CRISIS EN EL ANIME INFINITO

Capitulo 3: Oblivion is stalking us
(El olvido nos acecha)

Escrito por Lord Kal-el
Formato HTML de Hukarovi Yanoki

Aclaración: Todos los personajes aquí presentados pertenecen a sus respectivos creadores, y solo los estoy usando por pura diversión así que por favor no me demanden.


Universo de Anti-materia

Tetsuo caía al suelo una vez más, su cuerpo exhausto por todo lo que estaba experimentando. Pero aún así él sonreía, hace solo unas horas Tetsuo creía conocer el alcance de sus vastos poderes pero ahora parecía que todo eso era simple cosa de niños, su secuestrador y nuevo maestro le había mostrado cosas que en el pasado le hubieran aterrado pero ahora lo emocionaban de una manera que no creía posible. El 'Poder' que poseía era aún más grande e increíble de lo que él alguna vez pudo imaginar y pensaba que ni siquiera Akira sabía el verdadero alcance de sus poderes.

El pensamiento de poder controlar esa clase de fuerza era irresistible para Tetsuo que veía en el la oportunidad de mostrarle a Akira lo equivocado que estaba por las tantas veces que lo habían menospreciado, no solo en su antigua vida en la tierra sino también en el satélite, él nunca creyó que era justa la manera en que lo trataban, fue él el causante del despertar de Akira después de su aprisionamiento, él y Akira eran los únicos sobrevivientes de su universo, esa niña llamada Rei era muy inferior a ambos ¿Cono era que Akira no se daba cuenta de ello?

Pero él se los demostraría, en el momento en que controlara bien este nuevo poder, Tetsuo acabaría con esa mocosa albina y también con Akira, él le demostraría que ya no era más su inferior, nunca le intereso eso de salvar los universos de cualquier manera, él no era como esos fracasados que Akira recluto, Tetsuo no tenía ninguna intención de morir por sus patéticos universos, además, no tenían ninguna posibilidad de éxito contra un poder como el que poseía el ser ante él y Akira lo sabía, y ahora Testuzo se encontraba del lado ganador, es más, se le había prometido su propio mundo, un mundo en que Kaori este viva, en el que Kaneda este vivo, en el que fuera un hombre completo nuevamente, por un mundo así el estaba dispuesto a pelear.

"Me agrada que pienses de esa manera." Dijo una voz en su cabeza. "Estás listo para iniciar de nuevo tu entrenamiento."

"No tienes que preguntármelo," Dijo él mientras se ponía de pie nuevamente aunque algo vacilante. "Veamos que más tienes, quiero que me enseñes todo lo que se me ha sido negado por tanto tiempo."

"Como desees."

El dolor volvía a él nuevamente. Mil veces peor que antes, Tetsuo era incapaz de aguantar sus gritos pero no eran de dolor sino de puro éxtasis, su mente clamaba por más aun cuando su cuerpo parecía no ser capaz de soportarlo.

Desde la distancia, el nuevo 'Maestro' de Tetsuo sonreía en la oscuridad al escuchar nuevamente sus gritos, su victoria era un completo hecho.

* * *

Universo Z

Un futuro alterno.

Hace tiempo, un joven chico mitad Saiyayin, mitad humano logro viajar por el tiempo, lo hizo para prevenir una gran tragedia y darles una segunda oportunidad a su mundo y a su familia. Allí, él participo en batallas impresionantes que le prepararon para derrotar al mal que reinaba en su tiempo, su destino ha sido glorioso.

"¡Mamá, ¿ya terminaste las reparaciones?!"

"¡Ya casi he terminado Trunks!" Contesto una mujer de cabello azul y edad madura desde el interior de una extraña maquina. "Solo me falta hacer algunos ajustes al equipo cronométrico."

Trunks miraba como su madre salía de la maquina del Tiempo, él nunca imagino que él la volvería a usar alguna vez en su vida, pero no había otra opción, su mundo estaba al borde de la destrucción, si no hacían algo todo se perdería.

"Ya he terminado" Le dijo la mujer de cabello corto azul. "¿Estás listo para partir?"

Trunks asintió. "Si, madre."

Bulma Briefs observaba a su hijo con orgullo, parado así, tan decidido le hacía recordar a su padre con esa mirada llena de determinación siempre en sus ojos, mirando hacía afuera ella observo las poderosas nubes de tormenta de color rojo sangre y en el horizonte, dominando la vista se encontraba el extraño fenómeno que estaba causando todo esto. Las pruebas que hizo con su equipo le hicieron darse cuenta de que al parecer no solo afectaba su época si no también otras eras, fue por eso que preparo de nuevo su maquina del Tiempo, es posible que en el pasado sepan algo más de lo que esta pasando gracias a sus conexiones con el otro mundo.

"Ten cuidado hijo." Dijo ella finalmente mientras le daba un fuerte abrazo.

Trunks correspondía el abrazo de su madre, él entendía su preocupación, era imposible saber lo que pasaría, antes, él por lo menos tenía conocimiento de los hechos que habían acontecido, pero ahora la historia se estaba desarrollando de otra manera y le sería difícil averiguar lo que estaba pasando, pero no se rendiría, él detendría esta nueva amenaza cueste lo que cueste.

Ellos finalmente rompieron el abrazo, y Trunks subió a la maquina del tiempo, encendió los motores y programo la computadora, su madre ya había hecho todos los cálculos para que él pudiera viajar a la nueva realidad que ayudo a crear, cuando todo estuvo listo su cabina se cerro y la maquina comenzó a elevarse, Trunks miro a su madre por ultima vez y se despidió con su mano. Y en un instante, él se fue.

Mientras Bulma miraba el lugar en el que había estado su hijo, lágrimas empezaron a bajar por sus mejillas.

Hace tiempo, un joven chico mitad Saiyayin, mitad humano logro viajar por el tiempo, lo hizo para prevenir una gran tragedia y darles una segunda oportunidad a su mundo y a su familia. Allí, él participo en batallas impresionantes que le prepararon para derrotar al mal que reinaba en su tiempo, ahora su viaje empezaba una vez más, su destino sería glorioso.

* * *

Tierra alfa

Hace 9 horas.

Los radiotelescopios de Costa Rica descubrieron un extraño fenómeno que estaba ocurriendo a doce años luz de la Tierra, una extraña anomalía cósmica que nunca antes había presenciado en la tierra.

Hace 7 horas.

Los telescopios de todo el mundo confirmaban el descubrimiento, y además descubrieron que la anomalía estaba creciendo a un ritmo inverosímil y que parecía acercarse a la tierra.

Hace 6 horas.

Los gobiernos de todo el mundo impidieron que la noticia sea transmitida a todo el público por miedo a la histeria masiva.

Hace 2 horas

La anomalía llega al sistema solar y es identificada como antimateria, una clase de energía que se creía escasa en el universo, para sorpresa de todos los científicos y el resto del mundo, disminuye su velocidad de crecimiento en su rumbo hacía la Tierra mientras continua devorando el resto del universo, como si de alguna manera quisiera dejarlos a ellos para lo último.

Hace 1 hora

La antimateria es visible a simple vista desde la Tierra, la histeria mundial explota, hay saqueos y locura en todas las ciudades, el pánico domina las calles.

Ahora.

Se les conoce por diversos nombres, cada uno había logrado hacerse de una reputación en los diferentes círculos que frecuentaban, muchos pensarían que al ser personas tan sobresalientes y peculiares se habrían conocido desde hace mucho pero de hecho fue solo hasta meros momentos que se encontraron por primera vez.

Ellas eran conocidas como las Sailor Senshi, las hermosas defensoras de Tokio, ella era conocida como Sakura, la Cardcaptor, y él como Li Shaoran, jóvenes magos con grandes poderes, los Guardianes Yue y Kerberos, seres mágicos protectores de Sakura y sus cartas. Después de varios años de retiro, Yuusuke, Kurama, y Kasuma Kuwabara, todos ellos detectives del mundo espiritual volvían a combatir de nuevo. Por un tiempo todos ellos cuidaban de Tokio desde diferentes distritos, las Sailor en Juuban, Sakura y sus amigos en Tomoheda, y Yuusuke y su equipo en Nerima. Peleando en las sombras o en la luz para proteger a los seres que amaban.

Ellos fueron los primeros en salir a salvar Tokio cuando se presento la crisis. Sus poderes superaban al de muchos mortales, pero en esta situación, apenas era suficiente para controlar a las inmensas masas que trataban de alejarse lo más que podían del fenómeno. A pesar de que apenas se conocieron en este día, la situación había hecho dejado a un laso cualquier problema que tuviera y se dividieron en grupos para tratar de ayudar a la gente, ninguno sabía exactamente que estaba pasando pero sabían que era su deber ayudar en todo lo que pudieran.

Sakura Kinomoto por primera vez desde que obtuvo el manto de Cardcaptor usaba más de una carta mágica por día, ella ahora se encontraba usando la cartas constantemente para poder ayudar a la gente, con Yue asintiéndola ayudando a gente de escapar de edificios apunto de derrumbarse, debido a la gran confusión y miedo de las personas nadie se preocupaba de el, aunque ser salvado por un 'ángel' en lo que parece ser el día del Apocalipsis era algo para ser tomado en cuenta.

Por un momento Sakura se apoyo sobre los restos de una pared, ella había puesto en uso las cartas de movimiento y carrera para ayudar a la rápida evacuación de la gente, pero no era fácil controlara el poder adecuadamente, a pesar de todo seguía siendo una niña, y convocar tantas cartas en un día la estaba agotando severamente.

"Sakura ¿Estás bien?" Pregunto Kerberos, la bestia mágica con forma de tigre y alas blancas, mientras bajaba a la tierra para ver su estado.

"¡Estoy bien!" Le contesto ella tratando de recuperar su aliento.

"¡No estás bien!" le contestó su amigo. "Has estado usando muchas cartas a la vez, a pesar de que tienes una gran magia en tu interior, tu cuerpo no podrá soportarlo por mucho tiempo."

"Y que quieres que haga que me vaya y que deje a toda esa gente a su suerte cuando tengo el poder de ayudarlos." Le contestó ella mientras se paraba nuevamente. "¡No puedo!"

"Sakura." Kerberos podía entender a su amiga, y sus sentimientos de querer ayudar a la gente que quería.

"Vamos tenemos que seguir ayudando a las personas." Le dijo Sakura mientras daba un paso adelante, pero eso es todo lo que pudo dar mientras caía al suelo inconsciente.

"¡Sakura!" Kerberos se apresuro a frenar su caída con su cuerpo. Yue inmediatamente bajo hasta el suelo al ver esto y tomo a la pequeña joven en sus manos.

"¿Qué paso?" Preguntó el guardián de la luna.

"Ha gastado demasiado de su energía." Le contesto el animal mágico. "Llevala donde su familia, están en casa de Tomoyo, ya que es la que está más lejos de esa cosa."

Yue asintió. "¿Qué harás tú?"

"Voy a quedarme aquí y seguir ayudando en lo que pueda." Le contestó su viejo amigo.

"Entiendo. Cuídate, yo me encargare de ella." Fue lo último que el dijo antes de partir volando.

Kerberos se hizo pequeño, paro poder pasar más desapercibido por los humanos, y fue a seguir con sus tareas de rescate.

En otra parte de ese distrito.

