero él pasó mucho tiempo posando y prestando más atención a sus admiradores que a la pelea."

"¿Por qué tengo el sentimiento de que esa fue una pelea corta?"

"Lo fue. Me cansé de esperar de todas sus poses, la gente aclamándolo, entonces camine directamente hacía él y lo golpeé en la cara, solo para conseguir su atención."

Notando la mirada de Ranma, Nabiki preguntó, "¿Qué pasó?"

"El tipo cayo y no se paro otra vez. Creo que él tenía una mandíbula de cristal o algo. Una de las peleas más cortas que he tenido."

Nabiki de repente se echo a reír. "¡Qué idiota!"

Al ver la mirada avergonzada de Ranma, Nabiki lo acarició en la mejilla y dijo, "No tú, Ranma. Digo que ese Rey Karate era el idiota. No pensé que había alguien que podría hacer a Kuno parecer inteligente. De todos modos esto no explica por qué reinita va detrás de ti ahora."

"Esto empeora."

"¿Cómo?"

"Otra cosa que yo no sabía era la razón por la que había tantos competidores es que la Reina Karate declaró que en su cumpleaños 18 se casaría con quienquiera que fuera el Rey Karate. "

"Que fuiste tú, pero ellos deben haber tenido otro festival y elegido a otro Rey karate desde entonces."

Ranma sacudió su cabeza. "Al parecer, la Reina Karate estaba tan conmovida por mi valor que declaró que nadie excepto yo era digno de ella. Y, según ella, soy todavía el rey karate hasta que alguien sea capaz de derrotarme y ganar el título."

"Ranma Saotome, siempre popular entre con las damas," Dijo Nabiki con una sonrisa.

"Lamento serlo," Refunfuñó Ranma en respuesta.

"¡Eh!, reconozco este lugar" Dijo Nabiki de pronto, mirando alrededor de su lugar de descanso en los brazos de Ranma. "Tome la siguiente esquina a la derecha."

Ranma se encogió de hombros e hizo lo que ella le dijo. Cualquier dirección estaba bien para él, mientras fuera lejos de la Reina Karate y sus lacayos. "Espera, para directamente aquí."

Nabiki saltó de sus brazos y camino hacia la casa delante de donde se habían parado.

*Extraño, reconozco este lugar, pero no me acuerdo de donde.* Echando un vistazo atrás, Ranma dijo, "¿Estás segura sobre esto? Logré poner algo de distancia entre nosotros, pero ellos nos van a alcanzar rápidamente. No se rinden fácilmente."

Nabiki rió. "Confía en mí. Será solamente un minuto, y luego no tendremos que preocuparnos más de esos tipos."

Ranma estaba perplejo, pero asintió de todos modos. "Bien, pero no voy a pararme aquí y dejar que te capturen."

Nabiki rápidamente empezó a correr dentro de la casa Tendo.

"¿Cómo fue tu cita, Nabiki?" Kasumi preguntó mientras su hermana corría.

"Bastante aburrida al principio," contestó Nabiki, sin reducir la velocidad, "Pero mejora rápidamente. Exactamente no ha terminado aún."

En la puerta al dojo, Nabiki respiró y se compuso. Entonces, con un aire de informalidad a pesar de como estaba vestida, ella se inclinó en la entrada y dijo a su hermana menor, que estaba practicando, "Akane, algunos chicos están aquí para vencerte y salir contigo."

Akane parpadeó a la repentina apariencia de su hermana, aunque sus ojos se estrecharon cuando comprendió el mensaje. "¿Dónde están ellos?" Ella gruñó.

"En su camino aquí ahora, ellos deberían estar aquí en cualquier momento. Todos llevan gis blanco no puedes perderlos."

Akane asintió y por accidente rompió un ladrillo de un solo golpe.

Nabiki corrió de la casa y salto de vuelta a los brazos de Ranma. Sosteniéndola por el instinto, Ranma la miró con confusión.

"¡Corre!" Nabiki gritó, señalando la calle.

Ranma corrió.

* * *

Los lacayos de la Reina Karate corrían por la calle, sólo para encontrar que habían perdido de vista su objetivo. Todos se pararon mirando alrededor confundidos.

"¿Qué camino crees que tomaron?" Uno pregunto.

El otro se encogió de hombros. Había tres direcciones posibles en que podrían haber ido, sin contando las casas en que hubieran entrado. "¿Tal vez deberíamos separarnos?"

"Pero entonces no seremos capaces en masa cuando los encontremos," Otro indico.

Unos cuantos asintieron de acuerdo.

