Wildfire Vaga
Side-Story de El Puño del Pikachu

Escrito por Hung Nguyen.
Traducido por Kal-el.
Formato HTML de Hukarovi Yanoki

Aclaración: Los personajes en esta historia están basados en los trabajos de otra persona así como de los míos, entonces no vayan a hablar de demandar a nadie, ¿De acuerdo?

< >: Pensamientos
~ ~: Conversación Pokemon


"¡Ah mira! Es adorable."

El recién nacido Ponyta sacudió su cabeza y comenzó a enfocar sus ojos en dirección de la voz. Como todo los Ponytas, su melena, cola y otras áreas con pelo no se desarrollarían en llamas hasta la segunda semana más o menos. Por ahora, el tenía delgados cabellos rojos, que marcaban donde sus llamas se desarrollarían. En ese momento, su padre y madre, ambos Rapidash, ahora lamían el exceso de fluido y le ayudaban a pararse. A diferencia de la mayor parte de los Pokemon, los Rapidash daban nacimientos vivos, no ponían huevos. Mientras el caballo recién nacido a tientas probaba sus pies, el finalmente se enfocó en la voz femenina y vio a Lara Laramie por primera vez.

La hija del Clan Laramie y una de los propietarios del Rancho Gran P rió mientras ella y sus padres miraron la adición más reciente a su programa de crianza Pokemon comenzar a dar sus primeros pasos. Lara sólo tuvo que dar una mirada a Ponyta y ella supo inmediatamente que él sería un corredor muy fuerte. Lo que ella nunca se habría imaginado es simplemente cuan rápido Ponyta sería.


Dos semanas más tarde...

Lara se maravilló de las llamas recién encendidas de Ponyta mientras llevaba al caballo a la artesa. Ella había usado los primeros días para conseguir la confianza del Pokemon y los dos se habían hecho fieles amigos. Cuando el cabello rojo de su melena y cola se encendía en llamas, Lara ya sabía que Ponyta no la quemaría. Ya habiendo experimentado las llamas de su propio Ponyta, la joven muchacha estaba más que lista para ayudar a criar a éste también. Ella pareció tener un don natural en entrenar Pokemon caballos y sus padres la habían designado como la líder de los Ponyta y la entrenadora de los Rapidash del rancho.

"¡Eso es Ponyta, cómetelo todo! Vas a crecer grande, fuerte y rápido, justo como tus padres." Lara acarició el flanco del caballo mientras se inclinaba para alimentarse.


Ocho semanas después del nacimiento de Ponyta...

El padre de Lara pulsó el cronómetro mientras Lara y Ponyta completaron el décimo tramo sobre el hipódromo del rancho. Mientras el jinete y su montura trotaron a donde el hombre estaba de pie, el propietario del rancho rió mientras él dijo, "Buen trabajo Lara. Tú y Ponyta hicieron la última carrera antes de ocho segundos."

"Gracias Papá, pero Ponyta merece todo el crédito. Él se ha vuelto realmente rápido y estoy realmente orgullosa en cuanto ha mejorado." Lara dio a Ponyta una cariñosa caricia al lado de su cabeza mientras desmontaba.

"¿Entonces, crees que puede ser capaz de competir en la carrera del Desafío Pokemon antes del próximo año?"

Ponyta pisó muy fuerte un casco con entusiasmo. Como todos los caballos de fuego, le gustaba correr. Él se había enterado sobre esa carrera y estaba absolutamente seguro que podía ganarla. Él y Lara habían estado entrenándose con fuerza para mejorar su velocidad y resistencia y con ella como su jinete, ellos no podían perder. Él no podía esperar para mostrar a otros Pokemon la gran entrenadora que tenía.

Lara dio a Ponyta una triste sonrisa mientras despacio sacudía su cabeza. "Lo lamento Ponyta, pero tengo miedo de que no estés listo para algo tan fuerte como el Desafío Pokemon. Ya he decidido que usaré a mi propio Ponyta. Tal vez estarás listo el próximo año.

Cuando el caballo de fuego oyó esa noticia, el animo que tenía antes comenzó a desvanecerse y su cabeza comenzó a inclinarse con decepción. Sus ojos reflejaron la tristeza por ser dejado atrás por su entrenadora.

Lara no notó este cambio de comportamiento hasta que ella dio las riendas a otro entrenador para llevar a Ponyta de vuelta a su establo. Cuando ella realmente vio la tristeza en sus ojos, inmediatamente lamentó sus palabras mientras lo veía siendo llevado.

