***Cielo 0.000, 0.000

Urd odió el turno de monitoreo.

La diosa del pasado de cabello platinado ahora lamentaba su oferta de cambiar turnos con Belldandy, pero un trato era un trato. Ella sin embargo sonrió un momento más adelante, recordando cuánto diversión ella tuvo recientemente con Maui, esa atrevida pero también particularmente encantadora deidad del panteón Polinesio. Le recordaba a una versión más agradable de Loki, pero con un bronceado de oro. Ella primero lo había conocido en el pasado God-Con, la reunión anual (y mejor fiesta) de las deidades y semidioses de los diversos panteones. A pesar de su reputación de rudo, él siempre la había tratado como una dama, y él hizo cosas constantemente para traer una sonrisa a su cara. Él era también uno de los pocos dioses con quien podía hacer concursos de bebidas, una competencia que ella realmente no lamentó perder. El pago de la derrota de esa apuesta particular había sido una muy agradable manera de pasar el tiempo de una semana de por sí.

Sin embargo, ahora ella hizo frente al deber de monitoreo, mirando muchas de las excesivas funciones Yggdrasil y mantenerlas todas funcionado correctamente. Ella se ocupó con los programas de creación para refinar varias utilidades, una tarea que parecía interminable para ella. Un pellizco aquí, una torcedura allí, todo era parte de la vida de un programador, especialmente cuando uno hablaba de mantener la computadora más grande del universo.

A pesar de su aburrimiento, la diosa del pasado estaba absorbida en su trabajo. Ella trabajó concentrada en su terminal, actualizando archivos y otros mantenimientos del sistema. El resto de su atención era pasada pensando en su próxima cita con Maui, así que ella no noto inmediatamente cuando una terminal sin usar a un lado de la cámara se encendía y comenzó rápidamente a mostrar unos símbolos runicos.

*PROTOCOLOS DE DESTINO ACTIVADOS. ALTERACIÓN DE NODO DE PROBABILIDAD INICIADA.

*REVISANDO ESTADO EN UN ÍNDICE ACTUAL DEL NODO DE CLASE TRES A CLASE UNO.

*EFECTOS FRACTALIZANTES DEL NODO PARA ESTABILIZAR PARADIGMA DE LA REALIDAD DE MIDGARD.

*PARADIGMA DE LA REALIDAD DE MIDGARD ESTABILIZADO. NINGUN ERROR DETECTADO.

Urd se detuvo brevemente. Una de sus alarmes de sistema había destellado por un momento mientras ella trabajaba en otro asunto. Ella paró lo que hacía, sospechando de un virus, pero una búsqueda más detallada no mostró mas que una de las actualizaciones rutinarias de Yggdrasil en la matriz de la realidad. Un nodo de probabilidad acababa de aumentar su estado a clase uno, causando unas pocas ondulaciones ya localizada en el paradigma para comenzar. Sin embargo, debían adecuarse en un cierto plazo. Los mortales parecían estar en un estado casi constante de flujo de importancia relativa a los ondas del Sino, así que incluso un salto de dos etapas hacia arriba en clases era significativo pero nada de que excitarse. No obstante, probaría ser interesante ver qué sucedía. Un nodo de probabilidad de clase Uno comenzaría a dar acontecimientos extraños en su medio, como una imán que recolectaba limaduras de hierro.

Chequeando a través del registro de sistema no reveló nada significativo. Ella se encogió de hombros. No era al parecer nada serio, solo una de los caprichos de Yggdrasil a los que ella ya se había acostumbrado. Con un ceño de concentración, la diosa de cabello platinado comenzaba a mecanografiar una vez mas, esforzándose por reparar un pequeño segmento del código de sistema.


Destinos Quanticos
Un fanfic de Ranma ½

Por Steven Thesken (quantumdestinies@cox.net)
Traducido por Lord Kal-el
Formato HTML por Hukarovi Yanoki

Ranma ½ y sus personajes son propiedad de Rumiko Takahashi. Esta historia esta inspirada por sus trabajos y las historias de unos de mis compañeros autores de fanfic. Entre éstas está "Shampoo ½" de DB Sommer, Jim Bader "Un Pensamiento aterrador -aka- Nabiki ½", y la serie de Elseworlds de John Biles. Toda crítica es apreciada.

Otros capítulos de esta historia se pueden encontrar en este Web site, o puedes email el autor por ellos:

Homepage de Destinos Quanticos
http://members.cox.net/quantumdestinies/

La lista de Mundos que han visitado en este capítulo:

Lo qué ha pasado antes en esta historia (O por lo menos qué te ayudará a entender lo qué está encendiendo):

En una tierra paralela que divergió de la línea temporal estándar de Ranma por unos quinientos años, el Imperio de Japón casi gobierna la mitad del mundo y lo ha hecho por más de un siglo. Teorizando que uno podría viajar a líneas temporales alternas poseyendo contrapartes en ellas, un joven científico llamado Ranma Saotome, con uso de un dispositivo de su propia invención, accidentalmente obtuvo las habilidades y memorias de una versión de si mismo que era un artista marcial. En la Academia, Ranma conoce a Akane y Nabiki Tendo, que están estudiando en la Academia para ser miembros de la Dirección imperial de Seguridad. Su padre, Soun Tendo, es un hombre poderoso dentro de la estructura del Directorado y cuenta con que sus hijas sigan las tradiciones de la familia Tendo de servir al Imperio. Mientras que en la Academia, Ranma construyó su dispositivo y se ligó mentalmente a otra versión de si mismo, un joven artista marcial.


Capítulo 2 - Destinos Alterados

Ya sé Kung Fu...

- Neo: Matrix


***Tierra 0.000, 0.000

*Ciclo de Recuperación Completo.

Ranma abrió los ojos y sonrió. A pesar de algunas sorpresas inesperadas, el experimento había sido un éxito increíble e incalificable. Él se saco su receptor de interfase neural de la cabeza y estiró sus brazos hacia fuera hasta que su espina dorsal casi estalla ligeramente. Apoyando una mano contra el borde del sofá, él dio un gran salto y con naturalidad hizo unos giros en el aire y aterrizo de pie.

Inconscientemente no hizo caso al aumento inesperado en su habilidad acrobática, él tranquilamente fue hacía el resonador y movió de un tirón la barra de alimentación principal para apagarlo. Él escucho el ruido de la electricidad que corría por los componentes lentamente cesando mientras el dispositivo se apagaba. Con una expresión pensativa, él miró fijamente la pequeña acumulación de equipo, la culminación de dos años de planes finalmente concluidos. Él estaba parado, algo sorprendido de que él no sentía alguna clase de elación asociada generalmente a éxitos importantes. En su lugar, él se sentía tranquilo y relajado.

Él lo había hecho.

Su cara adquirió un repentino aspecto de asombro. La expresión en su cara se aligero con una sonrisa brillante mientras la realidad de lo que él había hecho finalmente le hizo efecto. Él lanzó su puño al aire. "¡Lo hice!" él gritó, antes de callarse una vez más para meditar.

"¿Pero qué es lo que yo debo hacer ahora?" él preguntaba al cuarto vacío. Él miraba su mano, abriéndola y cerrándola una vez más en un puño apretado. Una sonrisa reservada apareció en su cara. Sus memorias de esa vida alterna eran brillantes y claras en su mente, incluso los olores del alimento que él había comido. Él se imaginaba que, si él inhalaba, él podría seguir oliendo la sutil mezcla de especias.

Luego estaban las chicas. Él cerró los ojos, al recordar las expresiones de amor en sus caras mientras lo habían mirado a él, al otro Ranma. Tener a dos chicas tan atractivas mirándolo a él de tal la manera lo había afectado más de lo que él pensaba. 'Shampoo y Ukyo,' él pensó con una sonrisa. 'Y Akane Tendo.' Su sonrisa se descoloró. Porqué tenía un duplicado suyo estar enamorado de Akane Tendo, de toda la gente que había.

Él se sentó en el sofá, recogiendo el receptor neural. Él pasaba su pulgar a través de una de las placas pequeñas de contacto, imaginándose que él podría sentir la chispa de magia dentro de ella que había hecho de sus sueños una realidad. Él había amado siempre la ciencia y aprender, sabiendo siempre que no había ningún misterio que él no podría solucionar. Hoy, él finalmente cruzó el límite que pocos hombres incluso sabían que existía, y lo había dejado cambiado.

Estando parado y renovando la mueca en su cara, él dio unos puños experimentales al aire. Su cuerpo se sentía torpe, la facilidad inesperada de sus movimientos anteriores estaba ausente ahora. Él observo los ataques que intento, movimientos que eran instintivos para su otro yo, y sonrió entre dientes.

El chico de la trenza represento en su mente una imagen de ese otro Ranma, un artista marcial, y sonreía. Comparado con él, él llevaba una vida más emocionante, ciertamente una más despreocupada que la suya. Era una vida que él se encontró a sí mismo realmente desear haber tenido, por un momento, aun cuando estaba seguro de que tenía sus propias dificultades.

'No obstante, parecía una vida divertida,' él pensaba mientras que comenzó a poner su equipo de vuelta en orden. Él deseó ver más de ella. Él sabía que su propia vida nunca llegaría a ser la mitad de excitante.

"Esa fue una experiencia increíble," él murmuró en voz alta. "El caminar en una vida que es tan diferente a la mía. ¿Me pregunto qué más mis otros yo alternativos harán?" Las posibilidades era infinitas, y el chico de la trenza se encontró desear ver tanto de ello como podría. Las muchas tangentes posibles prometieron rendir una abundancia enorme de ricas experiencias y quizá algunas aventuras.

Si él podría aprender luchar como ese otro Ranma, entonces Akane, al menos, dejaría de ser una preocupación en su propia vida, y ella podría ir a buscar un blanco más débil y dejarlo solo. Él se imaginaba muy brevemente a sí mismo estando parado triunfante sobre una derrotada Akane, seguro de que tales acontecimientos terminarían sus problemas con la chica. Él le pagaría por todas esas semanas de abusos que ella le había dado.

Él acabó de ordenar su equipo, se maravillaba otra vez por su breve explosión de habilidad atlética. Él sabía que él no tenía las capacidades físicas de ese otro Ranma, pero el entrenamiento adicional después de sus clases regulares lo acercaban más a él. Dándole un buen tiempo y suficiente motivación, él se sentía seguro de que él podría igualar a su hermano del quantum. Sus sensaciones anteriores de resentimiento por su entrenamiento físico eran silenciadas algo ahora. El Imperio creía en mentes y cuerpos fuertes. Él les demostraría a todos solo cuan fuerte él podría ser.

Abriendo su cuaderno, él se sentó en el pequeño banco electrónico. Sus pensamientos continuaban corriendo mientras él hizo algunas notas iniciales de sus experiencias con su primera vida de suplente. ¿Habría habido alguna clase de efectos secundario para el otro Ranma? ¿Podría él tener nuevas habilidades aprendidas? Si eso es así pues, él pudo haber hecho de un buscapleitos un genio escolástico. Él hizo unas sonrisas al pensar en eso.

Tomando un vistazo rápido a su reloj, él puso sus libros en su bolso. Por primera vez, él esperaba ansioso su clase de educación física. Rápidamente acabando, él lanzó una cubierta sobre la computadora y las pequeñas pilas de equipo al lado de ella. Poniendo su mochila sobre sus hombros, él abrió y salió por la puerta del laboratorio. El vestíbulo más allá estaba silencioso, débilmente iluminados por bulbos fluorescentes. Sus pensamientos continuaban contemplando el mundo nuevo que ahora estaba abierto ante él, todas las posibilidades innumerables de la vida ahora eran suyas para explorar.

Ranma apagó las luces de su laboratorio, lo cerro y trabo la puerta detrás de él, y embolso la llave. Él se encontró incapaz de parar de hacer muecas mientras él caminó por las escaleras.

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La figura se movía suavemente y con gracia con el kata del arma, cada movimiento mezclándose perfectamente con el siguiente. Los ojos cerrados en profunda concentración, él torció y movió su espada de madera de práctica mientras él fingía luchar con una docena de oponentes. Él era Tatewaki Kuno, que ya se acercaba a la maestría de su arte, y considerado ser uno de los duelistas jóvenes más prometedores del imperio.

Kuno llevo su espada de madera nuevamente a su posición original para acabar, ambas manos envueltas alrededor del mango la sostenían delante de su estómago, el bokken inclinado en el ángulo apropiado. Ni siquiera un solo grado de desviación de la apropiada forma existía en su postura. Él abrió los ojos, finalmente dejando romperse su concentración. Ruidosos aplausos de un solo par de manos detrás de él lo hizo dar vuelta.

"¿Nunca te cansas de todas esas practica con armas, verdad?" dijo una voz masculina graciosamente la cual conocía bien. Kuno terminó de dar vuelta para ver a uno de sus compañeros estudiantes de la academia Whitehall, un joven alto, y guapo llamado Mikado Sanzenin, observándolo con una mueca. El otro muchacho estaba vestido con su usual finura, un uniforme intachable azul, solo modificado por una bufanda blanca en el cuello.

"Responde a un propósito necesario," dijo a Kuno, encogiéndose de hombros. "Debo esforzarme en mejorar mis habilidades constantemente, para no caer contra uno más dedicado que yo."

Hasta este día, él no estaba seguro de cómo él llego a ser amigos con un chico tan delicado como el chico Sanzenin. Verdad, los dos venían de extremadamente distinguidos linajes y unas de las mejores casas de los nobles señores del imperio, pero ellos eran un estudio en contraste. Alto y de cabello oscuro, Tatewaki Kuno era un descendiente orgulloso de una herencia guerrera y determinado a seguir los pasos gloriosos de sus antepasados divinos. Él llevó a cabo esta actitud a pesar del leve desdén en la edad moderna a tales cosas en sus ciudadanos, la fuerza que había construido un imperio. Por otro lado, Mikado Sanzenin era un verdadero granuja, despreocupado y de mente abierta, un perseguidor de sus propios placeres, y una decepción a su propia familia noble.

Los Kuno consistían en nobles de una clase antigua, su linaje se extendía a la subida del primer samurai. A pesar de tan impresionante historia, seguían siendo solamente una de las familias de menor importancia, una situación que el padre de Kuno había estado trabajando por remediar por muchos años ya sin mucho éxito. Las grandes familias eran algo celosas de sus posiciones y no le gustaban que suban de rango otras familias también, incluso unas con un antiguo linaje como los Kuno.