Mientras los lacayos discutían su siguiente curso de acción, Akane cruzó de un trazo la casa Tendo, llevando un gi pálido amarillo, una expresión de desdén sobre su cara. "¡Allí están!" ella gritó al grupo de muchachos en gi en medio de la calle.

Ellos giraron para afrontarla en sorpresa. "¿Nos señalo a nosotros?" Uno pregunto.

"¡Les enseñaré a todos una lección!" Akane gritó mientras iba corriendo a ellos, sus puños levantados de modo amenazador.

* * *

Ranma de repente oyó los sonidos de una batalla que pasaba en algún sitio detrás de él mientras cruzaba las calles, Nabiki en sus brazos. "¿Qué fue eso?" él preguntó al escuchar el sonido de algo golpeando el hormigón.

"Pedí una distracción," Contestó Nabiki con una sonrisa. "Tú puedes dejar de correr ahora, no tendremos que preocuparnos de esos lacayos más esta noche."

Ranma redujo la velocidad y gradualmente paró. "¿Cómo lograste eso?"

Nabiki miró de abajo para arriba del muchacho que todavía la sostenía. "Tú puedes bajarme ahora, Ranma," indicó ella.

Ranma parpadeó en sorpresa y puso de inmediato a Nabiki de pie. "Perdón por eso."

La sonrisa de Nabiki se ensanchó mientras ponía su brazo alrededor de su cintura y se inclinaba a su lado. "Tú no has hecho nada de que disculparte."

Ranma comenzaba a sentirse muy incómodo, y para distraerse de ciertas cosas que su madre una vez le dijo, él preguntó otra vez, "¿Cómo lograste parar a todos esos tipos?"

"Ah, fue bastante fácil. ¡Todos esos tipos que nos perseguían me recordaron a-!"

"¡Puedes haber evitado a mis subalternos, pero tú no me has evitado!" Gritó la Reina Karate mientras salía de las sombras, sus manos sobre su cadera, la cara roja de ira. Ella señaló directamente en Nabiki y gritó, "Nabiki Tendo, ¿Cómo te atreves a tomar mi legítimo lugar en los brazos de mi amor?"

Nabiki sonrió con satisfacción y sostuvo a Ranma un poco más cerca, "Lamento decirte esto, su Alteza, pero este rey es todo mío. ¿Por qué no encuentras a un compañero más cerca a tu casa? Te aconsejaría intentar el manicomio."

La Reina Karate lucía lista para explotar. "¡Te desafío!" ella gritó. "¡Nabiki Tendo, la Reina Karate te desafía por la mano de Ranma Saotome! ¡De este modo podemos demostrar quién es más digno de sus afectos! "

Nabiki bajo de Ranma y despacio trono sus nudillos. "Bien, acepto tu desafío."

"¿Eres un artista marcial?" Ranma le susurró en la sorpresa. "Por la forma que te mueves, yo nunca habría adivinado. Tú debes ser realmente buena."

Con una sonrisa grande, Nabiki susurró, "Nunca he tomado una lección en mi vida. Mi padre siempre quiso, pero nunca pude interesarme."

"¡¿Qué?! ¿Por qué haces esto entonces? La Reina Karate te despedazará."

"¿Preocupado por mí ya, Saotome?" Nabiki acaricio su pelo. "Y eso que es sólo nuestra primera cita. Te mueves rápido."

"Solamente no quiero que nadie se lastime por mi culpa," Ranma le dijo seriamente. "Mira, ¿Por qué no tratamos de escaparnos otra vez? Dudo que ella sea capaz de alcanzarnos esta vez."

Nabiki sacudió su cabeza. "Una Tendo nunca huye de un desafío, es una lección que realmente entendí de mi padre. Además, tengo un plan. ¿Confía en mí, bien?" ella dijo con un guiño.

"Bien," Ranma contestó de mala gana, "Pero intervendré antes de que te hagas serio daño."

Nabiki sonrió en silencio. "Ella no me pondrá una mano encima."

"¿Entonces estás lista finalmente?" la Reina Karate preguntó, haciendo un espectáculo teatral de aburrimiento. "Quiero terminar esto rápidamente para que yo y mi amor podamos mirar la salida del sol juntos."

En vez de contestar, Nabiki pasó a una postura que había visto a su hermana usar antes.

"¡Muy bien!" RK declaro, luego ataco a su oponente, "¡Prepárate a morir, Nabiki Tendo!"

Justo antes de que RK la alcanzara, Nabiki de repente apunto y gritó, "¡Mira! ¡¿No es ese el Rey Karate detrás de ti?!"