Más tarde esa noche, Ponyta tenía una conversación tranquila con sus padres en su establo. (Ya que no hablamos Pokemon o el idioma de los caballos, la conversación siguiente será traducida. Solamente usa tu imaginación para los relinchos, resoplidos y golpes)

~¿Así que, cómo estuvo tu carrera con Lara, hijo?~ El padre de Ponyta preguntó.

~¿Pudiste vencer tu antiguo tiempo?~ Su madre preguntó.

Ponyta no dijo nada mientras seguía mirando fijamente el espacio.

~¿Hijo? ¿Qué pasa?~ El semental preguntó.

~Hablanos. ¿Algo esta mal?~ La yegua preguntó.

~Si, algo esta mal.~ Ponyta finalmente contestó. ~Yo tengo un humano al que no le importo por entrenador.~

~¡¿Qué?! ¿Quieres decir Lara?~ El Rapidash macho dijo. ~¡Eso es ridículo!~

~¡Lara es uno de los mejores entrenadores que un Pokemon podría tener!~ La madre de Ponyta añadió.

Ponyta giró su cabeza con un poco de ira en sus ojos. ~¿Si ella es tan buena entrenadora, entonces por qué no me dejará competir en el Desafío Pokemon este año?~

~¿No lo hará?~ La madre de Ponyta dijo, entonces ella pensó en ello durante un momento. ~Esa es una carrera dura. No creo que estés listo para algo tan intenso como eso.~

~¡Estoy listo!~ Ponyta protestó.

~Lara probablemente está preocupada que te puedas hacer daño, hijo.~ El semental lo calmo.

~¡No ella no lo esta! Ella solamente no piensa que soy bastante rápido. ¡Ella planea montar a aquel otro Ponyta que crió!~

~Bueno, él es un poco más rápido que tu y ha corrido la carrera antes por lo que realmente tiene más experiencia.~

~¡¿Qué?! ¡¿Están de acuerdo con ella también?!~

~Cálmate hijo. No hay ninguna necesidad de enojarse tanto. Solamente estamos preocupados por tu seguridad, tanto como estamos seguros que Lara también.~ La madre de Ponyta comentó. ~Como todos los Ponytas y Rapidash, tenemos el deseo instintivo de correr. Está en nuestra sangre y podemos entender por qué quieres correr en el Desafío Pokemon. Sin embargo, Lara no te deja competir porque ella está preocupada de que salgas herido, como nosotros. El Desafío Pokemon ha causado heridas severas a Pokemon antes y ella no quiere ponerte en ningún peligro. Como tu entrenadora, ella tiene que tomar la responsabilidad de tu salud y bienestar. Ella sólo busca lo mejor para ti.~

~Yo tengo que estar de acuerdo con tu madre.~ El padre de Ponyta dijo. ~Lara es la mejor amiga que un Ponyta o Rapidash podría tener. No te preocupes por ello hijo. Tendrás tu oportunidad en la carrera un día.~

Ponyta apenas digería lo que sus padres le habían dicho cuando sus oídos se levantaron al sonido de alguien entrando a los establos. Lara silenciosamente camino hacia el lugar donde Ponyta y sus padres estaban.

"Hola Ponyta. ¿Cómo estás esta noche?" Lara tendió la mano para acariciar a Ponyta en su cabeza. Las flamas de su melena de pronto llamearon y la muchacha apenas logró retirar su mano antes de ser quemada.

Rapidash mascullo con ira a su descendiente. ~¡Hijo! ¡No hagas eso!~

Su madre también asintió. ~Recuerda hijo, Lara es TU amiga. ¡Nosotros no lo diríamos si no fuera verdad!~

Lara estaba a punto de ser casi quemado, pero ella recogió su coraje para extender la mano otra vez. "Vamos, Ponyta, no estés enojado conmigo. Sé que debes estar enfadado por no dejarte ser mi caballo en la carrera este año, pero no quiero ver que te hagas daño o algo peor. Tú eres como parte de mi familia. Todo Ponyta que he criado lo es. Realmente me sentiría triste si te lastimaras porque te puse allí."

Los oídos de Ponyta se levantaron por esas palabras mientras miraba de vuelta a sus padres.

~¿Lo ves hijo? Te lo dijimos.~ El padre de Ponyta resopló con aire de suficiencia.

~Ve hijo. Conténtate con ella.~ Su madre señalo de vuelta a Lara con su cabeza.

