Master of Orion

Prologo:
Solo unos pocos cambios...

Por Blackdragon
Traducción Kal-el
Formato HTML de Hukarovi Yanoki


Plut frunció el ceño en consternación mientras ella luchó contra las energías temporales que rápidamente se arremolinaban, procurando aumentar su influencia más y más lejos de lo que el dispositivo supuestamente permitía.

Un cambio aquí... un tirón allí... pero entonces esto se salía de lugar... y ESTE individuo se convertía en un problema...

En una alcoba oscura en Plutón, una mujer jugaba con el destino del universo, cambiando, haciendo, y vidas e historias se destruían con la facilidad y el descuido con que uno podía modificar un dibujo. El universo luchaba también.

Solo entonces Plut comenzó a sentir en verdad la tensión, justo cuando las puertas de Tiempo comenzaron a alcanzar su límite, la guardiana del tiempo parpadeo en sorpresa.

"¿Acaso... funciono?" Ella preguntó suavemente, mirando fijamente a la imagen ante ella con los ojos bien abiertos. Ahí estaban las Senshi, todas alrededor de una mesa, charlando sobre nada. Sin robots. Eran chicas perfectamente normales (Por el momento, de todas maneras) con libre voluntad perfectamente normal que no tenían nada de sexo, y cuyos hechizos durarían en el rango de los cien metros si Setsuna podía decir algo al respecto. Mihoshi estaba molestando a Washuu en su laboratorio y no alteraba la tela del universo basada en su interpretación de los deseos de la gente.

Casi traía una lágrima de su ojo. Después de todo su trabajo duro y ensayo y error, ella había esquivado una bala ENORME.

Por supuesto, justo entonces ella vio a Ranma Saotome caminar en el cuarto en donde las Inner Senshi hablaban para ser saludado con sonrisas y saludos cálidos.

Plut estaba respirando profundamente para evitar golpearse a si misma en su cabeza con su Báculo del Tiempo. "No es... tan malo... por lo menos no están durmiendo con él... ¿Verdad?" Después del panorama extraño y absurdo del harem de esclavas sexuales robot, ella estaba dispuesta a dar a la línea temporal un poco de oportunidad del que le hubiera dado de otra manera.

Dada la mirada soñadora en la cara de Usagi, ella no estaba tan segura sobre eso.

"¡¿QUÉ?! ¡¿USAGI?! ¡¡INACEPTABLE!!" Setsuna gruñó, inmediatamente lanzándose a la puerta del Tiempo una vez más para aniquilar este cambio más nuevo. Ya era bastante malo que Ranma se implicara con las OTRAS Senshi, ahora él estaba separando a Usagi y a Mamoru?

Setsuna tuvo que resistir el impulso de gritar "¡Enemigo de las mujeres!" a la imagen de Ranma en las puertas. Ella no se dio a tan inmaduro comportamiento, y además, no era como si él podía oírla de todos modos.

Desafortunadamente, ella se había olvidado de que había dejado la Puerta del Tiempo totalmente cerca de sus límites cuando ella había parado. Las puertas eran un pedazo de tecnología mágica comparable, aunque era una vasta simplificación, a una computadora extremadamente avanzada, una que hizo que la computadora de mercurio parecer un Apple II del siglo 20. Había estado trabajando en el equivalente de un "modo sobresaturado" por una cantidad de tiempo que solamente era capaz de computar debido a las escalas cronológicas relativas implicadas. Ningún guardián del Tiempo había utilizado las puertas tan extensivamente antes en un período de tiempo tan corto y continuo, y se notaba.

¡Crack!

Los ojos de Setsuna se ensancharon mientras una fractura enorme corría por la puerta, y todo el artefacto comenzaba a brillar intensamente en una manera muy inquietante.

¡Ccrack! ¡Tink! ¡Skrik!

"Bueno, demonio."

¡KABOOM!!


Plut había hecho un muy buen trabajo. Bien, por lo menos antes de que ella casi destruyera lo que ella había jurado proteger con su vida. La Puerta de Tiempo se recuperarían mientras el antiguo y nunca-antes-usado sistema de auto-reparación se pusiera en línea y se sacudiera el polvo, pero es innecesario decir, la Senshi de Plut no estaría haciendo viajes temporales, modificaciones temporales, o chequeos temporales por un muy buen (ahem) tiempo, ni ella estaría feliz por ese hecho de cualquier manera.