En comparación, los Sanzenins, aunque eran también de un linaje noble antiguo, subieron en prominencia solamente en épocas relativamente recientes para el Imperio, hace menos de dos siglos. Habían elegido el camino del guerrero mercante, listo para defender sus mercancías contra todos, pero también listos para hacer ganancias. Sus fortunas originales se ampliaron grandemente durante las subidas del oro y los primeros esfuerzos coloniales en el yermo congelado de Alaska, y habían utilizado esa abundancia para comprar para varias tenencias importantes en las regiones fronterizas del Imperio. Considerados pequeños cuando era comparado con casas de gran alcance en el imperio, los astutos Sanzenins se casaban con las más influyentes de las familias de menor importancia, y ahora eran una fuerza a ser reconocida.

El par había sido amigos por algunos años, encontrando algo que les faltaba en sus propias vidas en el otro. Mikado, por ejemplo, era un maestro al tratar con las mujeres, y Kuno... no lo era. A cambio de que su amigo lo ayudara a capacitarse en tales temas, Kuno había ayudado a Mikado en mejorar sus habilidades de lucha. Al principio, él se sorprendió de saber que el otro muchacho estaba bien entrenado en los métodos con y sin armas de Esgrima a partir de su tiempo pasado en una de las muchas casas Sanzenin en las Filipinas.

"Hay más en la vida que luchar, mi amigo," dijo Mikado con un triste sacudida de su cabeza. "Y, yo no creo que haya un rival para ti entre la joven nobleza cuando se trata de combatir, excepto quizá yo." Él hizo muecas despreocupadas una vez más.

"Hay verdad en lo qué dices," Kuno reconoció solemnemente. Él hizo un gesto dramático con su bokken. "He luchado contra cientos de oponentes expertos con un arma como esta en mi mano, y nunca una vez he conocido la derrota. Sin embargo, dudo que me derrotaras, a pesar de tu gracia y habilidad. Eres un bailarín en el combate, mi amigo, pero he sido criado y entrenado toda mi vida para luchar como guerrero. Temo que ningunos de nuestros pares me ofrecerá alguna vez un verdadero desafío y digno en mi vida, quizás debo comenzar a considerar buscar a aquellos mayores que yo. Temo que nuestra generación se ha puesto suave. Temo que ya no hay guerreros verdaderos entre nosotros, excepto por mi."

"Bien, puede ser que veamos eso algún día, pero no tengo ningún verdadero interés en luchar con nadie. Quizás para ganar el amor de una mujer. Después de todo, eso es la única cosa que valoro en verdad, una mujer hermosa. Hablando de ello ¿Cómo esta tu hermana?"

Kuno frunció el ceño. Su flor inocente de hermana era una de las pocas cosas que podrían despertar sus instintos protectores. Kodachi atendía a la Academia hermana de Whitehall, Blackhall. Él estaba enterado de que no había peligro real en las intenciones de su amigo, pero él había jurado hace tiempo mantener a su hermana segura de hombres que abusarían de su ingenua confianza. Él sabía por experimentar sus propios deseos hacia el sexo más débil que había una bestia dentro de todos los hombres, una monstruo esclavizante de lujurias. El dar a su tranquila y tímida hermana a cualquiera requeriría que ese hombre se probase con Kuno primero.

Hasta ahora, nadie había hecho tal cosa. Él dudó que hubiera un hombre que pudiera.

"Mi hermana va bien," Kuno contestado algo gruñón. "Solamente me preocupo por ella. Este último mes ella ha sido como una extraña para mí. Ella incluso renovó su entrenamiento de combate, lo que encuentro bastante extraño."

"Ella me ha parecido distante siempre que la he visto en la tarde. Pensé que quizás hubiera habido una cierta tragedia en tu hogar del que era inconsciente."

"Todo comenzó hace casi tres semanas, cuando mi hermana despertó en la casa," dijo Kuno, recordando el griterío.

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***Tierra +0.003, +0.001

Kodachi corría, sus pulmones le dolían, mientras las balas silbaban por su cabeza. Detrás de ella, varios hombres armados con pistolas y las armaduras negras distintivas del cuerpo del Directorado de Seguridad la perseguían incansablemente por el pasillo mientras ella trataba de escapar de ellos. Su meta se estaba acercando a sus manos.

"¡No la maten, tontos!" Grito uno de los hombres. "¡La Directora Ninomiya ha dado órdenes terminantes de que la tomen viva! ¡Ella es la única que queda que puede entender la tecnología!"

Alcanzando la puerta de acero, ella dio vuelta y disparo su pistola robada a sus perseguidores. Los agentes se zambulleron en el piso para cubrirse mientras ella disparaba la mitad de su cargador en sucesión rápida. Su otra mano ponía una llave en la cerradura, una llave mojada con sangre que no era la suya.

La dio vuelta con facilidad, abrió la puerta, y ella se lanzó adentro para cubrirse. Usando el marco de la puerta para cubrirse momentáneamente, ella disparo unas rondas más por el pasillo mientras sacaba la llave y se metía al laboratorio.

La puerta del laboratorio se cerró de golpe tras de ella, y ella rápidamente le pegó el sólido seguro. Su mano temblaba mientras ella encendía las luces. 'El laboratorio de Ranma,' ella pensó miserablemente. ¿Cómo fue que todo fue tan horriblemente mal? Ella sentía los lágrimas caer por su cara en dos corrientes, estropeándole el maquillaje. Los puños hacían un ruido sordo contra la gruesa puerta al otro lado.

"Uno de ustedes vaya y consiga algo para tumbar esta puerta," ella oyó a uno de ellos decir. Kodachi se movió lejos de la puerta. Ella no tenía mucho tiempo, y podía ver solo una forma para dirigir su escape. Sus ojos cayeron en las pequeñas pilas de equipo, ahora puestas destapadas en el medio del laboratorio.

El imperio moría. Guerra civil después de la muerte inesperada del emperador y la mayor parte del linaje imperial no había salido con ninguna línea clara de sucesión. Varias facciones luchaban en demandar del trono, haciendo trizas al Imperio en sus actos. Había incluso rumores de rebelión en prefecturas periféricas. El Directorado de Seguridad se esforzó en permanecer imparcial, pero sus acciones habían crecido más draconianas mientras procuraban mantener una imagen de orden en la sociedad.

Kodachi Kuno era una científica por entrenamiento y deseo, no guerrera. Ella era una cadete de Ciencias en la Academia imperial, trabajando junto a un muy erudito joven dedicado llamado Ranma Saotome en un proyecto secreto suyo, una manera de entrar en contacto con otras realidades. Él había una vez clamado haberlo visto primero en un sueño fragmentado, pero era suficiente para dejarle construir el dispositivo, después de mucho ensayo y error.

El Directorado de Seguridad supo de la existencia del resonador cuando Ranma lo mencionó a Nabiki Tendo, protegida del director actual. Hinako Ninomiya había ordenado que todos aquellos con el conocimiento de sus funciones fueran atrapados para evitar que otros sepan de su existencia. Con el imperio al borde de fracturarse en una sangrienta guerra civil, tal dispositivo podía rendir datos altamente valiosos de inteligencia al lado que lo poseyera.

El chico de la trenza fue asesinado a través de un tiro en el pecho por un francotirador durante su captura, justo ante sus ojos, y Kodachi no tenía idea de quien haría tal cosa. Él murió en sus brazos, su sangre vital manchaba el paño de su falda mientras los agentes de Seguridad intentaban atrapar al asesino. Fue durante la confusión que Ranma, con su último aliento, le dio las llaves a su laboratorio y le dijo que escapara a este mundo. Ella utilizó las habilidades obtenidas a partir de una de sus otras vidas para huir furtivamente en la oscuridad. Sin embargo, su libertad no duro por mucho más, y ella no tenía ningún deseo de morir o de ser capturada.

Ella accionó el resonador y maldijo algunas cosas de una manera que no haría una dama por lo primitivo que era. Funcionaba bastante bien, como varias pruebas con ella como voluntaria habían ya confirmado, pero su gama era limitada y el software del módulo de exploración estaba inactivo. Ella activo la rutina de arranque tan rápidamente como podía. Mientras ella esperaba, ella recolectó la única copia existente de las notas del chico de la trenza y los dibujos del diagrama esquemático y los quemo todos. Las llamas eran extrañamente calmantes para ella.

Cuando estaba finalmente listo, ella todavía miraba los últimos rastreos del trabajo de Ranma volverse cenizas. Hubo un ruido sordo embotado en la puerta de acero, posiblemente de una cierta clase de ariete que era utilizado para forzar la puerta. Ella miraba los seguros; no soportarían por mucho más. Kodachi se apresuró tan rápidamente como pudo.

La naturaleza primitiva del equipo hizo realmente su trabajo previsto de sabotaje incluso más fácil. Después de que ella se hubiera transferido fuera de esta vida, un simple virus que había escrito purgaría la memoria de la computadora. Sin las notas o el software de control, el resonador era esencialmente un gran pisapapeles. El virus funcionaría una vez que la sincronización y la transferencia estuvieran completas, por lo menos eso esperaba ella. Su cuerpo sería una cáscara vacía en ese punto.

Ese pensamiento la hizo sentir muy sola. Era una sensación familiar, una que había ya experimentado cuando ella escucho de la muerte de su hermano en batalla hace un año. Con la partida de Tatewaki, ella era la última de su linaje en este mundo, así que no había nada que la mantuviera más aquí.

La puerta se estremeció una vez más, sacudiéndola de su ensueño. Ella se inclinó en el sofá y se coloco el abultado receptor neural en su cabeza, se detuvo brevemente para mirar el techo sobre su cabeza. Con una mano ella comenzó a escribir en el tablero una clave, y ella vio la pantalla empezar a correr sus cálculos. Un par de ondas de seno de pusieron debajo de los números, detenidas en su lugar. La puerta tembló de nuevo bajo otro sólido impacto.

Ella se forzó a ignorar la puerta mientras las calculaciones empezaban a ir mas lento y finalmente se detenían en una simple cifra de números. Las dos ondas de seno se empezaron a juntarse mientras comenzaba la sincronización.

'Por favor déjame tener solo unos segundos más,' ella rogó.

La puerta estalló mientras que Kodachi gritó con miedo...

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***Tierra 0.000, 0.000

- Kodachi salto en su cama, gritando en terror. Ella miraba violentamente alrededor del cuarto, esperando ver formas siniestras venir a ella de las esquinas obscurecidas. Su respiración comenzaba a calmarse cuando la puerta se abrió de golpe, haciéndola gritar una vez más.

"¡Hermana!" Tatewaki grito. "¡¿Qué pasa?!" El estaba armado con uno de sus muchos bokken, alternándose entre explorar el cuarto con mirar a su más joven hermana cubriéndose detrás de las sabanas de su cama.

Ella parpadeo, viendo a su hermano justo como lo recordaba de su vida original, pareciendo un guerrero de los viejos cuentos. Ella comenzó a llorar.

Kuno puso inmediatamente su arma al lado de su cama y se sentó al lado de ella. Él se había olvidado de cuan frágil ella era. Él se maldijo por asustarla así, al tanto de que ella debe haber tenido otra de sus infrecuentes pesadillas. Él le dio a ella un abrazo confortante y sentía su cuerpo atormentado con sollozos de miedo y de pena.

"Shhh... Kodachi..." él dijo calladamente, no acostumbrado a la posición de confortador. "No temas, porque estoy contigo. Ningún daño vendrá a ti mientras respire." Él le acarició su espalda, sintiéndola temblar con miedo en sus brazos.

Ella intentó calmarse mientras las memorias de esta vida le inundaron conocimiento. Por lo que a su familia concernía, no era demasiado diferente a la de su vida original, excepto por acontecimientos recientes. En esta vida, ella había elegido atender a la academia de Blackhall, como muchos de sus pares femeninos entre la nobleza más baja, estudiando danza y gimnasia.

Entre otras cosas, el punto de decisión en su opción de estudio vino al parecer cuando ella ganó la medalla de oro en París en la Competición Mundial de Gimnasia, en vez de la de plata que ella había ganado en su vida original. Aquí, sus padres todavía estaban vivos, impulsándola a perseguir su entrenamiento incluso más arduamente, y ella se había sometido a sus deseos. Este cuerpo era mucho más fuerte y más capaz de lo que ella había pensado que podría ser capaz de convertirse, músculos por debajo de muy femeninas curvas sin grasa. Le recordaba a la forma bien-entonada que había poseído en una línea temporal donde ella era una guerrera.

Sin embargo esta versión suya tenía pocos amigos, dedicando su atención a sus estudios. Las otras muchachas en Blackhall estaban celosas de ella por una cierta razón y la excluían de sus muchos círculos. Los pocos jóvenes que habían expresado alguna clase de interés en ella, los que atendían a la academia de Whitehall de solo chicos, no podía al parecer conseguir ir más allá de su hermano, que estaba ferozmente determinado a protegerla contra lo que él vio como sus atenciones lujuriosas. En esta vida ella estaba muy sola. Conocer a Ranma en su vida original le había dado una amistad rara, una de la que su hermano nunca supo.

Kuno sentía el sollozo de su hermana aun continuar. Como el hombre de la casa mientras sus padres estaban ausentes, era su responsabilidad cuidar de ella. Él no sabía que hacer sobre los demonios que la perseguían en sus sueños, excepto ofrecerle un hombro confortante para llorar. Afortunadamente, las pesadillas de su niñez habían sido más raras e infrecuentes en los últimos años. La hacían a ella lucir tan frágil a sus ojos.

"Te agradezco por tu preocupación, querido hermano." Ella dijo ligeramente. "Estoy mejor ahora. Ese sueño ya se ha alejado de mí."

"¿Estas segura?" él preguntó, sentándose y dejando su abrazo. Él estudió su cara para ver si podía discernir cuáles eran sus verdaderos sentimientos. "Han pasado muchos meses desde tu última pesadilla pasada."

"¡Ya te dije, estoy bien!" Kodachi ya no soporto la presión, y un momento mas tarde lo lamentó. Casi todas las memorias de esta nueva vida se habían colocado en su lugar rápidamente, a pesar de las diferencias. Ranma le había demostrado que ella podía ser independiente, y él la trato siempre como una igual, no como cierta clase de muñeca, como su hermano hacía en esta vida. "Me disculpo, querido hermano. Aprecio tu preocupación por mí, pero ahora preferiría estar sola."

Kuno asintió, se levanto, asintió, y se fue de su cuarto.