Ponyta miró de vuelta a su entrenadora, entonces después de un momento de tensión, dejo que sus llamas volvieran a su intensidad normal. Lara dio al caballo una pequeña sonrisa mientras acarició su cabeza, luego abrió la puerta del pesebre.

"Vamos Ponyta. Vamos a buscar algo de aire fresco."

Un rato más tarde, Ponyta y Lara monta en el cabalgaban a lo largo de los amplios llanos cerca del Rancho Gran P. Con el viento azotando por delante de ellos mientras corrían a lo largo de la tierra plana, la depresión del caballo de fuego pronto se desvaneció mientras disfrutaba su pasatiempo favorito. La pura excitación que sentía en su necesidad de velocidad lo hizo sentirse tan vivo y libre. Con las piernas de Lara apretadas y apoyadas adelante en la posición de un jockey, Ponyta insistió en velocidades aún mayores. Sin embargo, su resistencia no era todavía tan grande como el Ponyta que Lara tuvo la intención de montar en la carrera, y él pronto se agoto. Eventualmente, él y Lara pararon en una colina que miraba los llanos.

"Fue un buen paseo, Ponyta." Lara dijo mientras desmontó. Ponyta asintió acordando mientras ella acariciaba su cabeza.

Lara rió mientras acarició su cabeza. "Realmente me gustaría montarte en la carrera del próximo año, pero no creo estés listo para ello aún. Te has vuelto más rápido, pero no puedes mantenerlo por mucho tiempo. Y estoy bastante segura de que la rata de Dario tratara de hacer trampas. No quiero ver que te lastimes. No quiero que ninguno de los Pokemon que entreno se haga daño. Los amo demasiado. ¿Entiendes?"

Ponyta estuvo a punto de protestar, pero entonces recordó la carrera de esa noche. Fue una buena carrera, pero Lara tenía razón. Él ya estaba agotado de correr sólo diez minutos. La carrera requería más resistencia de la que tenía. Con un relincho poco dispuesto, él asintió su cabeza entendiendo.

"Gracias Ponyta. Me alegro que seamos amigos otra vez." Lara abrazó el caballo y añadió, "Vamos a ser amigos siempre, ¿No es así?"

Ponyta cabeceó y resopló de acuerdo.


Un minuto más tarde, Lara y Ponyta volvían corriendo al rancho.

Más tarde esa noche, Ponyta y otros caballos estaban dormidos en sus pesebres cuando un camión grande se acerco silenciosamente hasta los establos. Varios hombres silenciosamente salieron de atrás del vehículo y se arrastraron a los establos con armas tranquilizantes y cuerdas. Ponyta estaba demasiado agotado de su carrera con Lara cuando los ladrones atacaron. Él de repente sintió un dolor agudo en un lado y cayo inconsciente poco después cuando el poderoso sedante en el dardo hizo efecto. Los ladrones de ganado sonrieron con satisfacción mientras silenciosamente comenzaron a cargar su cuerpo inconsciente en el camión, con varios otros. Ellos estuvieron a punto de cargar las formas durmientes de sus padres cuando uno de los trabajadores del rancho había llegado para su turno nocturno.

El trabajador inmediatamente comenzó a tocar la alarma, haciendo que los ladrones dejaran de hacer lo que estaban haciendo y volvieran a su camión para huir. Al momento todo el rancho estaba despierto, los ladrones lograron escaparse con sus Ponytas mal adquiridos, cinco en total, incluyendo el que Lara había montado. Ellos fueron bien atados mientras el vehículo desaparecía lejos en la noche.

Cerca del alba, el sedante que había mantenido a Ponyta durmiendo paso su efecto y el se encontró en un camión extraño con otros cuatro Ponytas, quienes estaban todavía inconscientes. Al notar que estaba de lado y atado, inmediatamente asumió que el había sido robado. Sobre el área de carga del camión, él vio una R mayúscula pintada a un lado. Mirando la parte de atrás del camión, vio que estaba lejos de Rancho Gran P. El no tuvo ni idea de donde estaba, pero era imperativo que el y los demás escaparan. Él trató de usar sus llamas para quemar las cuerdas, pero las uniones fueron hechas de un material a prueba de fuego, que hizo el esfuerzo inútil. Ponyta entonces comenzó a roer la cuerda más cercana, esperando romperla. Con el ángulo en que estaba, el progreso era lento y el lamentaba que él no pudiera evolucionar en un Rapidash de modo que el tuviera un cuerno para usar. Como era, le tomó una media hora masticar la primera cuerda. Finalmente, cuando el sol apenas estaba sobre el horizonte, el caballo de flamas Pokemon logro liberarse y estaba a punto de liberar a los demás. Fue cuando el camión golpeó una enorme pendiente en el camino, seguido de un golpe a gran velocidad.