Bien, todo eso lo sabría cuando ella finalmente despertara. Ésa había sido toda una explosión.

La mayor parte de las anomalías que habían sido detectadas habían sido fijadas adecuadamente. Plut había manejado de alguna manera lanzar cientos de rocas en un estanque de tal forma que las ondas se cancelaban entre si y dejaban al pacifico y sereno estanque.

A excepción de un minúsculo movimiento que hizo apenas en el borde, y onduló todo el camino hasta el milenio de plata. ¿No era gran cosa, verdad? Un factor minúsculo, una vida sin sentido, una alma perdida que no puede hacer ninguna verdadera diferencia.

Pero claro, si Plut creyera eso, ella no estaría en este lío en primer lugar.


Los Mau fueron una de las primeras razas "absorbidas" (Que era un término mucho más agradable que "bienvenidos a punta de pistola") en el Reino de la Luna. No eran los más prominente, o los más exitosos, pero ellos se hicieron camino con los dotes que tenían.

Los Mau eran típicamente intelectuales y unos magos menores. Su raza estaba limitada a lo que podía hacer en el arte de la magia, pero fue suficiente para que la mayor parte de ellos fueran comisionados ha trabajar en grandes laboratorios o los edificios cívicos de varios planetas, haciendo pequeños hechizos y labores útiles para funcionarios, dignatarios y científicos. No era una vida magnífica, pero era una vida, y ciertamente no estaban peor en el Reino de la Luna que por sí mismos.

Algunos mau se interesaron bastante en el conocimiento mundano para hacerse consejeros. Estos individuos se pasaban a menudo sobre pilas de libros y de exhibiciones de holovideo por años hasta que algún noble tomaba nota de ellos en su campo de especialización, y después los ponían con otro cierto miembro de la élite que tenía necesidad de tales habilidades, aunque tales reuniones eran normalmente temporales.

Luna y Artemis eran excepciones. Habían sido nacidos y criados para ser consejeros reales de la corte. Su interés en protocolo y conocimiento reales les fue enseñado de tal forma que podían trabajar dentro de la esfera de la política del Reino de la Luna mientras todavía actuaban como confidentes bien informados de sus amos. Pero la mayoría no lo era.

Había un mau, por ejemplo, que había sido pasado como "excelente consejero" a partir de un líder militar a otro, estimado por su adherencia terminante al protocolo militar, su conocimiento enciclopédico de tácticas, y críticas honestas y eficaces del valor de la lucha. Él eventualmente encontró su empleo al ser "dado" al general de la orden de los Caballeros Reales de la luna, probablemente en una tentativa débil de ganar bastante favor para que su último amo gane el alistamiento en esa orden. Al Mau en cuestión no le importaba, solamente aceptaba ser pasado alrededor como propiedad como un soldado que era enviado a otro campo de batalla.

Cuando el ataque contra el palacio de la luna había comenzado, el Mau había tomado un vistazo a las fuerzas enemigas, y había intentado inmediatamente organizar una retirada. Con el poder de las Senshi y de los Caballeros, era enteramente posible reagruparse con los remanentes de la flota y lanzar un contraataque para volver a tomar Mercurio antes de que se convirtiera en una bola de roca chamuscada, estéril, sin vida. Con la fuerza tecnológica de Mercurio segura, y con Beryl admirándose por lograr la tácticamente irrelevante adquisición del palacio de la luna, había sido casi posible convertir lo que sería una masacre en una verdadera guerra.

Las Senshi no tomaron amablemente esta sugerencia. La discusión duró bastante tiempo para que todas las mejores rutas de escape fueran cortadas. En ese punto, el general al cual él sirvió cedió a la insistencia de las Senshi de proteger el Palacio de la luna a toda costa. El resto, como dicen, es historia.

Pero sucede que cuando la Reina Serenity puso ciertos acontecimientos en movimiento, fueron tres gatos de la luna los que fueron tomados y puestos en éxtasis, no dos.

Luna, Artemis, y Orión comenzaron su largo sueño, esperando una época en que buscarían y servirían a la princesa Serenity.


"No vayas a caminar por ese camino. Es bastante malo que no puedas recordar nada, la última cosa que necesitamos es que uno de nosotros sea comido por animales salvajes."

