Ranma ½:

UN LARGO Y TORTUOSO CAMINO

Parte 7: En camino

por Zen

Traduccido por Juan Carlos Roldan Vidals Alias Hukarovi Yanoki

Nota del traducctor: Si te gusta esta historia y quieres escribirle a su autor Zen te advierto que el solo habla/lee ingles y si tu no sabes ingles puedes escribirme a mi el traductor, mi E-mail es hukarovi_yanoki@yahoo.com yo soy el encargado de llevar esta historia a latinoamerica y respondere todas sus dudas que surjan en la historia.

©Basado en los personajes y situaciones creados por Takahashi Rumiko, Ranma 1/2 y derechos reservados Shogakukan de los personajes, círculo de la animación de Kitty, y Takahashi Rumiko.© Derechos Reservados ® de 1996 de la historia - James A Bateman.

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Era muy tarde por la noche cuando Ranma entró a la casa Tendo en la que muy probablemente sería la última vez. Aunque había sido el único hogar verdadero que él había conocido, Ranma se había sentido a menudo como un intruso durante el curso de su estancia con los Tendo, y ahora la sensación fue intensificada.

Silenciosamente, Ranma abrio la puerta al pasillo de entrenamiento. A pesar de todo lo que había sucedido, hubo algunos momentos realmente buenos aquí, y Ranma sentía que él debió al espiritu del lugar un apropiado adiós. Él se trasladó al centro del cuarto, y esperó a que sus ojos se ajustaran a la oscuridad.

Ranma miro tristemente alrededor del dojo. Había daños, más que de lo que se podía atribuir al normal desgaste y al uso en pasillo de entrenamiento de artes marcial. Los remiendos crudos cubrian las paredes, reparaciones más permanentes fueron abandonadas hace tiempo por vanas. La mayoría de los daños era su culpa, él pensó amargamente. Peleas con Akane, peleas con su padre, peleas con la corriente casi infinita de prometidas y enemigos de él y su padre se parecían atraer como un iman atraia el acero.

Los pensamiento de Ranma regresaron a todas las peleas que ahí había tenido con Akane... ¡Demasiadas! Hubo momentos en que ella había sido tan irrazonable, nada que Ranma hubiera podido decir o hacer podia aplacarla. Ella saltaría en conclusiónes, y no habría tiempo para las explicaciones... ningún momento para decir una palabra antes de que ella estuviera sobre él, los puños volaban. Nada que ella habría escuchado.

Akane casi nunca lo escuchaba a él, excepto cuando él decia algo estupido, lo cual hizo un infierno muchas veces, él tuvo que admitirlo. Él nunca acababa de estar dispuesto a abrirse a ella otra vez; no después de lo qué había sucedido en ese primer día. 'Quemado una vez, dos veces tímido' ¿No era asi cómo hiba el refrán? Era estúpido, tan estúpido, pero agua debajo del puente ahora.

La mayor parte había sido debido a la novedad de la maldición. Su sentido de si mismo, su identidad había sido dañada gravemente, y había hecho a su ego muy frágil en ciertas áreas. Para el momento en que él habia recuperado su confianza -su centro- su relación con Akane había caído a la fuerza del hábito. Había caído muy duro.

Él nunca deseó lastimar a Akane, nunca deseó hacerla enojar, pero parecía que todo lo que él hacia siempre era causar a ella dolor. Él había sido insensible y tosco, no era una gran sorpresa considerando su educación, pero Ranma no esta inclinado aceptar eso como excusa, dejandolo solamente como justificación.

Eso lo haría a él más como su padre, y ésa era una comparación que lo incomodó bastante. La peor pesadilla de Ranma era que él terminara como su padre. Él decidío que pasaría el resto de su vida como una chica antes de dejar que eso sucediera.

Ranma dio vuelta hacia el altar de la familia que colgó en la pared al final del pasillo. Después de un momento de silenciosa meditación, él se arqueó hacia el altar, y aplaudió dos veces. Tomando una ultima mirada alrededor, Ranma se escurrio fuera del pasillo tan reservado como él había entrado, y salto a la azotea, su lugar favorito para pensar.