La Reina Karate se paró a medio ataque y se dio la vuelta, su expresión de repente temerosa. "¿Dónde?"

Nabiki balanceó su pesado monedero, golpeando a RK en la cabeza y a la inconsciencia. Entonces ella comenzó a reírse con tanta fuerza que tuvo que sostenerse para no caer.

"No fue exactamente justo," Ranma le dijo.

"¡Eh!, tú eres el de la técnica secreta de fuga. ¿De todos modos puedes creer que ella en realidad se creyó eso? Pensé que ella era estúpida antes."

"¿Se creyó qué?" Ranma la preguntó en honesta confusión.

Nabiki frunció el ceño. "¿Tú no crees que yo en realidad vi al Rey Karate, verdad?"

"¿Por qué no? Él está justo donde apuntaste."

Nabiki se dio la vuelta y parpadeó confundida al ver a un hombre en gi negro que la miraba fijamente en shock. Él estaba rodeado por una docena de ninjas femeninas.

"¡¿Cómo osas?!" el Rey Karate bramó. "¿Cómo te atreves a dañar uno de los cabellos de la cabeza de mi reina querida? ¡Mis lacayas, destrúyanlos!"

Nabiki saltó directamente a los brazos de Ranma. "¡Técnica Secreta Saotome!" Ambos gritaron, y cuando las lacayas hicieron una pausa, ellos se escaparon en otra dirección.

* * *

Viendo la masa de muchachos inconscientes en Gis blanco que yacían ante la casa Tendo, Nabiki dijo a Ranma que se pare otra vez. Ella corrió adentro, y dijo a Akane, "¡Akane, hay un montón de chicas vestidas como ninjas aquí fuera que dicen que eres gorda!" Y luego corrió afuera otra vez, directamente a los brazos de Ranma.

"Uno de estos días vas a tener que decirme como haces eso," Ranma le dijo mientras escuchaba los sonidos de violencia en algún lugar detrás de él.

"Una chica tiene que tener sus secretos," Contestó Nabiki sonriendo. "Tú puedes bajar ahora," Indicó a Ranma, "ya que nadie nos persigue."

"¿Por qué querría hacer eso cuándo estoy tan cómoda donde estoy?" Nabiki dijo mientras se acurrucó más cerca a su cita. El encuentro que él dificilemente no podía evitar a la chica que él llevaba, Ranma tenía un poco de problemas aunque el problema más grande fuera el hecho que él no estaba seguro si él quisiera escaparse esta vez.

Finalmente, ellos llegaron bajo el farol de la calle por el parque, donde la cita había comenzado y Nabiki había decidido donde esto debería terminarse. Ellos estaban solos una vez más, pero era mucho mas tarde en la noche que cualquiera de ellos había realizado.

"Lo siento," Ranma le dijo.

"¿Por qué?" Nabiki preguntó en sorpresa.

"Por la cena, la persecución, todo," Contestó Ranma, agitando sus manos en el aire.

Nabiki pone su dedo a sus labios y se rió de su expresión sorprendida. "No quiero oír más disculpas de ti, Ranma-kun, porque tuve buenos momentos."

"¿Los tuviste? ¿En verdad? ¿Cómo?" Ranma preguntó una vez que Nabiki había quitado su dedo, aún más confuso ahora. "Digo, la cena fue un desastre y te puse en el peligro varias veces."

"¿Recuerdas esta flor que me diste?" Nabiki preguntó, señalando el clavel fijado a su vestido.

Ranma asintió, todavía confundido.

"En todo el entusiasmo que tuvimos esta noche, ni un pétalo se perdió. No fue ni aplastada, ni magullada. No tuvo nada que temer esta noche por la misma razón que yo: Tú nos protegiste. Fue como un carnaval, conseguí todas las emociones sin ningún peligro. Entonces me divertí, ¿Bien?" Nabiki explicó con una sonrisa.

"Eso creo," Contestó Ranma, realmente no entendiendo lo que Nabiki acababa de decir. "Es bastante tarde ahora, entonces probablemente deberíamos decir una noche. Al menos antes de que aquellos tipos se recuperen."

Nabiki cabeceó. "Buenas noches, Ranma."

"Buenas Noches, Nabiki."

Ranma estaba impresionado cuando Nabiki de repente lanzó sus brazos alrededor de él y le dio un beso sobre la mejilla.

"¿Tendremos que hacer esto otra vez, bien?" Ella dijo con un guiño.

