Ranma ½:

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED

Parte 4:Dudas, Recuerdos e Ira

por Zen

Traduccido por Juan Carlos Roldan Vidals Alias Hukarovi Yanoki

Nota del traducctor:Si te gusta esta historia y quieres escribirle a su autor Zen te advierto que el solo habla/lee ingles y si tu no sabes ingles puedes escribirme a mi el traductor, mi E-mail es hukarovi_yanoki@yahoo.com yo soy el encargado de llevar esta historia a latinoamerica y respondere todas sus dudas que surjan en la historia.

© Basado en los personajes y situaciones creados por Takahashi Rumiko.
Ranma 1/2 y sus personajes son propiedad de Shogakukan, círculo de la animación de Kitty, y Takahashi Rumiko.
Derechos Reservados ® 1996 de la historia - James Bateman ©

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Era tarde esa noche cuando Akane regreso al Dojo. Ella realmente se sentía culpable por venir a casa con todos; Ukyo todavía estaba con Ranma, y ella sentía que debia de estar allí también. Sin embargo, no había ido al centro médico con una estancia larga en mente, así sin nada, ella había tenido que venir a casa por ropas y otras cosas. Ella planeaba regresar a la mañana siguiente con una visión de permanecer días esta vez.

Akane deseaba que ella pudiera ser más como Ukyo. Ella envidiaba la confianza de Ukyo. Ukyo no estaba asustada de dejar a las personas saber como ella realmente se sentía. Demonios, ella justamente envidiaba la certeza de Ukyo sobre sus sentimientos por Ranma. Si solamente ella pudiera estar tan segura cómo ella se sentía. De una forma u otra, cualquier cosa sería mejor que la confusión que había gobernado su vida desde la llegada de Ranma. <cualquier cosa excepto esto> ella se corrigió.

A pesar de lo tarde, Akane no sentía sueño. Ella aún resentia los acontecimientos de la tarde, y del paseo emocional por el que ella había pasado en las ultimas pocas horas. En vez de su pijama, ella se cambió la ropa por su gi y se dirigió al dojo para participar su forma favorita de relajarse reducir labrillos a pilas de escombros.

Al entrar en el dojo, sin embargo, Akane encontró que ella no estaba sola. Genma Saotome estaba sento quieto contra una pared, perdido al parecer en la meditación. Akane, no deseando perturbarlo, empezo a retirarse del dojo tan silenciosamente como era posible. Antes de que ella pudíera irse, Genma habló.

"Por favor, Akane. No te vayas."

Akane congelado en su lugar. "Lo siento, Sr. Saotome. No quise molestarlo..."

"Tu no estás molestando, Akane. Por favor, entra.Quisiera hablar contigo, si no te importa."

Akane entro y se sentó al lado del padre de Ranma. Había un largo momento de silencio que Genma finalmente rompió.

"Akane, por favor dime. ¿Notaste algo inusual en el comportamiento de Ranma antes del accidente?"

"¿Inusual?" Akane pregunto. "No estoy realmente segura..."

"Por favor. Piensalo bien."

Akane no estaba segura de que pensar. "Nada realmente inusual, no, a menos que usted considere una semana entera sin pelear realmente. Pero entonces, yo dificilmente lo vi durante esa semana, así que supongo que eso no cuenta. ¿Porqué usted lo pregunta?"

Genma suspiro pesadamente. Él odió aumentar la miseria de Akane, pero por una vez en su vida, él decidío que la honestidad era el mejor acercamiento. "Los doctores estan inquietos, si el informe de accidente es correcto, entones Ranma debio haber podido evitarlo. Él no lo hizo."

"¿Que esta tratando de decir, Sr. Saotome?"

"La mujer que conducía el camión dijo que Ranma miraba directo a ella, y él no hizo ningún esfuerzo de evitar ser atropellado. Ella no piensa que Ranma *deseaba* salir del camino. Los doctores estan preocupados de que si eso es verdad, entonces Ranma puede no tener voluntad para salir de su coma. Si ése es el caso, entonces Ranma morirá."

Akane estaba en shock. "¿Usted quiere... usted quiere decir que ellos piensan que Ranma *deseaba* morir? Que él... ¡NO! ¡No puedo creer que Ranma desearía... ¡No puedo aceptar eso! ¡No es verdad!"

