Ranma ½:

UN LARGO Y TORTUOSO CAMINO

Parte 20: De nuera a suegra

por Zen

Traduccido por Juan Carlos Roldan Vidals Alias Hukarovi Yanoki

Nota del traducctor: Si te gusta esta historia y quieres escribirle a su autor Zen te advierto que el solo habla/lee ingles y si tu no sabes ingles puedes escribirme a mi el traductor, mi E-mail es hukarovi_yanoki@yahoo.com yo soy el encargado de llevar esta historia a latinoamerica y respondere todas sus dudas que surjan en la historia.

©Basado en los personajes y situaciones creados por Takahashi Rumiko, Ranma 1/2 y derechos reservados Shogakukan de los personajes, círculo de la animación de Kitty, y Takahashi Rumiko.© Derechos Reservados ® de 1996 de la historia - James A Bateman.

*** O_o ***

Después de que Ranma habia salido del cuarto, Nodoka tomó una respiración profunda, e intentó calmarse. Ella no era enteramente afortunada, pero logro mantener su tono civilisado mientras que dio vuelta una vez más a Ukyo. "¿Ukyo, puede solicitar tu ayuda con esto?" Ella indicó la mesa donde los restos de té y los bocadillos dispersos.

Ukyo cabeceó cortésmente, "Por supuesto, Señora Saotome."

Las dos recolectaron los platos sucios sobre las bandejas y los llevaron de nuevo al fregadero de la cocina. Después de un momento de tosco silencio, Nodoka encontró otra vez su voz, aunque ella no hacia frente a Ukyo mientras que ella habló.

"Mi marido y mi hijo le han causado muchas pena, y por eso debo disculparme. Pero usted puede ver seguramente que él debe casar con Akane. Es una cuestión de honor para su familia, y para la nuestras."

Ukyo se erizó. "¿Y qué del honor de MI familia? ¿Mi honor? ¿Significa menos?"

Nodoka cedió, una mirada derrotada entro en sus ojos. "No. Por supuesto que no. No era mi intencion impugnar su honor. Pero debo encontrar una resolución satisfactoria para todo esto. Esta situación ha ido desbocada por mucho tiempo y ya es intolerable."

Calmándose, Ukyo contestó. "Sé que usted no lo hizo. Pero lo qué usted me está pidiendo... He dedicado diez años de mi vida a encontrar a Ranma otra vez, y los dos ultimos ganandomelo. Ahora que mis sueños se han vuelto realidad finalmente, ¿Usted me esta pidiendo que renuncie a todo?"

"¿Qué más puedo hacer? Veo a mi familia romperse en pedasos ante mis propios ojos, y no parece haber modo de detenerlo. No he visto a mi hijo por docena años, y ahora que él finalmente ha venido a casa, usted lo toma lejos otra vez."

"Ranma la ama mucho. Usted -y su aprobación- significan mucho para él; si no, no habríamos venido." Ukyo se detuvo brevemente, para recolectar su valor. "Usted todavía no me tiene simpatia, pero hay algo que pienso que merece saber. Estaba en contra de que vinieramos aquí."

Nodoka fue tomada por sorpresa. "¿Usted estaba en contra? ¿Pero porqué?"

"¿Puedo hablar francamente?"

"Por favor."

"El honor es muy importante para Ranma. Para ser brutalmente honesta, no sé de donde lo aprendio, su padre era un profesor menos que estelar en esa área. Ranma es una de las personas más buena, y más noble que e conocido."

Mirando fijamente la bandeja sucia de té, Ukyo continuó. "Ranma vino aquí para decirle todo, esperando completamente morir por ello. Él contaba con que usted sostuviera esa promesa que él y su padre le hicieron, hace tantos años. Él creyó que usted consideraría su maldición como una evidencia de su falta."

"Y usted estaba asustado de que yo lo hiciera responsable por éso..."