¡Ponyta estaba todavía un poco, mareado por el sedante, cayó saliendo del camión! Fue también más desafortunado que el camión había estado conduciendo a lo largo de una pendiente escarpada, y Ponyta cayo por un lado. Fue solo un poco de suerte que había algunos arbustos densos y setos para romper su caída. Sin embargo, Ponyta había caído demasiado lejos del camino y estaba demasiado adolorido para perseguir el camión mientras este se alejaba en la distancia. Cuando él finalmente logró pararse, el camión hace mucho tiempo se había ido. Él estaba... solo y perdido.

Irónicamente si Ponyta hubiera permanecido con los demás, él habría vuelto al rancho. Los ladrones habían sido atrapados un día más tarde cuando trataron de vender sus Pokemon robados. El Rancho Gran P en secreto había marcado cada uno de sus caballos con una marca sobre su casco izquierdo trasero y fue reconocido por el comprador. Sin embargo, como era, sólo cuatro de los Ponytas fueron llevados a su casa y Lara quedo muy afligida cuando ella descubrió que el quinto Pokemon era el mismo que ella había montado la noche anterior.


Varios meses más tarde...

Ponyta corría por su vida mientras un entrenador Pokemon con sus Tauros iba tras él. Había sido sumamente difícil evadir la captura ya que parecía que este Billy Bartonne estaba muy determinado a añadirlo a su colección Pokemon. Después de la noche cuando él fue robado, Ponyta había pasado esos pocos meses tratando de regresar al rancho. Sin embargo, hace tres semanas, él había encontrado por casualidad al mimado niño rico y sus amigos, que inmediatamente trataron de capturarlo con sus Pokebolas. A Ponyta no le gustó el modo en que ellos lo codiciaron y había pasado los días anteriores evadiendo sus trampas y sus tentativas de debilitarlo. Ahora, Billy Bartonne lo perseguía y Ponyta se había agotado de constantemente ser cazado. Él solamente quería volver a casa con sus padres y entrenadora, Lara. Él no quería que Billy lo atrapara, tras ver cuan cruelmente trataba a sus propios Pokemon. ¡Él no sería capturado!

Lamentablemente, Billy y sus amigos eran bastante persistentes y ahora ellos tenían a Ponyta justo donde lo querían. Desde ahora, Billy perseguía a Ponyta en una trampa donde sus dos compañeros esperaban con pesadas, redes de asbesto para lanzarle. Cuando Ponyta pasó por una roca grande, los compañeros de Billy saltaron y lanzaron las redes.

Ponyta se encontró enredado y cayo. Él se desespero y trató de quemar las redes, pero era inútil. Cuando él vio que uno de los entrenadores libera un Blastoise, él gritó de miedo. ¿No había ninguna esperanza? Él dejó salir un grito de dolor mientras los cañones de agua de Blastoise disparaban chorros de agua y casi apagaban sus llamas completamente. Ponyta sabía que esto era el final.

Mientras Billy gritaba a sus compañeros por su estupidez, Ponyta vio a alguien correr hacia la escena con un Pikachu sobre sus talones.

"¡¡Eh!! ¡Dejen ese Ponyta en paz!"

Los tres muchachos se dieron vuelta para afrontar al recién llegado.

"¿Quién demonios eres?" Billy preguntó.

"¡Hazte a un lado amigo, si sabes lo que te conviene!" Uno de sus amigos dijo.

"¡Esta es nuestra presa!" El muchacho rubio dijo.

Ponyta se preguntaba quién era esta persona, cuando sus flamas se extinguieron a casi nada. Era cuando él perdió la conciencia. Cuando la oscuridad lo reclamó, la última imagen que vio fue la del muchacho extraño con la trenza y el Pikachu que brilla con una misteriosa luz azul.

Después de un rato, Ponyta se dio cuenta que se encontraba sobre un suelo suave en un campamento. También estaba atado y el muchacho que él había visto aplicaba algunas vendas así como algunas pociones para curar sus heridas. En cuanto el muchacho se acerco a una herida cerca de su melena, la flama de Ponyta llameó un poco.