Genma parecia herido. "Solo ruego que tengas razón, Akane. Solo ruego que tengas razón."

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Ranma-chica estaba sentado, e intentando idear un plan. La otra dirección no había sido no más ayuda que la primera. En vez de acabarse esta vez, el peñasco había terminado precipitadamente, otra vez no dejando nada sino una caida de más de un kilometro.

Además, ella había comenzado a notar varias cosas sobre el ambiente que simplemente no encajaban. Por ejemplo, no había viento. En un peñasco como este deberia de haber viento, por lo menos había habido en cada película que ella había visto siempre. Aquí, no había ni una brisa. De hecho, aparte de su propia voz y pasos, no había sonido alguno. La calma era misteriosa. Ranma-chica se estremecio. ¿Dónde *estaba* ella? Esto no se parecía a ningún lugar en la tierra.

<Tal vez no estoy *en* la tierra> ella pensó. Ella desechó esa idea con rapidamente. No era que tuviera problemas con la idea de las abducciones extraterrestres, o viajes espaciales (sus mangas estaban llenos de esas cosas), solamnte que su alrededor era más surreal que real. Sí, eso era él. Nada alrededor de ella parecía ser verdadero.

"Computadora" ella dijo. "Salida." Nada sucedió. "Computadora... fin del programa." Todavía nada. Ranma-chica se encogio. Había sido digno de intentarse.

Ella miro abajo otra vez. El presipisio parecía bastante real; lo suficientemente real que ella sentía poco dispuesta a probarlo. Ella tenía definitivamente la impresión de que abajo era una mala idea.

<Correcto. Si no es real, entonces es un sueño. Pero si es un sueño, ¿Entonces porque no puedo despertar? Más como una pesadilla, seguramente.>

Otro pensamiento ondeo a través de su mente. <Tal vez estoy muerto.> la idea fue desechada otra vez después de la una breve consideración. <Si estuviera muerto> ella pensó, <Entonces no estaría en ninguna parte, estaría en alguna parte, o no estaría.> ella no estaba de ninguna manera absolutamente segura de su razonamiento, pero se sentía bien. Ella no se sentía muerta. <En realidad... estoy demasiado lastimado para estar muerto.>

Teniendo resuelto eso a su satisfacción, ella aún tenía el misterio de donde estaba, y de cómo iba a salir de allí. Ella no podía ir a ningun lado, y abajo era una mala idea. Eso deja arriba. Ella miro a hacia la sima del acantilado y tragó difícilmente. <Ocielos> ella pensó. Ella suspiro y comenzó a buscar por donde escalar.

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Akane estaba sentada en su cama, sus rodillas colocadas debajo de su barbilla, pensando. La idea misma de que Ranma quisiera morir era ridícula. ¿Oh no? Ella simplemente no podía imaginarlo.

Pero la capacidad de Ranma de detectar y evitar el peligro era casi legendaria. Seguramente si él podía evitar todos esos ataques, él habría podido evitar algo como un camión de entregas. ¿Era verdad? ¿Tenía Ranma realmente deseós de ser atropellado?

Ranma *había* actúado un poco extraño últimamente... Él había sido inusualmente reservado, distraído extrañamente. En realidad, parecía como si él había estado a su manera de no decir cualquier cosa mala a ella. De hecho, era como si él había estado intentando evitar decirle cualquier cosa a ella. Siempre que una pelea había aparecido inminente, *Ranma* se había detenido realmente, a medio insulto, y simplemente camino lejos. En ese momento, la había hecho enfurecer. Ahora, la aterrorizó.

No solamente eso, él había estado evitando peleas con todos los démas, también. Cuando no podía evitar una pelea, él la terminaba rápidamente, como si él no tuviera ningún interés en continuar. Era como si él estuviera a millón de millas lejos, y su cuerpo peleaba a control remoto.

Con todo esto, este comportamiento era ciertamente distinto al qué ella esperaba del Ranma que ella conocía, y ante la luz de las preguntas del Sr. Saotome, comenzaban a asustarla. Ella sentia un escalofrío en su estómago cada vez que ella pensaba en eso. Ella recordaba bastante de su clase de psicología en la escuela para saber que los cambios repentinos en el comportamiento podían significar problemas, pero ella aún le era dificil acetar el concepto de que Ranma tomara su propia vida. <Por supuesto> ella pensó, <El no podia haber tomado sus propia vida, mientras que el no salvarla. Eso podía ser diferente.>

Él había estado así desde su ultima pelea. En esa tarde ella le había gritado por diez milésima vez que él debería largarse y morir. <Oh, Dios mío> ella pensó miserablemente. <Esto realmente *es* mi culpa...> una vez más, Akane lloro al dormir.