Cuando él se fue, ella notó un destello familiar en la mesa al lado de su cama. Ella llevo su mano allá y tomó el pequeño crucifijo de oro con sus temblorosas manos, un regalo de su madre en esta vida de hace mucho, un símbolo de la Fe compartida entre madre e hija de la iglesia de Cristo, el guerrero. El débil temblor aun continuaba cuando el pequeño símbolo de oro estaba en sus manos, y ella miró fijamente hacia fuera en la oscuridad más allá de su ventana en la mansión Kuno e intento contemplar su futuro.

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"¿Fue ahí cuando notaste los cambios?" Mikado pregunto. El otro muchacho asintió y se coloco en la orilla de la estera de práctica. El joven Sanzenin se sentó al lado de él un momento más tarde.

"Kodachi había sido siempre una criatura tan apacible, la imagen viva de una noble," dijo a Kuno. "Esta nueva Kodachi es como una de esas chicas plebeyas que atienden a la academia imperial, de mente independiente. Al día siguiente después de su pesadilla, la encontré de casualidad en el salón de entrenamiento de la mansión, entrenando. Ella era asombrosamente experta en técnicas de combate." Su voz se rompió por un momento, orgullo por su hermana mezclado con preocupación.

"Eso explica cómo ella pudo vencer a Asuka Saginomiya hace unas semanas. Entiendo que fue toda una pelea." También le había dado a él una oportunidad muy rara de ofrecer comodidad a la rubia belleza. La cachetada en su cara había valido por un beso de esos labios.

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Kodachi estaba apurada para llega a su siguiente clase cuando se encontró con una figura afuera de uno de los vestíbulos laterales, seguido por varias seguidoras. La rubia líder estaba parada delante de ella y puso un brazo en la pared, bloqueando su camino.

"¿Cuál es tu prisa, Kuno-hime?" preguntó la chica con una sonrisa. "Tenemos ciertos negocios, tú y yo. Inacabados. Me debes a mi y a mis amigas un dinero de protección."

La chica Kuno se detuvo brevemente, las memorias de los abusos hechos por esta chica llegaban a su conocimiento. Asuka Saginomiya, la autoproclamada "Lirio Blanco" de la academia Blackhall y capitán invicta del escuadrón de gimnasia rítmica. Kodachi se dio vuelta para mirar a la otra chica a los ojos.

"Tú y yo no tenemos ningún negocio la una con la otra, Saginomiya-san," Kodachi dijo en tonos neutral. "Te sugeriría, por tu propio bien, que te quitaras de mi camino y nunca mas me molestes en el futuro."

"¡OHHOHOHOHOHO!" rió la otra muchacha en voz alta, poniendo una mano en frente de su boca en una semblanza del comportamiento de una damisela. Ella dejo caer su mano cuando acabó de reír, su mirada alegre se descoloraba inmediatamente de su cara para ser substituida por una más peligrosa. "Oh, escuchen a Kuno-hime," ella dijo con desprecio, mirando a sus seguidoras. Un momento más adelante, ella volvió su mirada de burla de nuevo a Kodachi. "¿Y qué sucederá si no hago lo que dijiste?"

Unos momentos después, mientras el club de la poesía gozaba del sol y aire fresco sobre la hierba del patio de Blackhall, un cuerpo femenino vino cayendo inesperadamente por una de las segundas ventanas del edificio de historia. Las chicas rápidamente se dispersaron mientras la famosa Lirio Blanco apenas lograba aterrizar de pie mientras caía en la hierba. Un raspón marcaba la tez de su mejilla, y la furia encendió sus ojos.

Arriba, unas de las chicas notaron a Kodachi Kuno parada en los remanentes rotos de la ventana, una sonrisa en su cara. Ellos la vieron saltar por la ventana, su cuerpo se curvaba para una vuelta apretada por momento, antes de sus que pies tocaran la agraciada hierba. La falda de su uniforme se puso rápidamente alrededor de sus piernas.

"¿Quieres intentarlo otra vez, Saginomiya-san?" Kodachi levanto los brazos en una postura de combate, la imagen de una confiada combatiente.

"¡Marcaste mi mejilla!" gritó la otra muchacha en furia. "¡Estropeaste mi belleza! ¡¿Donde aprendiste cómo luchar?!" Ella notó que ellas atraían a una muchedumbre pequeña. Por suerte, la mayor parte de los chicos de Whitehall estaban ausentes en un viaje al campo, así que ella no tendría que lidiar con el molesto hermano Kuno de la chica intentando interferir. Ella dio una mirada severa a las chicas alrededor de ellas, y se dispersaron detrás de ella lejos de su feroz mirada.

"Encontrarás que estoy llena de sorpresas hoy." Kodachi hablo en un tono confiado. "Acércate más y te daré otra marca en tu otra mejilla. ¿Entonces, vas a seguir parloteando, o a luchar?" Ella se sentía regocijada por la lucha y esperaba que durara por un poco más. Le daría una oportunidad de descargar algo de sus frustraciones. Había también otro motivo en sus pensamientos, un deseo de demostrar a la otra chica quien era en verdad la chica más fuerte entre ellas.

"¡Voy A MATARTE!!" Asuka rugió, atacando a la otra muchacha. Ella comenzó con un puño, y Kodachi esquivo a un lado. Su puño derecho se elevo hacia arriba y llevo a la cabeza de la otra chica al otro lado. Ellas rápidamente intercambiaron golpes y bloqueos antes de apartarse una vez más.

La chico rubia escucho los susurros alrededor de ellas, y su furia creció. Ella había sido la mejor chica en esta academia desde que ella llego. Ninguno de las otras chicas mayores se había atrevido a desafiarla así, incluso las que eran combatientes como ellas. La pequeña ratoncita de Kodachi Kuno había encontrado agallas. Parece que ella iba a tener que sacárselas y enseñar a la otra chica tu lugar aquí. ¡Ella gobernaba esta escuela! ¡Asuka Saginomiya! ¡Kodachi Kuno no era NADA!

Asuka saltó hacía la muchacha Kuno y comenzó a lanzar un asalto furioso de golpes y patadas. Le dio un shock al descubrir que su oponente bloqueaba o esquivaba cada ataque, y un puño de su contraataque se deslizó más allá de su defensa a sus costillas. No haciendo caso del dolor repentino, ella condujo su codo para arriba, debajo de la barbilla de su enemiga, llevando su cabeza atrás. Ella siguió rápidamente con un salvaje rodillazo al estomago de la otra chica.

Retrocediendo, lagrimas salieron de los ojos de Kodachi por el dolor de los dos golpes. Ella esquivo una patada aérea de Asuka y atacó hacia arriba con un patada suya, logrando atacar a la rubia justo debajo del vientre. Ella lo siguió con un sólido golpe con su puño que cogió al Lirio Blanco por sorpresa. Su cabeza casi estallaba, una mirada blanca en sus ojos, mientras la chica Kuno realizo un giro completo y condujo su pie hacia la cara de su adversario en una poderosa patada giratoria, poniendo toda la fuerza completa de sus caderas detrás de su ataque.

La cabeza de Asuka le daba vueltas, y la sangre llegaba a su boca, mientras su cuerpo voló de nuevo para desplomarse duramente en una de las mesas donde almorzaban.

'Estoy perdiendo....' La incredulidad total coloreaba los pensamientos del Lirio Blanco. Ella yació allí por un momento, mirando algo mareada el cielo.

Cayendo nuevamente a una postura lista, Kodachi inclinó su cabeza a cada lado, escuchando crujir los huesos del cuello y ponerse nuevamente en su lugar. Una sonrisa aparecía en su cara mientras ella notó a las otras chicas que tenían expresiones casi de asombro. 'Hay una nueva Kodachi Kuno en la ciudad, señoritas,' pensó la chica cabello oscuro con una sonrisa. Estableciendo su nueva lugar en la escala social en el que estaba algo atrasada, especialmente contra los abusos de la chica Saginomiya.

La muchacha rubia sacudió su dolor. Su enemiga era más rápida y más experta de lo que ella había sospechado. El miedo la llenó brevemente pero fue rápidamente substituido por más cólera. ¡Ella no iba a perder contra es princesa mimada! Ella se elevo de la mesa en un atrevido salto que la llevó hasta el cielo.

Kodachi perdió de vista a la otra chica en el sol. Cubriendo su cara con una mano, casi fue atrapada por sorpresa por el rápido descenso del Lirio Blanco. El pie de la muchacha rubia la golpeo en el hombro, lo que la llevo a la hierba en su caída. Ella se puso de pie solamente para ser atrapada por los puños de Asuka a su cara en una rápida sucesión antes de que ella pudiera recuperarse completamente, haciendo que casi perdiera el sentido.

"¡No eres NADA, Kodachi Kuno!" gritó la rubia en su cara. "¡Quiero que admitas eso!" Su puño golpeó a Kodachi a su cara una vez más, incluso más duro que antes. "¡No eres ninguna peleadora! ¡Pídeme sinceramente disculpas, o TE ROMPERE!" De nuevo su puño ataco la cara de la chica Kuno, haciendo que cayera.

Desequilibrada, sus pensamientos confusos, Kodachi se sentía siendo levantada por el frente de su uniforme. Sus pies colgaron contra la hierba. Ella se sentía extrañamente distante, y observaba inmóvil la sangre que escapaba de su nariz. 'Mi madre se molestará conmigo por estropear mis ropas,' ella pensó mientras su claridad volvía lentamente.

Sosteniendo a su enemiga arriba con un brazo, Asuka estaba confiada de que ella había recuperado el control de la situación. Ella dio una cachetada a Kodachi duramente un par de veces, mirando los ojos de la otro chica volver a enfocarse en ella una vez más. La mirada del Lirio Blanco era fría. "Despierta, Kuno-Hime. Hora de acabar esto."

Ella levanto su puño y ataco de nuevo, una sonrisa confiada en su cara, a pesar de la sangre que desbordaba de su labio partido y una nariz dañada.

La mano de Kodachi cogió repentinamente el puño de la otra chica en medio camino lo sostuvo allí.

"De acuerdo." En su cara apareció una sonrisa repentina y cruel. Asuka podía solo parpadear en sorpresa cuando la mano libre de la otra chica atacó duramente su quijada, levantando su cuerpo en el aire. Mientras que la rubia todavía descendía por el aire, Kodachi puso una mano en la tierra y lanzó ambos pies contra el estómago de su enemigo. Ambos impactaron duramente, sacando el aire de los pulmones de la muchacha rubia.

El cuerpo de Asuka se estrelló en la tierra, inconsciente. 'El Lirio Blanco había sido podado,' Kodachi pensó con una sonrisa cansada. La luchar le había tomado más de lo que ella pensó al principio. Ella dejó sus rodillas ceder a la tierra mientras recuperaba el aliento y limpiaba la sangre que salía de su nariz con su pañuelo. 'Larga vida a la nueva Kodachi Kuno,' ella murmuro.

La chica Kuno estaba parada cuando las ayudantes del Lirio Blanco vinieron a ver a su líder caída. Un solo fulgor de sus ojos paró a cualquiera de ellas en pensar en vengarse por la derrota de la otra chica. No haciendo caso a los susurros de sorpresa de la muchedumbre, ella nuevamente caminó tranquilamente hacia dentro del edificio, una sonrisa cansada en su cara. Era hora de realizar algunos otros cambios en su vida.

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"De modo que esa es la historia de cómo ella llego herida," comentó con tranquilidad Kuno. "Ella no me dijo cómo ella obtuvo esos golpes en su cara, clamando que eran de un accidente en su clase de gimnasia." Él estaba menos incomodo por esta nueva revelación de lo que él había pensado que podría estar. "Mi hermana ha elegido seguir el camino de un guerrero, como verdadera hija de los Kuno. Alivia mi mente un poco que ella puede cuidar de si misma."

"¿Entonces eso significa que puedo invitarla a una cita ahora?" Mikado bromeó en un tono medio serio. Él vio al heredero Kuno mirándolo de forma neutral, y él tosió en su puño. "De todos modos, ¿Donde supones que ella ha estado yendo después de las clases en estas últimas semanas? "

"No sé, mi amigo. Le pregunté sobre ello una vez, y me solicitó que la dejara sola en sus asuntos."

"¿Lo hiciste?"

"Por supuesto. Respeto los deseos de mi hermana. Si ella desea estar sola, entonces lo haré."

"¿Qué tal si ella está viendo a un hombre?" Mikado inquirió ocioso. Hubo una muy repentina calma en su amigo, una calma casi mortal. "¿Kuno-kun?"

"Mi hermana no haría tal cosa," contestó al otro chico lentamente. "Ella sabe lo que haría a cualquier hombre que se aprovechara de su ingenua inocencia. ¿Has oído algo?"

"Umm, no realmente. He oído solamente que ella ha estado pasando algo de tiempo cerca de los predios de la Academia Imperial últimamente. Quizás ella se hizo amiga de una de los cadetes femeninos."

"Eso puede ser. Quizás debo hacer una investigación en este asunto más a fondo por mi mismo. Si ella ha visto a un hombre en secreto, entonces ese sinvergüenza furtivo responder a la fuerza de Tatewaki Kuno!"

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Su clase de Educación Física había sido una sorpresa desagradable para Ranma cuando él primero llegó la academia hace varias semanas. Mientras que él corría varias millas por día y estudió gimnasia por su propia iniciativa, su padre hizo poco esfuerzo en mejorar el funcionamiento físico de su hijo, concentrándose solamente en sus capacidades mentales mientras que estaban en sus viajes. El entrenador Takami, su instructor, le asigno a él entrenamiento extra después de sus clases normales hasta que él estaba satisfecho con el nivel de rendimiento del chico. Ese entrenamiento era en adición a todos lo que se le esperaba que hiciera en su período regular de Educación Física durante el día.

Debido al descontento del entrenador con su rendimiento, semanas de dolor y sudor siguieron, construyendo la constitución de Ranma hasta su presente nivel. Tres horas de entrenamiento intensivo por seis días a la semana habían hecho sorpresivos cambios en su cuerpo: acumulando y entonando sus músculos, así como mejorar su coordinación. Su coordinación y flexibilidad era ya muy buenos de su entrenamiento de gimnasia y ambos se pusieron incluso mejor, pero su fuerza y estamina habían estado debajo de lo que su entrenador sentía que era satisfactorio. Akane estaba entre los que habían gozado en enseñar al "debilucho" por esas semanas, especialmente cuando ella lo lanzaba durante su entrenamiento de combate.

Hoy, mientras el chico de la trenza se puso su uniforme de entrenamiento, las cosas se sintieron extrañamente diferentes. Esa gracia inconsciente la cual lo había poseído por varios momentos después de su prueba se estaba haciendo sentir sutilmente en sus movimientos de nuevo, como si algo cambiara dentro de él. Él esperaba que no lo molestara durante clase, especialmente no hoy. Como era por tres días a de la semana, hoy era el entrenamiento de lucha con su compañero asignado en la clase.