Ukyo asintio. "Lo estaba. Lo estoy. No deseo perderlo otra vez. Lo perdí una vez, hace diez años, y es una experiencia que no tengo ningún deseo de repetir. Él significa demasiado para mí."

"¿Pero usted temió que él no fuera lo suficiente hombre para satisfacer su promesa?"

La voz de Ukyo estaba al borde de la cólera, y sus ojos destellaban. "No. Incluso como mujer, Ranma es más 'hombre' que cualquier otro que conosca. USTED es de quien no sé, y usted es la unica que él tiene que convencer."

"¡Pero, soy su madre! ¿Cómo podría usted creer que yo pudiera desear ver a mi propio hijo muerto?"

"Por favor no tome esto la manera incorrecta, pero... Genma es su padre, y ÉL lo creyó. Ranma lo creyó. Los Tendos lo creyeron. No tenía ninguna razón para dudar."

La expresión de Nodoka se obscureció, pero ella no podría discutir el punto. "Mi marido tiene mucho por que responder, segun parece. Él es quién realmente ha tomado a mi hijo lejos de mí."

Hablando con su tono bajo, Ukyo continuo, "Ranma se siente atrapado por su honor. Él desea enormemente poder cumplir todas sus obligaciones, pero no puede hacerlo. Él sabe que no puede, y saberlo lo hace pedazos." La voz de Ukyo creció roncamente y ella nervioso dijo. "Pienso... estoy asustada que, quizás, en el fondo, parte de él *queria* morir. Más que cualquier cosa, Ranma odia perder, y con todas las promesas que lo atan, no hay manera que él no pueda ganar."

"Pero, cuando Ranma casi se mata... a sí mismo aquí esta noche, usted no hizo ningún esfuerzo por detenerlo... ¿Porqué?"

"Le prometí que no interferiría. Fue la promesa mas dificil que haya hecho jamas." La contestación de Ukyo era poco más que un susurro. Ella parecía reservada ante la señora Saotome. "Pero usted era la única quién *podía* haberlo detenido. Es su perdón, su comprensión y su ayuda lo que él necesitaba, no mía."

Dando vuelta a la llave, Nodoka llenó uno de los lavabos con agua caliente y jabón. Ella miró fijamente el lavabo que humeaba vapor, intentando asimilar el nuevo significado que el agua caliente tiene sobre ella. Finalmente, ella comenzó a lavar las copas de té y los platos, pasándolos a Ukyo para que los secara.

"Debo disculparme, Ukyo. Esta es... una situación muy difícil. Intente por favor entenderme. En el curso de mis visitas al Dojo Tendo, me he unido tanto a Akane. He llegado a amarla como a mi propia hija. Ahora encuentro que Ranma duda de su amor por ella, y me duele pensar que ella puede no ser una parte de mi familia después de todo."

Ukyo cabeceó pensativamente. "Entiendo. No puedo honesto demandar que Akane era una amiga -había demasiado entre nosotras para eso- pero bajo otras circunstancias, nosotras facilmente pudimos volvernos amigas."

La matriarca Saotome casi sonrió. "Me alegra oír eso." Nodoka dio vuelta de nuevo a los platos que ella lavaba. "Ranma no cree que Akane lo ama." No era una pregunta.

"No. Él no."

"¿Usted? ¿Usted piensa que Akane ama a mi hijo?"

Ukyo había estado temiendo justo esa pregunta. Ella estaba bastante segura que Akane amó a Ranma, pero... "No sé" ella dijo al fin. "Ella nunca actúo como él, ella ciertamente jamas lo habría admitido a mí si ella lo estaba." Ukyo dio vuelta para hacer frente a Nodoka, su expresión era una máscara de cólera. "Si ella no lo hizo, entonces ella es la tonta más grande que existe."

Asustada por la vehemencia de la joven, Nodoka pregunto, "¿Y Ranma... él ama a Akane?"