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Ukyo despertó sobresaltada. Ella se calmo en un momento intentando determinar qué pudo haberla despertado, pero el silencio era absoluto. Quizás ese era el problema. Era *demasiado* tranquilo. Ella se levantó y, se puso una bata, recorrio el pasillo al cuarto extra. Ella toco suavemente la puerta.

Cuando no hubo respuesta, ella abrio la puerta, y miró con fijamente adentro. El futon en el centro del cuarto estaba vacío. Ranma se habia ido.

Por un instante, el pánico se apodero de ella, pero después de un momento se calmó bastante para dar una mirada más de cerca. Fue entonces que vio la nota que él había dejado. Fue a recogerla, la mitad de ella temía lo que pudiera decir.

Ukyo:

Si estás leyendo esto, significa que despertaste antes de que pudiera regresar. No te preocupes por favor, hay algo que necesito hacer. Estaré de regreso antes del amanecer. Lo prometo.

-Ranma

Ukyo sujeto la nota firmemente, sonriendo ante la relevación. A pesar de lo que ella puede ser que haya dicho a cualquier persona , ella seguía estando un poco abrumada por los acontecimientos recientes y era dificil para ella creer realmente que había ganado.

Ella dudó que pudiera volver a dormir, así que fue abajo a la cocina y puso un pote de agua para el té. En un momento, ella puso una segunda caldera al calor también. Entonces ella se sento a esperar a Ranma.

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Ranma estaba parado en la azotea del dojo mirando fijamente el cielo. Había dejado de nevar y las nubes habían pasado, dejando el aire agudo y claro. Las estrellas brillaron como los diamantes, todo el brillante por la frialdad en el aire.

Por una vez el dojo estaba en paz, Akane estaba con el resto de su clase en Hiroshima, y todos los otros se había retirado temprano. No hay nadie que lo viera, nadie que interrumpiera su tren de pensamientos. Incluso Shampoo pensaba que él estaba entrenando.

Ranma atesoraba el sentimiento de paz, tan raro en su vida durante los últimos años. Y por último él pensaba claramente, viniendo los términos con los cambios que él había realizado en su vida en los dos últimos días.

Todos los sueños que él tuvo sobre cómo él y Akane pudieron haber sido, se habian ido, rotos en ese momento en que Akane finalmente había conseguido que entrara ese cráneo grueso que el tenia, que ella nunca iba a quererlo...

Pero con la muerte de esa esperanza había venido cierta paz. Finalmente él podía irse, podía ahora justificar su desafío a los deseos de su padre, podía ser lo suficiente hombre para dejó a Akane ir, y continuar con su vida como ella con la suya. Asi como ella había conseguido concluído su interes con el Dr. Tofu, así él estaba concluyendo con ella. Al fin, habría un final al caos y al tumulto que habían gobernado su vida desde su llegada a Nerima.

Él acepto que habia terminado su relación con Akane, y dio vuelta a Ukyo. El pensamiento lo calentó. Ukyo, ella estaba siempre ahí para él. Cuando él había necesitado hablar, ella estaba ahí. Cuando él había tenido hambre, ella estaba ahí. Siempre que él hubiera estado lastimando, ella estaba ahí, y él casi la había conducido a alejarse...

Habia dicho adiós y hecho su paz, Ranma salió del dojo y se dirigió hacia el Ucchan. Esta vez, él no miro atrás.

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Ukyo no sabía cuánto tiempo ella había estado sentanda en el obscuro restaurante cuando al fin vino el sonido de alguien titubeando en la puerta. Después de garabatear un momento, puntuado con algunos expletives bien escogidos, la puerta se abrió y una Ranma-chica enfadada entro.

Inmediatamente, ella detectó otra presencia en el odscuro cuarto, y se agacho. Ukyo llamó suavemente a ella, y ella se relajó.

"Asi que despertaste" Ranma-chica dijo. "Yo estaba asustado de que tu lo hicieras."

Ukyo sonrió en la oscuridad. "Gracias por dejar la nota, Ranma. Fuiste muy previsor."

"Sí, bien, *aprendi*, lo creas o no. A veces solo toma un momento, y no queria que te preocuparas."

"Pasa y siéntate, hice té, parece que tuve razón en poner una segunda caldera. ¿Qué sucedió?"