Desafortunadamente, esa compañera era Akane.

Más que cualquier otra chica, ella parecía tomar una cierta medida grande de satisfacción en apalearlo cuando los instructores no los miraban demasiado de cerca. Sus compañeros masculinos eran algo comprensivos, pero eso era una comodidad pequeña, especialmente cuando ella lo molía en la estera por quinta vez en una hora como generalmente lo hacía. Ranma deseó vencerla solo una vez. Ella siempre era tan engreída sobre sus victorias sobre él, y lo irritaba mucho.

Él cerró su casillero y caminó hacia el área del gimnasio. Una tempestuosa lluvia batía duramente contra las ventanas, ocasionalmente rota de vez en cuando por el brillante destello de un relámpago. Era un extraño y siniestro signo por lo que al chico le concernía. Él esperaba que no significara que él iba a romperse algo hoy.

Akane caminó más allá de él para hablar con algunos de sus amigas, favoreciéndolo con una breve mirada de desdén. Ella le sonrió a él y sostuvo su palma izquierda arriba por un momento, antes de chocar su puño en ella con un sonoro golpe. Ella notó que había algo diferente sobre su usual compañero de entrenamiento hoy, pero ella no podía identificar que era. Ella sacudió su cabeza. Como podía preocuparse alguna vez de un debilucho como Ranma, ella pensó en suave disgusto.

Durante los calentamientos iniciales, la chica Tendo se seguía encontrando haciendo furtivas miradas, frustrándose un poco. ¿Qué le pasaba a ella? Ella no podía lograr sacarse la sensación de que había algo intangiblemente diferente sobre el chico de la trenza hoy, y le carcomía. Todo lo que ella podía decir era que había algo diferente en sus movimientos, una gracia casual que era solamente notable por su anterior ausencia.

Ranma siguió notando a Akane mirándolo a él por la esquina de su ojo, y lo incomodó. '¿Para qué ella sigue mirándome?' Él se preguntaba sobre eso mientras él se estiraba y se preparaba para su cercano conflicto. Un fuego competitivo comenzó a quemarse en él, algo que él nunca había sentido antes. Lo asustaba un poco.

Después de que los ejercicios de calentamiento acabaron, él se encontró encarándola a ella en la estera de prácticas. Se arrodillaban, menos de dos metros de separado el uno del otro. Ella le mostró los dientes en una sonrisa mixta mientras se estudiaban cuidadosamente. El par se encontró sostenido por la mirada del otro.

"¿Piensas que puedes ofrecerme un desafío hoy, Saotome?" ella pregunto calladamente.

"Quizá puedo darte una sorpresa o dos, Tendo." Ranma le dio una mirada confiada.

"Suena bien para mi, Saotome." Ella lamió repentinamente sus secos labios brevemente, mientras continuaban sosteniendo la mirada fija del otro, sonriendo de una manera seria. Sus corazones latieron con fuerza, su respiración se profundizada, y había casi, pero no exactamente, una atracción sexual en el aire entre ellos. Había una cosa que ambos nacieron para hacer, más importante para ellos que la vida misma, y ellos podían sentirlo lentamente asumiendo control, convirtiéndose en inevitable.

El entrenador se puso en el medio, ladrando en voz alta las usuales instrucciones antes de la lucha. Mientras la clase esperaba por la señal de inicio, Ranma se encontró a sí mismo impaciente por comenzar. Su mente estaba en un estado de enfoque supremo, uno que él había sentido unas veces antes pero nunca antes en la clase de lucha física. Él se lamió los labios, sus ojos nunca dejaron a la chica Tendo como sus ojos nunca dejaron los suyos.

El entrenador Takami se paro en el borde. Como un oficial militar jubilado, él tomó gran orgullo cuando sus estudiantes rendían. Si no lo estaban haciendo bien, él era un demonio encarnado. El entrenador levantó su mano y la dejo caer rápidamente.

"¡COMIENZEN!"

En un momento el par estaba de pie, encarándose, el momento de la verdad había llegado. Acometieron juntos, los dos ahora usaban esas sonrisas mixtas. Akane tomó la ventaja inicial, probando las defensas de Ranma con sus propios fuertes puños. Ella no contuvo nada, aun cuando era entrenamiento, pero él no estaba parado o moviéndose como solía hacer y el logró esquiva o bloquear cada uno de sus ataques.

Mirando ese momento más después en sus memorias, el chico de la trenza sintió como si algo largamente desaparecido finalmente se puso en su apropiado lugar dentro de él. Su postura levemente torpe se puso firme y sus movimientos llegaron a ser más rápido y más seguros. Akane lanzó un ataque a su quijada, y su cabeza se desvió a un lado. Ella lanzó una patada a su pecho, y él inclinó su espalda brevemente para esquivarla. Él se sentía totalmente en control del curso de la lucha, y él nunca siquiera se detuvo brevemente a preguntarse por qué.

Un milagro había sucedido.

La chica Tendo se preguntaba que andaba mal, mientras su adversario se hacia a un lado de sus puños. ¿Por qué ella seguía fallando en darle? Él no era normalmente tan bueno. ¿Había estado él ocultando su verdadera habilidad de ella todos este tiempo?

Ella frunció el ceño en desconcierto, y ella comenzó a atacarlo incluso más duro y más seriamente. Ranma encontró sus defensas capaces de bloquear o de esquivar cada uno de sus ataques mientras se volvían más y mas rápidos, solamente sus defensas de ella lo mantenían a raya también. Él lanzó un puño o una patada y su brazo lo bloqueaba, o ella esquivaba. Una pasión extraña llenó a la chica Tendo. Nunca antes ella se sintió tan desafiada por un oponente. Era glorioso y maravilloso para ella, y nunca quiso que se terminara.

No se habló ninguna palabra entre ellos, breve gruñidos de esfuerzo eran lo único sonidos que hicieron. Había una intensidad increíble entre ellos, un tono en su batalla que no requería que se hablara ninguna palabra. Esto era una prueba del músculo, hueso, nervio y voluntad. Esa extraña, casi sexual tensión entre ellos continuó creciendo mientras luchaban. Ellos chocaron con el otro, cada uno intentando dominar al otro en una prueba de fuerza y de habilidad.

Por un acuerdo no hablado, ellos subieron la velocidad de su entrenamiento un nivel, luego otro, y otro más. El mundo alrededor de ellas se descoloraba, y se convirtió en una danza de habilidad entre los dos. Akane era un combatiente supremamente capaz, pero Ranma se encontró capaz de soportar su ataque tras ataque por primera vez en su vida. Él estaba tan perdido en las pasiones del momento engendrados por la lucha que él no pensó en preguntarse por qué.

Sus movimientos casi se convirtieron en una mancha en movimiento, la intensidad lentamente alcanzaba un clímax, y la danza llegaba a su inevitable cierre. Esta lucha de voluntades, de pasiones entre ellos, los envolvía, los llevaba a ella como una pareja en coito aproximándose al orgasmo. Algo primitivo había tomado posesión del chico de la trenza, una necesidad de mostrar su supremacía al derrotar a Akane.

Uno de sus puños logró romper su defensa, y él comenzó a tener la ventaja. Casi sin piedad, atrapado en el hechizo en el que estaba, él comenzó a cansar a Akane con sus poderosos puños de gran alcance: un golpe a su barbilla, una patada a su estómago, y otro fuerte y sólido puño a sus costillas. Sus ataque de ella solo lo rozaban, y un sentido de exaltación lo llenaba. Sin siquiera pensarlo, él comenzó a lanzar una final secuencia de ataques que le habrían dado el triunfo. Él estaba tan enfocado en la lucha que él nunca cuestiono cómo él sabía eso con tanta certeza.

"¡SEPARENSE!"

Ambos combatientes se congelaron repentinamente en su lugar al sonido distintivo del entrenador, entrenados para que sea innegable incluso en el calor de la batalla. El hechizo entre ellos se rompió en un instante, y su conocimiento del mundo alrededor de ellos volvió con fuerza. El sudor caía por la cara de Ranma, su pelo empastado en su cuero cabelludo. Ella casi lucía tan cansada como él.

Ranma tomó varias respiraciones profundas, sintiendo su ritmo cardíaco regresar de nuevo a lo normal, y Akane hizo igual. Sus ojos lo estudiaban con mucho más cuidado que antes, y había un flash sutil de algo nuevo que nunca había estado en su mirada antes. Él intentaba difícilmente no mirar fijamente a su pecho levantado en su gi mirando a sus compañeros.

El resto de la clase estaba parado alrededor de los dos, mirando fijamente al dúo con miradas de sorpresa. Ranma se dio vuelta y miró a la chica Tendo mirándolo fijamente a él con una mirada extraña, casi exaltante. Algunas conversaciones en susurros ocurrían, pero él tenía dificultad en oírlas por el trueno de sangre en sus oídos. Algunas de las chicas le daban miradas de apreciación que nunca le habían dado antes, y algunas de los cadetes masculinos lo miraban como si lo vieran por primera vez.

"¡Saotome-san!" La voz del entrenador Takami tenía un tono que Ranma nunca había nunca oído antes, por lo menos no dirigido a él. "¡Eso fue simplemente magnífico! ¡Todas estas semanas de entrenamiento finalmente han rendido fruto! ¡Yo sabía que había un peleador dentro de ese exterior de nerd!" el hombre lucía miraba como si estuviera casi a punto de llorar. Ranma nunca había visto eso suceder antes.

El chico de la trenza solo se paro allí en un estado de shock. Akane cambio de expresión y le dio una mirada de apreciación, sus facetas se colocaban en una algo disturbadora sonrisa. Ella sacudió su cabeza, dispersando algunas gotas de sudor de su pelo. Él enfoco su atención de vuelta a ella, y en su cara con un esfuerzo sorpresivo de voluntad. Había un extraño brillo en sus ojos, como si ella acababa de descubrir un secreto que le molestaba y le satisfacía.

"Un encuentro asombrosamente bueno, Saotome," dijo Akane suavemente mientras lo miraba a él con esa expresión extraña en su cara. "¿Quizás podríamos concluirla algún día?" Ella se acerco a él, una vaga mirada seductiva agregada a su sonrisa. "¿Hoy después de clases quizás?"

Él la miró fijamente a ella como si no pudiera comprender nada de lo que ella decía, el intento poner sus pensamientos en orden. ¿Qué demonios le pasaba a Akane hoy? ¿Ella parecía casi interesada en él? Ranma se detuvo brevemente para intentar y analizar la situación lógicamente, ahora que sus pensamientos estaban libres de esas sensaciones extrañas que habían estado sobre él durante la pelea de entrenamiento. Las cosas no computaban bien.

Ella alcanzó y asió suavemente una de sus manos y no parecía que ella lo iba a dejar a ir pronto. Su apretón era fuerte para una chica, la mano moderadamente callosa por su entrenamiento, y estaba muy caliente contra la suya. Había una promesa vaga en sus ojos, una mirada casi maniaca en su cara. Él tragó saliva por su repentinamente seca garganta, e intentó pensar en algo que decir. Nada salía.

Su contestación fue cortada antes de que él pudiera hacerla mientras la clase terminada, y la muchedumbre alrededor de ambos se apartaba. Algunas de las chicas reían nerviosamente mientras se llevaban a la chica Tendo lejos, y ella charló bastante animadamente con ellas. Antes de que ella saliera de su vista, Akane se detuvo brevemente para darle una mirada enigmática. Cuando él no respondió como ella parecía esperar, ella se dio la vuelta y se dirigió a los vestidores, murmurando en voz baja. En el otro extremo del edificio del gimnasio, la mayor parte de sus compañeros estaban un poco inseguros de que opinar de él hoy, así que lo dejaron mientras él caminaba penosamente a los vestidores.

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Como ella había estado haciendo por las últimas semanas, Kodachi estaba parada fuera de los terrenos de la Academia Imperial y miraba el área de la puerta delantera. Su pecho le pesaba un poco por la larga carrera desde la Academia Blackhall, y ella se inclino contra el árbol en el que se ocultaba detrás mientras recuperaba su aliento. Una puntada suavemente dolorosa en su costado se desvanecía, un recordatorio del golpe que recibió allí en su última lucha con Asuka. Una breve sonrisa llego a su cara al recordar la pelea.

Solamente un día después de que su primera lucha concluyera con la victoria de la chica Kuno, la auto-proclamada Lirio Blanco la desafió otra vez. Esa lucha terminó casi igual, Kodachi se sacudía las manos mientras ella dejaba yaciendo a la rubia vencida en un montón de hierba. Los instructores eran reservados en el tema, lo que la desconcertó. Ella preguntó a uno de ellos acerca de eso y se le fue informada que tales vendetas eran asuntos del estudiante, debido a su estatus en la sociedad. Ella y Asuka podían batirse al parecer a diestra y siniestra, mientras no interfiriera mucho con su trabajo escolar.

El Lirio Blanco rechazó admitir derrota, y cada lucha dio a Kodachi un poco de desafío. Sin embargo, en ninguna llego tan cerca como la primera lucha que habían tenido. Ella lo miraba como buen entrenamiento para sus habilidades de artes marciales, algo que su práctica solitaria en casa no le había dado. La rubia había victimado a su yo anterior desde el primer día de clases, por razones que ni la vieja o nueva Kodachi entendían bien. Tratar con la otra chica fuera de una pelea era algo difícil; ella rechazó hablar con la chica Kuno con excepción de para gruñir amenazas o insultarla.

Así las luchas continuaron cada día. Dependiendo del humor de la nueva enemiga de Kodachi, el Lirio Blanco la desafiaba a ella cuando llegaba en la mañana para las clases, o durante el período del almuerzo. Casi siempre, luchaban afuera en la hierba donde había un montón de lugares para el movimiento acrobático. En ocasiones raras, la otra chica incluso se presentaba en el salón de Kodachi, atacaba con su furia salvaje, y la lucha comenzaba. En esas pocas ocasiones, la arrogante rubia era a veces enviada por la ventana como un gambito en la lucha, y a veces era Kodachi misma. El instructor se opuso solamente a la intrusión una vez, cuando fue durante un examen la semana pasada.

Todas las otras chicas en Blackhall gozaron al mirarlas luchar, aunque habría escandalizado a sus padres si lo supieran. Pocas habían recibido alguna vez algo de entrenamiento en combate; era solo algo que señoritas apropiadamente educadas simplemente no hacían. Pero recibieron una emoción secreta al ver a dos de sus compañeras en batalla salvaje la uno contra la otra. Durante la hora de comer, las chicas comían sus almuerzos y miraban el par dándose golpes como si fuera una demostración preparada.