Luna frunció el ceño profundamente, mirando de mala manera al gran, y gris gato con la luna creciente en su frente. "La última vez que revise, TU memoria no era tan clara como el agua, Orion!"

"Está bastante claro que recuerdo que no tengo mucho que recordar," el gato gris dijo, constantemente explorando los alrededores por amenazas. "Eres la gran e importante emisaria de una civilización muerta. Yo solo estoy para intentar impedir que te mates mientras haces lo tuyo."

Luna se erizó los pelos. "Ahora realmente quisiera recordar de quién fue la brillante idea de enviar a un consejero militar al azar en éxtasis junto conmigo y... bueno, ¿porqué ESTÁS aquí de todas maneras?" Ella estaba a punto de mencionar a algún otro que había sido puesto en éxtasis, pero extrañamente, ella no podía recordar el nombre de ese individuo. ¿HABÍA habido algún otro acaso?

"Solo lo qué dije. Estoy de arribista," Orion murmuro, apenas avergonzado por la admisión. "Era esto o la muerte."

"¡Bien no aprecio la manera en que constantemente me estás dando órdenes y lo que estás murmurando de mí! Si vas 'estar de arribista' como dices, entonces vamos a tener que fijar algunos principios básicos de conducta, ¿Nos entendemos?"

'Me pregunto como habría sido la muerte', Orion pensó para si. Después él se lanzó a un lado y llevo a Luna a unos arbustos, sacando un aullido asustado del femenino gato la luna.

"¡Que es lo que-MRRFFL!" Orion hizo su mejor esfuerzo por poner su pata en la boca de Luna para impedir que hablara, aunque sabía que él lo lamentaría un momento más adelante.

Mientras que los colmillos de Luna se hundieron en su muñeca, él apretó sus dientes y lo soporto. "Solo una herida superficial, solo una herida super..."

Tan pronto como la pareja y su perro pasaron cerca, él golpeó con fuerza a Luna en la cabeza para conseguir liberar su pata. "Ya paso la amenaza. Por favor no me muerdas la próxima vez que este intentando salvar nuestras vidas," él gruñó.

Luna miro de mala manera al otro gato de la luna. "Esto es un parque público, Orion. ¡Mirar a dos gatos solos no es inusual, y ese perro estaba con correa!"

"¡Sigue siendo una amenaza!" Orión contesto, enfadado con la gata negra. "¡Este ambiente presenta docenas de peligros para organismos de nuestro tamaño! ¡Según TÚ, eres la última esperanza de un posible triunfo sobre el Negaverso! Yo hare-" él se calló rápidamente cuando él notó que un corredor que había pasado demasiado cerca miraba alrededor para intentar encontrar la fuente del griterío.

Luna sonrió, una expresión que le vino demasiado natural para un gato. "Orion, por favor, estamos intentando mantener un bajo perfil. Intenta no revelar nuestra cubierta."

La mayoría de los individuos se habrían enfadado y atacado o gritado a Luna en este punto. Pero es suficiente decir, no estaba en la naturaleza de Orion hacer eso. Cuando algo no iba a su manera, él no estaba ni inclinado a quejarse por ello ni dejaba que lo conduciera a un comportamiento irracional. Él tendía a arreglar el problema.

Como Minako (A quien conocerían después) lo diría, "Él no se enojaba, él se vengaba."

Una chispa de memoria encendió un posible plan de acción en la mente de Orion mientras él recordó una debilidad de su (Y por lo tanto, de Luna) forma actual. Con un salto para atrás, él tuvo acceso a su bolsillo del subespacio, y uno de los pequeños botiquines médicos del campo de batalla lanzó una vendita a la tierra.

Luna no lo notó, y mientras ella seguía caminando adelante comenzó a darle un discurso sobre respeto apropiado que debía demostrarle a ella en el futuro, que implicaba sobre todo el no tirarla al suelo cada vez que percibía una amenaza cerca.

Orion tuvo que luchar para no dar una mueca con su cara mientras él se lanzó con la vendita en su boca. Ésta no era una mezquina venganza, después de todo. Era por lo mejor. No, en serio. Honestamente.