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Ranma-chica estaba cerca de veinte metros sobre el peñasco donde ella habia despertado. Ella ya había hecho esta subida dos veces, sólo para que una piedra de la que se sujetaba se desprendiera y la envíara a estrellarse de nuevo al peñasco del cual había venido. La segunda vez, ella casi había se habia logrado continuar.

Ranma-chica se detuvo brevemente para tomar un respiro mientras que ella estudió el frente del acantilado. Otros cinco metros sobre ella su recorrido vio una línea que ella estaba bastante segura que era otro peñasco. Una vez que ella llegara allí, podría descansar un poco antes del siguiente paso de su subida. Pero no iba a ser fácil. Real o no, en este lugar las leyes de la física aún parecían aplicarse. Su trasero contusionado era amplia evidencia de eso. Ese maldito peñasco es *difícilmente*.

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Ukyo había pasado una noche agitada después de que Akane se fue. Ella sabía en lo profundo, que Akane cuidaba de Ranma, y viceversa. Ella podía apreciar la ironía de una relación donde dos personas cuidaban uno del otro pero no lo admitirían a nadie, y menos a ellos mismos. Eso la hacia enojar tanto algunas veces al ver la manera como Akane trató a Ranma. ¿Por qué ella no solo podía ser un poco más paciente con él?

Ella estaba trataba de no ilusionarse con Ranma, ella sabía que él lo hizo dificil con Akane. Ella sabía que él podía ser obstinado más allá de lo creible. Ella sabía que él podría ser atolondrado, aun cruel cuando él estaba enojado. Después de todo, ella lo *había* conocido más tiempo que cualquier otra persona; y ciertamente más tiempo que cualquiera de sus otras dos prometidas.

Pero ella también lo conocía por lo que él era, una persona cariñosa que valoró a sus amigos, y haría cualquier cosa para ayudarlos, cualquier cosa por protegerlos. Ella sabía cómo se sentia él cuando sabía que había dicho algo que lastimara a Akane, o a Shampoo, o a ella, y como él luchó para tragarse su orgullo y disculparse; una pelea que él perdia demasiado a menudo.

Ella había visto el dolor en sus ojos después de pelear con Akane, y ella sabia como en lo profundo ese dolor podía irse, aunque Ranma moriría primero <ouch> que atmitirlo. Ella justamente lo amaba más que a nada. Desde que Ranma y ella habian sido pequeños, su esposa era lo que ella más deseaba ser.

Ukyo sonrió afectuosamente a Ranma, y pensó de nuevo en esos momentos felices, más simples, cuando Ranma y ella fueron niños pequeños, y Ranma había ido todos los días por el okonomiyaki especial que ella prepararía siempre para él. Ella se sintio bien brevemente al calor del recuerdo.

Por supuesto, esos tiempos no habían permanecido felices. Su padre había sabido lo que ella sentía por Ranma, y había tomado medidas para ver que su deseo fuera concedido. Ella recordó el día que su padre había ofrecido su yattai como dote para el matrimonio. Ella recordó lo feliz que había sido cuando su padre le había dicho que el Sr. Saotome habia aceptado su oferta. Parecía como si todo sus sueños se habian vuelto realidad después de todos.

Ella recordó también, la agonía del día que ella encontro que el Sr. Saotome y Ranma se habian ido con el yattai de su padre, pero sin ella. Ella se había sentido tan traicionada que ella decidio nunca amar a otra persona, y por años, ella no lo hizo. Ella incluso había renunciado a ser una chica. En su lugar, ella había afilado como una piedra sus habilidades en las artes martiales con la esperanza de que un día, ella pudiera tener su venganza contra los que la habían traicionado y abandonado.

Finalmente, después de diez años, ella los había seguido, seguido solo para encontrar que Ranma no había tenido nada que ver con que la habían abandonado, que a Ranma nunca le habían dicho que ella debía haber sido su esposa, que Ranma nunca había sabido que ella era una chica, y que sus solamente la recordaba como su mejor amigo, que para él había sido tan triste dejar.