"¡Oye niño, seguro que sabes lo que estás haciendo!" Pregunto Sailor Júpiter.

"¡Mi nombre es Shaoran, no niño, señora!"" Le contesto Shaoran mientras se preparaba para lanzar uno de sus conjuros con uno de sus talismanes y su espada. "¡Y se muy bien lo que estoy haciendo! ¡VE ESPIRITU DEL AGUA!"

"¡Como te atreves a llamarme señora!" Le grito Sailor Jupiter para luego ver impresionada como unos poderosos chorros de agua salían de su talismán y se dirigían a apagarlas las fuertes llamas del edificio en frente de ellos. Hubo unos momentos de silencio antes de que Sailor Jupiter volviera a hablar. "Bueno, mejor llámame Sailor Jupiter y yo te llamare Shaoran ¿Esta bien?"

El pequeño joven se ruborizo un poco pero finalmente asintió escuchando gritos más allá, ambos rápidamente se dirigieron a lo que sería su decimonoveno rescate en treinta minutos. Sailor Jupiter estaba bastante asombrada por el poder de su acompañante pero no podía distraerse con eso. Aunque le molestaba un poco que las demás trabajan con chicos que se parecían mucho a su antiguo sempai.

Más delante de ellos, un pequeño drama se daba a cabo.

"¿Estas seguro de que eso la sostendrá?" Pregunto Sailor Uranus mientras observaba al edificio en frente de ella completamente rodeado por enredaderas.

"Lo estoy." Respondió Suichi Minamino también conocido por muchos como Yoko Kurama. "Mis plantas pueden ser mas fuertes que el acero si ha si lo deseo."

"Mas te vale." Le previno ella. A Sailor Uranus no le gustaba mucho trabajar con completos extraños, pero la situación y su princesa la obligaban a ello. Dirigiendo su vista hacía arriba, ella vio a su compañera sacando a un niño por la ventana, poniéndolo en su espalda y usando una de las enredaderas para bajar hacía ellos. "¡Ten cuidado Neptuno!"

La chica de cabello acuamarino asintió mientras con cuidado bajaba por la planta, cuando finalmente estuvo en el suelo, ella coloco al niño en el suelo que rápidamente se dirigió a donde estaban sus padres, ellos habían estado observando con asombro toda la escena y agradecieron a la joven antes de unirse a la muchedumbre que escapaba.

"¿Ese era el último?" Pregunto Kurama.

"Si, era el último." Respondió Sailor Neptune y luego miro a Uranus. "¿Qué rayos es esa cosa? ¿Es acaso el 'silencio'?"

"No, Sailor Saturn esta segura de que no se trata de eso." Respondió su amiga y compañera. "Me dijo que sea lo que sea expide una maldad que ella nunca antes había sentido."

"¿Alguna noticia de Sailor Pluto?"

"Ninguna". Respondió la Sailor. "Aunque es normal que ella a veces desaparezca por varios días, ella nos habría advertido sobre este peligro, necesitamos que alguien nos diga que esta pasando."

"Disculpen." Dijo Kurama, entrando a la conversación. "Aunque no conozco a esta Sailor Pluto. Puede ser que ella fuera tomada por sorpresa como nosotros, incluso el Gran Enma no sabía nada de esto."

La mirada de Sailor Uranus se volvía hacía el joven de cabello pelirrojo. "Escúchame bien, aun no me creo completamente eso de que pertenecen al 'mundo espiritual' o como quieras llamarlo, lo único que sé, es que ustedes tiene una extraña aura demoníaca, y bien podrían ser ustedes los causantes de todo este pandemonio y solo tratan de despistarnos, si no fuera por la orden de mi princesa créeme yo ya obtendría repuestas de ti."

"Cálmate, Uranus." Le dijo Sailor Neptuno mientras ponía una mano sobre su hombro.

"Te aseguro que ni yo, ni mis amigos somos causantes de nada." Le dijo él sin inmutarse por sus palabras. "Si bien nuestros poderes pueden parecerte malignos, nosotros solo los usamos para el bien de la humanidad, pero si eso no te convence solo mira a tu alrededor no es el momento de estar pelando entre nosotros tenemos que trabajar juntos si queremos salvar nuestro mundo."

Sailor Uranus lo miro por unos momentos, tomo un poco de aire y se acerco a él. "Si descubre que no están mintiendo te aseguro que no te bastaran los días para arrepentirte por hacerlo."

Kurama solo observo mientras esta le daba la espalda y empezaba alejarse con su compañera, que alguien desconfiara de él no era nada nuevo pero sabía muy bien que la actual situación no daba para tal tipo de dramas entre ellos.

Mientras tanto en otro lugar cerco de ellos, Rei, Kuwabara y su esposa Yukina se encontraban entre los restos que quedaban de un edificio que se había derrumbado debido a los terremotos y trataban de sacar a toda la gente posible antes de que se acercara la antimateria.

"Estas segura de que aquí es" pregunto Kuwabara.

"Muy segura." Contesto la Sailor del fuego. "Puedo sentir a alguien justo ahí debajo."

"Entonces a cavar entonces." Respondió el muchacho de pelo pelirrojo corto y con un poco de esfuerzo una pala de energía se formo en la palma de su mano, y con esta empezó a cavar a través del acero y hormigón como si estos fueran simple arena.

Hace unos años, él solo podía formar una espada de energía con su mano, pero gracias a su entrenamiento podía hacer que tomara cualquier forma y tamaño, gracias a esto y su gran fortaleza, en poco tiempo él logro llegar hasta donde se encontraban los supervivientes que se encontraban en una sección que amenazaba en cualquier momento, con mucho cuidado él empezó a sacarlos, había un niño con el brazo herido por lo que el hizo señas a sus esposa para que viniera a ayudarlos.

"Yo atenderé tus heridas" Dijo la muchacha de cabello verde claro al pequeño niño.

Después que saco al último superviviente Kuwabara se dirigió hacía Sailor Mars. "¿Hay mas sobre vivientes?"

Rei se concentro usando los conocimientos de ki que había ganado en el templo Ikawa gracias a su abuelo, este le había ayudado mucho en el pasado en las peleas con sus amigas pero jamás pensó que lo usaría de esta forma, ellas generalmente confiaban en Ami para este tipo de cosas pero con ella perdida, Rei tenía que encargarse. Después de unos momentos ellas tristemente negó con la cabeza.

"¡Rayos!" Dijo él con frustración luego empezó a mirar por todos lados. "¿Dónde rayos esta Botan? Quiero que alguien me explique que demonios esta sucediendo."

"Cálmate Kazuma." Le dijo Yukina mientras tomaba su mano, ella ya había curado al niño y ahora estaba dando apoyo al hombre que amaba. "No podemos hacer nada más por ahora, solo esperar."

"¡¿Esperar?!" Dijo él con bastante furia mientras apuntaba con su mano hacía la antimateria. "Esa cosa se esta devorando nuestro mundo, y yo no puedo hacer nada para protegerte a ti o a nuestra familia."

"Vamos Kazuma." Le dijo ella mientras acariciaba su rojo cabello. "Pase lo que pase, yo estaré a tu lado siempre, sin importar que."

"Yukina." Kazuma veía a su esposa casi con vergüenza de que ella tuviera más carácter que él.

"Lamento interrumpir este momento." Exclamo Rei Hino aka Sailor Mars. "Pero es mejor que vayamos con Sailor Moon y tu amigo, creo que esa persona llamada Botan ya esta con ellos."

Kazuma y su esposa vieron hacía donde apuntaba Sailor Mars. Yuusuke y Sailor Moon habían estado usando sus poderes contra la antimateria por casi media hora, en un intento por detenerla. De inmediato Kuwabara y Yukina confirmaron que era Botan la que estaba con ellos y rápidamente se dirigieron donde estaban, al acercarse podían oír de que estaban hablando.

"¡¿Como de que no saben nada?!" Grito Yuusuke con todas sus fuerzas.

"Lo siento Yuusuke," Le respondió la muchacha de pelo color celeste con bastante pena. "Pero ni siquiera el gran Enma sabe lo que esta pasando. La gente muere pero no podemos recoger sus almas, esa cosa consume absolutamente todo, incluso espíritus como nosotros."

"¿Como puede ser eso posible?" Pregunto Sailor Moon.

"No lo sabemos." Respondió ella bastante apenada. "Desde que esa cosa apareció, todos en el mundo de los espíritus estamos tratando de hallar una forma de detenerla, el príncipe Enma ha estado repasando los grandes libros antiguos de profecías pero ninguno menciona una catástrofe de tal magnitud, es como si esa cosa estuviera mas allá del tiempo."

"No solo eso." Dijo una voz. "También lo esta devorando."

Todos se dieron la vuelta y vieron a una chica vestido con el mismo traje de las Sailor pero de color negro, ella estaba apoyándose en un bastón plateado y daba la impresión de que había peleado en más de mil guerras.

"¡Sailor Pluto!" Grito Sailor Moon al reconocerla y rápidamente fue a sostenerla al ver su mal estado. "¿Qué te ocurrió?"

"Estuve en la Puerta del tiempo, investigando lo que estaba pasando." Respondió ella mientras trataba de mantenerse despierta. "No sé como empezó pero este fenómeno esta comenzando a atacar al pasado y al futuro, hay tormentas temporales afectando toda nuestra línea, es imposible viajar por el tiempo, apenas pude salir de donde estaba."

"No puede ser posible." Dijo Sailor Mars, ella y los demás habían llegado donde estaban ellos.

"Pero que me dices del mundo del mal." Pregunto Yuusuke, él no sabía de qué cosas estaban hablando pero necesitaba saber más. "¿No puede ser esto obra de Yomi?"

"No lo creo." Dijo Kurama que también se había acercado al sentir la presencia de Botan. "Así no es la forma en como actúa Yomi, y él además no tiene el poder para generar tan poderoso fenómeno."

Botan asintió, "Por lo que sabemos también los esta afectando a ellos, poco a poco las dimensiones que lo conforman están siendo devoradas por el fenómeno."

"Así es." Dijo una nueva voz.

Todos se sorprendieron al escucharla y levantaron su vista al cielo para ver como un personaje en ropas negras se encontraba posado sobre un árbol cercano, las sailor senshi se pusieron en guardia, peor Yuusuke se interpuse al reconocer al recién llegado.

"Tranquilas, es un viejo amigo." Les dijo él y luego dirigió sus atención a su antiguo compañero de peleas cuyas ropas, ahora que podía verlo bien, estaban todo rotas y pudo sentir un ligero olor a sangre saliendo de él, nada fuera de lo normal. "Hola Hiei, hace mucho que no te sabía de ti, veo que no te ha ido muy bien."

"Así es Yuusuke." Le contesto él. "Hay un gran caos en el mundo del mal, los demonios se están alborotando y enloqueciendo, mientras esa cosa sigue arrasando por donde quiera que pasa, Mukuro y Yomi están tratando de calmar las cosa pero empeoran más y más."

Yuuske recibió esa noticia con mucho pesar. "Demonios, el pasado, el presente, el futuro, inclusivo otras dimensiones, ¿Qué acaso no existe algo que pueda detener esa cosa?"

"Por lo que he visto hasta ahora no lo hay." Le contesto Hiei en un tono melancólico como si aceptara su futuro. "Quien sea que hay provocado esto ciertamente sabía lo que hacía."