Por su parte, las luchas eran una diversión casi agradable de las preocupaciones de Kodachi sobre qué hacer con Ranma. Por casi dos semanas ya, ella había estado observando la versión de él en esta línea temporal mientras él seguía con su vida. Ella sentía un dolor vago en su pecho al verlo a él, más de que ella pensó debía sentirse por alguien que había solamente considerado como un amigo para ella en su otra vida. Ella lo miró desde una distancia y se pregunto que decirle a él.

Ella lo vio caminar por la entrada delantera de la Academia Imperial el solo, y su respiración se congelo en su garganta. Ella se escondió detrás del árbol y lanzo un suspiro profundo de alivio cuando él no pareció notarla. 'Él se parece tanto a mi Saotome-kun,' ella se cogió pensando. Entonces ella frunció el ceño, maldiciendo su propia estupidez. 'Por supuesto que si, muchacha tonta,' ella pensó.

Mirado a escondidas por el borde del árbol, ella lo vio caminar por la calle, aparentemente perdido en sus pensamientos. 'Muy bien, hoy es el día en que me presentare,' ella pensó con una oleada repentina de confianza en ella, llevando su puño derecho para arriba delante de su pecho. Ella tomó un par de pasos detrás de él, y entonces su resolución comenzó a desmenuzarse.

¿Qué le diría? ¿Cómo le explicaría quién era ella sin sonar como una loca? ¿Qué tal si él no estaba trabajando en nada como el resonador? ¿Qué tal si él no era nada como su análogo de su mundo? Todas estas preguntas giraban por su mente, quitando la fuerza de sus convicciones. Ella estaba parada allí mientras él caminó por una esquina y fuera de vista.

"Cobarde," ella murmuró una maldición a si misma. "¡Debilucha!" Ella dio una patada a pared próxima de ladrillos, agrietándola. Abrumada con extrema frustración, ella estalló en lágrimas y corrió a su casa tan rápidamente como podía. Ella incluso no notó a nadie en sus camino de nuevo a la mansión Kuno, corriendo tan rápidamente como podía.

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Después de que Kodachi se fuera en lágrimas, Kuno caminó fuera de donde él había estado observándola. Un ceño oscuro estaba en su cara. La cara del hombre que había hecho a su inocente hermana llorar estaba marcada en su memoria, y su imaginación se llenó de numerosos hechos oscuros que ella debe haber sufrido en las manos de ese extraño que produjo tales lágrimas. Él reclinó su mano en el mango del bokken que estaba en su cintura. Una poderosa necesidad de venganza lo llenó mientras que él camino a saltos a través de la tranquila calle para exigir a la administración de la academia el nombre que iba con esa cara.

Entrando a través de la entrada abierta, el joven noble casi atropello a una cadete femenina que estaba en camino afuera. Tambaleando, el logro agarrarla a ella en un atento de evitar la caída de ambos, causando que ella dejara caer su mochila. El empezó a ofrecer una disculpa cuando el sintió sus manos removidas fuertemente de donde estaba agarrando.

"Cuidado donde pones las manos, quienquiera que seas," Nabiki gruñó en voz baja, antes de recuperar su equilibrio y su pose normal. Kuno parpadeo con sorpresa, no acostumbrado a que se refieran a el en una manera tan casual.

"Fue un accidente, nada más," él dijo firmemente, su necesidad de conservar su dignidad surgió adelante. "Procuré simplemente impedir tu caída. No soy la clase de hombre que haría otra cosa."

"Si, como sea." Nabiki se arrodillo para recoger su mochila. Ella se paro de vuelta, observando su uniforme, y mirándolo a él directamente a los ojos. "¿Así qué, que le trae a la academia imperial, mi joven lord?"

No haciendo caso a la impertinencia de la chica de mirada fría frente a su más importante misión, Kuno se puso en una pose rígida. "Busco el nombre del sinvergüenza que ha profanado a mi inocente hermana" él proclamo. "Lo vi pasar a través de estas puertas hace meros momentos."

Nabiki se detuvo brevemente en medio de enderezar su uniforme. Una ocasión de hacer un poco de dinero extra había aparentemente chocado con ella. Ella puso una sonrisa agradable en su cara, mezclada con solo la cantidad justa de simpatía y entendimiento. "¿Quizás puedo ser de alguna ayuda para usted, Milord? ¿Milord-?"

"Tatewaki Kuno, edad diecisiete," él contestó, como si le dieran una señal. En la distancia, un relámpago destellaba. "La estrella de la mañana entre los nobles guerreros del Imperio, invicto en combate, y el heredero orgulloso de la noble casa Kuno, a su servicio." Él lucio un poco decepcionado cuando ella no se arrodilló ni se arqueó inmediatamente hacía él. 'Plebeya impertinente,' él pensó en irritación, pero había algo ligeramente peculiar sobre ella. Él sacudió esa sensación de distracción, tenía una misión que realizar.

"Saludos, Kuno-dono," dijo Nabiki mientras ella se arqueó al nivel apropiado, intentando muy difícilmente no caerse en carcajadas en frente de ese inflado ególatra parado tan pomposamente ante ella en su uniforme almidonado de colegio. En su mente había un revoltijo de sensaciones similares a lo que ella había sentido al ver a Ranma por primera vez, pero ella no hizo caso de la inesperada distracción para concentrarse en su negocio. "Soy Nabiki Tendo, segunda hija del director auxiliar Soun Tendo del Ministerio de Seguridad. Estoy muy al corriente de casi todas las caras de los cadetes que atienden aquí. Si me lo describe a mí, estoy segura de que podría darle el nombre, por un pequeño honorario."

"¡¿Qué?!" él farfulló en sorpresa. "¿Intentas cobrar a un señor del Imperio? ¿Acaso no sabes que el samurai tiene el poder imperial para matar a cualquier campesino que está parado en su camino? Podría despacharte por menos." Él puso su mano en una manera más amenazante en el pomo de su arma. "¿Qué clase de mujer eres tú?"

"Una práctica, Kuno-dono," Nabiki contestó secamente, no haciendo caso de su amenaza. "Tengo información que requieres, y soy tu única opción ahora. Las oficinas de la administración ahora están cerradas, pero siempre podrías volver mañana." Él resopló peligrosamente. "O podrías pagarme un pequeño honorario por mi favor, y yo podría darte el nombre del cadete ahora mismo. Debo también precisar en este momento que la familia Tendo es de la nobleza menor también, Milord."

El joven noble parpadeo, sus manierismos arrogantes tambalearon un poco, mientras él preguntó, "¿Pero porqué, si eres noble, atiendes a esta escuela de campesinos?"

"Los Tendo han servido al Imperio con distinción por varios siglos en tales capacidades, Milord," dijo la muchacha con suave énfasis sarcástico en sus palabras. "Toma nota de que estás buscando información de mí ahora, una tarea que mi educación me ha enseñado bien cómo satisfacer. ¿Ahora, deseas pagarme, o yo sigo por mi camino?"

"Muy bien," él gruñó. "Sin embargo no olvidaré esto pronto, Tendo-san. Considera esto la primera y última vez que recibes dinero de la noble casa Kuno. ¿Cuánto requieres?"

"Dos mil Yenes deben cubrir un nombre," Nabiki contesto suavemente. "Cinco mil si también deseas una dirección." Ella sostuvo su mano y él rápidamente contó los cinco billetes de mil-Yenes. Ella dio una mirada al número restante de billetes en su billetera y trago algo de saliva. Era más de lo que ella ganaba en un mes. Ella archivó ese pedazo de conocimiento para referencias futuras, ya planeando cómo ella podía mejorar sus ingresos proporcionando ayuda futura a alguien como él.

"El bribón era así de alto," dijo Kuno, gesticulando con su mano. "De aspecto como un muñeco, pero también obviamente posee astucia de animal si él pudo engañar a mi hermana con palabras de tentación. Sus ojos eran azules, y cara casi afeminada, y llevaba su cabello atado en una coleta. Él lucía casi como cualquier otro plebeyo, indigno de siquiera mirar a una noble mujer como mi apreciada hermana."

Nabiki había estado asintiendo con su descripción hasta que el noble mencionó la coleta. '¿Ranma Saotome?' Ella estaba sorprendida, pero no dejó muestra de ello en su. 'Vaya, vaya, Ranma-kun, ¿Que has estado haciendo?'

"Conozco a la persona de quien hablas."

Kuno, olvidándose de las reglas de propiedad en su rapidez por adquirir la respuesta a su pregunta, la asió por los brazos y la sacudió ligeramente. "¡¿Sabes de quién hablo?!" él gritó. "¡Dímelo para que pueda castigarlo por los males él ha hecho a mi hermana!"

La chica de Tendo le dio una mirada neutral, una ceja levantada levemente arriba del nivel de la otra. Él parpadeo y calladamente la soltó.

"Mis disculpas, Tendo-san," él dijo más tranquilamente. "Me temo que me supero mi cólera justa contra esta persona a que busco. Perdóname por favor por mi indigno comportamiento. No digno de un noble señor de nuestro Imperio como yo."

"Te perdonaré, si me perdonas para mi rudeza anterior," Nabiki dijo suavemente, agradecida por una ocasión de preservar un potencialmente lucrativa relación. "Me asusta ser agarrada por un hombre extraño de esa forma."

"Estamos de acuerdo entonces, Tendo-san," él dijo, su ecuanimidad original restaurada. "Por favor dime el nombre de esa persona, de la que puede ser que exija justicia sobre él."

"Su nombre es" ella vaciló por un momento. Ella todavía no había decidido si ella deseó Ranma para si, pero ella no pensó que el noble fuera a matarle. Él probablemente solo iba a asustarlo. "Su nombre es Ranma Saotome."

Un relámpago destellaba repentinamente detrás de Kuno, y él parecía grabar la identidad de su enemigo en su memoria. "Ranma Saotome," él severamente murmuro, asintiendo su cabeza levemente. "Te llevaré una digna justicia. ¡LO JURO!" Él levantó sus brazos a los cielos y comenzó a reír.

Delante de él, Nabiki levantó una ceja mientras lo miraba fijamente en asombro. ¿Con qué clase de lord loco se acababa de implicar?

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Inconsciente del drama que acababa de ocurrir detrás de él en lo Predios de la Academia, Ranma pensaba profundamente caminó a su casa, su mochila lanzada sobre su hombro. Tanto en que pensar. Sus capacidades de combate estaban mejoradas grandemente, lo que era simplemente asombroso. Él miraba su mano e hizo lentamente un puño.

Papá de segura se sorprenderá cuando le digo los resultados de mi primera prueba. Esperen un segundo. ¿Papá? El chico de al trenza sentía un ligero asombro mezclado con preocupación. Hasta ese momento, Genma Saotome había sido siempre "padre" en sus pensamientos. Él estaba aparentemente cambiando adentro, quizás más de lo que él esperó. Él se preguntaba si él debía evitar volver a esa personalidad del quantum. Él considero eso y lo rechazó. Si él rechazaba una línea temporal debido al miedo a la contaminación mental, entonces él podía también abandonar el proyecto entero. Y eso no era algo que él estaba preparado para hacer. Había demasiado que ganar.

Él doblo por una esquina, y casi se choco con Akane. Ella estaba apoyada casualmente contra la pared de un callejón que él utilizaba en su camino diario a casa, y ella parecía esperar a alguien. Su mochila sentada a sus pies, y de ella tenía los brazos cruzados delante de su pecho. La mirada en su cara era una de molestia por algo. Ella la miraba mientras él casi se tropezó con ella.

"Akane, quiero decir, Tendo-san." Ella estrecho sus ojos a él, y él comenzó a sentir que correr puede ser una buena idea. Él no estaba seguro de porqué exactamente, pero él estaba seguro de que ella estaba enojada con él por alguna razón. Entonces, su expresión cambió sutilmente.

"Saotome-kun," ella dijo suavemente, su voz poseía un casi sutil calidad. Ella se alejo de la pared y levantó sus puños, su cuerpo estaba en una postura ofensiva. "¡Te desafío!"

"¿Huh?" Él tomó otro paso atrás, y su mucho cayó de sus repentinamente nerviosos dedos. "¿De qué estás hablando? No deseo luchar contigo." Así como habló, él sabía que era una mentira. Más al tanto de ellos ahora, el chico de la trenza salvajemente hecho a golpes ese hechizo de emociones que lo había agarrado en clase. Él no iba a perder el control así otra vez.

"Deseo acabar con lo que comenzamos hoy, en clase," continuo con el mismo tono suave y bochornoso de voz. "Tus habilidades en las artes marciales eran increíble." Ella avanzó un medio paso en su dirección, y una seductiva sonrisa floreció en su cara. "No sé como mejoraste tanto tan rápidamente, pero yo deseo ver cuan bueno realmente ahora eres."

Ranma no quería nada de eso.

"No sé cuál es tu problema, pero solo deseo irme a casa ahora," él dijo gruñonamente, algo de cansancio en su voz. Él se dobló para tomar su mochila, y su patada repentina casi le quito su cabeza. El chico de la trenza movió hacía atrás su cuerpo, y su patada paso rozando su cara, fallando por menos de un centímetro. Su cuerpo tomó una postura de luchaba antes de que se diera cuenta de eso.

"Nada mal," Akane dijo con una sonrisa contenta. "Debes ser muy bueno para poder ocultar tu habilidad de mí por tanto tiempo." Ella se lanzó a arremeter contra él. "¡Ahora luchemos!"

Ranma salto para atrás fuera del callejón, esquivando un ataque furioso de puños y patadas de la chica Tendo. 'Ella es seria sobre esto,' él pensó, intentando controlar sus propias emociones que se levantaban mientras él bloqueó y esquivo los ataques al mismo tiempo. Él dio un salto sobre su cabeza, y la ataco a ella con una patada voladora. Ella la bloqueó levantando su brazo, y ella lo golpeó con un sólido contraataque contra su vientre.

El puño golpeo contra su estómago, sacando el aire de sus pulmones. Sus reflejos actuaron de inmediato en ese punto, ejecutando un sólido golpe de palma a su quijada. Su cabeza fue llevada para atrás, y se separaron. '¿Esta ella sintiendo las mismas cosas que él? Esto es solo una locura.'