"No." Una pausa. "Él una vez, pienso. Pero no más."

"¿Qué sucedió?"

"Ella nunca confio en él. A su propio modo, Ranma intentó todo lo que él podía, pero nunca funciono. Cuando algo malo pasaba, ella estaba segura que era culpa de Ranma, si lo fuera o no."

Ukyo alcanzó la siguiente taza de té. "Algunas cosas *eran* su culpa. Ranma no es perfecto, el crecer en el camino no lo preparó para la clase de vida social que la gente normal enfrenta todos los días. Ranma tiende a decir lo que esta pensando, sin pensar cómo los otros pudieran tomarlo. Él estába mejorando, después de vivir con los Tendos, pero nunca será un diplomatico.

"Akane, por otra parte, estaba siempre enojada. Ranma era un blanco fácil para esa cólera. Puesto que él no lucharía, por lo menos no físicamente, y no había manera de que ella pudiera lastimarlo, él era seguro para que ella se expresara."

Frotando la copa de té que secaba, Ukyo comenzo a pulir la tapa contraria. "Excepto eso, ella *era* quien lo lastimaba, pegando un cuchillo en su corazón donde él era más débil. En un cierto tiempo... las constantes discuciones.... insulto por insulto... el pelear... eso lo hundio más. Akane dijo a Ranma que lo odiaba tan a menudo que él comenzó a creerlo. El hecho de que ella nunca *quiso decirlo* no importó más."

"Usted parece saber mucho sobre éso."

"Ranma y yo hablamos mucho cuando él esta trastornado." Ukyo se encogió. "Pienso a veces que era quizás la única que lo *escuchaba*."

Nodoka pensó en éso por un rato. Finalmente, ella pregunto suavemente, "¿Si Akane le dijera a él que ella lo ama entonces, usted lo dejaria? ¿Se lo daría de nuevo a ella?"

"No. Akane tuvo su oportunidad y ella la perdio." Ukyo suspiro pesadamente. "Si él quisiere ir, *realmente* quisiere ir, entonces yo no habría podido detenerlo. Pero" ella continuó en un tono de determinación en su voz, "Usted debe saber que incluso entonces, yo habría luchado por él; que habría hecho todo en mi poder para cerciorarme de que él me eligiera a mí."

"Ya veo." Nodoka dio vuelta para estudiar a la muchacha delante de ella. Ukyo estaba obviamente nerviosa, pero ella no dio ninguna muestras de retroceder. "Tu lealtad te acredita, desearia poder encontrarla en mi misma para ser más feliz de que mi hijo ha encontrado a tal compañera."

Tomando el delantal de Ukyo, Nodoka lo puso sobre una barra en la pared. Ella dio vuelta de nuevo a la muchacha, forzó su expresión en lo que ella esperaba era una sonrisa amistosa. "Es muy tarde, y debo... meditar en lo que usted me ha dicho. Ven. Ranma debe estar en su cama ahora. Le mostraré donde encontrar el baño y el cuarto de huéspedes. Usted debe estar agotada."

"Gracias, lo estoy."

*** z_z ***

La mañana próxima vino demasiado temprano para Ranma, a pesar del hecho de que él había dormido tarde. La noche había sido larga e incómoda, el verdadero sueño no vino hasta casi el amanecer. Él bostezó y se estiró, frotando a los círculos oscuros que se habían formado debajo de sus ojos. Incorporándose, él miró lagañoso alrededor del cuarto. Fragmentos de sus recuerdos, nebulosos con la edad, giraban a través de los ojos de su mente. Él *casi* podía recordar... el arca en la esquina, el edredón cubierto sobre el travesaño de la ventana... pero al final sus recuerdos eran demasiado viejos, se habia ido demasiado lejos para que él se tomara muchas molestias por ellos. Solamente era demasiado tiempo.