"Bien, esto no era realmente lo que tenía en mente cuando decidí que éste era el mejor curso de acción," Orion decidió mientras miraba fijamente a los niños que golpeaban a Luna con palos.

Parecía que su memoria de su 'debilidad' no había sido perfecta. Él había solo esperando que Luna se pusiera muda. Eso también la puso desorientada y parecía que le era mucho más duro pensar coherente, lo que probablemente explicaba porqué ella no había intentado simplemente quitarse la vendita.

Cuando Orion había decidido ir furtivamente dentro de una biblioteca para buscar bases de datos de conocimientos, él había pedido a Luna que permaneciera en su puesto mientras él aprendía más sobre el mundo en que habían caído. ¿Cómo iba a suponer que ella se olvidaría y se hubiera ido a caminar por su cuenta?

Así que aquí él estaba, circundando a los chicos e intentando pensar en la mejor manera de acercarse a este panorama. Él reconoció que él intimidaba bastante... para un gato. Estos mocosos no pensaban al parecer mucho en el potencial de un felino para hacer daño, ya que atacaban a uno por capricho. Claro, él podía dar MUCHO mejor pelea que Luna, pero todavía no era decir mucho.

La decisión fue tomada de sus manos cuando una chica adolescente de cabello rubio atado en dos colas de caballo acometía repentinamente y dispersaba a los chicos. Entonces ella tomó a Luna y comenzó a caminar a su casa, haciendo unos ocurrentes comentarios que dejaba a Orion rodando sus ojos.


Usagi miraba a su nuevo seifuku con grandes ojos incrédulos.

"Ahora eres Sailor Moon, defensora del amor y justicia," Luna explicada, ociosamente preguntándose donde ese bastardo de Orion se había escurrido mientras tanto.

Ella no había hecho la pregunta en voz alta. Ella no contaba con una respuesta. Demonios, ella ni siquiera deseaba realmente saber la respuesta.

Por eso, ella estuvo comprensiblemente trastornada cuando vio una gran forma gris entrar a través de la ventana.

"Ya era tiempo que tuviéramos algo de tamaño humano con que trabajar," Orion mascullo, justo antes de que Luna gruñera y se lanzara sobre él.

Los ojos anchos e incrédulos de Usagi se movieron de su traje nuevo hacia los dos gatos que hablaban que estaban peleaban por debajo de su escritorio. "¿Otro gato que habla? ¿Cuántos de ustedes hay?"

Dado que los dos felinos preferían intentar rasgarse las orejas el uno al otro que contestarle, el cerebro de Usagi (Ahora sufriendo agotamiento de recursos por tratar de comprender su nuevo estado como chica mágica) fue encargado de ocuparse de la pregunta.

"¡Oh por dios! ¡Talvez... TODOS los gatos pueden hablar!" ella pensó repentinamente. "¡O... es que quizá sea como ese Dr. Doolittle de la película y yo puedo hablar con los animales! Ahora SOY una chica mágica, al parecer..." Ella jadeó mientras pensaba en eso. ¿Sailor Moon? No, Sailor Moon no sonaba bien. ¡Ella sería Ranger Athena, y conduciría a su ejército de lindos animales del bosque en batalla contra las fuerzas del mal!.

Además, eso sonaba MUCHO mejor que ser la que luchara. Para todos los partes implicados en realidad, excepto quizá los malos. Ella sabía que si ELLA estuviera en apuro, no hay manera de que ella quisiera que alguien como ella fuera a rescatarla.

Para el momento en que esa forma de pensar de Usagi había acabado su cuarto camino por la pista incorrecta en la Dimensión Desconocida, Orion finalmente había logrado poner a Luna por debajo de él de tal forma que ella no podría hacer mucho con excepción de hablar, y si ella persistía en hacer mucho eso, él podría morderla para callarla. "¡Erk! ¡Para contestar a tu - ¡Para de pelear! - pregunta, no, no todos los gatos puede hablar. E incluso aunque puedas comunicarte con los animales, ellos no tienes el intelecto para el lenguaje. ¡Dije que te detengas! ¡No tengo tiempo para esto Luna!"

Usagi puso mala cara y miraba a los dos gatos lunares. Entonces ella se sonrojo cuando vio al gato gris grande encima de Luna, que estaba yaciendo sobre su vientre y luciendo molesta. ¡"Hey! ¡No estén haciendo esa clase de cosas aquí en mi cuarto! ¡Eso es asqueroso! ¡¿Qué tal si... manchan el piso?!" Ella se quejó.