"¿Hiei acaso te estás rindiendo?" Le pregunto Kurama.

"Solo estoy aceptando lo inevitable, ya que esto escapa a nuestras manos." Le dijo él mientras daba una mirada a Yukina. "Solo vine aquí para estar con mi hermana."

"Hiei." Yukina se acerco hacía él y le dio un abrazo.

Le había costado a Hiei mucho tiempo hasta que al final pudo confesarle a Yukina que él era en verdad su hermano y devolverle su brillante dado por su madre aunque ella ya lo había deducido y solo estaba esperándolo a que él estuviera listo para hablar, eso paso justo el día en que se caso con Kazuma, y ciertamente este palideció al enterarse que Hiei sería su cuñado, él aun se sentía un poco incomodo por todo eso de tener una familia pero en esta hora tan apocalíptica, él ciertamente no se quejaba.

"Hiei, estoy segura de que todo saldrá bien ya lo verás."

Hiei se impresiono bastante por las palabras de Yukina, y como le afectaban, no supo exactamente como contestarle, al final él solo asintió, aún en estos momentos él no se sentía capaz de romper sus esperanzas.

Mientras todos ellos estaban reunidos, Sailor Moon se alejaba de ellos en silencio y se acerco nuevamente a la nube de antimateria, aunque ya lo había hecho muchas veces eso no la desanimaba, Sailor moon levanto de nuevo su báculo contra ella.

"¡Starlight Honeymoon Therapy Kiss!"

Todos se voltearon para verla, al escucharla nuevamente, y veían como ella usaba su ataque contra la antimateria por enésima vez.

"¡Oye, ya deja eso es inútil!" Le grito Yuusuke. "No sirve de nada."

"No puedo hacerlo," Contesto ella con firmeza, "No puedo aceptar que vayamos a ser derrotados por esa cosa, tengo que seguir intentando. ¡Starlight Honeymoon Therapy Kiss!"

Todos los presentes podían entenderla perfectamente, ellos también deseaban unírsele pero sabían que no funcionaría. Yuuseke se movió para detenerla pero fue detenido por Sailor Mars que le señalo que alguien más ya lo estaba haciendo.

"Sailor Moon." Un hombre vestido con un traje de etiqueta y portando una mascara blanca sobre su rostro apareció al lado de ella y sostuvo su brazo. "Detente, por favor."

"¡Tuxido Kamen!" Sailor Moon dijo sorprendida. "No ves que tengo que hacerlo, esa cosa se esta devorando nuestro mundo, tenemos que seguir luchando."

"Y lo haremos." Le contesto él. "Pero por ahora es mejor que usemos nuestros poderes en ayudar a la gente a escapar."

"¡Pero todo por lo que hemos luchado se puede perder!" Replico ella. "No puedo dejar que a la tierra le pase lo mismo que le paso a la luna en el Silver Millenium."

"Y no será así," Tuxido Kamen le contesto. "Todos juntos nos aseguraremos de que eso no vuelva a pasar."

"¡¿Oigan que es eso?!" Kasuma dijo de improviso.

Todos se voltearon para ver alo increíble, donde antes había estado uno de los rascacielos de Tokio ahora se encontraba una Torre tres veces mas grande, la cual aparentemente había salido de la nada.

"¡¿De donde rayos salio esa cosas?!" Pregunto Yuusuke. "¿Qué es?"

"No lo sé." Contesto Kuwabara. "Cuando me voltee ya estaba allí."

Kurama empezó a sonreír, algo que pensaba no iba a hacer este día, al ver que uno oportunidad se había presentado. "Parece que nuestras preguntas pronto tendrán respuestas."

Asintiendo, todos juntos se dirigieron hacía la misteriosa y monumental Torre metálica.

* * *

En un rincón de lo poco que quedaba del universo.

Una nave cruzaba un campo de asteroides mientras se adelantaba al temible paso de la antimateria, adentro estaba el único sobreviviente de un mundo hace mucho extinguido.

Había pocas formas de describir a Sosai Z, la mejor era de que se trataba de un sobreviviente, podía ser un megalómano genocida cuyos crímenes hacían ver a Hitler como un santo pero más que todo Sosai Z era sobre todo un sobreviviente. En sus inicios su nombre era Sosai X, un simple pero poderoso conquistador planetario más que deseaba apoderarse de la Tierra para que su pueblo pudiera vivir en ella y como todos antes de él, Sosai X fallo, cuando su planeta y su gente fueron destruidos en un cataclismo natural, el enloqueció completamente y en su locura culpo a la Tierra por lo que había pasado y volvió de nuevo con el solo propósito de destruirla, pero de nuevo fue detenido y dado por muerto por los terrícolas, pero el instinto de Sosai para sobrevivir era fuerte, de tan solo una célula el pudo regenerarse por completo, esta vez mas poderoso que antes y cambiando a su nombre al de Sosai Z.

Su venganza contra la tierra iba a ser horrible, el ya incluso tenía el plan perfecto habiendo previsto cada complicación posible. O al menos eso creyó.

La destrucción del universo ciertamente no estaba entre las cosas que había previsto.

Pero Sosai Z no podía permitirse morir, él aún tenía que vengarse de sus ofensores, aún si la nube de antimateria los fuera a destruir a ellos también. Solo Sosai tenía el derecho para acabar con tierra no un extraño fenómeno. Movido por su locura, Sosai Z tomo rumbo a la tierra. Para sobrevivir a esta amenaza iba a necesitar ayuda y ese era el único lugar cuyo espíritu para sobrevivir se comparaba con el suyo.

El iba a sobrevivir, no había duda de ello. Pero si no, al menos tendría el gusto de ver como esta era destruida ante sus ojos antes de que acabara con él.

"¡Yo sobreviviré!" Grito él hacía la antimateria, aún si nadie podía escucharlo. "¡No moriré hasta que el último humano haya muerto por mi mano, no la tuya!"

* * *

Japón año 1970

El mundo estaba entrando a una nueva era. Después de la segunda guerra mundial, Japón empezaba a desarrollarse como una gran y poderosa fuente industrial, nuevas maravillas tecnológicas aparecían a cada instante, trenes balas, celulares, computadores cada vez mas pequeñas que presagiaban un gran futuro.

Hace un año exactamente, este avance había sido amenazado por entidades malignas conocidas como 'Invaders', nadie exactamente como habían llegado a existir pero su amenaza fue tal que casi conquistan el mundo, una organización secreta llamada A.E.G.I.S. (Alien Extermination Global Intercept System) reunió un grupo de jóvenes con poderes especiales para acabar con esta amenaza, a este grupo de valientes se les conoció como Gatekeepers, y después de duras batallas y grandes sacrificios por fin lograron vencer a los Invaders y a sus líderes.

Creyeron que ellos no serian amenazados nuevamente.

Estaban equivocados.

Estaban muy equivocados.

De la nada, miles de Invaders empezaban a aparecer por todo el mundo, especialmente en Japón, extraños climas estaban ocurriendo y los cielos se volvían cada vez más rojos. Una vez más la organización A.E.G.I.S. convoco a todos sus guerreros 'Gatekeepers' para que combatieran esta amenaza, ellos peleaban nuevamente en las ahora nevadas calles de Tokio, una batalla sin un claro ganador.

"Shun que es lo que esta pasando." Dijo una chica de cabello castaño largo que se encontraba lanzando una flecha de luz contra un puñado de Invaders. "¿De donde aparecieron tantos Invaders? ¿Por qué esta nevando en pleno verano? ¡¿Y qué demonios hace esa torre de metal en el medio de la ciudad?!"

"¿Cómo quieres que lo sepa Ruriko?" Le respondió un muchacho con un Bokken en sus manos. "El jefe nos había dicho que ya no quedaban rastros de ellos en ninguna aparte del planeta, después de la pelea contra Reiji todos ellos se desvanecieron."

"¿Crees que sea él, sempai?" Le pregunto una joven de cabello corto castaño que se encontraba golpeando a un puñado de Invaders con un auto compacto. "¿O tal vez de esa chica llamada Yukino, tiene el poder de controlar la nieve, no es así?"

"No lo sé, Kaoru." Contesto Shun. "Si fuera culpa suya ya se habría mostrado, y Yukino jamás haría algo como esto."

"¡Panda de fuego!" Grito una joven muchacha de cabello negro y ropas china mientras de sus manos salía una columna de fuego con la imagen de la cabeza de un panda en el frente, el cual fue y destruyo lo que parecía ser una especie de Cien pies gigante. "¡Yukia, ya estamos a punto de terminar con todos los que están aquí!"

"¡Cuidado allá abajo!" Se pudo escuchar una voz en las alturas.

Todos rápidamente se apartaron mientras un monstruoso perro blanco caía al suelo, seguido por un chico de aspecto robusto que aterrizaba sobre la bestia y le propinaba una feroz patada a su incandescente ojo rojo. "¡Gate Open! ¡Bancho ultimate kick!"

La feroz bestia se convirtió en polvo en meros instante y lo único que quedaba eran pequeños pedazos verdes en el suelo.

"¡Bien hecho, Bancho!" Le felicito Shun. "Creo que ese era él último."

"Aun no hemos acabado." Le dijo Ruriko mientras apuntaba a unas docenas de Invaders humanoides en el medio de al calle, pero esto para sorpresa de todos estaban actuando extrañamente, ya que se encontraban recostados en la calle cubriéndose los oídos.

"Creo que Reiko ya los tiene bajo control." Señalo Shun mientras apuntaba a una chica de cabello castaño que se encontraba tocando el piano en una acera. "¡Oye Reiko! ¡¿Quieres que les de el golpe final?!"

La joven asintió, Shun Ukiya apunto su bokken contra los Invaders y convoco su ataque. "¡Gate Open! ¡Synchro Missile!"

Una poderosos ataque de energía salió de la punta de la espada de madera del chico el cual destruyo a los Invaders de los cuales, como sucedió con Bancho, solo quedaron pedazos verdes en el piso.

"¡Buen trabajo Shun!" Le felicito Reiko.

El reloj de Shun y el resto de sus compañeros empezaron a parpadear, ellos de inmediato presionaron sus comunicadores.

"GateKeeper." La voz de un hombre maduro pudo ser oída. "Hay problemas en el lado oeste de la ciudad, han aparecido más Invaders."

"Vamos para allá Jefe." Contesto Ruriko.

"Llamare a Megane para que venga a recogernos en el helicóptero, las calles están demasiado llenas de nieve para ir en el auto." Dijo Shun.

Los demás contemplaban el terrible panorama de al ciudad, ni siquiera cuando la ciudad y el país habían sido conquistados por Reiji había lucido así y se preguntaban si tenían alguna oportunidad de victoria esta vez.

Mientras tanto mientras esta nueva amenaza se desataba, cuatro extraños guerreros llegaron a la tierra, de tierras muy lejanas, ellos aparecieron sobre una colina donde se podía ver claramente toda la ciudad.

"¿Donde estamos?" pregunto la guerrera del fuego Hikaru.

"Parece que estamos en Tokio." Respondió Ami Mizuno aka Sailor mercury. "¿Pero que ha pasado?"

"¿Tokio?" Dijo Vegeta, "Nunca antes he escuchado de ese lugar. En mi Tierra no existe ese país."