Ella se rió entre dientes cuando pensó en ese día, ella había estado tan segura de que Ranma la abandonado, justo como su padre. Ella había visto la reaccion horrorizada de Ranma a la confession de su padre, y al principio, ella había pensado que el era un buen acto. Ella tendría su venganza. Ella lo había desafiado a un duelo, un duelo que ella habría perdido seguramente. Cuando la pelea había comenzado, hubo momentos en que ella estaba segura que ganaria, pero Ranma simplemente era demasiado escurridiso.

Para hacerlo más confuso, él no parecido poder tomar su desafío seriamente. La había desconcertado en ese entonces, ¿Cómo podía él actuar como si fueran amigos inseparables?. Entonces se había dado cuenta, que él nunca había dejado de cuidarla. Y cuando él la había llamado linda, el terrón duro en su corazón se había derretido, y ella ahora sabía que aun lo amaba, más que nunca.

Ella recordó su shock cuando su camisa había sido rasgada durante la pelea, y él se dio cuenta de que ella era una chica. Recordó el estar desconcertada ante su reacción, ¿Por qué tuvo que derramar agua caliente sobre ella?. La respuesta a *esa* pregunta había venido más adelante, junto con la historia de cómo lo habían comprometido a Akane, y de cómo él había conseguido mezclarse con la princesa de las Amazonas de Joketsuzoku. Ranma tenia razon, su vida se *habia* vuelto terriblemente complicada.

Pero esas cosas habían hecho a Ranma la persona de la que ella se había enamorado habían hecho que su amor creciera más fuertes al pasar los años. Él tenía sus defectos, era seguro, pero eran menos importantes ante la comparación. Y ahora parecía que ella podia perderlo otra vez. Pero esta vez, ella pelearía. Ella no iba dejar a Ranma ser tomado de su lado tan fácilmente.

Cuando finalmente vino el sueño, los sueños de Ukyo estaban llenos de imágenes de Ranma, vivo y sano. Ahora ese sueño era lo más importante para ella que cualquier otra cosa.

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Cuando Akane despertó a la mañana siguiente, el sol brillaba en el cielo, los pájaros cantaban, y el aire era fresco y quebradizo. Akane no tenía ningún aprecio para cualquiera de esas cosas. Su humor era tan negro como había sido la noche anterior.

Ella todavía no podía creer que hubiera algo deliberado sobre el accidente de Ranma. A pesar de su comportamiento extraño, era simplemente demasiado que él tomara la salida del cobarde. Ranma era un cretino la mayor parte del tiempo, su amigo algunas veces, su confidente en raras ocasiones, y su protector siempre. Nunca un cobarde. No obstante, allí existia un poco de duda, justo lo suficiente para inquietarla.

Akane se levantó y comenzó a empacar sus cosas para una estancia prolongada en el centro médico de Nerima. Mientras que ella volvio de nuevo a su mochila con los brazos llenos de ropas, ella encontró a Happousai sentado en la mochila, buscando su ropa interior. Algo estallo, y un silencio mortal descendio en el cuarto.

Cuando él vio que lo habían agarrado en el acto, como siempre, Happousai saltó hacia Akane, intentando un abrazo rápido. Como de costumbre, Akane bloqueó su acercamiento y azoto al viejo degenerado contra el piso. Esta vez, sin embargo, ella siguió con una extrangulación a la garganta que dejo a Happousai jadeando para respirar, y una advertencia.

"Toqueme otra vez, pequeño sapo enfermo, y te *mato*." ella exclamo.

Happousai estaba en shock ante la furia helada en la voz de Akane. No había duda en su mente que ella realmente cumpliria cada palabra. Él simplemente no podía entender qué había pasado a la normalmente enojada pero básicamente dulce bebé del clan Tendo. Viendo la expresión en su rostro, él no estaba inclinado a discutir, tampoco. En su lugar, él invocó la última técnica de Saotome, la retirada.

Después de que Happousai se habia ido, tomó a Akane algo de tiempo para calmarse al punto donde ella confiaba en si misma para estar cerca de otras personas. El viejo acababa de escoger un *mal* momento para molestarla. Una vez que ella se hubiera calmado un poco, ella acabó de empacar, y tomó su mochila abajo. Kasumi justamente tenía el desayuno listo.

[Fin de la parte 4]