Ambos gatos la vieron con una mirada malvada. "CIERRA LA BOCA," dijeron tranquilamente, al unísono.

"Esta bien," Lloriqueó la gran y poderosa Sailor Moon, que ahora se ocultaba detrás de una silla mientras se cubrían su cabeza con los brazos.

"¿Donde habías estado, Orion?" Luna gruñó, intentando no dejar mostrar su temperamento.

"Estaba haciendo reconocimiento. He localizado a nuestro primer enemigo," el gato gris dijo fríamente, decidiendo que el nuevo asunto era bastante serio que podía dejar a Luna ir sin riesgo de ser atacado. "Es un youma de baja clase de tipo recolector que trabaja en una joyería. Parece parte de una operación encubierta."

Usagi lo miró fijamente. "Uh...así que tu nombre es Orion?" Ella evidentemente no había entendido mucho de lo que le dijo.

Orion dio a Luna una mirada fija cuestionadora, después se dio vuelta hacia Usagi. "Soy Orion, consejero militar de la orden de los Caballeros Reales. No que todavía exista, pero es parte del curriculum vitae. Donde Luna actuará como tu consejera y confidente personal, yo ayudaré a organizar a las Senshi en combate e identificar objetivos tácticos."

Usagi tomó un momento para digerir esto. "¿Así que, eres un gato mágico que habla como Luna?"

Orion se crispo bastante. Su nueva compañera no estaba exactamente al día. "¿Estas segura sobre esta chica?" Él preguntó a Luna, a lo cual la gata negra se encogió de hombros.

"Como tu dices, 'cualquier puerto en una tormenta...'."

Orion frunció el ceño. "Nunca digo eso." Entonces él se dio vuelta de nuevo a Sailor Moon. "Tanto como preferiría una prolongada sesión de entrenamiento antes de una operación real, los datos que he recolectado sugieren que el Negaverso es susceptible al agotamiento. A luz de esto, es crítico para nosotros atacar ahora a la recolectora. Conjeturo que eso significa que tú aprenderás tus capacidades con experiencia de campo."

De nuevo, Sailor Moon dio al gato una expresión preocupada mientras su mente trabajada con todo eso. "Eso suena aterrador..."

Una vena casi estallaba en la cabeza de Orion, y él dio vuelta de nuevo a Luna. "Ocasionalmente, una tormenta SE PUEDE resistir para encontrar un puerto mejor, Luna." La gata negra rodó los ojos en respuesta. Como si la estúpida jerga militar supiera cualquier cosa sobre identificar a las Senshi.

"Oh por dios! Naru esta en peligro!" Sailor Moon dijo repentinamente, atrayendo la atención de los gatos de la luna. "¡En la joyería! ¡Tengo que ir a ayudar!"

Orion gimió. "¡Maldición! ¡No tenemos tiempo! Vamos, te explicaré lo mejor posible mientras estemos en camino!"


"Eso fue vergonzoso," Orion declaro con firmeza mientras miraba fijamente a Sailor Moon y a Luna.

Usagi inmediatamente le contesto. "¿Qué? ¿Por qué? ¿Gané, no?" Ella había pensado que había resultado bastante bien. Habían salvado a Naru y a toda esa gente, después de todo. ¡Y una atrevida figura heroica había llegado en el momento más crítico para salvarla y darle estímulo! ¡Y después de derrotar al aterrador youma, ella incluso había logrado una salida heroica y misteriosa delante de Naru!

"Diste tu posición, diste a tu enemigo ocasión de reagruparse antes de que atacaras, fallaste cerca de dieciséis diversas oportunidades para destruir al youma a pesar de sus escudos humanos, te dejaste ser atrapada...si ese rarito tirador de rosas - quién por lo menos esperó hasta DESPUÉS de atacar para darse a ver - no hubiera llegado y no te hubiera dado ese estúpido discurso, tú serías carne molida ahora!" Orion gruñó mientras recordó al hombre que la había salvado, lanzó un solo proyectil y un discurso, y luego se fue. "¿Quién es él, de todas formas? ¿Y por qué él no siguió atacando en vez de dar un monólogo? ¿Y luego él SE FUE? ¿Estás son las clases de batallas que las Senshi luchan normalmente?"