"No es un país." Le respondió Sailor Mercury mientras corría una serie de análisis en su computadora. "Es la capital de uno, llamado Japón."

"Por lo que veo," replico Jadeite. "Esto más parece una zona de guerra."

"¿Nos habrán enviado a la época de la segunda guerra mundial?" Pregunto Hikaru.

"No lo creo, los aliados nunca nos atacaron con monstruos de doce metros de largo." Le respondió Mercury. "Además, mira esas estructuras, no existían en esos años ni tampoco la torre de Tokio, aunque por los edificios que faltan y los que hay, calculo que estamos a finales de los años 60 o principios de los años 70, pero en un pasado alternativo."

"15 de diciembre de 1970." Dijo Jadeite

"¿Como lo sabes Jadeite?" Pregunto Sailor Mercury

"Aquí esta escrito" Contesto él mientras mostraba un periódico que había recogido del suelo.

"¡Ya déjense de tonterías mocosos!" Dijo Vegeta y luego se dirigió a Sailor Mercury. "Oye mocosa, tu pareces tener algo de cerebro, ¿Esa Torre gigantesca es el artefacto de ese tal Akira, no es así?"

"Eso creo" Contestó ella. "Su estructura es igual al de la nave de Akira así que creo que esta en lo correcto."

"Bueno, entonces vamos para allá y protejámosla." Dijo Jadeite. "Quiero acabar con esto lo antes posible".

"¡Pero tenemos que ayudar a las personas de la ciudad!" Dijo Hikaru

"¿Para que?, solo nos mandaron a cuidar esa cosa." Dijo Jadeite. "Este no es ni siquiera nuestro mundo, no veo por que debemos interferir en sus guerras."

"Hay algo extraño con esas cosas" dijo Sailor Mercury mientras con su computadora comenzaba a analizar los alrededores. "No parece que sean simples armas, la lectura que obtengo de ellas es muy errática."

"Pueden ser otra clase de soldado de nuestro enemigo."

"Podría ser." Dijo ella mientras su computadora mostraba que ya había terminado su análisis. Después de leerlo, ella les dijo "Según estas lecturas, todas las criaturas no pertenecen a esta realidad pero tampoco se parece al de las Sombras que nos atacaron antes."

"Bueno, si ese el caso o no, mejor nos aseguramos destruyéndolos a todos de una buena vez." Dijo Vegeta mientras cambiaba su apariencia a la de supersaiyajin.

"Yo lo ayudo." Dijo Hikaru con entusiasmo. "Tenemos que ayudar a todas esa personas cuanto antes."

"¡Oigan!" Sailor Mercury los llamo. "Nos veremos luego en la Torre por favor cuídense."

Hikaru asintió hacía ella aunque Vegeta simplemente la ignoro y partió volando hacía el lugar donde se veía que había mas enemigos, la Magic Knight del fuego rápidamente lo siguió a pie.

Jadeite se encogió de hombros, se recostó en el césped y se apoyo en un árbol. "Creo que no necesitan mi ayuda, así que me echare a descansar."

"Ponte de pie Jadeite," Le regaño Mercury. "No sé exactamente como es que estás vivo o por que te eligieron para estar con nosotros, pero es mejor que me ayudes."

A regañadientes Jadeite se paro de nuevo y miro a Sailor Mercury, él podría matarla si quisiera, pero la chica llamada Rei ya le había advertido de que si hacía daño a alguno de sus compañeros, el volvería al cristal y eso era algo que el deseaba evitar, dando un suspiro de resignación él le pregunto. "¿Bueno que es lo que quieres?"

"Quiero que me lleves hasta la Torre." Le señalo ella. "Tienes el poder para teletransportarte ¿No es así?"

Jadeite asintió.

"Entonces vamos para allá, no sabemos si esas cosas en verdad trabajan para nuestro enemigo y tenemos que estar vigilantes por si nos atacan los Kagemusha que conocemos."

Jadeite le dio una extraña sonrisa. "Vaya Sailor Mercury me sorprendes. Pensé que tú mas que nadie desearía ir a pelear contra esos extraños monstruos."

Sailor Mercury vio la mirada maligna que le daba él, pero no se inmuto. "No me importa lo que pienses Jadeite, aunque realmente me gustaría ayudar a esta ciudad, nuestra misión es lo primero, además por si no lo has notado han estado desapareciendo esos monstruos gigantes por esa zona, mucho antes de que nuestros compañeros se fueran por ahí, así que puedo deducir que alguien más en esta época tiene el poder para hacerles frente."

"Ya veo." Le dijo Jadeite que aún la miraba de forma inquisitiva. "Vamos entonces."

Jadeite ofreció su mano a Sailor mercury la cual ella tomó con ciertas dudas, y en un instante ambos desaparecieron del lugar.

Mientras tanto en la ciudad de Tokio nuevas batallas se desarrollaban.

"¡¿Bancho que haces?!" Pregunto Kaoru al ver lo que su amigo estaba haciendo. Ella estaba sorprendido de verlo tratando de detener el movimiento de un gigantesco invader en forma de bola con solo sus manos

"No te preocupes Kaoru-chan." Le contesto él. "Tengo todo bajo control."

La gigantes bola Invader se detuvo y por un momento Bancho pensó que había logrado su propósito cuando de repente la bola se elevo en el aire y caía de nuevo para abajo, Bancho rápidamente se salió de su camino mientras la caída de la bola de Invaders hacía temblar la tierra, sin embargo no todo había terminado, ya que la bola se elevo de nuevo y fue tras el otra vez, Bancho tuvo que correr mientras el Invader saltaba hacía él.

"¡Rayos!, ¡¿Cómo se atreven a aprender nuevos trucos, malditos?!" Les grito él. "Ni siquiera he terminado de poner nombre a los míos."

"Ya déjate de decir esas cosas." Le regaño Kaoru mientras corría a auxiliarlo.

Dando un gran salto, Kaoru golpeo a la gigantesca bola, sus ojos se iluminaban mientras ella hacía uso de su 'Gate of Stenght', la esfera Invader retrocedió un poco pero otra vez se puso en movimiento pero esta vez y para horror de todos, gruesas espinas salieron por toda su superficie.

"¡Salgan de ahí!" Les grito Ruriko.

Kaoru y Bancho corrieron inmediatamente pero fueron inmediatamente alcanzados por el invader, ellos ya se preparaban para lo peor cuando de la nada, un poderoso rayo de energía impacto contra la esfera de espinas destruyéndola por completa.

Todo el grupo de Gatekeepers se dio la vuelta para ver de donde había el ataque, grande fue su asombro al ver a dos extraños parados en la calle, uno era una joven de cabello pelirrojo atado en una trenza, que estaba vestida en una extraña vestimenta que parecía medieval, el otro era un hombre de pequeña estatura pero un cuerpo fornido, con una cara de pocos amigos, el traje que usaba no se parecía a nada que habían visto, pero lo más llamativo era su cabello amarillo y la extraña aura alrededor de él.

"¡Sorprendente señor Vegeta!" Le felicito la chica de cabello rojo.

"Por favor, eso no es nada." Le dijo su compañero de cabello extraño. "Esos insectos son unos debiluchos."

Shun fue el primero que salió de su asombro para hablar con ellos. "Disculpen, ¿Acaso ustedes también son Gatekeepers?"

"¿De que estás hablando mocoso?" Replico Vegeta.

"Disculpen al señor Vegeta." Se disculpo la chica de la trenza. "Mi nombre es Hikaru. Nosotros somos amigos que hemos venido a ayudar."

"Habla por ti mocosa." Le dijo el príncipe Saiyajin. "Yo solo he venido aquí para acabar con todo esto de una vez e irme a mi mundo."

"¿A su mundo? ¿De que esta hablando?" Pregunto un curioso Shun.

"No tenemos tiempo para explicar." Le dijo Hikaru. "Pero les aseguro que nuestras intenciones son buenas."

"No estoy muy segura de que sea buena idea confiar en ellos." Ruriko le habló en voz baja a Shun. "Podría ser un plan de los Invaders."

"Lo se, Ruriko." Le contesto Shun de la misma forma. "Pero ahora necesitamos toda la ayuda posible, después les preguntaremos sobre quienes son."

"¡Ukiya allá viene otra vez!" Dijo Fen mientras señalaba a un batallón de Invaders humanoides que se acercaban a ellos disparando contra ellos con sus armas en formas de maletín.

Todos rápidamente se cubrieron del feroz ataque, con excepción de Vegeta que recibía los disparos sin siquiera inmutarse.

"Por favor esto es lo mejor que tienen, me aburren."

Él líder Invader de color rojo al ver que sus ataques no estaban funcionando, de inmediato grito su orden. "¡FUSION!"

Todos los invader se abalanzaron sobre su líder, sus cuerpos comenzaban a derretirse y mezclarse entre si, una fuerte luz salió desprendida que encegueció momentáneamente a los espectadores. Cuando todo se aclaro, una enorme criatura en forme de ciempiés había sido formado, el cual se metió inmediatamente bajo tierra.

"¡Oh no!" Dijo Rurio. "¿Dónde rayos se metió? ¡Puede aparecer de cualquier lado!"

"Yo me encargo." Dijo Hikaru mientras daba un paso al frente.

"¡Oye!" Shun quiso tratar de detenerla pero al ver la mirada que tenía para saber que no podría, en su lugar decidió ayudarla. "¡Apunta a la parte roja de su cuerpo es su única debilidad!"

Hikaru asintió y de inmediato extendió sus brazos paras lanzar su ataque. Ella había creído que sus poderes no funcionarían tan lejos de Céfiro pero aparentemente ser el Pilar tenía sus ventajas. Con paciencia, ella trato de localizar a la criatura, luchar contra las bestias de Ascot y las de Demoner le habían enseñado un par de trucos sobre monstruos gigantes, en un instante ella corrió hacía un lado justo en el instante en que la bestia surgía desde las profundidades justo en el lugar exacto en que había estado parada.

"¡Hono no ha!" Grito ella mientras lanzaba una gran flecha de fuego directamente a al cabeza rojiza de la criatura.

El ciempiés Invader dio un gran rugido mientras se desintegraba totalmente.

"Gracias por el consejo." Exclamo Hikaru mientras se unía de nuevo al grupo.

"Vaya es tan poderosa como tu Ruripe, puede que incluso más." Dijo Shun a su amiga de la infancia.

"¡No me llames Ruripe, Baka!" Le grito ella mientras jalaba fuertemente de su mejilla.

Hikaru se rió al ver esto ya que por un momento se acordó de su amiga Umi, aunque Vegeta estaba maldiciendo su suerte en silencio por tener que pelear al lado de unos niños, 'Solo espero que Kakaroto la este pasando peor que yo' Pensó él, "aunque lo más probable era que ya se hubiera hecho amigos con todos los que lo acompañaban.

El reloj comunicador de los jóvenes volvió a sonar. "Gatekeepers se los necesita en la extraña torre que ha aparecido, vayan de inmediato."

Vegeta sonrió al ver que la oportunidad de aniquilar más de esas estúpidas sombras parecía habérsele presentado nuevamente y de inmediato partió volando hacía la Torre de Akira.

"¡Guau!" Dijo una asombrada Kaoru. "¿Como puede hacer eso? Él debe ser un Gatekeeper muy poderoso."