Akane tragó un poco de sangre mientras sentía su quijada, ninguno de sus dientes parecían estar flojos. 'Saotome-kun, eres un buen combatiente,' ella pensó con una sensación cálida, casi cariñosa, y el conocimiento de que ella había encontrado la meta de su vida. A ella le había estado faltando un verdadero desafío en su vida. Cuando habían luchado juntos hoy, era como si fuera por primera vez. Ella ahora sabía que él era el que ella había estado buscando. Ella sonreído muy coquetamente a él, y su cara de él se blanqueada levemente.

"¿Podrías por favor decirme porqué estamos luchando?" Ranma estaba casi ahora desesperado por evitar una lucha. Él esperaba que él pudiera encontrar alguna manera de razonar con ella. Él no tenía ningún verdadero deseo de lastimar a Akane, ni ser dañado por ella tampoco.

"Por el desafío, por supuesto," ella contestó con una risa ahogada en su garganta, sonriéndole a él. "Pelear con un oponente fuerte es divertido."

"¿Divertido?" El chico de la trenza detectó la verdad en lo qué Akane dijo pero trataba muy duramente de negarla. Él se detuvo brevemente para pensar en eso, y ella estaba toda sobre él otra vez. Uno de sus puños alcanzo su cara, pero su rodilla impacto contra su lado. Ellos bloquearon cada una de los puños y patadas del otro, pero más de los puños de ellos lograban pasar. Él intentó lanzarla lejos de él, pero su equilibrio estaba mal y ella invirtió rápidamente su asimiento. 'Oh no,' él pensó en horror, pues él sabía lo que estaba a punto de suceder.

Ella lo impactó de golpe contra el concreto de espaldas, y le dio una rápida sucesión de izquierdas y derechas en su cara. Él sentía su mundo girar, mientras ella se de nuevo de pies con una expresión extremadamente decepcionada en su cara.

"Vamos, Ranma," Akane lo incito, gesticulando con sus manos para que él se pare. "No lo estás intentando tan duro como hiciste en clase hoy. Yo pensé que podríamos acabar nuestra lucha." Ella frunció el ceño, pues el chico de la trenza no se movía mucho.

"Pensó que me odiabas," él logro decir jadeando. Sus costillas se sentían como si estuvieran incendiándose, y su cara le dolía con más dolor de lo que él se había imaginado que podría sentir. Él toco tentativamente con su mano por debajo de su nariz, y vino con un brillante rojo sangre. Un extraño sentimiento estaba en su estómago, pero él también sentía otra vez ese extraño deseo de conquistar a Akane.

"Odio a los debiluchos," ella contestó, frunciendo el ceño a él. Ella deseó experimentar la misma sensación de entusiasmo que ella había conocido en clase, pero él no se la daba. ¿Qué le pasaba a él? Él no estaba luchando ni al nivel que tenía antes. Ella toco su pierna suavemente con un dedo del pie, lista para cualquier truco. Él gimió, lentamente luchando por levantarse. Sus codos temblaron mientras él forzó su cuerpo a pararse del concreto.

"¡Solo déjame solo, Tendo!" Ranma logro ponerse de nuevo de pie. Él intentaba aclarar sus sensaciones confusas. "¿Consigues alguna clase de emoción enferma al golpearme?"

"¡Maldito seas Saotome!" ella gritó, pateando una lata por el callejón en ira. "¡Esto es totalmente diferente! ¡Lograste de alguna manera ocultar tus capacidades de mí a pesar de que yo te molestaba, pero ahora ya sé la verdad! ¡Eres mucho mejor que esto, lo sé! Si no nos hubieran interrumpido, tú me hubieras vencido en clase hoy. Yo necesito un peleador que desafíe mis habilidades, así que seguiré yendo contra ti dos veces mas duro que antes. Si sabes lo que es bueno para ti mañana, pelearas conmigo con todo lo que vi que tenías hoy." Ella recogió su mochila y se alejo en disgusto.

'Qué chica mas perturbada,' pensó Ranma en asombro. Él intentó limpiarse la sangre y la suciedad lo mejor que pudo antes de recoger su mochila. Él caminó a casa, maldiciendo su nombre todo el camino.

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Akane caminó a casa, haciendo atajo a través de un callejón, su ceño usual de vuelta en su cara. 'Maldicion, Saotome,' ella pensó, pateando para arriba un pedazo de concreto que estaba entre sus pies. Ella lo atrapó en uno de sus pies cuando bajaba, balanceando la piedra del tamaño de una pelota de béisbol fácilmente. Ella ocasionalmente lo pasaba de pie a pie mientras ella seguía lentamente caminando, un ejercicio que su madre le había enseñado una vez, para distraer su mente.

La recién encontrada habilidad del chico de la trenza solo no tenía sentido. ¿Cómo pudo ella juzgarlo tan mal por tanto tiempo? Ella se detuvo brevemente, un delicioso temblor pasaba a través de ella mientras recordó su lucha de entrenamiento con él. 'Él finalmente me demostró su nivel verdadero de habilidad,' ella pensó con un suspiro triste. ¿Entonces porqué él no deseó luchar más con ella?

Un poco detrás de la chica Tendo, cuatro figuras sombrías entraron en el callejón que ella había usado. Una vez fuera de la vista de la calle, tres de los cuatro jóvenes sacaron las armas: el primero mostró dos grandes navajas, el segundo saco un bokken, el tercero utilizo un set de pesadas cadenas, pero el último seguía estando desarmado. Mientras caminaban en la luz, sus uniformes revelaban que eran de la Academia Imperial, el gris distintivo de los cadetes de Seguridad.

Una sola figura apareció detrás de ellos, quedando en las sombras del callejón mientras él se dirigió a los aparentemente rudos jóvenes que lo miraban. "Ya saben que hacer," dijo la figura en las sombras. "Deseo que Akane Tendo sea acabada rudamente como una lección a su hermana de que hay un nuevo poder en la Academia, pero quiero que la dejen viva. Los elegí por su habilidad, así que no me fallen en esto. Los cuatro, mi 'Manada de Lobos,' deben ser suficientes para lidiar con una molestia como la más joven de las hermanas Tendo."

"Lo entendemos, jefe," dijo el tipo desarmado. Él parecía ser el mas inteligente del cuarteto. "Akane Tendo será acabada."

"Excelente." La cara de su líder seguía oculta en la sombra. "Se los dejos a ustedes entonces." Él se dio vuelta y salió del callejón, contento de que la mas peligrosa pieza en las filas de Nabiki estaba a punto de ser sacada.

Detrás de él, la Manda de Lobos se movió hacia Akane, una impaciencia por cumplir su misión se mostraba en sus ojos.

Ella detectó algo mal detrás de ella y se dio la vuelta. La piedra que había estado golpeando con el pie cayó al pavimento. Ella divisó a los cuatro cadetes de la Academia, y un breve momento de miedo la lleno. Separados, habían sido oponentes duros pero vencibles. Juntos, incluso ella no estaba segura si podría acabar con todos. Dos o tres de ellos sabía que ella podría manejar, solamente no a los cuatro al mismo tiempo.

La Manda de Lobos miró fijamente a su presa elegida, y Akane los miró fijamente en desafío. Sus ojos ardían, su corazón comenzó a acelerar, y su respiración comenzó a profundizarse. Su necesidad frustrada de una lucha con Ranma solo ayudaba a su preparación. Sus manos se pudieron en puños a su lado.

"¿Están tan asustados de mí para intentar hacerlo solos?" comento la chica, sus pies se resbalaban a una posición lista. Su mente trabajó furiosamente mientras ella se forzaba a si misma a recordar todo lo que podía sobre cada uno de sus oponentes.

El desarmado, Hiei Yuukyuuzan, era probablemente el más peligroso de los cuatro. Él practicaba un estilo raro de artes marciales pero de largo alcance llamado El Camino del Puño. Sus puños podían romper el concreto, y era asombrosamente rápido para ser tan grande.

El que usaba un bokken era el cerdo de Naka, un combatiente experto con su Estilo familiar de Espada. Su cabello estaba sostenido detrás por una tira blanca de paño marcada con el símbolo de su familia, y una sonrisa brillante adornaba su cara. Naka sonreía siempre, aun cuando él estaba herido.

El que llevaba la cadena era Hayate Isurugi, y la chica Tendo siempre se pregunto cómo él pudo haber logrado pasar las pruebas psicológicas dadas en la Academia. Un buen aspirante a psicópata, él era otro que iba a tener que vigilar de cerca.

Por último, el que usaba las navajas, era Kena Sadojima y era un relámpago con esas cosas. Ella necesitó romper uno de sus brazos en su dura pelea antes de que pudiera vencerlo. Ella podía decir que él estaba listo para apuñalarla como regalo.

'Esto no va a ser fácil,' pensó Akane, viendo a los cuatro mientras se acercaban a ella. No habían hecho caso a su provocación y venían a ella como una unidad. Por un momento, hubo paz.

Luego la paz se rompió.

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Ranma se detuvo brevemente en sus pasos y después chasqueo sus dedos. Su madre quería que él recogiera un libro para ella de la tienda, y él ya había pasado caminando por la calle donde estaba. Él sacudió su cabeza mientras él se dio vuelta y se dirigió por la calle. Una punzada en sus músculos traseros le ganó a Akane otra maldición de él.

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La chica Tendo considero correr pero se dio cuenta de que ella no tenía esperanza de pasarlos en los pequeños límites del callejón. Su única opción era luchar. 'Además,' ella pensó con confianza, 'Yo he vencido a cada uno de estos tipos. Enfrentarlos a todos juntos no puede ser tan difícil. Probablemente terminen metiéndose en el camino del otro.'

Naka saltó hacia ella, mostrando su usual sonrisa disturbada pero sin hablar, su espada de madera puesta adelante en un ataque de gran alcance. Ella esquivó a un lado y su ataque acabo con un bote de basura, su contenido estallando por todas partes. Ella contestó a su ataque con un movimiento de su mochila, el articulo de cuero pesado chocó con su cara antes de que él pudiera llevar su arma a tiempo para bloquearla.

"Sigues siendo tan fuerte como recuerdo de nuestra anterior pelea, Akane Tendo," dijo Hiei en una voz tranquila. "Sin embargo no puedes ganar. Hay cuatro de nosotros esta vez, y nosotros sabemos como peleas." Su puño a penas fallo en darle a su cuerpo mientras ella saltó encima de el sobre su ataque, sus manos se reclinaron por un momento en su enorme brazo muscular.

"Todos vamos a tener bastante diversión esta noche, Akane-chan," Hayate reía entre dientes, haciendo girar su cadena alrededor de su mano derecha mientras él esperaba una abertura. Él enviaba la cadena a sus miembros cada vez que él veía una oportunidad.

"Te debo un cierto severo dolor después de nuestro encuentro pasado, Tendo," Kena. "Me prepongo romperte ambos brazos como reembolso."

"Adelante e inténtalo, pequeño pervertido," ella le contesto con furia. Ella le entrego un golpe a la cara cuando él incurrió en el error de ponerse demasiado cerca pero fue forzada a retroceder cuando Hiei procuró atacarla.

"¡Hey!" dijo en voz alta una nueva voz detrás de ellos. "¿Qué es lo que ustedes patanes crees que estás haciendo?"

Cinco pares de ojos se dieron vuelta para ver a un Ranma levemente golpeado caminando por el callejón hacia ellos. Era todo un encuentro por ver quién parecía el mas sorprendido en la confrontación del callejón.

El chico de la trenza había decidido tomar un atajo a través del laberinto de callejones de aquí en el distrito comercial para intentar ganar algunos minutos en su camino. Él se sorprendió de descubrir, cuando él dio vuelta en una esquina, cuatro jóvenes amenazando a una chica que usaba un uniforme de la Academia. No fue hasta que él se movió un poco más de cerca que él reconoció que era la joven Tendo, ocultada parcialmente detrás de su grupo de atacantes.

Akane sentía un sentido extraño de alivio de verlo aquí, no es que considerara que necesitaba que alguien la ayudara a hacer frente a una pelea. El espadachín Naka estaba detrás de ella, bloqueando su camino. En el tiempo que le llevara lidiar con él, los otros podrían atacarla por detrás antes de que pudiera escaparse.

La Mana de Lobos estaba irritada en varios grados al ver a un testigo para la prevista derrota de la chica Tendo. Por lo que a ellos le concernía, Ranma Saotome era simplemente un desafortunado peatón que necesitaba persuasión para olvidar lo que vio, una vez que la amenaza mucho mayor de Akane fuera acabada. Kena golpeo ligeramente a Hiei en el hombro y murmuro, "Lidia con esta intrusión."

"Esto no es de tu incumbencia, Saotome," Kena sonrió. "Nosotros probablemente odiamos a esta pequeña perra tanto como tu lo haces. ¿Entonces porqué no solo te das la vuelta y sigues tu camino como un buen chico? Si no, puede ser que salgas lastimado." Él movió la navaja en una de sus manos, su hoja estaba haciendo sonidos mientras él la metía y la sacaba de su mango.

Confiado de que el que usaba la navaja podía lidiar rápidamente con esa molestia no combatiente como Ranma Saotome, Hiei dio vuelta sus atenciones de nuevo a Akane. Hayate hizo muecas y se movió adelante, y Naka hizo igual. Hayate ataco con su cadena, agarrando una de sus muñecas mientras ella golpeaba a Hiei en el pecho con un puño. Naka ataco un momento más adelante, y ella era duramente presionada a lidiar con los tres inmediatamente.

Ranma puso tranquilamente su mochila mientras Kena caminó hacia él, sus dos navajas volando y girando, una en cada mano. 'Toda esta lucha en un día está poniéndose un poco repetitivo,' el chico de la trenza pensó con molestia. Él esperó que el otro muchacho se acercara más.

"¿Entonces qué dices, Saotome?" Kena dijo. "¿Te vas a dar la vuelta alrededor como un buen estudiante de honor y dejar a Akane Tendo a su destino? ¡Eso sera-URK!"

El puño de Ranma golpeó duramente en el centro de la cara del chico, cortándolo justo en medio de su discurso improvisado. Sus dos navajas cayeron ruidosamente al suelo mientras su cuerpo se iba para atrás. El chico de la trenza saltó para arriba, dando una patada al cuerpo propenso de Kena para asegurarse de que él permaneciera fuera del resto de la pelea, y luego se metió al medio de la otra lucha.

Akane iba favorablemente mal con los tres atacantes que ahora la rodeaban, no acostumbra a luchar con oponentes múltiples y hábiles de esta forma. Ella esquivó el corte del Bokken de Naka, se agacho por debajo del puño que Hiei le mando a ella, y termino siendo alcanzada en la barbilla por la cadena de Hayate. Ella estaba furiosa ahora.