"Yo pensé que él estuvo genial..." Usagi mascullo. "Y aún así gané."

"Tengo que estar de acuerdo," Luna regañado. "No fue perfecto, pero la misión fue un éxito."

"También fue la batalla por Stalingrado," Orion silbó. "Eso no cambia el hecho de que fue una de la mayores tonterías y derrochantes operaciones militares alguna vez emprendida."

Él había esperado que una referencia a un acontecimiento de la historia de la tierra que Usagi conocía quizá le ayudaría a conectarse un poco mejor con la nueva super heroína, o por lo menos a fomentar un cierto aprecio de que él había tomado la molestia de aprender sobre hechos militares históricos para ser de tanta ayuda como sea posible.

"Espera de Sutawan... que es eso uh de Sutaringu..." Sailor Moon rascó su cabeza mientras ella intentó pronunciar la palabra que ella acababa de oír.

Nunca se le ocurrió a Orion que no toda la gente que trataba de pelear para salvar al mundo sería tan buena en cosas militares como él era.

"¡Esto es ridículo!" El gato gris gruñó, su cola se erizaba un poco mientras que su contraparte negra lo miraba fijamente a él desapasionadamente. "¡Mira, nosotros no podemos luchar con un enemigo de esta forma! Necesitamos más ayuda, o necesitamos dar este poder de 'Sailor Moon' a alguien mas capaz!"

La mirada fría de Luna cambió a una de desafió. "No discrepo TOTALMENTE contigo...pero es imposible. Ella es Sailor Moon y eso es todo. No puedo solo dar el artefacto de transformación a alguien mas."

Orion frunció el ceño. "¿Porqué no?"

"Bien, yo..." Luna tomo un momento para aclarar su garganta, como si se preparara para una larga y complicada explicación. "No lo sé. Eso es solo cómo es."

Sailor Moon sollozo un poco, poniendo sus manos por debajo de su barbilla. "Yo... Estoy dando mi mejor esfuerzo..."

Orion tomó una mirada a la muchacha rubia e hizo una mueca de simpatía. "Sí, me doy cuenta de eso," él contestó cuidadosamente, su voz mucho más suave. "No es tu culpa. Pero el hecho es, algunas personas nacen para ser eruditas y algunas personas nacen para ser combatientes. Y tu eres... uh..." él pensó por un momento, "er... no una combatiente," él acabó diplomáticamente.

Usagi frunció el ceño, aunque ella apreció las palabras de Orion. "Yo creo que la frase era 'Una amante, no una combatiente'?"

"De donde viene este callejero parásito, no tienen mucho en materia de romance," Luna exclamo. "En verdad Orion, no me gusta mucho tampoco, pero el quejarse no va a solucionar nada. 'Un general marcha a la guerra con el ejército que ella tiene'."

Orion frunció el ceño profundamente por esto, preguntándose porqué Luna era tan apegada con las frases en lugar que discutir con el directamente. Aunque el dicho militar le había llegado, a pesar de que le molestaba levemente que ella haya descrito al alegado general como 'ella'. Incluso en el milenio de plata, los líderes militares habían sido casi exclusivamente varones; y él encontró extrañamente molesto cómo las jerarquías reales matriarcales pensaron en esto como extraño.

No obstante, él no era alguien que se quejara simplemente de un problema hasta que alguien mas lo solucionara, ni estaba contento con sentarse y dejar su descontento a un lado. Cuando él veía un problema crítico, él lo solucionaba.

"Bien," el gato gris dijo, dándose vuelta de las dos chicas y trotando lejos. "Si tengo que utilizar al ejército que tengo, entonces solo me conseguiré un nuevo ejército."

Usagi miraba preocupadamente al gato mientras Luna rodaba los ojos y luego el se daba la vuelta para irse. En realidad, aunque Orion daba mas miedo que Luna, ella como que deseaba que el permanecería con ellas. Ella tomaría toda la ayuda que pudiera conseguir en luchar contra monstruos, y él tendía a ser más provechoso que Luna, gritando sugerencias en lugar de solo quejas. "Espero que él no este enojado conmigo..."


El progreso de Orion fue realmente rápido, considerando todo.