Lentamente, Ranma se levantó y recolectó sus cosas. Él bajo al baño una vez más para cepillarse los dientes y para lavar el sueño de sus ojos, después volvió a su habitación a vestirse y para tomar su mochila para estar listo para el viaje otra vez. Cuando él había acabado, lo llevó a la sala, y lo fijó en el piso.

No había rastros de su madre, y él supuso que Ukyo todavía estaba dormida, así que se sentó, mirando fuera de la ventana en la tranquila mañana, repasando los acontecimientos de la noche anterior en su mente. Decir que había sido una noche dificil sería minimisar el grueso de la edición. Hubo varios momentos en que no estaba seguro de que él todavía estaría vivo para ver esta mañana, y por lo menos uno vez él había estado seguro de que no. Pero su madre, no había exigido hasta ahora su muerte, ella habia,de hecho, activamente lo habían frenado de hacerlo. Él esperaba que fuera una buena señal.

Recordó la expresión que ella había tenido cuando le dijo que se fuera a la cama y se estremeció. Él nunca habia visto a alguien verse tan... controlado antes. Él casi podía sentir la tempestad de la emoción que había rabiado debajo de esa superficie tranquila, así de grande era su intensidad. Pero ningún rastro de esa agitación había alcanzado el rostro de su madre. Solamente el destellar oscuro en sus ojos la había traicionado.

Ukyo quizás estaba en lo correcto. Tal vez todo esto era un gran error. Pero lo que sucedió, Ranma estaba feliz de que por lo menos ya no habría mas mentiras. De todas las cosas que su padre le había pedido que hiciera, mentir a su madre había sido la más dificil. Y ahora, para bien o para mal, habia terminado.

Él todavía se cobijaba sobre eso, girando en silencio, cuando él oyó la puerta del cuarto de huéspedes abrirse, seguido por los pasos de Ukyo bajar por el pasillo hacia el baño. Un momentos despues, él la oyó volver al cuarto de huéspedes, y la puerta se cerro otra vez. Tratando como pudo, Ranma no podía oír ningún otro sonido de actividad en la casa. Solamente había el crujido apacible del viento contra las paredes, y el crujido ocasional mientras la madera en la casa cambió a menudo.

Pocos minutos despues Ukyo vino a la sala, fijó su mochila abajo al lado de la suya, y se sento al lado de él con un suspiro. No parecía que ella había dormido muy bien. Ella le dio una sonrisa cansada. "Buenos días, Ranma."

"¿Días?" Ranma pregunto. "Pense que era mas de mediodía."

Ukyo miraba su reloj. "Tienes razón. Lo es." Ella miro de nuevo a él, estudiando su rostro. "Te ves como salido del infierno" ella dijo diplomática.

"No dormi muy bien" Ranma convino, sofocando un bostezo. "Yo me *siento* como en el infierno."

"¿Así que donde está tu mama?"

Ranma se encogió. "No lo se. No he visto ni un rastro de ella desde que me fui a la cama ayer por la noche. Pensé oíla algunas veces, pero me imagine que era un sueño o algo."

Los dos se sentaron en silencio para esperar. Y esperar. Y esperar. Las horas vinieron y fueron, y no había muestra de su madre. Ranma se levanto y comenzo a caminar. Él odia esperar, nunca había sido bueno en esto. Como un tigre enjaulado, rondó los límites de la sala, intentando dispersar su nerviosa energía sin parecer estar impaciente. No funciono.

Para el momento en que el relog se acerco a las tres, Ranma estaba listo para enloquecer. De su asiento a la mesa, Ukyo finalmente tomó compasión de él y pregunto, "¿Así que... piensa que debemos ir a buscarla o algo?"

"¿Piensas que debemos?"

"Bueno, son casi las tres. Supongo que no haria daño..."

"Bueno" Ranma casi hizo una mueca. Dando una mano a Ukyo él le ayudó a ponerse de pie, y los dos salieron para encontrar a la Saotome faltante.

[Fin de la parte 20]