Por un momento Hikaru sintió la necesidad de explicarle lo que en verdad eran, aunque no estaba exactamente segura de que era el señor Vegeta, pero sabía que no había tiempo de dar explicaciones largas ahora, su deber principal era salvaguarda la Torre para salvar a su familia y a los seres que quería.

"¿Disculpen?" Hikaru se dirigió al ellos respetuosamente. "Si no es molestia, me pueden llevar hasta la Torre que está allá."

"Seguro." Dijo Shun sin siquiera pensarlo. "Allá viene nuestro transporte."

Hikaru levanto su vista y vio un helicóptero baja directamente hacía ellos, y le pareció interesante el hecho de que casi no hacía ningún ruido mientras aterrizaba.

"¿Estas seguro?" Pregunto en voz baja Ruriko a Shun.

"¿Qué acaso no lo ves, Ruripe?" Dijo Shun con mucha emoción. "Es obvio que ella es una defensora de las fuerzas del bien como nosotros. Pude que sea una verdadera chica mágica."

Ruriko decidió no mencionar el hecho de que ellos eran también chicos mágicos, en cierta manera, tampoco estaba enojada por el hecho de que la había llamado Ruripe, sin embargo algo le estaba molestando desde que empezaron a pelear contra los 'Invaders' nuevamente, no sabía como explicarlo, pero cada vez que ella usaba su 'Gate of life' sentía que la estaban observando desde algún lado, y por alguna razón esto le producía escalofríos.

Sailor Mercury y Jadeite aparecían a los pies de la Torre, y de inmediato se maravillaban por la inmensidad de la estructura.

"Debo reconocerlo." Jadeite admitió. "Ese tal Akira si que piensa en grande."

"A pesar de estar tan cerca, mi computadora no puede descubrir como funciona, aunque percibe rastros de energías mágicas, temporales, nucleares, eléctricas, estelares, y cientos de otras más que no puede identificar." Mercury dijo mientras apuntaba su maquina la torre.

"No te molestes con esa cosa." Le replico el ex-general del Dark Kingdom. "Esta cosa sobrepasa la tecnología del Silver Millenium."

"¿Se puede saber quienes son ustedes y de que demonios están hablando?"

Jadeite y Sailor Mercury se dieron la vuelta y se vieron rodeados por un grupo de soldados, en uniformes plomos con sus armas apuntadas hacía ellos, destacándose entre ellos vieron a tres jóvenes, un chico y dos chicas, un joven de aspecto Gaijin, de cabellos rubios, una de las chica tenía la tez morena, y su cabello era de color púrpura, la última era la que tenía aspecto japonés, su largo cabello negro estaba atado en una cola de caballo.

"No me gusta repetir las cosas." Dijo el chico Gaijin de manera ruda. "¿Dígannos quiénes son ustedes?"

"¿Y si no queremos?" Le respondió Jadeite de una manera amenazadora.

"Silencio Jadeite, no hemos venido aquí para causar problemas" Le regaño Mercury y luego se dirigió a los demás. "Mi nombre es Sailor Mercury y este es Jadeite, hemos venido para acá para ayudar a salvar a su mundo."

"Perdone mi desconfianza señorita Mercury." Le dijo el joven. "Pero como se dará cuenta que no puedo confiar mucho en su palabra, Misao ¿Sientes algo?"

La chica de aspecto japonés cerró sus ojos por un momento y luego los abrió de nuevo. "No siento que ellos vayan a hacer algo contra nosotros, Jim."

"No podemos confiarnos." Dijo la chica de tez morena. "Ya viste como aparecieron pueden ser Gatekeepers que trabajen para los invaders."

"No trabajamos para ellos se lo aseguro." Les replico Sailor Mercury aunque no tenía idea de que eran los Invaders, supuso que se trataba de los extraños y enormes monstruos. "Les aseguro que hemos venido a ayudar."

"Acaso es de ustedes esa Torre." Pregunto el sujeto llamado Jim.

"No, pero un conocido nuestro la trajo aquí para que salvara su universo y nos mando a nosotros para que no le hagan daño."

"Un momento." Dijo Jim. "Primero dicen que viene a salvar nuestro mundo y luego dicen que también salvaran nuestro universo, lo siento, pero eso es muy difícil de cre..."

"¡Jim, Jun!" Grito Misao. "¡Muevanse de ahí! ¡Ahora!"

Ambos jóvenes rápidamente obedecieron a la joven, después de tanto tiempo trabajando con ella, sabían que nunca debían ignorarla. Momentos después una docena de sombras empezaron a salir del piso.

"¡Son los Kagenoshi!" Grito Sailor Mercury. "¡Tengan mucho cuidado no deben dejar que los toquen!"

Los soldados de AEGIS empezaron a disparar contra las sobrenaturales criaturas pero sin ningún efecto, las sombras se abalanzaron contra ellos y uno tras otro empezaban a morir lanzando desgarradores gritos.

Sailor Mercury estaba aterrorizada ante la escena que presenciaba, pero de alguna manera logro tener la fuerza para hablar y lanzar un ataque. "Mercury Aqua Rhapsody."

El ataque golpeo directamente sobre una de las sombras congelándola completamente. El resto de ellos dirigió su atención hacía ellos.

"¡¿Qué has hecho tonta?!" Le grito jadeite. "Ahora vendrán tras nosotros."

"¡Ya cállate y ataca!" Le grito de vuelta Sailor Mercury que aun estaba impactada por lo que había visto.

A regañadientes Jadeite convoca dos bolas de fuego negro en sus manos y las lanzo contra los Kagemusha, consiguió hacerles retroceder pero no destruirlos por lo que alzo sus manos e invoco un bola de fuego negro aun más grande, con la cual pudo atacar y destruir a una de las sombras. Ambos guerreros del Silver Millenium rápidamente se pudieron en movimiento, sus movimientos estaban casi sincronizados, Sailor Mercury los congelaba y Jadeite los destruía.

Los otros tres Gatekeeper veían esta escena con gran escena, ellos junto con los pocos soldados sobrevivientes retrocedieron a la llegada de las sombras pero al ver que los dos extraños estaban peleando contra ellos, Jim no quiso ser dejado atrás y dio un paso adelante con intención de enfrentar a esas extrañas sombras v "Jun, ¿Crees que puedes usar tus poderes para distraerlos?" Preguntó él a la chica de tez morena.

"Eso creo." Contestó ellas. "Con mi..."

"¡¡¡NO!!!" Grito Misao mientras se echaba de rodillas al suelo. "¡Tenemos que salir de aquí! ¡Muerte! ¡Muerte! ¡Solo veo muerte! ¡Solo veo...!"

Misao de repente se quedo callada, lentamente levanto su cabeza y miro a sus compañeros, sus ojos estaban llenos de terror y lagrimas.

"¡Misao! ¡¿Qué te ocurre Misao?!" Grito Jim mientras sacudía su cuerpo tratando de que volviera en si.

Misao murmuro unas palabras que Jim apenas alcanzo a oír. "Así termina."

En un instante, un demonio sombra salio del suelo debajo de Misao y la envolvió completamente, la pobre niña jamás tuvo tiempo de gritar.

Jim no pudo creer lo que acababa de suceder, actuando casi automáticamente, él tomo de la mano a Jun para tratar de escapar del lugar.

"¡Jim cuidado!" Le grito su amiga.

Su advertencia sin embargo llego demasiado tarde, los demonios sombras habían logrado rodearlos por completo, ambos Gatekeepers trataron de hacer uso de sus poderes, pero los Kagemusha los atraparon antes de que pudieran usarlos, Sailor Mercury y Jadeite no podían ayudarlos, ambos solo podían ver con horror como ellos y el resto de los soldados de Aegis eran desaparecidos de la existencia por las sombras en medio de desgarradores gritos.

De repente una esfera de energía impacto donde estaban ellos, destruyendo a los Kagemusha y a los agonizantes soldados, Sailor Mercury no necesitaba mirar para arriba para saber quien había sido.

"Niños tontos." Les grito Vegeta mientras bajaba al suelo. "No sé queden parados como estúpidos todavía quedan muchas de esas cosas para destruir."

"Señor Vegeta." Dijo ella mientras miraba como el extraño hombre se posaba nuevamente en el suelo, sin saber si debía culparlo o agradecerle por acabar con el sufrimiento de esa gente. Al final decidió volver al combate, por más que su corazón este sufriendo, ella tenía que seguir para proteger a aquellos a quienes amaba.

El escuadrón de Gatekeepers de Japón llego momentos después, Hikaru les había explicado a todos que debían proteger la Torre para que la tierra no sea destruida por unas malvadas sombras. Al ver todos los Kagemusha alrededor de la Torre, vieron que la historia de la magic Knight del fuego empezaba a tener un escalofriante aire de verdad por lo que ellos rápidamente bajaron de su helicóptero y se dedicaron a destruir a las sombras, previamente advertidos por Hikaru de que no debían ser tocados por ellas, ni tocarlos físicamente tampoco.

Misao y Bancho cuyos poderes estaban basados en fuerza y agilidad, decidieron seguir destruyendo a los Invader que quedaban en Tokio, también teniendo confianza de que sus amigos serian capaces de detener esta nueva amenaza.

"Ustedes son amigos de Hikaru ¿No es así? Ella ya nos contó todo lo que está pasando ¿De casualidad no vieron a un sujeto llamado Jim y a otras personas por acá?" Pregunto Shun mientras se ponía al lado de Sailor mercury y continuaba atacando con su Gate of light.

"Lo siento." dijo Sailor mercury mientras trataba de mantener su mente enfocada en las sombras. "Pero todos los que estaban aquí fueron asesinados por los kagemusha."

"¡¿Qué?!" grito Shun, casi paralizado por lo que había escuchado.

"Una pena en verdad," Dijo Jadeite. "La morena era bastante guapa."

Sailor Mercury lanzó una mirada fría al general del Dark Kingdom por decir tales palabras, pero él solo le mostró una sonrisa.

"¿Cómo pueden estar muertos?" Pregunto Ruriko con sus ojos empezando a derramar lágrimas.

"Lo lamento, no hubo nada que pudiéramos hacer." Le dijo ella, "Sé que no los conozco a ustedes en lo absoluto pero debemos seguir peleando para honrar a sus amigos."

Por mucho que le estuviera doliendo en estos momentos, Shun asintió a las palabras de la Sailor y siguió atacando con su espada a las sombras pero esta vez con más furia que antes.

Desde otro lugar, en el universo de antimateria.

Tetsuo miraba por una gran pantalla lo que pasaba en ese universo.

"¿Por que no los matas a todos de una vez?" Pregunto él. "Tu tienes el poder para hacerlo."

"Paciencia, aún no es tiempo," Contesto la extraña figura envuelta en tinieblas. "Ellos aun pueden serme más útiles de lo que piensas, además hay otras cosas en que hacer."

La pantalla súbitamente cambio de escena, y ahora, mostraba un nuevo universo que la antimateria estaba destruyendo.

"¿Qué planeta es ese?" Pregunto Tetsuo.

"Aunque no lo creas, esa es la Tierra." Le respondió la voz. "No me sorprenda que no la reconocieras ya que es única en su clase. Ahí es donde esta una de las últimas piezas que necesito."