Hiei convocó toda su fuerza para golpearla cuando un puño le impactó en medio de su espalda, llevando su cabeza a la pared. Hayate giro para ver quién era la nueva amenaza a tiempo para agarrar un golpe de palma a través de su cara por Ranma mientras él aterrizó detrás de Hiei, ahora pegado parcialmente en la pared y gritando en rabia.

Naka ataco de nuevo con su bokken, pero la chica Tendo podía lidiar con él más fácil ahora que ella no tenía otros dos oponentes para molestarla al mismo tiempo. Su cuerpo se movió a un lado del corte, y se dirigió hacia él. Su puño condujo en su estómago como la lámina de su arma de madera pasó por ella, ganándose un grito de asombro y dolor de él.

El brazo de Ranma fue envuelto por la larga cadena mientras que él intentó esquivarlo alrededor del atrapado Hiei. "Ríndete, Saotome," Hayate gruño. "Soy dos veces el combatiente que podrías esperar ser, incluso con el entrenamiento especial que Takami te ha estado dando." Él dio un tirón al brazo del chico de la trenza y se sorprendió cuando el erudito no perdió su equilibrio.

Tirando de su brazo, Ranma sentía la tensión entre él y Hayate mientras probaban la fuerza del otro. 'Tiempo para demostrar a este patán que he aprendido algunos nuevos trucos.' Él acometió hacia su oponente, sonriendo a la mirada sorprendida en la cara de Hayate.

Hiei logro sacar su cabeza del agujero en la pared de ladrillos. "¡¿Quién pronto a ser un cobarde muerto se atrevió a golpearme por detrás?!" él rugió a los cielos. Akane esquivó otro ataque furioso de Naka cayéndose en el suelo. Su pie derecho fue hacia arriba a la ingle de Hiei con tanta fuerza como ella pudo lograr.

Mientras que el chico de la trenza dio un puño con toda su fuerza en la cara de Hayate, él oyó un sonido amortiguado al lado de él. Hiei cayó de rodillas, con su cara en lágrimas. Hayate reboto en la pared por la fuerza del golpe, y Ranma dio un tirón por la cadena que él sostenía. Él condujo su puño a la cara de Hayate una segunda vez, y miro con las rodillas del otro joven repentinamente cedían. Él lo dejó caerse y se dio vuelta para ver cómo Akane acababa con los dos atacantes restantes.

La chica Tendo llevo su pie hacia arriba una segunda vez, apuntando más arriba, y su pie golpeo a Naka debajo de la quijada. Su cuerpo voló para arriba en un vuelo que formo un arco para aterrizar con un desplome sonoro contra una de las paredes de ladrillo. Su bokken cayó de sus manos mientras él caía inconsciente.

Ranma levantó la barbilla de Hiei para arriba, notando donde ella debió haberlo golpeado para dejar a Hiei agarrándose a sí mismo y gimiendo. Tomando compasión de él, él procuró dejarlo inconsciente con su puño sobre su quijada. Cuando el primero no la hizo, él agregó un segundo para dar resultado. Los ojos del otro chico rodaron nuevamente en su cabeza, y él cayó inconsciente.

El chico de la trenza se sintió extremadamente afortunado de que él no recibió ningún golpe durante la luchar, observando que Akane parecía ilesa. Él le ofreció una mano para pararse, y ella le dio una palmada lejos antes de rápidamente ponerse de pie. Encogiendo de hombros, él se dio vuelta y caminó de nuevo para reclinarse para recoger su mochila. 'Desconsiderada marimacha,' pensaba Ranma, sintiéndose aún más en necesidad de un baño caliente una vez que él llegara a su casa.

"No necesitaba tu ayuda, sabes," él escucho venir detrás de él. "Habría podido vencerlos a todos yo sola."

"Estoy seguro que hubieras podido, Tendo." Ranma tomó su mochila antes de darse la vuelta de nuevo para encararla. Él le sonrió a ella. "Es solo que no me gusta ver alguien ser apaleado. Aun cuando sabía que ganarías, yo no pude resistir unirme a la diversión." Él se dio vuelta y se alejo, despidiéndose con su mano de ella sin darse la vuelta. "Nos vemos."

Detrás de él, Akane levantó su mano en un apretado puño. 'No necesito a ningún hombre para salvarme, Saotome. Pero, gracias.' Ella relajó su mano dejándola abierta, y una breve sonrisa apareció en su cara.

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***Tierra -0.001, -0.001

Akane esquivo el ataque de Kena mientras intentaba sacudir su brazo para liberarse de la Cadena de Hayate. El borde filoso de su navaja por poco abría su mejilla, solo quitando una sola mecha de su pelo. Sangre caía por su brazo derecho y pierna izquierda por los dos cortes anteriores. Ella enterró su pie en su estómago, impactando la espalda del que usaba el cuchillo en la pared del callejón. Solo entonces ella se dio vuelta para dar atención de nuevo a sus otros enemigos. Ella estaba bajando su velocidad, y todavía la excedían en número.

Hayate giró el extremo libre de su cadena con una mano mientras que él agarraba su brazo derecho con el otro extremo. Él empezaba a jalar, forzándola a bloquear y dedicar más atención a él. Una sonrisa salvaje mostró su cansada cara mientras ella corrió a él, negando su asimiento con la cadena. Él tenía solamente un momento para darse cuenta de su error antes de que su ataque de palma rompiera su quijada y varios de sus dientes.

"¡Pella Oou!" Hayate grito a través de su boca arruinada. Ella entrego un segundo ataque a su pecho, sintiendo con satisfacción romperse varias costillas y un grito del dolor que cayó en sollozos suaves. Ella lo acabó con un salvaje ataque de la rodilla por debajo de su quijada que casi le rompió el cuello pero solamente acabo con sus dientes restantes. Su cuerpo aterrizó en una pila de bolsas de basura.

Naka estaba apoyado contra una pared, donde una de las patadas de Akane lo había enviado. Un rastro de sangre de su cara y nariz quebrada conducía de su punto inicial de impacto contra la pared a la reclinación actual para su cabeza. Su mano se crispó levemente alrededor de su bokken. Puesto que él estaba inconsciente, ése era el único movimiento que él hizo.

Por la esquina de su ojo, ella logro ver a Hiei acometer por detrás de ella e intento desesperadamente bloquearlo, pero su equilibrio estaba mal por una fracción por el peso de Hayate que todavía la arrastraba por la cadena. El puño del fornido muchacho llego a su cara, volviendo la mejilla de ese lado en un montón de carne molida y huesos rotos. Ella fue llevada atrás por el impacto a la pared detrás de ella.

Akane sentía a su cuerpo entrar en shock. '¡Oh Dios!' ella pensó desesperadamente. '¡No puede terminar así!' Ella dio unos pasos lejos de la pared algo mareada. Otro golpe de Hiei acabó con algunas de sus costillas, y ella se alejo de él en desesperación, luchando por poner una distancia entre ella y él.

"Ahora termina, perra," Kena dijo suavemente, sangre haciendo espuma por su boca mientras él se apareció repentinamente para atacar a Akane. Una de sus hojas se hundió en la base de su abdomen hasta el fondo, sostenida ahí por su mano derecha. Golpeada, agotada, y al borde del shock, ella solamente dio un pequeño gemido sorprendido de dolor.

Él puso una mano casi gentil en el hombro de la chica Tendo, sintiendo sus músculos temblar del shock. Tomando primero un agarre firme del mango de su navaja, él rasgó hacia arriba a través de su abdomen hasta que llego al hueso. Un montón de sangre y vísceras cayó a la acera mientras ella caía contra él. Él le dio un despectivo empujón y dejó que su cuerpo cayera al pavimento.

"Ella no era tan dura," dijo Kena, tomando un momento para escupir a la chica muerta. "Los cuatro pudimos con ella bastante bien. ¿Pero cómo demonios se supone ahora que saque esta sangre de mis ropas? ¡Perra estúpida!"

"¡Idiota!" Hiei gruño, suavemente probando su ojo derecho. Él no estaba viendo más de ese ojo y temía que él estuviera ciego de el ahora, un recordatorio de la fuerza de Akane que él llevaría hasta el día de su muerte. "¡Se supone que nosotros no la mataríamos!" A pesar de su dolor, él miró a la chica caída, observando sus ojos abiertos pero sin vista. Una sonrisa cruel apareció en su cara. 'Ah bueno, quizás había sido su destino morir.'

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***Tierra 0.000, 0.000

Ranma se paro fuera de la puerta delantera e intento alistarse para la reacción de su madre. No iba a ser bonita. Él caminó penosamente por el frente y entro a la casa, y él escucho a su madre poniendo los toques finales en la cena. Con algo de suerte él podría limpiarse en el baño antes de que lo vieran sus padres.

"¡Estoy en casa! ¡Voy a subir y a lavarme para arriba antes de la cena!" Su madre no lo saludó generalmente en la puerta, así que él no esperó una contestación antes de que él corriera por las escaleras tan rápidamente como su abusado cuerpo podía moverse. El chico de la trenza dio un suspiro de alivio mientras llego al cuarto de baño, y trabo la puerta detrás de él.

Ranma hecho una ojeada a los daños en el espejo. No eran casi tan malos como él temió que fueran. Él tenía un ojo negro, un labio partido, y una cierta contusión impresionante en su cara. El área del estómago estaba contusionada en ambos lados, sino el daño no se parecía ser muy serio. Él tomó una respiración profunda y encontró que él podía llevarla a cabo sin mucho dolor. Empaparse en la tina sería una bendición de los dioses ahora.

Después de lavarse la cara con un poco de agua caliente, él sacó la caja de primeros auxilios de debajo del fregadero y aplico un poco de antiséptico. La aplicación hizo que aguantara la respiración en sus pulmones, y dolor a sus abusados músculos del estómago. Quejándose en voz baja sobre violentas, psicópatas, y locas chicas, Ranma se desnudó rápidamente para limpiarse antes de tomar un rápido baño.

Hubo unos breves golpes en la puerta.

"¿Ranma?" Nodoka dijo en voz alta más allá de la puerta. "¿Esta todo bien? Tú nunca tomas usualmente un baño antes de la cena. ¿Es algo mal? ¿Algo sucedió en la escuela hoy?" Ella golpeó otra vez cuando él no contestó inmediatamente.

"Estoy bien, madre," él contestó rápidamente. "Mi experimento fue un éxito. Solo tuve un pequeño accidente en mi camino a casa desde la academia, es necesario que me limpie un poco. Ya bajo enseguida." Ranma rogó a cualquier dios que le pudiera escuchar que ella tomara la indirecta y lo dejara solo.

"Esta bien, cariño," ella dijo alegremente. "Puedo evitar poner la cena por media hora ya que tu padre aun no esta en casa." Ella se movió por el vestíbulo, y el chico de la trenza dio un suspiro de alivio.

Sentándose en el taburete del cuarto de baño, él se vació rápidamente con un cubo de agua fría. Él vacilo un poco con las sensaciones que causó en él. Sofocando un gemido que amenazaba con convertirse en un grito de dolor por la picadura causada por el agua fría, él se paro rápidamente. El vapor despedido por el agua en la tina lucía muy tentador ese momento. Con un suave suspiro, él se metió en el agua caliente. Cuando las contusiones en su estómago abusado cayeron en el agua, sus ojos se ensancharon brevemente mientras de nuevo la onda de malestar rodeaba su cuerpo.

"Akane Tendo," Ranma murmuro mientras él colocó su cabeza de nuevo a yacer contra el borde de la tina. ¿Ella desea luchar conmigo? ¿Y quiénes eran esos tipos que la atacaron? Demasiadas preguntas. Pienso que era mejor cuando ella estaba solo molestándome. Por lo menos entonces ella solo me golpeaba algunas veces y eso era todo. ¿Qué es lo que voy a hacer ahora? Esos tipos probablemente no estaban demasiado felices de que la ayudé.

Él suspiro suavemente mientras el calor aflojaba los adoloridos músculos, y él sentía que su cuerpo se relajaba. 'Creo que voy a tener que chequear a esa otra versión de mi para otra sesión. Creo que voy a necesitar más transferencia de sus habilidades a mí.' Él se relajó mientras la fantasía de una Akane vencida, arrastrándose a sus pies y pidiendo misericordia, lleno su mente. Fue substituido rápidamente por otra, más probablemente una, de él atrapado en un sin fin de luchas con la chica, toda porque ella había desarrollado una cierta clase de fijación patológica en él ahora.

Un poco más adelante, él salio de la tina y se secó. El largo baño de agua caliente le había hecho mucho bien a su cuerpo, y él podía ahora moverse mucho más fácilmente mientras se vestía. Parado en el lavamanos, Ranma se aplicó un poco más de antiséptico en los pocos raspones de su cara. Él se puso un vendaje limpio en el puente de su nariz y decidió que él lucía medio presentable ahora.

Espero que la otra versión de mí esté teniendo un rato mejor que yo, justo ahora, él pensó sinceramente.

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Nodoka en realidad tomo las cosas mejor de lo que el chico de la trenza esperaba, considerándolo todo. Su padre fue el último en llegar a casa, así que él tenía solamente un padre preocupado para tratar ahora.

"¡¿Ranma?!" Nodoka jadeo en sorpresa cuando ella lo vio. "¿Qué te sucedió, hijo? Pareces has estado peleando."

"Luce peor de lo que es," él contestó suavemente. "Solo acabo de tener unos pequeños problemas después de clases. Me deslicé y me caí." Él se sentó, sin la sensación ningún dolor verdadero, en una posición de arrodillado al lado de la mesa de cena.

"Parece que caíste varias veces," Nodoka observo en un tono seco de voz. "Algo duro cada vez."

"Estoy muy bien, madre," él dijo calmadamente. "Aunque tengo algo de hambre ahora." Él intentó una sonrisa, dado que usualmente funcionaba generalmente en situaciones como ésta.

"Esta bien cariño." Ella sonrió, con un toque leve de sus restantes preocupaciones. "Aunque quisiera que fueras a dormir después de la cena. Una buena noche de sueño te sentara bien." Ella se levantó para servirle la cena.

Ranma comió como un hombre muerto de hambre, no haciendo caso de las miradas de su madre al principio. Un poco después, él se forzó para retrasar su velocidad al comer. 'Un artista marcial debe intentar siempre comer tanto como pueda siempre que pueda,' él oyó en sus pensamientos, en la voz gruesa de su padre. Palabras de sabiduría para vivir, del otro Genma, él pensó con una sonrisa.

"Gracias por una cena maravillosa, madre." El chico de la trenza sofocó un bostezo repentino. "¿Me puede disculpar? Estoy muy cansado." Él se puso de pie, con leves sensaciones de punzadas de sus lesiones recientes.