Él detestaba la idea de ir por la ciudad dando poderes a civiles al azar (o por cualquier mecanismo ridículo por el que Luna eligió a Usagi). Era poco ético, sin mencionar estúpido, ejercer presión sobre gente para luchar una guerra en las sombras cuando tenían poco a ninguna experiencia de combate. No obstante, él había esperado para ver los resultados del absurdo experimento, y se fue sintiéndose justificado. Sailor Moon era un desastre esperando a pasar. Él no dio muchas esperanzas a su supervivencia, pero si ella vivía mientras él estaba ocupado en buscar ayuda, iba probablemente a ser gracias a ese tirador enmascarado. Él no tenía ninguna pista de quien era ese tipo o cuáles eran sus motivaciones, pero alguien que lanzara un ataque y después se desaparecía no era uno que se contará en su libro.

Cuando él había dejado a Luna, ella lo había dejado ir bajo la asunción de que el tonto gato iba a ir buscar al resto de las Senshi con la esperanza débil de que tuvieran experiencia en luchar. Que Orion no tenía ningún mecanismo para detectarlas o activarlas, fue algo que Luna no considero. Si él le hubiera dicho de frente que él iba a conseguir ayuda que no necesariamente vendría de las almas reencarnadas de un reino muerto, ella habría hecho un alboroto. Honestamente, ¿La idea de soldados mundanos luchando una batalla hecha para una SENSHI?

Realmente, a Orion no le gustaba la idea de las Senshi tanto como a Luna disgustaban los soldados ordinarios.

No era necesariamente que la posición de Senshi no tenía absolutamente ningún requisito previo de poder de combate o experiencia. No era el que incluso después de ser seleccionada, la Senshi no tenía que pasar con un especialmente vigoroso entrenamiento, como cualquier otro grupo de fuerzas especiales hacía. No era que las Senshi eran todas de familias reales y algunas de ellas gimotearon incesantemente bajo condiciones reales de guerra. No era ni siquiera que las Senshi comandaban el amor y el respecto de la gente y eran el más alto nivel militar en el reino de la luna, a pesar de tener la experiencia táctica combinada de un escarabajo.

No, lo qué lo incomodaba más de todo el asunto era el método aparentemente arbitrario bajo el cual elegían a esta gente. Le habían dicho que era necesario y escrito en piedra, así que él duramente podía oponerse a la institución, pero el hecho seguía estando en su mente, si uno NO ELIGÍA ser soldado, entonces esa persona no debe SER soldado. Él podría recordar vagas memorias de oír hablar de planetarias Senshi que habían intentado llevar vidas normales haciendo las cosas que amaban hacer, sólo para ser enviadas constantemente a la siguiente emergencia interplanetaria para luchar.

Ahora que todo eso sucedía otra vez, el consejero militar podía dejar solamente a sus frustraciones salir a la superficie; cual sea su opinión sobre el tema, Luna estaba convencida de que las Senshi, y eventualmente la Princesa de la luna, eran vitales para la destrucción del Negaverso y para la supervivencia del planeta, y Orion no podría sacar bastante desprecio para darle la espalda a poder de fuego gratuito. Pero estaba determinado a hacer SU PROPIA selección de guerreros más cuidadosamente.


Orion masculló para si a la luz débil de la pequeña linterna de supervivencia que brillaba intensamente en medio de la oscura biblioteca (Hey, los gatos pueden técnicamente ver en la oscuridad, pero la lectura en la oscuridad seguía siendo dura para los ojos). A diferencia del bolsillo subespacial de Luna, que había estado lleno de artefactos mágicos de cuestionable diseño (En serio, ¿Quien hizo todos los artículos mágicos tan terriblemente femeninos de todas formas?), el suyo había estado lleno de cosas ÚTILES. Lámparas de supervivencia, botiquines médicos, raciones, bengalas, y algunas granadas que emergerían de bolsillo sin seguros y listas para lanzar. Era una pena que él no había podido tomar un arsenal entero con él, pero habían tenido prisa cuando fueron enviados a dormir.