Ranma-chica se movió hacia la mesa y se sentó, reusandose un poco mientras lo hace. "Hmph" ella gruñó en respuesta, "Algún idiota montó una motocicleta paso junto a mí mientras que caminaba de regreso, rociando aguanieve por todos lados, incluyendome."

Ukyo volvió llevando una bandeja con el té, y dos calderas. Ella fijó la bandeja en la mesa y se puso a preparar el té mientras que Ranma-chica derramaba la otra caldera sobre ella misma.

Una vez más en lo que él consideraba ser su forma apropiada, Ranma se relajo y tomó la taza de te que Ukyo le dio. "Él era extraño, también... vestido en una cierta clase traje formal y sombrero de copa con una máscara sobre su cara. Puede ser que haya sido Kuno, excepto que él solo tenia una rosa..." Él tomó un sorbo de té y suspiro. "Eso se siente mejor. Muchas gracias, Ukyo."

Ukyo sonrió. "Y no hay Luna Llena. Así que, ¿Terminaste todas tus asuntos?"

"Yo solo dije 'adiós' al Dojo. Sé que suena extraño y todo, pero..."

"No es extraño del todos, Ranma. Lo extrañare también, y no vivía ahí."

Las pareja se sento en un calido y confortable silencio, y terminaron su té. Después de un momento, Ukyo limpio la mesa, y los dos regresaron a sus camas, Ukyo directamente, y Ranma tomo un baño antes.

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La mañana amanecio brillante y clara, mientras Ranma y Ukyo hicieron sus preparativos finales para su partida. Las pertenencia que no llevarian con ellos fueron empacadas en númerosos cajones y colocadas en un almacenaje de largo plazo. El resto era rellenado gradualmente en sus respectivos paquetes, y otras cajas. Ranma, por una vez, esperaba que ésta sería el último reempacado por un tiempo.

Después de que todo estuviera listo, Ranma Ukyo cuidadosamente quitado el noren de su poste. Él dobló la cortina de la tienda muy cuidadosamente, y la colocó con algunas de las otras decoraciones en uno de los cajones. Él vaciló un momento antes de cerrar la caja.

"¿Estas segura que no deseas llevar esto?" él le preguntó.

Ukyo levanto la mirada de la mesa donde ella estudiaba los folletos de viaje para ver de que hablaba él. Cuando él indicó la cortina, ella sonrió. "No, no todavía, gracias, Ranma." ella cabeceó hacia su mochila. "Llevo un par más pequeño para usar despues. Aquél... sera para cuando nos instalemos definitivamente."

Ranma cabeceó y selló la ultimo cajón. Ukyo llamó a la compañía del tránsporte, arregló que recogieran los cajones, y se sentaron juntos para estudiar los folletos de viaje, y esperan al realtor.

Las cajas fueron recogidos a las diez, y el realtor llegó poco después de las once. Después de intercambiar palabras, el saco su cartera y retiró un pequeño sobre, que dio a Ukyo. Ukyo le dio un juego de llaves, y la venta fue completada.

Cuando Ukyo le mostró a Ranma la letra de cambio del banco, sus ojos casi estallaron fuera de su cabeza. Ella le sonrio, y dijo, "¿Ves, Ranma? ¡No estamos dandolo por cualquier cosa!"

Ranma sacudió su cabeza en asombro. "Sera mejor que salgamos de aquí antes de que Nabiki oiga acerca de esto..." fue todo lo que él podía decir.

Después de una breve parada para almorzar, la pareja se detuvo en el Banco Nacional de Tokio para abrir una nueva cuenta y para depositar el dinero de la venta. Ukyo arregló para un par de tarjetas de cargo, una de las cuales ella dio a Ranma. Él le dio una mirada curiosa, pero ella solamente le sonrio. Él se encogimio, metió la tarjeta en un bolsillo interior pequeño de su mochila, y esperó a que Ukyo terminara.

Una vez completos sus negocios en el banco, la pareja se dirigio hacia la estación de tren, donde subieron al tren bala a Kobe, en Kansai. Solo unos pocos cabos flojos más por atar, y ellos serian libres. Estaban en camino.

[Fin de la parte 7]