"Um, sí," Fue todo lo que Ranma pudo lograr decir en ese momento.

Nabiki se sonrió tontamente y se alejó, dejando a Ranma muy aturdido bajo el farol de la calle, que estaba realmente desistiendo de entender a las mujeres alguna vez.

* * *

Ranma muy despacio abrió la ventana a su cuarto y se arrastro dentro, la débil luz de la luna no revelaba la mayor parte de su débil exterior, aunque habiendo vivido allí toda su vida, él encontró fácil evitar sus obstáculos en el camino al interruptor.

"¡Hola!, hijo. ¿Cómo fue tu cita?"

Ranma muy despacio giró para ver a su madre sentada con calma sobre su cama. Él no habría estado sorprendido si ella hubiera estado esperándolo durante horas a que regresara a casa.

"Yo no estaba en ninguna cita," Contestó Ranma inmediatamente con una sonrisa mientras frotaba su nuca en vergüenza.

Nodoka lo miró de arriba abajo. "¿Por qué estás vestido así tan tarde entonces?"

"¿Así?" Ranma dijo mientras se miraba a si mismo y casi saltó, habiendo olvidado que llevaba un smoking. Él intentó pensar en una explicación rápida.

"Tuve que vestirme así por un reto."

"¿Qué tipo de reto, hijo?" Nodoka preguntó, en su tono era claro que no creía su excusa.

"Um... Artes Marciales de Baile de salón. Por casualidad me encontré con este tipo hace un mes, entonces él me desafió a un batalla para hoy. No quise hacerlo, pero sabes como papá dice que un artista marcial tiene que aceptar a todos los desafíos."

"No es muy varonil mentir a tu madre, hijo," Declaró Nodoka firmemente. "Recuerdo que tu tuviste ese batalla hace tres meses."

Ranma tosió un poco y dio un paso atrás. Su madre podía ser muy intimidante cuando quería, incluso cuando ella no llevaba la espada familiar. Él bajo su cabeza y confeso. "Bien, estaba en una cita. No te dije porque no quise hacer un gran alboroto."

Antes de que Ranma pudiera parpadear, su madre lo había abrazado, levantado, y puesto sobre su cama al lado de ella. "Ahora quiero que me digas todos los detalles," Nodoka le dijo con una sonrisa.

Ranma respiró y comenzó a decir a su madre algunos editados hechos de su noche. Había mucho que él sabía que tuvo que excluir, o al menos ajustar con severidad. Él no mencionó que Hitomi había organizado todo eso porque sabía que su madre usaría a su hija para hacerlo en el futuro. Él también no mencionó cuan amigable Min-Lin había estado o la razón por la que la Reina Karate había estado persiguiéndolo, pero del modo en que Nodoka reaccionó, él probablemente debería haberlos dejado fuera completamente. Ella saltó a la conclusión ridícula de que él había salido con tres mujeres esa noche en vez de solamente una.

"Tú haces a tu madre orgullosa con tu masculinidad, hijo," Nodoka le dijo cuando termino, dándole un abrazo con lágrimas en sus ojos. Luego ella borró sus lágrimas y se levantó. "Te dejaré descansar ahora. Has tenido una noche muy ocupada."

"Buenas noches, mamá."

"Buenas noches, Ranma," Ella contestó, apagando la luz y cerrando la puerta detrás de ella.

Cuando ella entro a su cuarto, Genma gimió y se sentó mientras su esposa se colocaba en la cama.

"¿Qué pasa?" él preguntó suavemente.

Nodoka sonrió. "Nada, querido. Solo vuelve a dormir."

"¿Por qué te ríes entonces?"

"Ah, si quieres saber, nuestro hijo acaba de volver de una cita con tres chicas," Ella le dijo en el regocijo. "Él es tan varonil."

"Eso es bueno querida," Contesto Gemna, volcándose y pretendiendo volver a dormir. Mientras él resbaló un brazo alrededor de su esposa, él frunció el ceño y pensó, *Que gigoló he criado*

* * *

Nabiki camino por la casa Tendo, agradecida de que todos los demás habían ido a dormir mientras entraba a su cuarto, cambiaba su vestido, y se metía en su cama. El sueño no venía fácilmente para ella, aunque muchos pensamientos sobre su noche se arremolinaron alrededor en su cabeza.

Había sido confuso, extraño, peligroso, y maravilloso. No podía haber sido la mejor noche de su vida, pero probablemente se acercaba. Ella seguramente no podía recordar la última vez que tuvo tanto entusiasmo, o tanta diversión.