Haciendo una investigación como un gato había sido duro, solamente siendo sigiloso en cada sentido de la palabra era parte de su naturaleza. Él había logrado entrar furtivamente en bibliotecas públicas después de que cerraban y seleccionaba libros, sacándolos fuera de sus estantes y después moviéndolos de un tirón lo mejor que podía. Por la mañana el personal encontraría un inevitable e inexplicable desorden de libros de guerra sobre armas en el piso, pero era el pequeño precio que tendrían que pagar por la posible supervivencia del planeta.

Hasta ahora, él había comprobado que la humanidad acababa de alcanzar una edad de gran adelanto tecnológico que había estado acelerándose constantemente en el curso del siglo pasado. Desafortunadamente (Por lo menos para él), el desarrollo de las armas no había tomado el mismo interés en el ojo público que las computadoras y la fibra óptica. Por ejemplo, la tierra había decidido inexplicablemente no buscar adicionales adelantos en el potencial destructivo de explosivos después de crear la bomba termonuclear. No se les había ocurrido al parecer a la gente de la tierra que puede ser que deseen llevar una gran destrucción abrasadora sobre el planeta del alguien más en lugar de al suyo propio. Estúpidos Hippies.

Los otros armamentos eran interesantes, pero no serían tan provechosos. La mayor parte de la tecnología actual de las armas de la humanidad estaba invertida en los armas de fuego balísticos que propulsaban proyectiles metálicos que usaban reacciones químicas en sus compartimientos. Irónicamente, las versiones en reducida escala de estas armas serían casi inútiles contra los youma, pero muy eficaces contra las Senshi; el milenio de plata había considerado la producción principalmente de armas de energía, y los campos mágicos de las Senshi habían sido hechos con eso en mente. Donde de un relámpago saldría una Senshi algo chamuscada y un poco cegada, una bala perforaría la piel, penetraría el músculo, y permanecería allí, inhibiendo el movimiento y la curación. También un arma de mano simple podría descargar una ronda entera en el tiempo que le tomaba a la mayor parte de las Senshi decir su hechizo. Orion sacudió su cabeza y espero que el enemigo no lograra conseguir a un ejército humano de su lado.

Las armas balísticas más grandes y mísiles, las que tendían a tener las cabezas nucleares que eran en si explosivos mismos, serían tan eficaces contra los youma como todo lo demás. El problema era que, por supuesto, sería extremadamente difícil adquirir alguna. De lo que él había encontrado, tales cosas estaban solamente disponibles en una escala superior del mercado negro internacional, y aunque él tuviera el financiamiento, él dudó que muchos estuvieran interesados en hacer negocios con un gato que habla, o en su opinión, la mano derecha de un gato que habla (Él ociosamente se preguntaba cuál sería más ridícula).

La magia era un tema mucho más duro. De lo que él pudo reunir, era descrita en gran parte como mito y leyenda, aunque con tantos millares de cuentos *ficticios*, él asumió que muchos podrían tener un grano de verdad en ellos. Desafortunadamente, a menos que él fuera a pasar toda la invasión del Negaverso persiguiendo pistas vagas e inverosímiles intentando encontrar un mago de combate, ese ángulo tendría que esperar.

Una cosa de lo que él estaba feliz era el progreso que la humanidad había hecho en combate mano-a-mano. Como en el milenio de plata, la mayoría del mundo había avanzado bastante que una mera pelea era considerada una forma primitiva y barbárica de guerra, pero la evolución de la guerra no había avanzado tanto que los estilos más poderosos y más dedicados de artes marciales se hayan marchitado. Mientras que grandes guerreros que podrían romper un monstruo en dos con sus manos desnudas eran sin duda muy raros, él estaba confiado de que aun existían.

Orion bostezó y dio vuelta a su libro, haciendo un salto para atrás sobre su linterna de supervivencia y escondiéndola en su sub-espacio personal. Ya era bastante investigación. Era hora de comenzar la caza. Nerima era un lugar famoso por artes marciales de tal poder que de vez en cuando dejaban el distrito en ruinas. En el otro lado de Tokio supuestamente había una escuela que había sufrido una cadena de bombardeos y repetidos informes de armas de fuego que se parecía centrar todos alrededor de un solo estudiante. Luego también, había una mansión que pertenecía a alguien llamado Konoe que se rumoreaba tenía una reputación por ejemplos dudosos de brujería y fenómenos inexplicados de esa naturaleza.

Primero, una siesta larga agradable. Pero después de eso, directo a...

Continuara...