"Por supuesto, Ranma," contestó a Nodoka asintiendo. "Duerme bien." Ella sonrió mientras el caminaba lentamente arriba. Cuando él estaba fuera de vista, su cara cayó en un ceño leve. Él ocultaba algo de ella.

Ranma tropezó un poco mientras él entró a su cuarto, antes de encender la luz. Él lanzó su camisa en una esquina y dejo caer sus pantalones encima de ella. Bostezando, él rodó hacia su futon. Un poco de sueño le sentaría bien.

El sueño lo reclamó momentos después de que él acabara de ponerse cómodo en el cojín del futon.

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Ranma miró fijamente hacia un valle misterioso cubierto en una pesada niebla. Algo en el lo llamaba, un recuerdo que él no podía situar correctamente. Él conocía este lugar de alguna manera. Éste era el valle de Jusenkyo, pero ¿por qué él lo conocía? Algo aterrorizante le sucedió aquí a él una vez. ¿Por qué temía a este lugar?

"Algo malo me sucedió a mí aquí," él oyó su propia voz, susurrando suavemente detrás él. La cólera y la tristeza fueron mezcladas en la voz.

"¿Qué?" Él se dio vuelta rápidamente para verse, vestido en una camisa de estilo chino y pantalones negros. El otro Ranma estaba sentado con las piernas cruzadas, sus ojos cerrados.

"Me oíste," repitió el doble. "Algo terrible... horrible... me sucedido aquí. ¿Deseas verlo?" El otro Ranma continuó hablando sin abrir los ojos.

"No estoy seguro," Ranma tartamudeó en confusión. "¿Quién eres tú?"

El doble sonrió de una manera amistosa y abrió los ojos.

"Soy Ranma Saotome de la Escuela de artes marciales de Combate Libre," dijo su doble. Ranma parpadeo y parecía sorprendido. "Creo que soy parte de ti ahora."

"¿Q-qué?" tartamudeó el erudito chico de la trenza, moviéndose hacia atrás lentamente lejos de la figura sentada. El borde del acantilado detrás de él paró su retroceso. "Eso no es posible. No puedes estar aquí. Estoy teniendo alguna clase de pesadilla." Él cerró los ojos. 'Adelante, Ranma. ¡Despierta!'

"No es una pesadilla, así que no actúes tan asustado," su doble dijo con algo de molestia. "No estoy realmente seguro de que soy exactamente. ¿Cuando hiciste tu experimento, algo inesperado te sucedió a ti?" La voz del otro Ranma se movió más cerca. Él se sentía poniéndose cada vez más asustado.

"Tomé fragmentos de memorias, habilidades que nunca antes había tenido," el chico de la trenza contestó a su doble. Él detectó una presencia que estaba parada cerca él y abrió sus ojos para ver al otro Ranma mirándolo a él.

"Vaya, tu Akane realmente te hizo sudar bastante, huh?" dijo su quantum duplicado con una sonrisa, tocándolo en el estómago. Él sentía una punzada de dolor. "Vas a tener que aprender a esquivar mejor que eso, o tú terminarás de seguro en una silla de ruedas."

Ranma estudió a su doble, como su otro yo lo estudiaba.

"No creo que tengas que preocuparte de mí asumiendo el control de tu cuerpo, o alguna cosa estúpida como esa," dijo el otro joven de la trenza con una sonrisa. "La única vez que estuve incluso remotamente cerca de hacer eso fue en tu primera lucha de hoy." El doble de Ranma se sentó en una posición de loto sobre las rocas delante de él.

"¿Porqué no saliste cuando Akane comenzó a golpearme afuera?" Ranma gruño, irritado por la pose de su duplicado. "¿Eres la razón por la que me siento así de excitado cuando lucho con ella? ¿Es eso?" Él tomó una posición similar a la de su otro yo, su espalda al borde del acantilado.

"No lo sé," su doble se encogió de hombros. "Usualmente soy golpeado por la marimacho, creo que estoy acostumbrado a ello. ¿En cuanto a encontrar excitante pelear con ella? Eso es un nuevo en mí. Ella es casi tan fea e irritante como la que tienes. Y Akane me llama un pervertido." Él se rió entre dientes.

"Debo estar soñando. ¿Pero cómo puedo hacer eso si sé que estoy soñando?"

El otro Ranma se encogió de hombros otra vez, frunciendo el ceño. "Tú eres el inteligente," él dijo en un tono ligero de irritación. "Yo solo soy el buscapleitos, ¿No es así?"

"Lamento haberte llamado así," dijo el chico de la trenza erudito sinceramente, arqueando la punta de su cabeza. "Sabes más que yo sobre artes marciales, después de todo."

"Acepto tu disculpa," dijo su doble, mostrando una gran sonrisa.

"Esto es ciertamente la cosa mas subreal que haya experimentado," dijo Ranma, sonriendo, mirando hacia el valle detrás de él una vez mas. "¿Acaso recordare este sueño cuando despierte?"

"¿Cómo voy a saberlo?" dijo su doble con un breve encogido de sus hombros. "Como dije antes, tú eres el inteligente." Su doble se soltó de nuevo para ponerse de pie y comenzó a realizar un kata. "¿Tú deseas saber más sobre este lugar?"

"Sí," contestó un Ranma con reservación. "¿Porqué siento tanto miedo aquí?" Él temblaba como si una brisa fría soplara a través de él.

"Aquí es donde conseguí una maldición que me convierte en una chica," dijo su doble en tono como si estableciera un hecho. "Aquí es donde Ranma-chan nació."

"¿Qué?" Ranma pregunto en confusión. Él parpadeo por algunos momentos. "¿Qué quieres decir con que fuiste maldecido de convertirte en una chica? Eso es simplemente ridículo. No hay cosa tal como maldiciones o magia."

"Déjame entonces demostrártelo." El otro Ranma hizo algunas muecas. Su doble entonces saltó hacia él, lo asió con seguridad por el cuello, y lo echó por el borde del acantilado.

"AAAAAAHHHHHHhhhhhh..." Ranma grito mientras él caía por el borde del acantilado. Los gritos se perdían mientras caía en el valle místico.

"Deseaste saber la verdad, y la verdad duele a veces," dijo el Doble de Ranma con una sonrisa.

Un géiser pequeño de agua se observo en el estanque de aguas profundas mientras Ranma caía en él, más suave de lo que esperaba después con tal caída. Él sentía el agua tratar de entrar a sus pulmones, y él comenzó a luchar para salir a la superficie. Su cuerpo se sentía extraño mientras él rompió la superficie de agua con un grito de asombro. El otro Ranma se sentaba cerca el borde del estanque.

"¿Tuviste un viaje agradable?" preguntó el doble suavemente, una sonrisa en su cara.

"¿Por qué demonios hiciste eso?!" gritó Ranma ahora en una voz femenina, echando chorros de agua por su boca. Ella sentía a su cuerpo forcejear en lo profundo del agua, su equilibrio estaba mal. Las ondas llenaban el estanque en el que ella luchó para seguir a flote.

"¿Notar algún cambio?" preguntó el otro Ranma con una sonrisa maquiavélica, apuntando fijamente al nivel del pecho de Ranma-chan.

"¿Que es lo que tú...?" la muchacha preguntó, antes de parar en vacilación. La sensación de que algo andaba mal continuada. El chico de la trenza erudito, ahora chica, se encontró usando un gi blanco, y le abrió el frente. Su cerebro casi se apago cuando dos grandes pechos femeninos se revelaron, y su mente repentinamente noto que su voz ahora era una octava más alta.

"Oh, señor," dijo el Ranma masculino en un extraño tono. "Ha caído en Nyanniichuan. Historia muy trágica de chica joven que se ahogó en estanque hace mil quinientos años." Él le sonrió a ella otra vez. Ella tenía cierta dificultad al evitar gritar. "¿Ahora captas la idea?"

Ranma-chan nado hasta un lado del estanque y subió por ahí. Ella miro su nuevo cuerpo en asombro. Un mechón de cabello rojo cayó en frente de su cara, y ella lo miraba fijamente con sus ojos entrecruzados. Ella se encontró realmente mirando a su yo masculino. Ella caminó alrededor, sintiéndose el cambio en su masa y su centro de gravedad.

"No creo esto," ella dijo, frunciendo el ceño al sonido de su nueva voz. "Esto es imposible. Mi masa ha cambiado, y soy más pequeño. En algunas áreas eso si. La física dice que esto es imposible." Ella abrió su gi de nuevo y siguió mirando fijamente a su pecho desnudo rígida de asombro.

"Es magia," dijo el Ranma masculino con otro ocasional encogido de hombros. "Cualquier cosa es posible con magia." Él lucía repentinamente muy infeliz. "Todo menos una cura para mí."

Un termo del que salía vapor apareció repentinamente en el aire cuando él levanto la mano, y él vertió el contenido sobre ella. Ella sentía a su cuerpo entero parecer temblar por un momento, casi una sensación agradable que corría a través de ella, y entonces ella era él de nuevo. Sus ropas incluso cambiaron de nuevo a lo que él usaba antes de empaparse.

Ranma tomó un momento para sentir sus hombros más amplios y acariciar su pecho varonil, maravillándose por el cambio dramático. Él se dio vuelta para mirar con condolencia a su doble.

"¿Cómo fue que esto te sucedió?"

"Mi estúpido padre me llevó a este campo de entrenamiento legendario y maldito en China llamado Jusenkyo," dijo el otro Ranma en disgusto. "Ahora él se vuelve un panda, y yo una chica, y varias otras personas que conozco sé vuelven en otras cosas."

El otro chico se dio vuelta para mirar al valle de estanques. "Aunque la vida no a sido tan mala," él dijo en un tono reservado. "Mi vida ha sido una aventura."

"¿Entonces donde vamos desde aquí?" Ranma se dio vuelta para estudiar a su yo artista marcial alterno.

"Éste es tu sueño," dijo su doble en tono pensativo. "Soy solo las memorias a partir de una vida que nunca tuviste que vivir. Tu vida es mucho mejor que la mía es en cierto modo. Tienes una madre, por ejemplo. Yo nunca conocí a la mía."

"¿Qué crees que sucederá cuando pruebe el resonador otra vez?" pregunto Ranma en curiosidad. "¿Crees que deba intentar tu vida otra vez, o intentar otro vida?"

"No sé qué pueda suceder si vas de nuevo a mi vida," respondió el otro chico encogiéndose de hombros. "Podría no hacer nada. Puede hacer algo malo, freír tu cerebro o algo así. Podrías terminar con más de mí adentro aquí, supongo, no que este seguro de cuánto de mí hay aquí adentro ahora. ¿Somos ambos la misma persona sin embargo, no es así?" El otro Ranma se sentó entre los estanques y toco su barbilla con su mano.

"No hablas ciertamente como un buscapleitos," Ranma dijo suavemente a su duplicado sentado, y ambos chicos sonrieron. Él miraba sus manos, manos de un combatiente ahora. "Lo realmente extraño es que me siento como si estuviera más completo por tenerte aquí."

"Gracias," dijo el otro Ranma con una sonrisa. Él se paro, y el paisaje cambió al de un edificio extraño.

"¿Un dojo?" pregunto el erudito chico de la trenza en sorpresa, encontrándose de vuelta en un gi blanco. Su compañero permanecía en su estilo Chino normal de ropas.

"Pensé que podríamos hacer algo de entrenamiento y unos combates mientras estemos juntos," dijo el doble de la camisa roja. "Toda esta charla es sobre cosas que entiendes más que mí. Todos lo que sé son artes marciales y cómo meterme en extrañas situaciones románticas. Agradece que no estés comprometido con tu versión de Akane, por ejemplo."

Ranma levantó una ceja por ese pensamiento. "Como si eso fuera a suceder alguna vez en esta vida. No la conoces tan bien como yo. Ella es fácilmente más violenta y cruel de lo que la tuyo podría llegar a ser. Ella solo desea encontrar un compañero de entrenamiento más que un marido."

"¿Oh?" Dijo su gemelo con una sonrisa. "Puede ser que te sorprendido por lo qué pasa dentro de la cabeza de una chica. Todas tienen una agenda, amigo. Algunas son solo más obvias sobre ella que otras. Así pues, ¿Veamos cuánto de mi experiencia de combate tienes?"

"Sí," contestó Ranma mientras ambos se movieron al centro de la estera del dojo.

"Entonces comencemos."

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Soun miraba a sus hijas durmiendo cuando él finalmente volvió a casa. Él se sorprendió de ver los vendajes en la cara de Akane cuando la luz débil del vestíbulo bajó a través de su cara. 'Ella había estado peleando otra vez,' él observó tristemente. Había tanto de su madre en ella.

Después de cerrar la puerta en silencio, él caminó silenciosamente por el largo vestíbulo a su propio dormitorio. Él encendió la luz y se sentó pesadamente en la cama, reclinando su cabeza en sus manos. 'Hay solo tanto que hacer,' él pensó calladamente. 'Fijare mañana los arreglos en movimiento para el futuro del chico Saotome con mi familia. Lo he retrasado por demasiado tiempo, ahora que él está de vuelta en Japón.'

Él se paro y se quitó su chaqueta uniforme, poniéndola sobre la simple silla de madera al lado de su escritorio, sintiéndose cansado por el largo día. Siguiendo eso, él se quitó y colgó su pistolera del hombro a un lado de la silla. Él se quitó lentamente sus pantalones y los puso a través de la silla, intentando tener cuidado con los pliegues. Vestido solamente en ropa interior blanca, él tiró de las sabanas y se sentó en la cama.

Soun miro a la pequeña foto de su esposa cerca de la cama. Él lentamente la busco con su mano y la alzo, sonriendo gentilmente a la memoria de uno de los momentos más felices en su vida. Después de llenar un pequeño vaso de whisky de la botella que el guardaba en su mesita de noche, el brindo a la foto. 'Por haber logrado llegar al fin de otro día sin ti, querida.' El bebió del vaso, poniendo la foto de vuelta en su lugar acostumbrado.

'Por tu memoria, Kimiko-chan. Yo rezo por que nuestras hijas algún día entiendan porque haré lo que estoy a punto de hacer. Ambas necesitaran de alguien que cuide de ellas, como deseaste.'

Soun se bebió todo el vaso de whisky, apago la luz, y se perdió en sus sueños.


Mis gracias de corazón a todos mis pre-lectores por todos sus comentarios y sugerencias. Unas especiales gracias van a DB Sommer por su experimentada asistencia con mi descuidada escritura, y también a Michael Allen por su ayuda con los puntos de la historia principal.