"¡OW!" El muchacho dijo mientras recibió una quemadura en su mano. Él rápidamente la retrajo y la empapó con algo de agua de una cantinflora.

"¡Pika! ¡Pika! ¡Pikachu!" ~¡HEY! ¿Por qué hiciste eso? ¡Sólo tratamos de ayudar!~

Ponyta levanto la mirada y vio al Pikachu con una venda blanca que lo miraba con enojo.

"¡Neigh!" ~Yo no necesito su ayuda.~

"¡Pikachu! ¡Pika, pika!" ~Si, así como no necesitaste nuestra ayuda con aquellos tres muchachos allá.~

Ponyta se callo al recordar, luego preguntó. ~¿Tú... ustedes fueron los que me salvaron?~

"Pika, pi. Pikachu. Pika. " ~Si. Ranma y yo ahuyentamos a esos tipos y te trajimos aquí. Él ha estado atendiendo tus heridas.~

"Whinny." ~¿Ranma?~

"Pikachu." ~Es mi entrenador. A propósito, soy Raiden~ Raiden señalo a Ranma, que frotaba su mano y miraba hacia el caballo con un poco de nerviosismo.

Ranma débilmente saludo al caballo y le dio una pequeña sonrisa. "Heh, hola Ponyta. Soy Ranma y creo que tú ya has conocido a Raiden. ¿Te importaría no hacer eso otra vez? Es realmente difícil atender tus heridas sin que trates de hacerme barbacoa."

Ponyta lo miró con sospecha. Después de su encuentro con Billy y sus amigos, y sin mencionar otros que habían tratado de capturarlo, no confiaba en las personas en general. El humano en que confiaba era Lara, y ella no estaba aquí.

Ranma sintió la renuencia en Ponyta y podía verlo en sus ojos. Él entonces dijo, "Mira, si estás preocupado que yo pueda tratar de capturarte, entonces te preocupas por nada. No quiero hacerlo. Yo solamente no podía abandonarte aquí para morir. Solamente te até para impedir que te lastimes más. Te doy mi palabra. No te haré daño o te pondré en una Pokebola. Solamente déjame a mí y a Raiden ayudarte y cuando te mejores, podrás ir a donde quieras."

Ponyta siguió mirando fijamente a Ranma con sospecha, luego miró de vuelta a Raiden.

"Pikachu. Pi, pika. Chu. Pikachu." ~El dice la verdad. Él no tratará de atraparte. Confía en él. Cuando Ranma da su palabra, la mantiene. Déjanos ayudarte.~

Durante mucho tiempo, Ponyta estuvo en silencio. Ranma pensó que le habían dado la luz verde y comenzó a aplicar más vendas. Sin embargo, cuando llego a la última de las heridas de Ponyta, él tuvo que untar una cantidad grande de desinfectante, y esto hizo que el caballo reaccionara a la solución picante.

"¡YOW! ¡ESO DUELE!" Ranma aulló mientras retrajo su brazo de la melena ardiente de Ponyta y vertió más agua sobre la quemadura. Él entonces dijo al caballo, "¡Tú no haces esto nada fácil Ponyta! ¡Ya dije que sólo trato de ayudar! ¡No quiere atraparte!"

Esto puso a Ponyta aún más confuso. Él miró a Raiden que suspiró un soplo de resignación. Esta iba a ser una larga noche.


A la mañana siguiente...

Ranma se despertó temprano y fue a ver a su paciente. Después de ver el fuego de Ponyta recuperar más de su brillo, él asintió y luego notó algo sobre el casco trasero de Ponyta. Él se arrodillo y vio una gran P, elegante impresa sobre el casco.

Ranma revisó el caballo todavía durmiente.


Diez días después...

Ponyta estaba un poco perplejo mientras era llevado por un camino por Ranma. El muchacho extraño y su Pikachu habían estado al lado de él todo el tiempo, cuidando su salud. Ellos habían compartido su alimento, medicina y lo habían mantenido caliente mientras sus llamas volvían a su intensidad. En todas partes de su convalecencia, Ponyta comenzó a comparar a esta persona Ranma con Lara. Él estaba un poco ordinario y un poco brusco. Sin embargo, él tenía un buen corazón y mantuvo su palabra sobre no tratar de ponerlo en una Pokebola. Él era amable, honorable, y era paciente con él, sufriendo varias quemaduras en el proceso. Ahora él iba a cumplir su promesa y ponerlo en libertad.