Tetsuo observaba el extraño planeta y sonreía, no porque veía a toda la gente débil e inútil ser aniquilada si no porque muy pronto estaría con su amada Kaori otra vez.

* * *

Tierra C.

China, año 730d.c.

Ya habían pasado cinco años desde la destrucción de la Dinastía Chou, y el poder de la nueva dinastía Zhou ya podía sentirse sobre toda China, y la paz ya era un hecho, en todas partes se podía respirar un ambiente de libertad, la maldad que había traído la emperatriz Dakki ya se estaba volviendo solo un horrible recuerdo entre la gente, pero tampoco podían olvidarla un ato tan horrible en la historia aunque triste no ese podía olvidar por el temor a que ocurra nuevamente.

Pero eso no era la preocupación en la cabeza de Kou Tenka, el hijo mayor de Kou Hiko ex-General al mando del emperador Chou, él ahora se encontraba pensando en la chica que tuvo que dejar en la frontera. Y en como haría pagar a Taikoubou por hacerlo venir hasta el otro lado del imperio, pensando más en ello, sabía que él no lo habría llamado a él y a los otros sin una buena razón aunque conociéndolo era posible que los haya llamado para celebrar el cumpleaños de Puu-chan

Tenka estaba pensando en esto mientras llegaba a la cima de una colina, no bien había llegado hasta ahí que de inmediato se dio cuenta de lo que estaba hablando Taikoubou. Ante él se alzaba una gigantesca Torre, una como nunca antes había visto, mucho más alta que el palacio del emperador, su aspecto metálico le hacía lucir más como una especie de maquina que nunca antes había visto, y eso que era experto en conducir robots de la montaña Kon-ron.

Con su gran vista pudo distinguir la silueta de todos sus amigos en la base de la Torre, al ver que lo estaban saludando, empezó rápidamente a correr hacía ellos.

"Gusto de verte de nuevo, Tenka" le saludo Taikoubou cuando llego hasta donde estaban ellos.

"Ya era de que llegaras." Le regaño Puu-chan la bestia mágica de Tai-kun.

"Es verdad te hemos estado esperando por horas." Le dijo Rashinshi.

"Oye, no todos tenemos la ventaja e poder volar o poseer un animal volador." Dijo el defensivamente. "Pero no creo que sea el último, veo que Yousen aún no a llegado tampoco.

"El ya esta acá." Le respondió Puu-chan. "Se encuentra revisando esta extraña torre."

"Ya termine."

Todos levantaron sus cabezas y vieron como bajaba el hombre de largos cabellos azules sobre su perro mágico. Antes de que alguien pudiera preguntarle algo, él hablo a todos. "He revisado esta torre por todos lados, es una especie de maquina pero no reconozco la tecnología, y como Taikoubou ya me lo había dicho antes, es mucho mas avanzada que el de la montaña Kon-ron."

"¡Pero eso es imposible!" Dijo Rashinshi. "La tecnología de la montaña Kon-ron es la mas avanzada en todo el mundo, ¿Cómo es siquiera posible que exista algo que la supere?"

"No lo se." Le respondió Taikoubou. "Es por eso que los llame, estaba pasando por acá cuando vi que esta extraña torre aparecer de la nada y..."

"Vaya, vaya, miren que tenemos aquí un comité de bienvenida." Dijo una extraña voz que sorprendió a todos los que se encontraban ahí.

Todos los guerreros de la montaña Kon-ron se pusieron de inmediato en posición de combate al ver a tres extraños sujetos con ropas que nunca antes habían visto ninguno de ellos.

"Miren a esos payasos, parece que ese tal Akira ha reclutado a más inútiles de los que creí." Uno de los extraños dijo.

"Ya cállate Schneider." Dijo un hombre de la armadura verde. "Creo que son locales de este lugar."

"¿Quienes son ustedes?" Pregunto Rashinshi. "Acaso es de ustedes esta extraña maquina."

"No." Respondió Schneider. "Pero será mejor que se alejen si no quieren resultar heridos."

"Dime ¿Quieres pelear?" Nataku, el Paopei humano les replico con sus esposas listas para disparar.

"Esperen un momento, no vinimos a pelear." Dijo Shiryu mientras se interponía entre los dos guerreros.

"Habla por ti mequetrefe." Le dijo Dark Schneider, "Está es mi oportunidad de matar a gente de otros mundos y no quiero desperdiciarla."

"Por favor señor Schneider, calmese" dijo una voz femenina.

Todos miraron con asombro como una chica de tez morena, cabello acuamarino y con lo que parecía ser alas de hada en su espalda, aparecía desde atrás de los recién llegados.

"Eh, pero que tenemos aquí, parece que la niña demonio ha crecido un poco." Dark Schneider exclamo mientras miraba el cuerpo de la chica cibernética.

"He recibido un nuevo cuerpo para esta lucha." Le contesto Zero. "Mi apariencia ha cambiado pero sigo siendo la misma de antes."

"¡¿Alguien me podría explicar lo que esta pasando aquí?!" Pregunto Taikoubou bastante confundido con toda la situación.

"No le ves" Dijo Nataku. "Ellos quieren pelear."

"Me encanta como habla ese sujeto." Sonrió el mago oscuro.

"Cierra la boca de una buena vez Schneider." Le advirtió Shiryu. "O te juro que lo haré por ti."

Dark Schneider le sonrió de una manera maliciosa y dio un paso al frente, por un momento todos pensaron que él iba a atacar, pero se detuvo sin ninguna razón aparente, él solo empezó a mirar de un lado a otro, Shiryu también empezó a hacer lo mismo, confundiendo a los presentes.

Joker se estaba preparando para la aparentemente inevitable pelea, cuando sintió algo, su entrenamiento ninja le hacía ser capaz de detectar a un enemigo oculto con su sexto sentido, y ahora estaba gritando fuera de control.

"¡Oigan!" Grito él para llamar la atención de todos. "¡Ya están aquí!"

"¿Ya están aquí?" Pregunto Rashinshi. "¿De que rayos estás hablando?"

En el instante de que Rashinshi terminaba de preguntar, los Kagemusha salieron del suelo rodeando completamente a todos los guerreros reunidos, su número excedía a los que habían atacado a sus compañeros en las otras tierras.

"Parece que esos tipos no se cansan de que les pateemos el trasero." Dark Schneider comento mientras se preparo para pelear.

"Oigan ustedes." El caballero del Dragón se dirigió a los otros guerreros Senshi. "No dejen que los toquen, ellos tienen el poder de destruir todo lo que tocan."

"¿Me pueden decir que demonios son esas cosas?" Pregunto Taikoubou. "No me agrada pelear con seres que no conozco."

Las sombras no los dejaron hablar más mientras se lanzaron hacía ellos, los senshi de la nueva dinastía eran guerreros experimentados por lo que no fueron tomados por sorpresas y empezaron a dispersarse para darse a cada uno espacio para pelear. Shiryu y los demás hicieron lo mismo.

Nataku disparo inmediatamente sus brazaletes de poder contra las sombras, logrando destruir a algunas, como un paopei humano, a él no le importaba realmente quien era sus enemigo, su deseo de volver a pelear eras fuerte, cuando sus brazales de poder volvieron a sus manos, noto de que estaban calientes más allá de lo normal, y vio ligeras grietas en sus bordes, dentro de él, Nataku sonrió, su enemigo era más fuerte de lo que pensaba y eso le agrado, se sentiría furioso si fueran débiles. Mirando a un lado vio a la extraña chica que había llegado de último, sus alas transparentes mostraban la fuerza que tenían mientras empezaban a destruir a cuanta sombra se acercaba a ella con descargas de plasma. Ella empezó a moverse más rápido como nunca antes Nataku había visto y le molestaba un poco que ella no fuera un enemigo ya que sería una digna rival de él.

"¡Vengan a mi relámpagos y centellas!" Grito Rashinshi mientras del cielo caían una serie de rayos sobre sus alas cargándolas completamente y luego dirigió contra unas sombras que trataban de volar hacía él.

Un par de Kagemusha trato de sorprenderlo por detrás, sin embargo cuando estaban a punto de atraparlo se encontraron con que no podían moverse ni un solo milímetro.

"Adonde creen que van." Les pregunto un sonriente Joker, él había activado su arma de gravedad y mantenía a las sombras firmemente clavadas en el suelo.

Rashinshi se dio la vuelta y vio lo que estaba pasando, rápidamente el lanzo sus descargas de electricidad destruyéndolas por completo. "Gracias." Le dijo él al ninja mientras seguía con la batalla.

"A ver que les parecen estos, remedo de demonios." Grito Schneider. "Mientras formaba con sus manos una esfera de energía rojiza. "¡Metatronus!"

Su energía rápida y efectivamente destruyo a cuanto sombra estaba a su paso, aunque al final esta choco con la gigantesca torre.

"Cuidado con lo que haces, schneider" Le dijo el caballero de Atena con furia. "Esa Torre es justamente lo que vinimos a proteger."

"¡Ya cállate!" Le respondió el mientras seguía con su ataque aunque esta vez con más cuidado.

Shiryu, Taikoubou y Yousen estaban peleando lado a lado, con su habilidad de cambiar formas, Yousen se transformaba en Nataku, Rashinshi e incluso el propio Taikoubou usando cada una de sus habilidades y paopei especiales para destruir a las sombras.

"¡Rozan, Sho Ryu ken!" Gritaba Shiryu para destruir a las sombras.

"Mientras estamos aquí." Taikoubou le hablo mientras usaba su Paopei de viento para hacer retroceder a las sombras que se le acercaban a él y a Puuchan. "Me podrías decir que son esa cosas, quienes son ustedes y que rayos es esa gigantesca Torre.

"Su nombre son Kagemusha." Le respondió el santo del Dragón. "Un poderoso los ha enviado para destruir estas torres que son lo único que se interpone a sus planes, nosotros somos nativos de otras tierras, del pasado y el futuro que hemos sido enviados aquí para proteger la torre."

"Ya veo." Yousen dijo metiéndose en la conversación. "Si eso es verdad como es que la montaña Kon-ron no han visto nada de eso, ellos son capaces de ver más allá del tiempo."

"No estoy muy seguro, ni conozco los métodos que usen ustedes, pero sé que nuestro enemigo es capaz de destruir universos enteros con gran rapidez, no solo eso si no que también afecta al mismo tiempo. Puede que ahora mismo este en tu mundo, ¿Dime has notado extraños climas en las últimas horas?

Después de escuchar esto, Taikoubou ordeno a Puu-chan para que se elevara alto, él efectivamente ya había visto un extraño clima. Extrañas tormentas que aparecían de la nada. Pero pensaba que era un nuevo hechicero probando un paopei. Con gran asombro, vio que una nubes de tormenta de color rojo sangre se aproximaban hacía ellos mientras lanzaba toda una serie de rayos hacía el suelo, estarían sobre ellos en menos de media hora, y más allá el podía ver algo extraño, como si una gran nube blanca estuviera poco a poco engullendo el paisaje.

"¿Qué es eso Amito?" Pregunto Puuchan

"No lo sé." Contestó él. "Pero muy pronto llegarás hasta nosotros."

"¡Mire amito!" Puuchan dijo con alarma. "Hay una aldea en su camino."