La cena había sido todo un desastre, pero cómica para ella ahora, sobre todo con el modo en que el resto de la noche fue. Parecía que Ranma era honesto sobre su suerte abismal. Independientemente de que Nabiki había perdido contra Min-Lin, ella había más que ganado en su corta guerra contra la Reina Karate. ¿Quizás ella debería agregar eso a su lista de títulos? Después de todo, ella realmente derrotó a la reinita en esa batalla.

Nabiki sacudió su cabeza. Ser la reina del Furinkan era bastante para ella, al menos por ahora. Y Ranma estaba... bien, Ramna. Ella no podía encontrar ningún modo fácil de describirlo. Él seguramente no se parecía a ningún chico que ella había encontrado antes. Un poderoso artista marcial que deja que su hermana lo intimide. Alguien que inmediatamente la protegió, y aún parecía algo asustado de ella cuando estaban solos. Con casi ninguna gracia social, pero en el fondo un tipo agradable. ¿Lo confundía ella tanto como él la confundió?

Probablemente.

Tarde o temprano, Nabiki tiró sus sabanas y encendió su computador. Ella tenía a una estudiante que agradecer.

* * *

Ranma se acostó sobre su cama y cerró sus ojos. Solamente cuando él estuvo a punto de dormir otra vez, la luz se encendió de nuevo, despertándolo alarmado. Él saltó de la cama para ver a Hitomi cerrar su puerta tras ella. Ella estaba vestida en su pijama azul claro, su largo pelo castaño atado atrás por una cinta azul oscura.

"Pensé que dijiste que mamá no sabría sobre esto," Dijo Ranma con irritación, aunque más por haber despertado que la sorpresiva visita de su madre.

Hitomi miro para abajo en vergüenza mientras despacio caminaba a la cama de su hermano. "Lo siento, Ranma. Realmente no sé como lo averiguó. Pensé que yo tenía todo cubierto, pero creo que omití algo."

"Esta bien," Ranma le dijo. No le gustaba ver a su hermana normalmente positiva sentirse mal. "Pienso que es imposible mantener este tipo de cosas ocultas de mamá de todos modos. Cuando se trata de cosas que afectan mi 'virilidad', ella es psíquica."

Hitomi rió con gratitud mientras saltaba a su cama. "Espero que no planees dormir en el traje. Tengo que devolverlo mañana por la mañana."

"Ya iba a cambiarme, sólo descansaba un poco primero," Explicó Ranma defensivamente.

"Seguro que si" Hitomi lo molesto. "¿Y... cómo fue tu cita?"

"Bien, estaba bien."

Hitomi empujó a su hermano en el estómago. "Solamente 'bien' no va conmigo, querido hermano. Quiero detalles, detalles. Y no dejes nada fuera como hiciste con mamá."

"¿Tú estuviste espiando?" Ranma preguntó en sorpresa.

Hitomi sacudió su cabeza. "No tuve. Sé que tuvieron que haber algunas cosas que no le dijiste a mamá. Siempre las hay. ¿Y cómo hallaste a mi sensei? ¿No fue ella tan hermosa como dije? "

"Ella lo fue... bastante," Admitió Ranma después de un momento.

"¿Y?" Hitomi preguntó con una mirada exagerada de impaciencia.

"Y... agradable."

Hitomi suspiró. "¿Voy tener que sacar cada detalle de ti, o necesitas algo de estímulo?" Ella preguntó mientras mostraba sus dedos, preparada para otro ataque de cosquillas.

"Bien, me doy. Te diré todo, solo deja de amenazarme."

"Bien," Hitomi dijo con una risa mientras bajaba sus manos. "Habla."

Ranma trató de decir la historia en el orden que las cosas pasaron, pero él siguió olvidando cosas y necesitaba volver y explicarlas. A pesar de eso, Hitomi se sentó y escuchó pacientemente, nunca levantando una palabra de queja.

"Y luego ella me besó en la mejilla y ahora no sé que pensar," Ranma terminó, ruborizado de vergüenza.

Hitomi roncó en respuesta.

Ranma sonrió al mirar a su hermana dormida en su cama. Con razón ella no se quejaba, ya había pasado su hora de acostarse. Ranma bostezó, comprendiéndolo que era su hora de dormir también.

Con cuidado él recogió a su hermana todavía durmiente y la llevó a su cama, acurrucándola para la noche. Ranma volvió a su cuarto, se quito y con cuidado plegó el smoking. Cansado de pensar en nada más, él se cayó sobre su cama y fue a dormir.

Continuara...