Sin embargo, el pensar en ser liberado no urgía tanto como hace diez días. Ponyta se había acostumbrado a la compañía de Raiden y Ranma. Le gustaban. Los viajes sin un entrenador habían sido solos y había siempre una posibilidad de que Billy o alguna otra persona como él trataran de capturar al caballo de fuego otra vez. Era muy improbable que él encontrara a Lara pronto y este Ranma parecía ser su mejor apuesta para sobrevivir en el mundo. Fue justo cuando Ranma le quito la brida que Ponyta tomó una decisión.

"¡Vaya! ¡Eres libre!" Ranma dijo mientras apuntaba a la distancia.

Ponyta pensó. <¿Por qué? No voy a dejar a mi entrenador.>

"¿No me oíste? ¡Dije que eres libre!"

Ponyta hizo lo opuesto y lo lamió. "Neigh". ~Yo no abandonare a mi nuevo entrenador.~

Raiden sonrió. <Bienvenido a bordo, Ponyta.>

Ranma trataba de apartar a Ponyta mientras se inclinó para llegar a sus Pokebolas, cuando ellos fueron interrumpidos por una risa y algunas figuras familiares. Ponyta se disgusto al reconoció las voces de Billy y sus amigos. Sus ojos brillaron rojos al ponerse tenso y miró la cara de Ranma contra aquellos matones. Él no quería que su nuevo entrenador fuera lastimado y cuando un Pidgey de repente voló abajo y creó un vendaval de polvo, Ponyta vio su oportunidad y levanto a Ranma y Raiden en su espalda y galopo lejos.

No tomó mucho tiempo para que aquellos tres muchachos se recuperaran mientras Billy envió sus Tauros tras de él. Ponyta comenzó a ir más rápido en cuanto él oyó el retumbar del toro tras él. Él no hizo caso a las órdenes de Ranma de parar, pero estaba feliz de obedecer cuando Ranma vio lo que los perseguía.

"¡Pensándolo bien, no reduzca la velocidad! ¡Vamos! ¡Más rápido! ¡Más rápido!"

Después de dar un poco más de velocidad, Ponyta vio que su camino los conducía directamente hacia un amplio barranco. Él no podía arriesgar a parar con los enojados Tauros detrás así que tomo la decisión de saltarlo. Él comenzó a concentrar todo lo que tenía en ganar bastante velocidad y fue cuando él sintió su cuerpo comenzar a picar y hacerse más caliente. Él se preguntó que pasaba, pero dejó de lado eso mientras se concentraba en la tarea adelante. Él entonces emitió un resoplido y saltó.

Cuando el caballo de fuego llego al otro lado del barranco, él estaba un poco perplejo <Que gracioso. Pensé que era mas ancho que eso>. Él decidió pensar en ello más tarde, después de que él y sus nuevos amigos estuvieran lejos de Billy. ¡Él no notó que él acababa de evolucionar en un Rapidash!

Después de un rato, justo antes de que Ranma llegara a Ciudad Verde...

El Rapidash se sentía orgulloso de él ahora mismo. No sólo había evolucionado, pero ahora él iba a ver el mundo y con su nuevo entrenador, el caballo estaba seguro de que estaba en buenas manos.

"Saben, debería darte a ti y al Pidgey unos nombres. Justo como Raiden." Ranma dijo mientras montó su nuevo Rapidash hacia Ciudad Verde. Raiden montaba a caballo sobre su mochila.

"Neigh." ~¿Nombre?~

Ranma pensó durante un momento y luego chasqueo sus dedos. "¡¡Eh!! ¿Qué tal si te llamo Wildfire?"

"¿Whinny?" ~¿Wildfire?~

Ranma entonces miro arriba donde Pidgey volaba en lo alto y luego lo llamó hasta ellos. "¡Y te llamaré a ti Wind Raider! ¿Qué piensas?"

Pidgey arriba también asintió a su nuevo nombre mientras voló abajo y se instaló sobre uno de sus hombros. El grupo entonces pasó una colina que dominada la vista a Ciudad Verde.

"Bien, estamos aquí. ¿Wildfire, Wind Raider, Raiden... están listos?"

Todos los Pokemon dieron su consentimiento mientras Ranma impulsó su corcel ardiente por la cuesta.

FIN

Notas del autor

Bien, esto se encarga de la historia de Wildfire y como llego a encontrarse con Ranma. Me gustaría oír algunos de sus comentarios y tal vez yo podría ponerme a escribir las historias de los otros Pokemon de Ranma también.