"¡Rayos!" Taikoubou replico con frustración, él podía ir y prevenir a los pobladores pero la situación aquí necesitaba su atención, aún había muchos enemigos y él necesitaba saber más, después de pensarlo un poco, él hablo de nuevo a Puu-chan. "Baja donde está Tenka. Puu-chan"

"En seguida." Contestó él animal mágico mientras hacía lo que le dijeron.

Tenka había sacado su espada de energía, el Haku Sha no Hoken y estaba peleando con los Kagemusha en el combate de su vida, sabiendo que podían atravesar el suelo, él siempre estaba en movimiento, no se iba a dejar sorprender por debajo de ninguna manera, su espada era la suficientemente poderosa para destruir a las sombras. De repente una serie de cuchillas de aire alejaron a todas las sombras de él.

"Tenka necesito que hagas algo por mi." Taikoubou le dijo mientras bajaba a su lado sobre Puuchan.

"¿Qué ocurre?" Preguntó él, aunque algunos dirían que esta mal distraerse en una batalla, Tenka sabía que Taikoubou tenía una buena razón para ello.

"Algo muy malo ocurre al este de aquí." Le dijo él con una cara bastante seria. "Necesito que tomes a Puuchan y vayas a la aldea que esta allí, diles que evacuen, 'algo' muy peligroso se acerca a ellos."

"¿Qué quieres decir?" Pregunto Tenka no muy contento de tener que alejarse de la acción.

"Solo ve por favor." Se lo pidió Taikoubou.

Tenka asintió ya habían pasado por muchas cosas juntos para dudar de él ahora, Taikoubou bajo de Puuchan y Tenka tomo sus lugar, y rápidamente partieron hacía al aldea cerca. Tenka ya había pasado por ahí antes de llegar a la Torre, era un pueblo tranquilo, donde le habrían invitado comida y no le había cobrado por ello, odiaría pensar que algo le había pasado.

Mirando hacía adelante, Tenka vio sus peores pensamiento confirmados cuñado vio lo que estaba pasando, la gran nube blanca estaba empezando a cubrir todo el horizontes, él no sabía que era pero no parecía algo bueno, los aldeanos estaban empezando a dejar la aldea, pero era obvio que no todos lo lograrían.

"Baja Puuchan." Le dijo él. "Tenemos que ayudar a esas personas."

"Enseguida."

La bestia mágica ya estaba haciendo eso cuando algo imprevisto pasó, las feroces nubes de tormenta roja empezaron a lanzar poderosas descargas eléctricas, Puu-chan pudo esquivar algunos pero Tenka y él recibieron un golpe directo que los hizo caer al suelo.

Después de una difícil, caída, Tenka trato de pararse, pero le fue imposible ya que una de sus piernas estaba rota. "¡Puuchan!" Grito él a su amigo. "¡¿Estas bien?!"

"Apenas, pero creo que aun puedo volar." Le contesto la bestia mágica, su cuerpo estaba lleno de moretones y magulladuras.

Escuchando algo, Tenka miro para delante y vio a la gran nube blanca que casi estaba sobre él. Con horror vio como las personas que habían salido de la aldea eran igualmente consumidos por esta en medio de aterradores gritos. Hombres, mujeres, niños y ancianos, nada era perdonado.

Tempa saco su espada de energía y empezó a blandirla, si él iba a morir se iría como un guerrero.

"¡¡¡Tenka, nooooo!!!" Puuchan miro impotente como su amigo era consumido por la nube blanca, él pudo ver el dolor en sus ojos pero Tenka jamás grito.

Con gran esfuerzo, la bestia mágica reunió todas las energía y empezó lentamente a alejarse de ahí flotando, incapaz de creer lo que había visto y con gran pesar en su corazón, '¿Qué esta pasando?' Se preguntaba él "¿Tenemos oportunidad de sobrevivir?"

Con lágrimas en los ojos él volvió hacía la torre, sin saber exactamente que le diría a los demás.

* * *

Universo S

Luna Inverse, hermana de la asesina de dragones Lina Inverse, es uno de los nombres más conocidos entre los grandes poderes de la magia de su mundo, desde los dragones dorados hasta los poderosos Mazoku, ella ha logrado alcanzar un nivel de poder envidiado por muchos al ser nombrado como caballero Suifeed. Contando con una habilidad tal, que es capaz de matar de un solo golpe a un Dragon marino con un simple cuchillo de mantequilla.

Su vida sin embargo era sencilla, ya que a pesar de ser tan poderosa, eso nunca se le subió a la cabeza, ella era una amante de la paz y raramente salía de su pueblo a menos de que sea realmente necesario, inclusive cuando Dark Star estuvo a punto de acabar con su mundo ella supo que no tenía de que preocuparse ya que su hermana podía hacerse cargo de el sin muchos problemas, claro que tenía unos cuantos planes de respaldo por si acaso su hermana se distraía demasiado para hacerlo. Ella también se había encontrado trabajando en un pequeño restaurante como camarera, no porque realmente necesitara el dinero, si no porque quería hacerlo.

Pero había cosas que no podía ignorar.

Especialmente si se trataba del Señor de las Pesadillas, cuando alguien tan poderoso lanza un mensaje de advertencia, uno ciertamente no lo puede ignorar. ¿Qué puede ser tan poderoso que es capaz de enfrentarse al Señor de las pasadillas?, Luna no podía siquiera imaginarlo, para todo hechicero, el Señor de las pesadillas era la autoridad absoluta en magia, no había nada más allá de el. Pero el escalofrió que había sentido hasta los huesos era real, Luna lo sabía.

Ella ya se había puestos sus vestiduras de caballero por primera vez desde que fue nombrada, y se encontraba a punto de salir aunque primero necesitaba algo de información.

"Por favor muéstrate." Dijo ella con amabilidad. "Ya se que estás ahí"

"Veo que tu reputación es bien merecida Luna Inverse." Dijo un extraño personaje que ella nunca antes había visto, sus trajes eran los de un monje, portaba un bastón de madera, tendía el cabello azul, sus ojos estaban cerrados, y su boca esbozaba una pequeña sonrisa.

"Zellos Metallium supongo." Le dijo ella.

"Veo que mi reputación me precede." Replico Zellos mientras habría sus ojos y centraba su atención en ella. "De seguro sabes de mi debido a las aventuras que he tenido con tu hermana menor."

"Ya sabía de ti mucho antes." Le contesto ella sin inmutarse. "El único sacerdote de la Gran Bestia Zellum, a diferencias de los otros grandes demonios de Shabranigoudou que crearon un sacerdote y un general, ella te creo solamente a ti, gracias a eso tu poder es mas grande que el de los demás, un Mazoku que recorre el mundo disfrazado de monje."

"Ciertamente eres mas lista que Lina." Le dijo él alabándola. "Y claro esta, ya sabes por que estoy aquí."

"La llamada de advertencia del Señor de las Pesadillas," Le contesto ella. "Por lo que veo eso debe tener a todos los de tu raza bastante preocupados."

"Va mucho más allá que eso." Contesto Zellos, su voz ahora era mucho mas seria que antes. "Según muchos oráculos, algo esta sucediendo en los otros universos que controla el Señor de las Pesadillas, y todavía más preocupante, creemos que Death Fog y su universo ya no existen, los hechizos en base a el ya no funcionan como tampoco los del dios Dragón que habita ahí, o el de alguna entidad que provenga de ahí."

Luna no pudo ocultar su sorpresa al escuchar esta noticia. "Eso quiere decir..."

Zellos asintió. "Así es, algo o alguien tan o más poderoso que el señor de las Pesadillas nos esta atacando."

Luna se quedo pensativa por un minuto, luego lanzo un suspiro y le hablo de nuevo al Mazoku. "Creo que es tiempo de ver a mi hermanita de nuevo."

Zellos sonrió. "Justo lo que estaba pensando, ¿No quieres que te lleve?"

"Pensé que ustedes tenían ordenes estrictas de no juntarse conmigo." Le dijo ella mientras veía como se teletransportaba a su lado.

"La Gran Bestia Zellas Metallium me lo ha ordenado." Le contesto él.

"Bueno, pues que esperamos." Le replico Luna. "Hay que ir a salvar al mundo... otra vez."

"Lo sé, para mi es un fastidio a veces." Zellos le dijo mientras ponía su mano sobre el hombreo de ella y ambos desaparecían del lugar. Ninguno de ellos lo dijo en voz alta pero ambos sabían que si algo no pasaba sus probabilidades de éxito eran cero, después de todo, si existía algo que podía desafiar al mismísimo Señor de las Pesadillas, ¿Qué podían hacer ellos contra eso?

* * *

Paria reaparecía nuevamente en una Tierra moribunda, pero esta vez era diferente ella podía sentirlo, el universos en que se encontraba parecía muy distinto a los que había visitado, aunque la vista ante ella le era bastante familiar, gente corriendo aterrorizada, ciudades enteras desapareciendo lentamente ante el poder de la antimateria, extrañas criaturas volando por todas partes...

"¿Huh?" Se dijo ella. '¿Qué son esas cosas? Jamás vi criaturas como ellas, se parecen a los Digimon pero estoy segura de que no son seres digitales, me pregunto que serán.'

Paria estaba tan absorta viendo esas extrañas criaturas que fue incapaz de notar que a diferencia de otros mundos, esta vez su presencia había sido notada por alguien.

"¡¡¡TÚ!!!"

Paria empezó a mirar por todas partes en busca de esa voz que parecía provenir de todos lados hasta que fijo su vista arriba, y vio una extraña criatura de color purpurara desconocida para ella, su cuerpo era más pequeño que el de un ser humano, su cuerpo parecía el cruce entre un canguro y un reptil, poseía tres dedos en cada mano que terminaban en una falange redonda.

"¿Que eres?"

Ella le escucho hablar y al ver que no movía los labios supo que se trataba de un telépata aunque de una clase que nunca antes había visto. "¿Qué le haces a mi mundo?"

"¡Te equivocas!" Le respondió ella al superar la sorpresa. "¡Yo no le hago nada a tu mundo!"

"¡Mientes!" Le respondió él mientras ella era levantada por una fuerza invisible y golpeada contra un árbol cercano. "Tú mente grita culpabilidad, además pude sentir con mis poderes que tu no eres de este mundo. ¿Qué eres? ¡Responde!"

"¡Mew-Two!"

La extraña criatura detuvo su castigo sobre Paria y vio a cuatro jóvenes acercarse, Paria vio que se trataba de tres chicos y una chica acercarse hacía ellos, también pudo notar una extraña criatura que parecía un ratón muy grande aunque de color amarillo.

"¿Que haces aquí Ash?"

"Nuvia y los otros pokemon legendarios están tratando de contener esa cosa con sus poderes y necesitan toda la ayuda posible." Le contesto el joven que lucía inquieto por lo que estaba presenciando. "¿Quien es esa persona? ¿Por qué usas tus poderes contra ella?"

"Aléjate muchacho," Le contesto él mientras ponía su atención en Paria. "Esta humana es la responsable por toda esta locura".

"¡¿Qué?"! Dijo Brock que no podía creer que una muchacha tan linda como ella estuviera involucrada

"Pika Pika." Dijo la extraña criatura.

"Estoy seguro." Contesto Mew-Two, como si hubiera entendido el lenguaje de la criatura. "Su huella psíquica es distinta a la de todos en este mundo."

"¿Es eso verdad?" Pregunto el muchacho más joven que usaba anteojos. "¿Eres de otro mundo?"

Paria asintió, "Si lo soy, pero no es lo que creén, yo..."

De repente una música extraña comenzó a sonar en el ambiente.

"¡Oh, no!" Dijo Assh. "No ahora."

"Prepárense para los problemas." Una muchacha de largo cabello rojo apareció en escena.

"Y más vale que teman". Un muchacho de cabello azul y con una rosa en su mano apareció a su lado.

"Para proteger al mundo de la devastación"

"Para acabar con los males de la verdad y el amor."

"Para extender nuestro reino a las estrellas"

"Jesse."

"James."

"El Equipo Rocket viajando a la velocidad de la luz."

"Ríndanse ahora o prepárense para pelear."

"Miau así es" Un extraño gato dijo.

"¡El Equipo Rocket!" Gritaron los cuatro chicos a la vez.

"Vaya ha pasado tiempo desde que dijeron su lema original." Dijo Brock.

"Es verdad" Dijo la chica de cabello rojo. "En una situación así, creemos que es bueno volver a lo básico."

"¿Qué están haciendo ustedes aquí?" Grito Ash. "¡¿Qué no les importa lo que esta pasando con el mundo?!"

"Si nos importa." Contesto el gato parlante. "Esa es la razón por la que estamos acá en primer lugar."

"Después de tantas cosas que nos han pasado juntos, suponemos que si alguien sabe como arreglar todo este problema son ustedes, con nuestra ayuda claro esta." Dijo el muchacho de cabello azul llamado James.

"Es verdad." Dijo Jesse. "No creerán que les dejaríamos toda la gloria para ustedes no es así."

"¡Ya déjense de tonterías!" les dijo Mew-Two. "Si no quieren que los lancé directamente contra esa cosa, será mejor que se callen."

Los tres miembros del Equipo Rocket rápidamente se quedaron inmóviles al escuchar su amenaza.

"Disculpa." Dijo la chica de cabello castaño a Paria mientras esta trataba de levantarse. "¿Acaso es verdad con lo que esta pasando nuestro mundo?"

Paria bajo su cabeza apenada. "Si."

"Hasta que por fin confiesas," dijo Mew-Two mientras la levantaba nuevamente con su poder psíquico. "Ahora dime como lo detengo si no quieres despedace tu cuerpo con mis poderes."

"Mew-two" Ash jamás había escuchado a su amigo hablar así y supo de inmediato que no bromeaba.

"¿Quieres matarme? Lo lamento pero eso es imposible." Le contesto ella en llanto. "Estoy condenada a mirar eternamente la destrucción que provoque, creedme si pudiera ya hubiera detenido esta pesadilla."

Mew-Two furiosos por sus palabras la hizo estrellarse brutalmente contra unas rocas que estaban cerca, Ash no podía creer lo que había pasado y por un momento él creyó que la había matado pero grande fue su sorpresa al ver como la chica se levantaba sin un solo rasguño.

"Lo ves." Le dijo Paria. "No puedo morir, este es mi castigo."

Todos los presentes estaban asombrados por lo que había pasado, nadie sabía exactamente que decir, fue en ese momento cuando un estruendo resonó en el ambiente.

"¡Miren allá, son los Unowns!" Dijo Brock apuntando hacía el cielo.

Todos miraron hacía arriba y vieron lo que parecía ser una grieta en el aire por al que salían incontables y extrañas criaturas que parecían tener la forma de extrañas letras, se movían de un lado al otro de forma errática como si buscaran algo.

"¿Que les pasa?" Pregunto James.

"Están asustados." Respondió Miau. "Algo ocurrió en el lugar donde viven y están buscando donde refugiarse."

"¿Será que ese fenómeno llego a su hogar también?" Pregunto Ash.

"No es solo eso." Respondió Miau. "Dicen que algo los persigue. Algo maligno."

"Hasta que por fin los encuentro." Dijo una voz que aparentemente salió de la nada.

"¿Quien dijo eso?" Jesse dijo temblando al escuchar tan tétrica voz.

"No, él no." Paria no podía creer que ella estuviera escuchando esa voz de nuevo, una voz que la había estado atormentando por una infinidad de mundos.

"¡Muéstrate!" Grito Mew-two. "¿Acaso eres el que ataca mi mundo?"

"Si lo soy." Dijo nuevamente la voz.

"Entonces muéstrate, y te haré pagar por todos los Humanos y Pokemon que has asesinado."

"Lo lamento, pero no puedo en estos momentos." Le respondió la voz. "tengo asuntos mas importantes que atender."

"Oigan que les pasa a los Unowns." Dijo May.

Todos dirigieron su vista de nuevo a los Unowns que ciertamente estaban haciendo cosas extrañas, casi como si fueran movidos por una fuerza invisible cada uno se colocaba en cierta posición en el cielo, era obvio que ellos no querían hacerlo pero la fuerza los obligaba.

"¿Que están haciendo?" Pregunto Ash.

"Pareciera que están formando algo entre todos." Respondió Max.

"Así es." Hablo de nuevo la voz. "Ustedes solo pensaban que esas cosas eran solo criaturas de otra dimensión, y aunque eso es verdad ellos son portadores de un secreto que va más allá de sus mentes primitivas."

De repente todos los Unowns pararon de moverse, ninguno de los presentes podía creer lo que estaban viendo, todos los Unowns parecían haber formado alguna clase de mensaje en cielo, escrito en un lenguaje que nadie jamás había visto en su vida

"¿Que es eso?" Pregunto James.

"No lo comprendo," Dijo Ash. "Jamás había visto esas letras en toda mi vida pero juro que las puedo entender."

"Yo también." Dijo Brock.

"Y yo." May replico.

"¡No puede ser!" Paria no podía creer lo que estaba viendo. "Su plan no puede ser ese, debe estar loco."

"¿Que le ocurre señorita?" Pregunto Brock.

"Ese conocimiento es imposible, no puede se real." Paria dijo con pavor.

"Pero lo es, lo sabes no es así." Dijo la voz. "Aunque es solo un fragmento, el conocimiento que imparte es invaluable, un conocimiento que todo ser de la creación conoce pero que se le ha sido negado."

"¡Es por eso que has destruido nuestro mundo! ¡Un simple mensaje!" Grito Mew-two. "Ya lo has conseguido así que detén la destrucción de mi mundo ¡ya!"

"Criatura tonta"

Todos los Unowns se separaron nuevamente, pero inmediatamente ellos pesaron a privar emitiendo agonizantes chirridos que obligaron a todos a taparse los oídos hasta que el ruido paso, cuando levantaron su vista nuevamente vieron como los unowns caían al suelo, muertos.

"¡¿Por qué?!" Grito Ah con todas sus fuerzas al ver esa masacre. "¡¿Por qué los mataste, si ya obtuviste lo que querías?!"

La voz simplemente contesto "Por que si."

De repente todos sintieron una enorme fuerza que empezaba a aplastarlos, aunque ellos no veían nada.

"¡Maldito!" Grito Mew-two mientras caía al suelo por el efecto de esa extraña fuerza. "Muéstrate y enfréntame, pagaras muy caro lo que has hecho."

"Si ni siquiera he terminado." Le respondió la voz. "Observa."

Para horro de los presentes, la antimateria empezaba a avanzar aún, más rápido que antes, devorando todo a su paso, se podía ver a varios Pokemon todavía tratando de detener su avance pero era inútil, como millones antes que ellos fueron irremediablemente consumidos por ella.

Grandes temblores empezaban a sacudir lo poco que quedaba de la Tierra, una gran fisura se abrió en el lugar donde estaba Ash y sus amigos, ellos lograron esquivarlo pero Pikachu cayó en ella.

"¡Pika, pika!"

"¡Pikachu!" Sin pensarlo dos veces Ash se deslizo por la pared de la fisura, no era muy profunda y casi de inmediato él pudo ver a su amigo que estaba en una saliente en la roca, llegando hasta él. "¿Estas bien amigo?"

"Pika, pika."

"Me alegro." Dijo él.

"¡Ash, sujétate!"

Mirando para arriba, Ash pudo ver a May que era sostenida por los pies por Max y Brock mientras se estiraban en una cadena humana para rescatarlo, poniendo a Pikachu sobre sus hombros, Ash se estiro para tomar la mano de May.

"¡Listo! ¡Súbenos Brock!" Grito May una vez que tomo la mano de Ash.

Brock estaba a punto de hacer eso cuando otro terremoto se desato, más poderoso que el anterior, haciendo que él cayera a la grieta juntos con sus amigos, apenas habían llegado todos hasta el fondo que vieron con horror como la grieta se cerraba con ellos en el medio, sus gritos de ayuda nunca fueron escuchados mientras toneladas de tierra y roca caían sobre ellos, dejando solo cuatro muertes más en una masacre sin fin.

"¡Oh no! ¡Los bobos... los bobos han muer.. muerto!" James no podía creer lo que había pasado, lo único que pudo hacer era mirar donde estaba la grieta en la que acababan de morir sus eternos enemigos, sus ojos no podían contener su llanto.

"¡Vamos James tenemos que irnos de aquí!" Le grito Jesse. "Ya habrá tiempo de lamentarnos por ellos después."

"No lo habrá." Le contesto James con una voz seria.

"¿De que hablas James?" Miau le dijo. "Hazle caso a Jesse y vamonos de aquí."

"No tiene caso." Les contesto James. "Aquí termina todo."

El Pokemon y Jesse bajaron sus miradas, James tenía razón ahora, casi toda su vida ellos habían pasado haciendo maldades, las cuales ahora les parecían tontas, una interminable captura de un Pikachu que ahora había muerto, ahora todo acababa.

"Bueno, por los menos nos divertimos ¿No amigos?" Les dijo él con una pequeña sonrisa.

Ambos le devolvieron la sonrisa, "Así es." Le contesto Miau.

"¿Quieren decirlo por última vez?" Pregunto Jesse.

Todos asintieron a la vez, "¡El Equipo Rocket ha sido vencido otra vez!"

Paria vio como los dos jóvenes y el extraño gato eran consumidos por la antimateria, como siempre no había nada que pudiera hacer para ayudarlos. Luego dirigió su vista a la criatura llamada Mew-Two que se encontraba tendido en el suelo, el había recibido lo peor del ataque psíquico y estaba muy débil, Paria había visto a muchos mundos antes, pero esta vez era diferente, ella había visto lo que planeaba la pesadilla que libero, no podía dejarlo ganar.

Sintiendo que el momento de partir de este agonizante mundo se acercaba, ella camino hasta donde estaba Mew-Two tendido.

"Sé que yo soy la culpable de todo lo que ha pasado, pero por lo menos salvarte tu vida." Le dijo ella mientras lo cubría con su capa.

"No, déjame morir." Le respondió él débilmente.

"Lo lamento," Le contesto ella mientras era de nuevo teletransportada junto con Mew-two. "Pero debo al menos salvar una vida de las manos de ese monstruo, para que mi pena no sea tan grade."

Y así Paria se marchaba con el único sobreviviente de un universo. Único testigo de que alguna vez hubo un mundo donde vivía unos seres llamados Pokemon que por miles de años habían coexistido con los humanos, un mundo donde cada día era una aventura, un mundo que ya no existe más.

Continuara...